sinfonauniversae Sinfonia Universal

Dicen que el amor puede encontrarse en cualquier lugar, pero, sobre todo, justo en lo que creas.


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El Cantar de la Compasión

El pintor pintaba el mismo escenario una y otra y otra vez, siempre repitiendo los mismos colores y las mismas figuras de un ambiente que jamás se había vislumbrado en la "Tierra del Mañana", el ilustre lugar donde vivía, y en toda una vida. Era un ambiente donde un océano vestía los suelos y las estrellas radiantes emergían como frutos siderales desde la majestad de los cielos; así como gigantescas figuras de irremediable belleza pululaban de aquí para allá, tan cercanas y tan lejanas que podías tocarlas con tan sólo un parpadeo. Todas ellas similares y con irremediables formas humanas. Él bosquejaba una y otra vez ese mundo irreal con el que siempre soñaba noche tras noche en la beatitud de la soledad de su reducida morada y su perfecta vida.

Y habían, quienes admiraban sus obras, sensibles y maestras. Y quienes lo hacían quedaban maravillados ante ese despliegue de creatividad hecho cuadros de inconmensurable belleza, donde inclusive, encontraban las respuestas de todo cuanto habían buscado y anhelado, y todo cuanto existía. Porque ninguna obra era igual y cada una contenía un rastro de inevitable magia, pero era una magia triste. Un milagro podía decirse, o quizá una bendición de aquel cantante mesiánico con oficio de creador clemente al que siempre rezaban en las noches más esperanzadoras. Pero el pintor no se sentía feliz con lo que creaba, porque lo que creaba le hacía sentir una gran nostalgia y un gran deseo, cada vez más pesado, cada vez más doliente, en su corazón, conforme veía esa tierra tan inhóspita, como de hermoso proceder, frente a sus ojos. "Es como si me faltara el corazón" se decía así mismo, antes de entregarse al sopor del sueño. "Es como si me faltara una parte de mi alma misma que jamás podré recuperar". Volvía a decirse pintando esos cuadros tan repetitivos.

A veces, sintiéndose de ese modo tan confuso consigo mismo, observaba fijamente su obra, y por momentos creía ver como las figuras que se encontraban en ella se movían al compás de una silenciosa canción. Las grandes y estilizadas formas que había dibujado, ataviadas por matices siderales de colores, parecían bailotear de aquí para allá tomadas de las manos, girando y sonriendo como nunca antes lo había logrado captar. Esto muchas veces le hacía derramar lágrimas silenciosas, llenas de congoja, por algo que creía haber perdido, mismas lágrimas con las que decoraba y humedecía los pigmentos que empleaba para crear sus pinturas, con las que expresaba sus más hondos sentimientos, como el resto de sus ideas. Porque sentía que algo le faltaba.

Cubierto por un manto de profundo pesar, que inclusive le hacía doler el pecho de sobremanera, decidió pintar algo diferente de todo ello. Algo que no le hiciera sentir tan inhumanamente desdichado. Y pintó y pintó desde que murió el día hasta que nació la mañana, hasta crear finalmente a una nueva forma a la que bautizó con el nombre de "El Cantar de la Compasión" en un secreto y significativo lenguaje. Y a la nueva forma, bella a su manera, le había dado el mar por ojos, el sol por cabellos, el color de las rosas por labios, la nieve por piel, el fuego por corazón, y por supuesto, la compasión por las promesas dulces con las que le vistió hasta hacerla estremecer de invaluable e ingenuo gozo; y por primera vez, y sólo por primera vez, el pintor creyó que había hecho algo bueno ahora que admiraba a la imagen del bello doncel que había creado.

Y ya cuando el pintor dormía, "El Cantar de la Compasión" le admiraba desde el mundo donde estaba encerrado, ese cuadro desde el cuál imaginaba como sería la gentileza de sus labios y la inocencia de su cuerpo junto al suyo, así como sería el aroma de su alma, mientras el pintor, ya herido de alegría por su nueva creación, le soñaba en eternos sueños de felicidad plena. Una noche como cualquiera de otras, mientras el pintor dormía, de manera inesperada, impulsado por los deseos de conocer a su creador, aquel doncel logró emerger del cuadro como un sueño hecho realidad, y logró yacer junto a él memorizando así las formas de su rostro, así como también su olor mesurado, tan similar a las hojas secas del otoño; emocionado, con sus dedos pintó también notas de color sobre sus mejillas, dejando una estela que se leería a simple vista cuando quisiese y con las que lograría descifrar el secreto mensaje que contenía las notas de su corazón. Un "Te amo" que confesó a su manera.

Ya cuando los primeros rayos de la mañana ingresaron por la ventana del estudio de aquel solitario e incompleto pintor, el doncel se desvaneció abrazado a éste, dichoso como nunca antes se había sentido. Su existencia tan sólo había durado una semana, y aquel cuadro donde había existido antes, se había afeado descomunalmente dejando nada más que polvo y cenizas. El pintor al percibir todo esto, sintió como el alma le abandonaba y se le caía a los pies, sumiéndose de nuevo en la tristeza. Mas todo esto habría continuado su curso como siempre había sido, sin embargo, el pintor logró vislumbrar el mensaje que habían escrito en sus mejillas en un espejo. La pintura aún estaba humedecida en su piel, pero, claramente, se podía leer aquel mensaje tan claro como un manantial cristalino. "Soy completamente tuyo" rezaba el mensaje. Y así, el corazón del pintor cantó envuelto en la complacencia y en la esperanza al comprender quien había escrito aquellas enternecedoras palabras.

Para muchos que conocen la historia, saben que la existencia de "El Cantar de la Compasión" no murió ese día, pues el pintor volvió a crearle a su manera, dotándole de un nuevo manto de pura belleza, y a diferencia de los atributos que le había brindado anteriormente, ahora le había colmado de otra estampa embelesada donde el verdor de los árboles y el lila de los cielos le vistieron de manera singular. Así, y sólo así, el ritual que compartieron durante algunos pocos años inició como cualquier otro día, y se dice que sólo así, cada jueves por las noches, compartían el amor ingenuo de todos los sueños y las ilusiones que tenían. Se conoce que el pintor ya no volvió a pintar cuadros que embellecían el corazón de una sola persona, sino que podía crear cosas tan hermosas que inclusive los más oscuros de corazón lloraban ante sus dotes artísticos, que muchos inclusive, morían de tanto amor que se contaba a través de sus pinturas.

Se dice que en la "Tierra del Mañana" el pintor era un artista mágico, bendecido con un eterno don que le permitía dar vida a todo cuánto creaba a través de la pintura, además de que era, según decían, un ser inmortal encerrado en ese mundo donde el día y la noche interactuaban como almas gemelas, existiendo en el mismo tiempo y en el mismo espacio donde cada ser tenía una canción propia con la que hablaba y se llamaba por diferentes nombres; y, también, que su más excelsa creación era, sin lugar a dudas, ese hermoso doncel con el que hacia el amor desde la plenitud de la vida. Así sus suspiros y promesas poblaban el ambiente, los "Soy tuyo" y los "Te pertenezco" mismos que compartían noche tras noche de manera entregada, así como todos sus cantares, modulaban una fantasiosa canción de cuna.

Un día cuando ya no pudo más con los sentimientos escondidos en su corazón y el ánimo que se avivaba a medida que transcurría el tiempo, el artista finalmente dio vida a otro de sus cuadros donde el doncel, como siempre, era su principal protagonista. Sin embargo, a diferencia de los otros que había confeccionado, pintó un emblemático mural divido en tres escenarios distintos y a la vez poderosos y delicados, donde se vislumbraba como su joven amante danzaba, reía y jugaba, de manera sin igual, hechizando a su compositor con su candidez y sus sentires tan puros que hacían suspirar hasta a las mismas estrellas eternas de los cielos. Así el "Valle del Color del Silencio" emergió de sus ideales perennes en el que tres escenarios perdurarían, a través de los colores, pasteles y opacos, hasta el con fin de los tiempos, siendo los mismos representantes de la ilusión y de los sueños, que enseñarían y develarían por siempre una inagotable fuente de magia a quienes lo mirasen, y el absoluto poder de la imaginación.

Se cuenta también que, sin previo aviso, una noche como cualquier otra, mientras el artista descifraba los mensajes secretos que su amante le dejaba escritos en silencioso proceder en sus mejillas, "El Cantar de la Compasión" lo hurtó del mundo de la realidad y lo invitó a morar con él, por toda la eternidad, en ese mundo que existía sólo a través de las pinturas donde ahora reinarían juntos. También, se dice que, el pintor le entregó como ofrenda nupcial uno de sus ojos que representaban su inmortalidad y así, y sólo así, pudieron vivir felices por el resto de sus vidas en ese vasto mundo que se extendía más allá del horizonte, que también embellecía los cielos de ese mural que siempre existiría en una tierra del mañana, y donde se vislumbra, a simple vista, la estampa de los eternos amantes juntos por siempre jamás.

20 Octobre 2021 22:04 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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La fin

A propos de l’auteur

Sinfonia Universal Mi nombre es Vanessa pero prefiero que me conozcan por el nombre de Sinfonía Universal. Tengo mis pocos años en este mundo de escritura, pero más perteneciendo al ritual que significa la vida, soy de Mérida - Venezuela, el lugar que Dios eligió para que naciera. Soy un aprendiz de escritora, autodidacta, que tiene el infinito sueño de crear historias de fantasía que atrapen, y llenen de color las vidas de todos.

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