Es viernes.
El reloj marca casi las dos de la tarde cuando JungKook por fin se despierta y se incorpora lentamente sobre su cama para mirar a su alrededor con pereza: su habitación se encuentra ordenada y limpia, lo cual significa que JiEun, su Noona, limpió mientras dormía. Luego, cubre su boca para bostezar y frota sus ojos hasta que el sueño finalmente se va, aunque, poco después, JungKook vuelve a recostarse en la cama, cubriendo todo su cuerpo con las mantas.
¡Esperen!
JungKook se incorpora en la cama tan rápido como nota que ya no se siente mal.
¡Oh!
Es viernes y JungKook finalmente se ha recuperado de su gran resfriado.
— ¡Noona! — le llama entre chillidos eufóricos, brincando sobre la cama a pesar de que JiEun le repitió millones de veces que no debía hacerlo. — ¡Ven rápido, Noona! ¡Mira! ¡Mírame!
JiEun llega rápidamente, su primer instinto siendo regañarlo por estar saltando sobre la cama, pero elimina ese pensamiento al notar que la naricita de su hermano ya no está roja y JungKook tiene los ojitos brillando en felicidad.
— ¿Ya te sientes mejor, Kookie?
— ¡Ujum! — Kook asiente rápido, con entusiasmo, y brinca a los brazos de su hermana mayor, quien se queja por el peso, pero aún así le besa la mejilla.
— Me alegra mucho — la pelinegra le da varios besos en las mejillas para hacerlo reír bajito, como el bebé que es, y luego se separa —. Dime, ¿quieres almorzar? Es algo tarde, pero seguro puedo hacer algo delicioso — dice, no conteniendo su emoción. No le gusta ver a su Dongsaeng enfermo, tan decaído —. ¿Qué quieres? Noona lo hará con gusto — celebra.
JungKook lo piensa un poco.
— ¡Japchae!
JiEun niega con una sonrisa, sabiendo de antemano que su hermanito diría eso. Lo conoce como a la palma de su mano.
— Bien, ¿me ayudas a hacerlo?
— Claro — JungKook asiente —. Pero, primero, voy a vestirme y hablar con los Hyungs. Quiero contarles que estoy bien y puedo salir con ellos. Me prometieron que iríamos al cine cuando me curara — le cuenta con entusiasmo.
— Bien, te espero — le promete JiEun, aunque no podrá cumplir su promesa. Su instinto es consentir a su hermano menor, por lo que tendrá el almuerzo listo para cuando Kook se adentre en el comedor.
— Gracias, Noona — JungKook besa la mejilla de su hermana y espera a que ella salga de su habitación para tomar su teléfono.
JungKook ama mucho a su hermana mayor y agradece que ella esté con él de manera incondicional desde que nació. Es la mejor Noona del mundo.
Emocionado, Kook abre Skype y llama a sus Hyungs. Y, mientras aguarda a que éstos le contesten, se cambia el pijama por ropa más cómoda, mas le confunde ver que ninguno le contesta. Uhm. No es como si él realmente esperase que todos lo hicieran (sí lo esperaba, de hecho), ya que algunos podrían estar estudiando o haciendo algo más, pero le sorprende el que ninguno, en especial YoonGi — su mejor amigo — le responda. Es extraño.
Sin permitir que aquello le prohíba el hablar con sus amigos, Kook vuelve a intentarlo, pero no tiene éxito. Todos están ocupados, al parecer.
— Qué raro — murmura al tiempo en que se adentra al baño para asearse, nunca dejando de mirar su teléfono pues teme que sus Hyungs llamen y él no pueda contestar.
Mientras se cepilla los dientes, abre Twitter para leer algunas noticias o cosas así, pero se detiene al ver que uno de sus seis Hyungs (TaeHyung, para ser específico), ha publicado algo sobre una ¿llamada?
« kimtae: casi tres horas hablando por llamada y aún no sabemos qué vamos a ver, ¿por qué somos así? »
JungKook frunce el ceño, leyendo la respuesta inmediata de NamJoon:
« knamu: es tu culpa, kim taehyung. rechazabas todas las películas que proponíamos. »
TaeHyung le contesta de inmediato, como siempre, pero de repente Kook no está de ánimo para seguir leyendo aquel hilo que se generó.
JungKook no entiende de qué están hablando, tampoco quiere saberlo. Le duele notar que, aunque es demasiado tonto deprimirse por algo así, no fue invitado a aquella llamada grupal y que sus seis Hyungs tampoco hablaron por el grupo que tienen para preguntar por su resfriado. Ni siquiera YoonGi o JiMin le enviaron mensajes y ellos son los más cercanos a él.
Y quizás también le duele porque su corazoncito está confundido acerca de lo que siente por su JiMin Hyung.
JungKook suspira, mirando el reflejo en el espejo frente a él para dar su sonrisa más linda, diciéndose a sí mismo que no es importante, que seguramente iban a llamarlo, mas no lo hicieron porque ya sabían que estaba durmiendo. Sí, seguro fue eso: no quisieron molestarlo.
O quizás era una sorpresa.
Quizás hablaron entre ellos, dejándolo de lado, para saber qué película iban a ver una vez él se recuperara.
Sí, seguramente fue eso.
Sus Hyungs son los mejores de todo el mundo.
Un poco más animado, Kook termina de cepillar sus dientes y luego se dirige a la cocina mientras escribe un mensaje para sus Hyungs:
« koo: ¡hyungs, adivinen quién ya está mejor y listo para ir al cine esta misma tarde! »
« koo: (soy yo, hyungs)»
Y la primera respuesta no se hace rogar.
« hoba hyung: oh, koo, me alegra que ya estés mejor, pero no puedo salir esta tarde. tengo otros planes. »
« mimi hyung: yo también, koo. lo siento. otro día será, ¿sí? »
Bueno... JungKook no quiere lucir tan desanimado, pues aún le quedan sus otros cuatro Hyu-
« jinnie hyung: lo mismo que ellos 👆 »
« namu hyung: 👆 »
« tete hyung: 👆 »
« gigi hyung: 👆 »
Oh.
JungKook abre los ojos como platos. ¿Todos sus Hyungs están ocupados?
No lo quiere, pero esta vez sí que hace un puchero. Al parecer, su bella Noona tenía razón cuando le decía que hacer amistades con chicos más grandes que él (aunque por sólo dos años) sería un gran problema pues sus horarios no coincidirían, lo que significaba que muy pocas veces podrían salir juntos.
JungKook aún no termina el colegio y los Hyungs ya están en la universidad. Y, al parecer, sí es como un bebé que necesita estar rodeado de sus Hyungs.
« koo: oh... está bien, lo entiendo. otro día será, ¿verdad? »
Ninguno le responde.
Y, a partir de ahí, el ánimo de JungKook cae en picada, y JiEun, cuando él llega a la cocina, parece notarlo, pues le sirve el almuerzo antes de darle un abrazo y un beso en la mejilla como consuelo, aún si no sabe la razón de su tristeza.
Es una Noona muy buena.
— Mis Hyungs están ocupados hoy — le comenta mientras se obliga a comer la comida de su Noona. Como siempre, el almuerzo está delicioso, pero él no está de humor en ese momento.
— ¿Todos ellos? — se sorprende.
JungKook asiente con un puchero.
— «Otro día será» — recita mientras le enseña la conversación, su puchero haciéndose más grande al notar que su Noona le mira con lástima.
— ¡Oh! — JiEun parece igual de triste que él, pero rápidamente sonríe y se propone hacer feliz a su hermano —. ¡Tengo una idea! ¿Por qué no vamos tú y yo al cine a ver esa película que tanto quieres ver? ¿Mhm?
El pelinegro le observa desconfiado. No es como si no le emocionara salir junto a su Noona, es sólo que JiEun no es gran fan del terror y la película que él quiere ver es... de eso.
— Pero a ti no te gustan las películas de terror, Noona — susurra.
JiEun se estremece, sonriendo antes de que JungKook pueda decir algo.
— Puedo hacer una excepción por ti — asegura mientras le toma de la mano.
A Kook le brillan los ojitos cuando oye la respuesta y, sinceramente, ¿cómo ella podría negarle algo?
— ¡¿En serio?!
— Sí, Koo — le pica las mejillas —. Ahora, termina tu almuerzo, cariño.
JungKook chilla emocionado, tirando los brazos de su Noona para abrazarla por el cuello, y luego se enfoca en la comida frente a él. Su ánimo ya no es malo, es buenísimo, de hecho.
Ah, ¡qué buena es su JiEun Noona!
• ────── ✾ ────── •
Cerca de las cinco de la tarde, JiEun y JungKook llegan al cine, la mayor casi muriendo de nervios por la película que van a ver y el menor abrazándola con fuerza para que no se escape de la fila para comprar sus entradas.
— Dijiste que harías una excepción por mí, Noona — se queja Kook entre risas, aprovechando su altura para abrazarla por los hombros —. Ahora no puedes arrepentirte.
JiEun forcejea un poco más con su hermano sólo para oírlo reír bajito y luego se tranquiliza, permitiendo que éste la abrace, siendo pegajoso sin casi notarlo, JiEun puede notar que se debe a que Kook no ha olvidado por completo el hecho de que sus seis Hyungs tienen planes sin él. El que JungKook observe su teléfono cada que cree que ella está distraída no hace más que confirmarlo, así que JiEun hace su mayor esfuerzo por hacerlo reír y jugar incluso aunque JungKook ya no sea su pequeño de cinco años.
— Bien, me quedo quieta — promete mientras suspira con pesadez.
Aún así, JungKook no la suelta, casi parece como si necesitase abrazarla para no romper en llanto allí mismo. Sus Hyungs jamás le cancelaron una salida pues son débiles ante él y Kook, ciertamente, no sabe cómo actuar o sentirse ahora que ellos lo hicieron.
Probablemente se ve patético.
— Vale, somos los siguientes. ¿Por qué no vas a comprar snacks y bebidas? — propone JiEun, extendiéndole dinero.
— Oh, no. Te conozco — se queja —. Ve tú, Noona, y yo compro las entradas.
JungKook sabe que JiEun es capaz de comprar entradas para una película infantil sólo para no tener que ver la película de terror que es noticia en el país y él no va a correr ese riesgo.
— Mierda — se queja JiEun entre risas, alejándose de la fila para ir hacia la fila de los snacks.
Y mientras observa de reojo a JungKook para comprobar que esté bien, JiEun no puede evitar sorprenderse cuando las voces de los amigos de su hermano se oyen cada vez más y más cerca.
¿Es lo que cree que es?
Rápidamente, observa a su alrededor para ver a los dueños de esas voces, y la sangre le hierve al confirmar todas sus sospechas: los "amigos" de su hermano salieron sin él. Oh, realmente quiere ir hacia ellos y defender a su bebé, pues ha visto la emoción que JungKook tenía por salir con sus Hyungs, pero, para su desgracia, la fila avanza y ella es la siguiente para comprar.
— Esto no va a quedar así — masculla entre dientes, su enojo aumentando aún más al notar que, a unos metros de ella, JungKook aún intenta que sus Hyungs le respondan la llamada.
Ahg. ¿Cómo pudieron hacerle eso?
JiEun masculla entre dientes mientras camina hacia JungKook con su snack y su bebida favorita, su humor siendo dividido entre ira, tristeza y..., sed de venganza. Y sí, es estúpido, ella sabe. Tiene veinticinco años, quiere golpear a chicos de dieciocho y arropar a su pequeño Dongsaeng de dieciséis. Es ilógico, si se lo pone a pensar, pero no quiere ver a su JungKookie triste.
Y como buena hermana que es, para evitar que JungKook siga creyendo que sus Hyungs son los mejores del mundo, guía al pelinegro a la fila en donde vio a los seis chicos mientras finge leer algo en su teléfono.
Probablemente no debería hacerlo.
Probablemente JungKook se enojará con ella por guiarlo hacia la escena que le hará llorar.
Probablemente...
— ¡Oigan! ¡Oigan! — HoSeok les llama, desconociendo la presencia de JiEun y JungKook, quien no puede creer que sus Hyungs estén ahí: ocupados en eso —. Escuchen lo que puso JungKook: «oh... está bien, lo entiendo. otro día será, ¿verdad?» — les hace un puchero, pero se está burlando de él con malicia.
JiEun aprieta el vaso en su mano.
— Seguramente lo escribió justo antes de ponerse a llorar como el mocoso malcriado que es — NamJoon se burla mientras SeokJin recrea la situación, explotando en carcajadas luego.
— Es tan estúpido — TaeHyung bufa, fastidiado con el recuerdo del menor —. Antes me agradaba, pero ahora es todo un mocoso. Como un bebé que necesita estar rodeado de sus Hyungs. — finge tener una arcada —. Que asco.
JiMin se pega a TaeHyung, imitando las demostraciones de cariño que JungKook suele tener con todos ellos, cosa que no sólo hace que los demás se rían de él, sino que también provocan que Kook se aleje de JiEun, no queriendo molestarla con su cercanía.
JiMin... ¿Cómo es que su corazón puede sentir algo por ese Hyung?
JungKook se siente muy estúpido y humillado, demasiado roto como para permanecer un segundo más allí, mas no se mueve de su lugar. Aún tiene la esperanza de que YoonGi le defienda. Ellos son mejores amig-
— Oh, y no olvidemos la colección de vasos de superhéroes que tiene en su habitación — YoonGi dice, rodando los ojos con cansancio —. Tiene dieciséis años y aún sigue creyendo que eso...
Kook no puede seguir oyendo, todas sus esperanzas rompiéndose ni bien la primera lágrima se escapa por sus ojos. YoonGi es su mejor amigo, a quien más quiere, quien todo el tiempo le dice que su colección es envidiable.
¿Cómo pudo hacerle algo así?
Lo peor es que ni siquiera tiene las palabras o la fuerza para decirle algo, pues tiene un nudo en la garganta que lo ahoga. Y es tan, tan patético que su cuerpo reaccione corriendo lejos de allí, como un cobarde, sin enfrentar a sus Hyungs. Como el bebé que al que sus Hyungs lastimaron y ahora está solo.
Patético. Patético. Patético.
JiEun explota, no conteniéndose al lanzar las bebidas sobre las cabezas de YoonGi y JiMin, a quienes tiene más cerca. Luego, los empuja con la poca fuerza que tiene, ignorando las lágrimas que caen por sus mejillas pues le han dañado a su Dongsaeng.
— ¡Qué descarados que son! — dice con voz rota, decepcionada —. ¿Qué clase de Hyungs son ustedes?
Los chicos se congelan al reconocer a la hermana de JungKook, temiendo mirar tras de ella para descubrir que el menor les ha oído, mas él no está y, al menos, tienen la oportunidad de desmentir lo que sea que JiEun le vaya a decir a-
El teléfono de todos suena, pero sólo SeokJin se atreve a ver el mensaje.
« koo: púdranse.»
Oh.
— Él nos oyó — susurra con vergüenza, bajando la mirada para evitar la de la pelinegra frente a él.
— ¡Gracias a Dios les escuchó! — JiEun masculla —. De lo contrario, seguiría pensando que son los mejores Hyungs del mundo cuando la realidad es que son todos unos hipócritas — escupe.
JiEun inhala profundamente para intentar mantener la compostura (aunque ya la ha perdido hace mucho), y luego se da la vuelta para ir tras su hermano, pero la mano de YoonGi le detiene y, oh, JiEun se pierde en aquel mar de odio hacia los seis chicos.
— Noona... — YoonGi balbucea.
— Y, sólo para que sepas — JiEun mira por sobre su hombro, odiando cómo la imagen de YoonGi estando arrepentido casi le convence. No quiere ni imaginar cuántas veces YoonGi ha hablado mal de su hermano —, él colecciona esos vasos de superhéroes porque a ti te gustan y quería dártela como regalo de cumpleaños.
¡Oh!
YoonGi eleva la mirada, sus ojos muy abiertos por la sorpresa, pero JiEun le ignora. Tiene sólo un objetivo en su mente y ése es cuidar de su hermano, así que, cuando sube al coche y ve a JungKook hecho una bolita sobre el asiento trasero, sólo puede acariciar suavemente su espalda, permitiendo que él llore la pérdida de lo que creía eran los seis mejores Hyungs del mundo.
JungKook está tan roto.
— En serio creí... — el menor solloza, cubriendo su rostro con vergüenza.
— Shhh, Kook — JiEun le besa la frente —. No pienses más en eso — le pide.
Y JungKook no trata de decir algo más, pues los sollozos le ahogan y el cuerpo se le deshace en espasmos por lo tonto que fue; por haber sido como un bebé que necesita estar rodeado de sus Hyungs.
Merci pour la lecture!
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