Ese chico estaba acabando con mi paciencia, el y sus amigos me tenían rodeada, mi cabello negro con mi sudadera de igual color cubrían mi cara que miraba el suelo con impotencia, fue suficiente escuchar sus risas, para soltar una lagrima rodando mi mejilla.
-Eh…acabado de ver una chispa saliendo de su lagrima.-Dijo uno de los chicos en frente mío.
-Estas loco, debe ser efecto de los dulces, no vuelvas a darme esa mierda barata, se ve a ti ya te tiene hecho mal.-Dijo el líder su estúpido clan.
Cuando escuche que uno de ellos se disponía a darme una bofetada, mi cara llena de rabia, se levanto con tanta fuerza como mi llanto, cerrando los ojos, le di un puñetazo lleno y cargado en el estomago, y fue hay donde empezó todo…ese chico decía en parte la verdad, pero el inicio de un misterio sin fin, no solo salían chispas de mis lagrimas, mi puñetazo había soltado una descarga eléctrica que alumbro la oscuridad, entre medio de toda esa oscuridad, seria el inicio de la mayor arma humana para esa pequeña comunidad, una chica con la rapidez y la fuerza de un rayo, esa pequeña chica de ojos verdes jade y pelo negro, estaría dispuesta enfrentar su nuevo destino lleno de enemigos que habían involucionado buscando su poder o su carne.
Alice McQueen
