JungKook lo ha descubierto hace dos días. Era de madrugada. Cinco horas después de que su Alfa anudara en él luego de hacerle el amor.
TaeHyung no solía anudar en JungKook cuando estaban fuera del celo, pero esa noche era diferente. Ambos se hallaban emocionados pues habían obtenido sus tan esperados ascensos en sus trabajos, así que decidieron festejar en grande: cena romántica, velas, vino y una larga sesión de besos que, pronto, los llevó a la cama que compartían.
JungKook recuerda que, esa noche, se sintió como cuando él y su Alfa tenían diecisiete años, así que enterarse pocas horas después que iban a ser padres le emocionó de sobremanera, pues, desde los diecisiete, habían soñado con tener muchos cachorritos juntos.
Eso nos lleva al por qué ahora él está anotando ideas en su anotador pues no sabe muy bien cómo dar la gran noticia. Imagina que el alfa sospecha que algo anda mal, pues desde que él descubrió su embarazo ha ocultado su aroma y le prohibió a su Omega que comparta con TaeHyung a través del lazo lo que había descubierto.
Tiene que ser una gran sorpresa.
Inevitablemente, se le llenan los ojos de lágrimas de sólo imaginar la reacción de TaeHyung.
JungKook lo ama tanto y se siente muy feliz por saber que su Alfa lo ama de la misma manera.
— A ver, ¿qué tenemos hasta ahora? —pregunta a la nada mientras relee las ideas escritas en el papel.
"¿Cómo decirle a Tete que vamos a tener un pequeño osito o conejito?"
1) Comprar una camiseta en la que ponga: 'Voy a ser papá' o un chupón con la inscripción 'Quiero a mi papá'.
2) Esparcir juguetes por el suelo y preguntarle cuando entre a casa: '¿Dónde crees que podemos poner estos juguetes para nuestro bebé?'
3) Escribir una carta y meterla en el buzón a nombre de TaeHyungie. En ella nuestro cachorro anunciará que será el nuevo miembro la manada Kim, pero que llegará dentro de nueve meses ya que en estos momentos se encuentra muy a gusto en un piso pequeñito, un poco oscuro pero muy agradable (mi pancita).
4) Búsqueda del tesoro: dejar pistas por la casa hasta que lleguemos al cuarto, en donde habrá un nido para nuestro cachorrito.
5) Poner en su ordenador un fondo de pantalla con un bebé.
JungKook se muerde el labio inferior con nerviosismo, pues ninguna de las ideas le convence mucho. Unos minutos después, intenta escribir más opciones, pero las desecha, por lo que finalmente decide hacer la número cuatro.
Poniéndose manos a la obra, el omega coloca música alta y busca cartulinas,
afiches, marcadores y todo lo que cree que necesitará para dejar las pistas. Él
sonríe emocionado mientras decora la casa, pues está seguro de que su alfa va a amar la sorpresa; y, luego de un rato, se dirige a su dormitorio y comienza a armar un nido pequeño a un lado de su cama. Le coloca mantas suaves, prendas suyas, de TaeHyung y algunos peluches que le dan un toque demasiado tierno al lugar.
El nido es hermoso, honestamente, pero lo será aún más dentro de nueve meses.
JungKook olisquea el nido, contento con la suave mezcla de aromas y recuesta su
cabecita allí, amando el cosquilleo en su estómago. Le gusta estar embarazado, el tener un bebé junto a TaeHyung.
Sin saber realmente cuándo, el omega se queda dormido por cuatro horas; y sólo despierta cuando escucha a lo lejos el ruido que emite la puerta principal al ser abierta. Se restriega los ojitos para apartar completamente el sueño y se acurruca mejor contra el nido, la idea de que TaeHyung lo encuentre cerca del espacio para su futuro cachorrito siendo muy tentadora.
Ya quiere ver la sonrisa de su Alfa.
Los pasos se acercan a la habitación y JungKook ya está llorando de felicidad, de emoción. Todo su ser se retuerce por la anticipación, su corazón late muy rápido y su aroma sale disparado por todos lados, llenando el cuarto de una hermosa combinación: coco, su aroma, y vainilla, el de su cachorrito.
JungKook no puede aguantarse más.
Rodeando su pancita, JungKook cierra los ojos cuando ve los pies de su Alfa por el pequeño espacio bajo la puerta.
'Casi', se dice mientras sus labios se elevan en una sonrisa. 'Casi', repite mientras sus cuerdas vocales se prepararan. 'Ya casi', sigue mientras la puerta se abre lentamente. '¡Ahora!', se anima mientras cierra los ojos.
— ¡Sorpresa! —exclama al tiempo en que estira sus bracitos hacia su Alfa. — ¡Alfa, estoy embarazado! —lloriquea.
Y el corazón le da un vuelco cuando finalmente abre los ojos para atrapar de lleno la reacción de su Alfa, sólo que no es TaeHyung quien se encuentra frente a él. Encogido de hombros, con el labio inferior atrapado entre sus dientes y los ojos bien abiertos debido a la sorpresa que le invade, YoonGi, el mejor amigo de TaeHyung, le observa sin saber qué decir.
Oh.
JungKook siente sus labios temblar.
— YoonGi —jadea, asombrado, por un momento olvidando los honoríficos.
Está tan sorprendido como el bonito alfa frente a él. Probablemente, hasta igual de confundido.
— Hola, Kook —el alfa sonríe de lado, señal suficiente para saber que algo no está bien.
JungKook le conoce tanto.
El omega jadea, frunciendo el ceño, no entendiendo realmente qué sucede a su alrededor. Incluso busca con la mirada a su Alfa, creyendo que éste está detrás de YoonGi jugando una clase de broma, mas TaeHyung no se encuentra allí, en su hogar, frente a él, junto a él, como debería de estarlo.
¿Dónde está su Alfa?
— Estoy embarazado —JungKook repite, queriendo que TaeHyung aparezca allí de inmediato, mas no lo hace.
Sólo son él, su cachorrito y YoonGi.
¿Qué clase de broma es ésta?
YoonGi ladea la cabeza, como si recién fuese capaz de procesar lo que Kook le dice, y se fuerza a no fruncir el ceño.
— Te oí la primera vez —informa con voz dulce, su lobo interior buscando arullar al menor —. Más, a menos que tú y yo nos hayamos liado borrachos, no creo que ese cachorro sea mío —bromea en un pobre intento por hacerlo reír.
JungKook no lo hace.
En cambio, vuelve a buscar detrás de YoonGi, ignorando la presencia de ese hombre que no es su Alfa, mas algo en su Hyung llama de inmediato toda su atención: el alfa sostiene un sobre de color blanco, sellado con algo que el omega no logra ver. Y Kook siente que todo su cuerpo pierde fuerzas cuando la mano de YoonGi tiembla, dejando ver por unos segundos lo que reza frente al sobre: «De: Kim TaeHyung. Para: Jeon JungKook».
¡Oh!
El omega se encoge en su lugar.
— Siento haber venido sin avisar — el alfa le dice, sintiéndose incómodo por la mirada que le da el omega.
— ¿Cómo entraste? —le ignora.
JungKook necesita respuestas.
— TaeHyung fue a mi casa hace unas horas a dejarme las llaves y esta carta, pero como yo estaba trabajando se lo dejó a HoSeok —el compañero de piso de YoonGi —. Así es como pude entrar.
Y, sólo con eso, JungKook ya tiene una idea de lo que está sucediendo, pero su
mente se niega a aceptarlo. Su Alfa lo ama, él no lo dejaría. Menos ahora.
TaeHyung no es así.
No puede ser así.
JungKook debe estar soñando.
— Ésto es para ti —YoonGi le extiende la carta, sacándolo de sus pensamientos — Dejaré las llaves sobre la mesa — el alfa informa con el corazón partido de sólo ver los ojos llorosos del omega.
Pero el alfa no se va de la casa. No cree poder hacerlo. En cambio, va a la cocina a preparar té pues está seguro de que el omega necesitará de una bebida caliente para afrontar la frialdad de las palabras escritas por TaeHyung en aquella carta.
YoonGi no es tonto, claro que no. Sabe lo que está sucediendo, sabe lo que su mejor amigo ha hecho, sabe lo que la frialdad de TaeHyung provocará en el omega; y realmente no entiende cómo es que su estúpido amigo podría dejar a JungKook así.
Porque, de nuevo, YoonGi no es tonto.
No necesita ser un genio o leer aquella carta para entender que TaeHyung es un cobarde que jamás mereció al lindo omega que está en la habitación.
Y ahora JungKook está embarazado.
YoonGi no puede ni procesarlo.
— Pobre omega —murmura mientras se muerde el labio inferior.
-
Dentro de la habitación, mientras tanto, JungKook se encuentra en el suave nido, abrazando sus rodillas mientras observa el blanco sobre frente a él.
— Okay —JungKook exhala, tomando la carta con los ojitos cerrados con fuerza, creyendo que, si no la ve, desaparecerá.
Creyendo que, si no la ve, él volverá.
Pero no lo hace.
Luego de unos minutos en silencio, casi ni respirando para no hacer ni un ruido (pues teme no escuchar cuando su Alfa regrese), Kook se rinde. Abre despacio sus ojitos, posando la mirada sobre la puerta cerrada, y luego observa el sobre sostenido por sus temblorosas manos.
'Esto ya no es gracioso, Alfa', piensa. 'Por favor, no puedes hacerme esto. Vuelve.'
De nuevo, TaeHyung no lo hace.
Y JungKook siente que le arrancan el corazón del pecho cuando finalmente se da cuenta que todo eso es real, que no se encuentra soñando y que el llanto de su Omega no es exagerado.
TaeHyung realmente se ha ido.
Le ha dejado.
JungKook jadea, soltando el sobre como si le quemara, y luego se toma el rostro con ambas manos, observando hacia los lados pues de repente siente que todo a su alrededor comienza a ahogarlo.
Su Alfa le ha dejado.
JungKook lloriquea, haciendo pucheros, coguendo su camisa en un puño para luego tirar de ella, queriendo arrancar el dolor de su pecho, queriendo que la marca en su cuello desaparezca y que todo lo relacionado a TaeHyung salga de su interior.
¿Cómo se supone que va a aceptarlo?
El omega se golpea la frente, sollozando, y patea la carta lejos. No se siente seguro de poder abrirla, leerla y después seguir con su vida sabiendo que el amor de su vida lo ha dejado de la manera más cobarde posible.
Se niega rotundamente.
Mientras se cubre el rostro, liberando todo el dolor en su interior, JungKook casi quiere romper la carta en miles de pedazos, deseando así retroceder en el tiempo, pero no lo hace. Pese a su dolor, sabe que TaeHyung no va a volver, ellos no van a volver, y él, en algún momento de su vida, cuando logre asimilar lo que ha sucedido, querrá leerla por sí mismo, así que reprime sus impulsos. Sólo llora. Llora hasta que la cabeza le duele, hasta que sus ojitos enrojecen, hasta que la voz se le va y el nudo en su estómago le hace querer vomitar. Llora hasta que ya no hay nada para sacar de dentro suyo, hasta que su corazón se cansa de sentir dolor. Llora hasta cansarse.
Y, sólo así, es capaz de recoger la carta nuevamente.
Cuando se encuentra hipando y no está muy seguro de si podrá caminar, Kook sostiene la carta muy cerca de su pecho y se apoya en las paredes hasta llegar a la cocina, donde sabe que YoonGi está, pues no ha oído nunca la puerta siendo abierta. Porque YoonGi no podría irse y
dejarlo así de herido, JungKook sabe.
Porque YoonGi no es como TaeHyung.
Nunca lo fue.
— Omega — el alfa susurra, haciendo pucheros cuando le ve tan destrozado.
— Hyung — JungKook lloriquea, sus ojitos aguándose nuevamente—. Hyung, ¿has leído la carta? — le pregunta.
JungKook no sabe qué esperaba al hacer aquella pregunta, mas la hace. Y, de una manera u otra, la respuesta de YoonGi le hace doler el corazón:
—No. No era una carta dirigida a mí.
Porque, así, es más difícil pedir.
— Hyung... —pucherea.
Y ni siquiera debe poner palabras a su petición, pues YoonGi le conoce más que nadie en el mundo y toma la iniciativa para leer la carta mucho antes de que el omega pueda procesarlo.
— Está bien — murmura. — Está bien, JungKook-ah. Hyung la leerá por ti — asegura mientras le ayuda a sentarse frente a él.
JungKook se deja, sus ojitos siguiendo en todo momento las reacciones del alfa, y agradece en un murmullo cuando éste le extiende una taza con té caliente, acariciándole las mejillas con suavidad para borrar las lágrimas allí presentes.
— Gracias — Kook suspira.
— No hay de qué — asegura —. Hyung será fuerte por ti — YoonGi le susurra.
El omega asiente, cerrando los ojitos cuando YoonGi se inclina suavemente para posar un débil beso en su frente, volviendo a abrir los ojos ni bien siente que el Hyung se aleja para abrir el sobre con calma, no queriendo alterarlo más.
Es un buen Hyung.
YoonGi carraspea para alejar el nudo en su garganta una vez nota la caligrafía de su mejor amigo, haciendo todo eso aún más real. Y es que YoonGi aún no puede creer lo que está pasando, aún no puede creer lo que él leerá, lo que hará.
Aún no puede creer que romperá el corazón de quien está enamorado.
— "JungKook-ssi — YoonGi empieza a leer, ignorando los pobres intentos que el omega hace por no llorar —, puede que ya sepas de qué va esto. Aún así, lo diré: terminamos. Créeme que me cuesta muchísimo decirlo. Realmente te amo, mas no estoy listo para ser padre."
JungKook abre los ojos como platos.
¿TaeHyung lo sabía? ¿Cómo?
—"Sé que en estos momentos te estarás preguntando cómo es que sé esto cuando has hecho hasta lo imposible por ocultar la noticia: pues bien, la verdad es que, en las noches, tu Omega se relaja y se olvida de ocultar tu aroma, por lo que durante estos días me he despertado con el olor a vainilla impregnado en todo el cuarto —JungKook no puede creerlo. ¿Cómo ha sido tan tonto? —. Lo he pensado mucho y sé que prometí que estaríamos juntos por siempre y sin importar qué, pero hoy finalmente me di cuenta de que no puedo cumplirlo. Por mucho que lo intenté, no puedo."
YoonGi traga seco, deteniéndose por unos minutos para calmar a su enojado lobo, el cual le araña las entrañas con todas sus fuerzas, reclamando por hacer llorar al omega frente a ellos.
— "Sé, además, que es de cobarde el irme sin hablarlo de frente, pero ¿qué puedo decirte? Es lo que soy, JungKook."
« Lo siento mucho, mi amor, pero no estoy listo para esto. Quizás jamás lo esté, así que desde ya te pido que, por favor, no te preguntes si volveré. No lo voy a hacer. Me voy para siempre —al alfa se le quiebra momentáneamente la voz cuando escucha a JungKook sollozar —. Estás en todo tu derecho de odiarme, Kook. Firma: Kim TaeHyung."
Y todo lo que YoonGi estuvo sintiendo mientras leía la carta, explota cuando JungKook libera el primer sollozo, al cual le siguen muchos más, pues a el alfa le enoja ver que TaeHyung ha sido asquerosamente frío con el lindo omega
que ha sido su pareja por ocho años.
TaeHyung no ha ni siquiera intentado siquiera tener un poquito de empatía con los sentimientos de JungKook y eso sólo lo hace peor. YoonGi se siente muy enfadado con TaeHyung, pues ahora Kook está llorando desconsoladamente frente a él mientras se cubre el rostro como si le diera vergüenza que YoonGi lo viera tan roto, tan humillado y triste.
Oh, YoonGi está odiando a TaeHyung por lastimar de esa manera a su ángel.
YoonGi aparta las lágrimas que bajan por sus mejillas antes de arrodillarse frente a JungKook. Lo observa por al menos un minuto y luego le toma las manos para que deje de ocultarse. El omega no forcejea, sólo hace un gran puchero y se abalanza sobre YoonGi para llorar contra su hombro.
— ¿P-Por qué? — JungKook le pregunta como si no hubiese oído todo lo que el alfa escribió —. ¿Por qué, Hyung? ¿Por qué? — solloza —. ¿Acaso no me amaba lo suficiente? ¿Acaso no podía esperar a q-que se lo d-dijera?
El alfa no sabe qué decir, así que se queda callado, acariciando la espalda del omega y marcándolo suavemente con su aroma a jengibre para que no se sienta tan solo. YoonGi estará para él.
—Él... TaeHyung...
JungKook no puede pronunciar esas palabras. No puede decir en voz alta que su Alfa le ha dejado. Hacerlo lo sumergirá en una nueva realidad en la que está solo, sin su compañero de vida. Sin su maldito Alfa. Sin el jodido amor de su vida. Sin TaeHyung.
Oh, cómo lo odia por dejarlo.
— Shh.
YoonGi le acaricia el sedoso cabello con suavidad, bajando luego hasta su nuca para darle un suave masaje que busca relajarlo. Y lo consigue. Pronto, Jeon JungKook se derrite entre sus brazos.
— No lo digas si no te sientes listo. No te fuerces. Permítete estar triste, mas no dejes que eso te derrumbe, ¿sí?
— P-Pero no p-puedo hacerlo sin él.
— Sé que ahora sientes que no, pero sí podrás. Saldrás adelante y criarás a tu
cachorro con todo tu amor —asegura.
JungKook niega.
—Podrás hacerlo, Kook. No necesitas a nadie más que a ti mismo. Pero debes estar tranquilo, yo estaré a tu lado y te lo recordaré cada que lo olvides. Vas a ver que en unos meses estarás mejor y este dolor sólo será una anécdota.
JungKook no le cree, mas no lo dice.
— ¿Puedes quedarte esta noche? —le ignora, sollozando — Sólo por hoy, YoonGi Hyung, te lo prometo.
El alfa duda.
— Por favor, Hyung. Necesito que me sostengas porque me estoy rompiendo en mil pedazos — ruega.
Y es que JungKook no quiere quedarse solo esa noche. La ruptura con su Alfa es muy reciente y siente que morirá si se acuesta en la cama que por tantos años fue testigo del gran amor que se tenían. El omega necesita que le sostengan a la vida y YoonGi Hyung siempre fue bueno haciéndolo cada que su Alfa le rompía el corazón.
YoonGi suspira.
— Está bien — cede, enterrando la nariz en los cabellos del menor —. Está bien, me quedaré todo el tiempo que te lleve juntar tus partes rotas — le asegura.
JungKook le observa aterrado.
—¿Y luego qué? ¿Te irás?
— No —el alfa niega con voz calma —. Nunca te dejaré solo, Omega — le jura, posando un nuevo beso en su frente.
Y el débil omega se permite consolar su corazón con aquellas palabras, con esa promesa sellada con un beso. JungKook se permite sollozar contra el pecho del Hyung, haciéndose chiquito mientras YoonGi lo carga por los muslos y lo lleva hacia el cuarto. Se permite aferrarse a los hombros del alfa, separándose sólo cuando éste lo recuesta en la cama. Y, luego, se permite volver a abrazarlo, dejando su nariz pegada a la fuente de aroma de YoonGi mientras lloriquea allí, sintiendo que el Hyung los cubre con las mantas calentitas.
JungKook no quiere pensar en nada por ese momento, sólo quiere dejar que Min YoonGi le sostenga, contenga y le cuide.
Por esa noche.
Por esa semana.
Por ese mes.
Por ese año.
Por toda la vida, quizás.
Sólo quiere que YoonGi lo sostenga.
— Descansa, Kook. Yo te cuido — el alfa le susurra al oído. Y JungKook le cree.
YoonGi jamás le ha mentido.
Merci pour la lecture!
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