taniayaelgonzalez Tania Yael

La odio. La odio porque por su culpa perdí mi normalidad. Pero a la vez la amo. ¿Cómo no amarla? Tan pequeña, tan dulce e inocente.


Science fiction Tout public.

#baby #Padrino #paternidad #niñero #forzado #Alexander #volkov #abril
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Capítulo #1

Primero que nada, eso de despertarse por los rayos del sol porque la ventana estaba media abierta, y que los pajaritos hacían de despertador… Todo eso, eran puras mentiras.


El día estaba horrible, llovía fuerte, hacía frío y no sabía dónde estaba el celular que sonaba sin parar.


Hasta que lo encontré… Debajo del gato.


-Hola- Apenas llegué a decir antes de ser interrumpido

-Hola, no cuelgues, solo quiero avisarte que en 10 minutos bajo a tu casa para que cumplas tu labor de padrino. Nos vemos en un rato- Y colgó.


Yo lo apreciaba mucho, pero eso de llamarme en mi único día libre a casi las 10 de la madrugada, eso era odiarme. ¿Quién me mandaba a aceptar ser padrino?


Lavé mi rostro, preparé el mate y encendí la televisión. Todos los canales diciendo que era mejor quedarse en casa, que había alerta por tormentas fuertes y granizo. Pero no, Alexander Volkov jamás podía tener una vida normal.


-“Aner”- Fue lo primero que oí tras abrir la puerta y juro que el sol salió en mi interior y hasta los estúpidos pajaritos me parecían hermosos

-Alguien quería verte- Se la arrebaté de las manos a mi mejor amigo y la abracé

-Hola pequeña, ¿Cómo estás?- Su risita me demostraba que se sentía bien, luego me dirigí a la pareja- ¿Y ustedes qué? ¿Otra vez tengo que ser niñero de ustedes mientras disfrutan la vida y yo cambio pañales?

-Lo decís como si fuera que hasta el día de hoy pudiste colocarle bien el pañal a Abril por lo menos una vez

-¿Desde cuándo las víboras hablan? – Repliqué a la esposa de mi mejor amigo

-Ya, cálmense los dos- Sebastián era nuestro mediador, pero aún nos seguíamos odiando- Amigo, necesitamos que cuides de Abril, la tía de Jazmín está hospitalizada y queremos ir a verla, pero no podemos llevar a la bebé así que necesitamos que te quedes con ella. Es solo hasta la tarde

-Sigo sin entender por qué la madrina de esta nenita nunca se hace cargo, pero si, no tengo problema

-Si tanto te molesta, prefiero llamar a alguna niñera profesional- Remarcó la última palabra

-¿Ves que ella empieza?- La señalé ganándome la risa del otro hombre en el pasillo

-Mejor ya nos vamos- Me dió un bolso con cosas de la personita en cuestión y la saludaron- Pórtate bien Abril, y molesta mucho a tu padrino, haz que se enoje

-Yo aún tengo dudas de dejarla

-Van a estar bien, Alex estuvo mirando tutoriales de cómo cuidar niños y cambiar pañales- Me delató

-¡Era confidencial! Y mientras más tiempo pases acá, menos convencido estoy


Rieron mientras marchaban. Y no, no tuve ningún presentimiento malo. Tal vez porque no soy supersticioso, o porque se enfriaba el agua de la pava, o porque Abril me estaba pellizcando.

Y lo más probable era la última opción. No parece, pero las uñas de los bebés son mas filosas que cualquier cuchillo de mi trabajo.


-Bien, hoy somos vos y yo. Y espero que el pañal te dure hasta que ellos vuelvan

Ella solo reía, y eso me hacía feliz.


De un momento a otro, la alfombra de mi sala estaba llena de peluches, muñecas y cosas que hacían ruido, en cualquier otra situación hubiera tirado todo por el balcón, pero lo soportaba ya que Abril se estaba divirtiendo.


Mi ahijada tenía 1 año y 3 meses, caminaba muy gracioso y pronunciaba algunas palabras. Y por supuesto que le estaba enseñando insultos, y más hacia su padre. Era una niña hermosa, sus ojos oscuros hacían juego con su cabello castaño y ondulado. Era muy alegre e inteligente, aprendía muy rápido. En parte se parecía a él.


Había conocido a Sebastián desde los 18 años, cuando recién había llegado a la ciudad con mis sueños y esperanzas intactos… Claro está que no todo había salido como lo había planeado, pero estaba conforme con la vida que estaba llevando. Sabía a la perfección que ninguna vida era para siempre, pero sé que algo de tiempo me quedaba.


-Aner- La miré y ella quería ir a la cocina

-Los tontos de tus padres ni te dan de comer, pobre princesa


Luego de un buen rato en el que estuve intentando cocinar, me rendí y pedí comida de delivery.

-¿Te gusta la pizza?- Le pregunté y ella solo balbuceó palabras que no entendí- Bueno, espero que si porque estamos esperando eso


Cuando el timbre interrumpió nuestro juego de muñecas, nos levantamos corriendo por inercia. Tomé el dinero y abrí la puerta


-Hey, no, tú te quedas- Dije mientras detenía a Abril que quería salir descalza por el pasillo, esquivando al chico repartidor

-¿De niñero de nuevo Alex?- Alcé una ceja, ¿desde cuándo este mocoso se tomaba tanta confianza conmigo?

-Hasta que termines de estudiar el secundario parece que sí. Quedate con el cambio- Tomé la caja con una mano y a la bebé con la otra para seguir mirándolo mal hasta que se vaya- Puberto maleducado


Luego de comer y jugar a que ella me arrojara un peluche y yo me hacía el muerto; finalmente se rindió y quiso dormir.


La vi tan tranquila perdida en sus sueños que quise imitarla, pero al ver el desastre que era mi hogar supe que tampoco tendría una tarde tranquila. Comencé a guardar todos los juguetes, limpiar la cocina, el suelo y demás. Realmente admiraba a todas esas personas que criaban solos a sus hijos, que trabajaban y llevaban una vida al mismo tiempo. Yo solo la cuidaba un par de horas y ya me sentía agotado.


Al finalizar, me senté en el sofá y mi gato se acurrucó junto a mi pierna izquierda.


-Simba, si sigues ronroneando fuerte vas a despertarla- Reí mientras acariciaba su panza

Mi mejor amigo me había regalado a su gato porque “tenía miedo de que un caníbal se lo tragara” y porque su novia es alérgica a los felinos. La invitaría al zoológico por pura diversión.


---Flashback---

La puerta estaba siendo azotada muy fuertemente, eso solo lo hacía una persona


-Sebastián- Dije mientras lo dejaba pasar y el caminaba hacia el sillón bastante nervioso, lo cual me asustó un poco- ¿Qué ocurre amigo?

-Quiero decirte algo- Le alcancé un vaso con agua- ¿Recuerdas a Jazmín? La chica que conocí esa vez que salimos a beber con tus primos

-Ah sí, la de pelo castaño- Asintió- ¿Qué tiene?

-Está embarazada

-Amigo, ya te dije que eso de meterte con mujeres casadas ya no es divertido…- Me interrumpió

-Yo soy el padre


Y la siguiente media hora solo me había reído hasta ponerme morado.


-Bueno, ¿y qué vas a hacer?- Pregunté luego de calmarme

-¿Con qué?- Alcé una ceja- Tengo que asumir la responsabilidad, y ni se te ocurra reír de nuevo

-Está bien- Alcé los brazos inocente pero con mi sonrisa burlona aún presente- Aún así te apoyo en todo amigo

-Claro que lo vas a hacer, eres el padrino.

-Estoy seguro que ni siquiera se hizo una ecografía y ya estuviste pensando en nombres

-Callate y ayudame a elegir


Los siguientes meses fueron puro caos. Yo estaba haciendo horas extras en mi trabajo, mientras que los ayudaba a mudarse.


-Eso va en la esquina de la habitación Alexander- Miré con furia a esa muchacha, ya la odiaba

-Me dijiste que estaba bien acá

-Pero queda mejor allá. Yo no puedo hacer fuerza si no te ayudaba- Sonrió con pura malicia

-Voy a cobrármela, lo juro- Murmuré y el muchacho ingresó al cuarto

-Gracias por ayudarnos amigo. Pero necesito un favor más

-¿Quieres huir del país? Te pago el boleto y voy con vos, lo que sea por estar lejos de la bruja de tu esposa

-No se hablen mal- Suspiró cansado y puso una mano en mi hombro- Necesito que cuides de Simba, no puede quedarse en casa porque Jazmín es alérgica


Luego de varias insistencias, y de acercar el gato a la cara de la chica en cuestión, acepté el encargo.


A veces me arrepentía porque era muy destructor y odioso, pero en las ocasiones en las que ni mi madre me hablaba, era una gran compañía. Lo bueno de ese gato era que era muy independiente, bastante limpio y silencioso.

Todo lo contrario a los niños.


---Fin flashback---

Oí unos pasitos acercarse, Abril se acercaba al sofá para acurrucarse junto a mí, del lado contrario del que estaba Simba. Acaricié su mejilla y volvió a dormirse por un rato más.


Me resultaba extraño que en todo el día ninguno de esos dos había preguntado por su hija. Y también más extraño era que siendo las 17hs no habían vuelto. Siempre solían dejarla un par de horas y antes de la hora del té, pasaban a buscarla, siempre llamándome aproximadamente 10 veces en el transcurso del día.


-Son unos malos padres- Dije después de llamarlos sin obtener respuesta alguna


Escuché los balbuceos de Abril y fuimos a preparar su biberón para que lo tomara mirando caricaturas.


Me sentía ligeramente preocupado ya que el tiempo pasaba y no obtenía ninguna señal de que estaban bien.


El cielo se ponía cada vez más oscuro y solo intenté distraerme jugando con la bebé.


Hasta que el teléfono sonó. Maldije por haberme hecho preocupar


-Mira idiota si piensan que voy a cuidar a su hija gratis, dejame decirte que están muy equivocados porque yo…- Una voz desconocida habló


-Disculpe señor, me comunico con el familiar de Sebastián Bracho y Jazmín Ruiz, ¿cierto?

-¿Qué pasó? ¿Ellos dónde están? ¿Quién es usted?-Mi voz llamó la atención de la bebé, a la cual traté de sonreírle

-Me comunico desde el Hospital General Casa de Dios. Tengo que pedirle que se acerque porque necesitamos de un familiar

-¿Qué ocurrió? No me asuste señora por favor. Dígame que pasó

-El señor Bracho y la señorita Ruiz han tenido un accidente. No puedo proveerle más información que esa por teléfono, le pido que se acerque al hospital por favor.

-¿A qué sector tengo que ir? ¿En qué habitación están?

-Pase por recepción por favor.


Y en ese preciso instante, todo pero todo mi mundo… se derrumbó.

30 Mai 2021 20:46 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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A propos de l’auteur

Tania Yael A fin de cuentas... Esta es mi primera vida.

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