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(...)Llegaste a mi, por que el destino lo quiso, desde ese día te volviste mío(...)Pintare tu cuerpo de rojo... CONTENIDO ADULTO +18 Este libro contiene muchas escenas fuertes, lée con responsabilidad. WINNE KISS - Luxforgod Wattpad- luxforgod Sweek- luxforgod


Fanfiction Tout public.

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1'

Abrió la puerta del auto bruscamente y metió algunas maletas en la parte trasera.


Era el momento preciso, al fin iba a empezar a vivir, conocería la libertad, estaría lejos de todo lo que le hace daño y se ocuparía de encontrar su felicidad. La cual había perdido hace bastantes años.


Sus ojos cansados y enrojecidos expresaban dolor, amargura y rencor.

Una sonrisa que daba terror, como si fuera un psicópata o un asesino que disfruta de su 'trabajo'.


[O por lo menos aún no lo era...]


Su nariz aún sangraba por el impacto de los golpes que había recibido. Su cabello negro adornaba aquel bonito rostro.

Piel tan pálida que parecía muerto, la cual hacía perfecto juego con sus labios carnosos y morados por el excesivo frío.


Estaba hecho una catástrofe, pero por alguna razón todo quedaba jodidamente bien.


Ojos rojos y penetrantes, tez de porcelana, la sangre que caía de su nariz empezaba a bordear el labio superior, algunos mechones negros caían en su rostro, dándole un toque especial.

Su camisa blanca y rasgada, jeans apretados, rotos de rodillas y muslos, también color blanco. Y por último unos botines negros.


Simplemente perfecto.


Ellos seguían gritando y golpeando con fuerza la puerta de metal, pero era imposible de abrir. El candado no lo permitirá.

Las ventanas estaban cubiertas con cables eléctricos; un solo rose y morirían.

Jungkook había planeado todo de manera muy detallada.

Nada fallaría.


Empezó a rociar la gasolina alrededor de la casa, tintando la nieve que yacía en el suelo.


Demoró unos minutos y luego se dedicó a terminar de meter sus cosas en el auto de su padre, el cual ahora le pertenecía.


Tenia ropa, alimentos como para dos semanas o más, las ganancias del 'trabajo' de su madre, los ahorros de su padre, cinco galones de gasolina en la maletera, su móvil con batería suficiente.

Sinceramente solo lo llevaba para ver la hora y fecha, ya que había borrado absolutamente todo, e incluso le había quitado el chip. La batería le duraría por mucho tiempo, ya que pensaba tenerlo apagado por días.


Tenía las llaves del automóvil en uno de los bolsillos traseros del pantalón.


Se subió al carro, y un sentimiento lo inundó.

Quiso llorar pero se lo negó a si mismo, sacó las llaves de su pantalón y prendió el carro, lo retrocedió un poco, para que el fuego no lo vaya a alcanzar.


Salio del auto dejándolo encendido y saco el encendedor de una de las mochilas.


—Adiós mamita y papito— dijo con una sonrisa escalofriante. —Los veo en el infierno—.


Prendió el encendedor y lo tiró a la nieve cubierta de gasolina. En pocos segundos inició el fuego; la casa de madera empezó a arder, mientras sus padres gritaban impotentes y más asustados al ver que su pequeño hijo sólo dejaba que el fuego avanzara.


A Jungkook le valió verga los gritos, llantos y desesperación de sus progenitores. El solo sonreía inocente ante lo que había hecho.

Volvió a subir al coche y comenzó a retrocederlo lentamente, mientras observaba su obra maestra.


Veía como el fuego consumía todo a su paso, la temperatura era muy alta y los vidrios comenzaron a romperse.

El humo empezaba a ascender.


Poco a poco el fuego llegaría al segundo piso, donde estaban su habitación. Y se despediría de sus padres para siempre.


Terminó de darle vuelta al auto, y salió a la carretera, la cual estaba completamente vacía.

Piso el acelerador mientras metía un usb a una mini radio. El cual contenía una sola canción; su favorita.


Radioctive - Imagine Dragons


Esa canción lo había acompañado durante muchos años, haciéndolo entender muchas cosas en la vida, por eso era su favorita, por que lo acompaño en sus momentos más difíciles, dándole consejos y llenando el vacío de sus lágrimas, haciéndolo olvidar todo a su alrededor y llevándolo a otra dimensión. A un paraíso donde solo el podía entrar.


Subió todo el volumen y empezó a cantarla tan fuerte que sentía su garganta quemar. Alejándose de esa mierda; a la cual mucho tiempo atrás había llamado hogar.


Su corazón latía a mil. Al fin había logrado conseguir el valor para salir y enfrentarse a todo y todos. Para dejar de llorar como un crío y acabar con todo lo que estorbaba en su vida.


Abrió la ventana del carro y entro un aire tan frío, que sintió como su rostro se congelaba. Pero no le importó y siguió manejando a gran velocidad.


La canción se repetía una y otra vez, pero el solo la cantaba y oía sin cansarse.


Una lágrima empezó a salir de su ojo, cayendo por su mejilla, bajando por su cuello lentamente, hasta llegar a su pecho, siguiendo las curvas de su abdomen marcado. Helando todo su cuerpo.


Más lagrimas seguían saliendo de sus ojos, aunque ninguna como la primera. Todas se rendían en su mejilla y no llegaban a más.


Paro el auto en seco.


Se detuvo a llorar y gritar, maldiciendose a si mismo, mientras la canción lo acompañaba una vez más, en su sufrimiento.


Pasaron veinte minutos y se quedó mirando aquel auto.

Un Chevrolet Camaro de 1967, un vehículo hermoso color negro y en perfecto estado.

Su padre había ahorrado mucho dinero, para inverrirlo en ese auto.

Cuando lo compró, lo cuidaba más que a sus propios hijos.

Era por eso que Jungkook decidió llevarse el Chevrolet y no uno de los otros dos.


Tomó el volante y empezó a avanzar lentamente para poco a poco ir aumentando la velocidad.

- - -


6:35 p.m


Su estómago empezó a gruñir.

—Mierda— se había olvidado por completo de comer. Ya había pasado más de un día sin ingerir ni agua ni comida.


Cuadró el Chevrolet en una esquina de la carretera y salió de este.


Para su corta edad de 17 años, conducía muy bien.

Su hermano mayor se preocupó mucho en enseñarle con paciencia y dedicación, hasta volverlo un experto como lo era él.


Empezó a buscar una de las maletas que contenía comida, pero no la encontraba.

Todo era un desorden y eso era una de las cosas que más odiaba Jungkook.


Le causaba una gran ansiedad que algo no estuviera en su lugar.


Comenzó a ordenar las mochilas y lo que había dentro de cada una de ellas.

Al fin encontró una parte de la comida junto a unos polos y calcetines.


Termino de arreglar todo, dejando a fuera una gasa, unas galletas y un termo con chocolate caliente.


Se dispuso a limpiar su nariz con la gasa y al terminar, a comió las galletas junto al chocolate.


Subió al vehículo y manejó hasta las 9:57 p.m, esta vez sin música.


La noche era oscura y fría. Empezó a nevar y el chiquillo cerró la ventana. Se acomodó un poco en el asiento y se puso a pensar en si en verdad sus padres habían muerto. Si él los había matado.


El remordimiento inició a invadirlo, haciéndolo sentir culpable. Sacudió su cabeza para olvidar ese tema, pero no sirvió de mucho. Seguía distraído.

Encendió las luces del Chevrolet, ya que la luz de la luna dejó de ayudar a su vista.


De pronto algo cruzó la carretera muy rápido. Jungkook que estaba perdido en sus pensamientos, se asustó y perdió el control del auto.


Trato de frenar, pero era imposible. La carretera estaba cubierta de hielo y esto la hacía resbalosa. El auto se desvío para un costado.


Todo fue muy rápido.

Jungkook termino desmayado y el carro quedó atrapado entro dos árboles en el bosque.


Poco a poco despertó, tenía un dolor de cabeza y un sonido que lo aturdía. No sé encontraba tan grave, debido a que la bolsa de aire se había activado.


Salio del Chevrolet tambaleándose.

Miraba todo borroso debido al impacto ocurrido, trato de caminar pero cayó por lo débil que estaba.

Volvió a ponerse en pie y lo consiguió.

Abrió una de las puerta de atrás y sacó la mochila que tenía su celular.

Se apoyo en el vehículo mientras sacaba el celular.

Miro la hora.

Había estado más de una hora inconsciente.

Eran las 11:13 p.m.

Empezó a maldecir a la nada por lo que le había pasado.


Ya podía caminar mejor, y su vista se había recuperado. Lo que le seguía molestando, era el dolor y el ruidito en su cabeza.


—Jodido auto, no sirves para nada— Jungkook sabía que el carro no tenía la culpa, pero necesitaba desquitarse con algo.


Subió al Chevrolet y se quedó un rato sin hacer nada.


Se le pasó el sonido y el dolor en la cabeza.

Iba a dormir hasta que se le ocurra alguna idea en sueños. Pero empezó a escuchar ruidos.

Parecía que había gente en el fondo del bosque.

Se oían fuertes gritos a la distancia.


No creyó que hubiera alguien por esas zonas. Todo estaba desolado y el ruido venía de muy adentro.


Quizás esas personas podrían ayudarlo a sacar el auto del bosque. Así que bajo del carro y empezó a sumergirse en la profundidad del bosque. Alejándose cada ves más y más del Chevrolet.


—Donde putas están— ya había avanzado una distancia prudente, pero aún no llegaba a nada.


Se seguía guiando de los gritos hasta que se detuvo y pensó que; quién chucha podría estar tan adentrado en un bosque a la mitad de la nada.

Y qué era lo que gritaban, qué estaban haciendo.


El era inteligente así que empezó a dudar, si seguir avanzando o no.

Los ruidos estaban más próximos y eso lo alentó a seguir.

Después de todo, el había asesinado a sus padres.

Ya nadie le podría hacer nada.


Ojalá si se hubiera arrepentido y regresado al auto.



1 Mai 2021 21:06 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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À suivre… Nouveau chapitre Tous les samedis.

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