magicalhighness Magical Highness

Cuando el Rey Zigor muere, Zenda la heredera al trono sospecha de su madre por el asesinato de su padre. Ella se tiene que adentrar en un mundo de aventuras y traición arriesgando su propia vida para llegar a la verdad.


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#fantasia #magia #reinos #romance
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1 capitulo.

Estaba en el funeral del rey Zigor mi padre. Llevaba puesto un vestido negro pegado en la parte superior sin mangas, al iniciar la cadera era suelto, este llegaba hasta arriba de la rodilla, llevaba unos tacones de punta fina, mi pelo lo había dejado en su forma natural, liso con pequeñas ondulaciones al final, me había aplicado un labial rojo sangre, el cual resaltaba mi piel morena. Mi madre se acercó a mí con una pequeña sonrisa en su rostro.


-Hija.


-Madre, ¿ya saben algo de la muerte de mi padre? -pregunté sería con los ojos llorosos.


-Hasta ahora están investigando sobre eso, ¿por qué?


-¿Cómo así que por qué?, murió padre y tú compras una estatua tuya para ponerla en el jardín -dije con voz nostálgica y secando las lágrimas que habían brotado de mis ojos.


-¿Qué estás insinuando Zenda?, ¿Qué no me importa tu padre?, yo daría la vida por él y en este momento todo el reino está apoyándonos, mientras tú formas una escena que no tiene ningún sentido.


-Madre por Dios, Él no te importaba, ¡sólo te importaba su plata, su poder y su magia!


¿Magia?, sí, no somos un reino normal, mi padre era hombre más justo, él era un hechicero, el mejor de todos, de pequeña me llevaba a practicar para poder controlar mis poderes, él podía hacer lo que quisiera cada día mejoraba sus poderes, él quería que yo fuera mejor que él, decía que tenía más magia que todas las personas del reino, una magia distinta rara de encontrar, curativa pero también muy dañina, pudiendo forzar la voluntad para dañar, nunca he hecho eso, Zigor tenía un lema, el decía: "Si la magia existe en tu interior nunca la uses para hacer infeliz a alguien". Siguiendo con los poderes puedo coger los tejidos de la piel de las personas, puedo sacar la sangre de una persona de su cuerpo y que muera desagrada algo perturbador, solo lo he hecho con una o dos hormigas. Y mucho más poderes, que poco a poco los aprendía con mi padre, mi madre nunca me apoyo con el aprendizaje de la magia, decía que era inútil que lo que tenía que aprender era a ser la mejor esposa, tan obediente como un roble para cuando me casara.


Zigor se casó con una chica normal, sin poderes, él amor pudo más que las diferencias. Maxim, así es como se llama mi madre, es una mujer misteriosa no se sabe mucho de ella, no cuenta su historia antes de casarse con Zigor como si no tuviera una.


-Zenda, si sigues con estas acusaciones te vas a tu cuarto, quiero darle una despedida en paz a tu Padre -dijo mi madre.


-Vale, madre -musito.


Llegó el padre Félix hizo la oración del entierro del cuerpo del Rey, él puede comunicarse con los ángeles. Después de eso él le dio paso a los discursos de los familiares, yo quería hacer uno, pero lo va a hacer mi madre.


-Zigor, fue un rey bondadoso, fue una persona memorable, justo, simplemente maravilloso, murió anoche todavía no se sabe su causa, pero no entiendo por qué tuvo que morir, él era alguien que siempre ayudó a la gente, a las criaturas, a todos. Su muerte nos va a dejar un vacío muy grande. Él siempre apoyaba a su gente, a pesar de sus propios problemas. Un padre excelente que le enseñaba a mi hija el valor de la vida y la magia. Un esposo magnífico que no solo se encontraba en los momentos buenos, también en los malos. Como rey ponía la razón en vez de sus intereses personales, esto puede ser algo muy triste, no puedo aceptar su partida, pero debo. Me duele que esto haya pasado, me duele su ausencia, pero siempre lo recordaremos con una sonrisa en la cara, con sus ojos brillantes llenos de alegría, como él seguramente quería que lo recordemos -dijo Maxim con voz quebrada y los ojos llenos de lágrimas.


Después del sepelio donde cremamos a mi padre y dejamos que las cenizas fueran llevadas por el viento hacia las montañas nos dirigimos al castillo.


-Hija, se que estamos muy tensionadas, por la muerte de tu padre, pero necesitamos estar unidas, seguramente ahora tú debes casarte.


-¡Casarme! soy muy joven para eso.


-Tienes 18 años, ya es hora de que tu gobiernes.


-Que yo gobierne -dije irónica -, ¿por qué no lo sigues haciendo tú?


-Tu padre murió, no puedo gobernar sin él.


-Me estás diciendo que necesitas a alguien para gobernar.


-Te estoy diciendo que es tu tiempo para gobernar, esto iba a pasar tarde o temprano Zenda.


-Gobierno, pero, sin casarme. No me pienso casar.


-¡Maldición Zenda!, toma tu maldita responsabilidad con madurez. Hoy vas a ver a un muchacho que te quiere conocer y vas a elegir a uno, así que vas a ir a tu cuarto a ponerte el vestido que está sobre tu cama.


-Pensaba que venían diferentes personas a las cuales podré elegir, no sólo uno. ¿O va a ser un matrimonio arreglado, madre?


-Este es es el mejor, así que trata de agradarle.


-No debería ser al revés, que él me agradara a mí.


Me dejó hablando sola y bajó del carruaje para dirigirse al castillo. Es increíble, casarme apenas muere, ni un día de consideración.


-Señorita debe bajar -me informa un Minotauro, un guardia real.


-Agh, lo se Arlet, solo que son muchas cosas que debo procesar -dije irritada, masajeando mi cabeza.


-Lo sé señorita, pero lo puede procesar mientras camina.


-Si Arlet, ya se que debo bajar. Arlet, por cierto sabes quien se encarga de la investigación de la muerte de mi padre.


-Es información confidencial, su madre lo específico muy bien.


-Claro, mírame.


-No va a utilizar su magia señorita.


-¡Ahora! -impuse.


Arlet se negaba a mirarme, así que cogí su cabeza lentamente y la voltee para que me mirara.


-Ahora Arlet dime, quienes se encargan de la investigación de la muerte de mi padre.


Sus ojos se empezaron a tornar de color rojo, su color natural era café, los Minotauro son como toros grandes, con unas cachos filosos igual a sus dientes.


-Los zoritorks.


-¿Los zorros parlantes?


-Son muy inteligentes, son criaturas que huelen y distinguen todo a kilómetros.


-Claro, lo siento.


Me retiré y me dirigí al castillo, fue a mi habitación donde se encontraba Lys Levana, mi dama de compañía o asistente personal, básicamente la que siempre estuvo conmigo. Ella era una criatura muy particular. Una Licaridas, casi todas las de sus especies eran de pelo rojo, piel amarilla, con un tentáculo como tercer pie, estas criaturas son emocionales, amigables, sociables y muy inteligentes.


-Hola señorita Zenda, su madre me avisó que la quiere en 15 minutos en el salón real.


-Hola Lys, que te he dicho de llamarme solo Zenda.


Ella me cae bien, por esa razón me puede decir solo Zenda, algunos empleados me caen bien son leales a la princesa, otros por otra parte prefieren ser leales a la reina. Lo entiendo, por el poder y todo eso, pero yo soy mucho más adorable. O tal vez no, pero no importa.

-Perdón Zenda, vamos a arreglarte.


Bufé y asentí con la cabeza, vi el vestido que estaba sobre la cama, era un vestido color azul cielo con bordados de oro, ceñido al cuerpo con una abertura en la parte delantera en la pierna derecha, sin mangas ni tirantes y la complementa una cola larga hasta el suelo. Con unos tacones dorados. Lys me peino con una corona de trenzas con el cabello suelto, después me aplique un poco de perfume y estaba lista.


-Te ves hermosa.


-Si, gracias.


-¿Qué pasa?, te noto rara.


-¿No crees que es muy pronto para casarme?, digo quiero vivir, experimentar el mundo.


-Claro cariño, pero esto tenía que pasar, solo que se adelantó por la muerte de tu padre. Tu vas a ser una grandiosa reina y no debes tener miedo de que no vas a poder.


-Casarme con un desconocido, mi padre si encontró su amor por el que vivía.


-Y qué tal la persona que vayas a ver hoy es el amor de tu vida -expresó con dulzura.


-No, él simplemente va a ser alguien con el cual madre quiere que me case.


-Lo siento pequeña -dijo desanimada -, pero ve con el mejor de los ánimos, tu madre y ese chico ya te deben estar esperando.


Asentí y bajé al salón real, se encontraba un chico, era de piel trigueña, pelo negro ondulado, sus ojos era color miel; El llevaba puesto un traje blanco con hombreras de armaduras. Cuando llegué al salón él me miró, y después comento:


-Es un placer conocerla princesa Zenda.


-No puedo decir lo mismo -dije con una sonrisa en la cara.


-Zenda, trátalo con respeto, él va a ser tu marido -aseguró mi madre.


-Si, claro. Pero no creo que se vaya a casar con un muerto.


-¿Qué quieres decir? -preguntó confundido.


-Que primero muerta antes de casarme contigo.


-Zenda comportarte -sermoneo mi madre -, lo siento Joel, los voy a dejar solos mientras yo hablo con tu padre, traten de no matarse -dijo mi madre divertida.


-No te prometo nada -notifique a mi madre, pasando mi lengua por mi labio superior.

-Solo no le hagas daño.


-Yo lo puedo manejar, no hay de qué preocuparse, seguro nos llevaremos muy bien, ¿no Zenda?


Mi madre salió del salón real dejándonos a Joel y a mi solos.


-Así que te llamas Joel.


-Eres un poco testaruda, creo que toca cambiarlo.


-¿No te gusta? -pregunté inocente.


-No, un rey necesita tener una reina sumisa, como le explicó a tu pequeño cerebro.


Okey, me estoy cansando ya se está pasando, me empecé a concentrar y empezaron a salir chispas moradas de mis manos apunte a él haciendo que cayera de rodillas y su piel se empezó a volver de color blanco como un papel, esto seguramente haría que muriera asfixiado, pero como tampoco soy tan mala solo le quitaré un poco la respiración.


-Pará, por favor -suplicaba.


-Lo haré, en dos minutos, no vas a morir, hoy. Te lo aseguro.


Llegó mi madre y un señor a la sala, me distraje dejando a Joel en paz, yo conocía a ese señor, lo había visto con mi padre, cuando se encontraba vivo.


-¿Qué has hecho? -preguntó el señor corriendo hacia Joel que estaba acostado en el suelo.


-Oh, nada grave, solo le quite la respiración por un momento.


-Casi lo matas, ¡a mi hijo!, tu hija es inaceptable Maxim.


-¿Es su hijo? -pregunté tranquila.


El hombre me ignoro y mi madre me miró con una mirada que significaba que estaba en problemas.


-Lo siento mucho Goran, cualquier cosa que pueda hacer para arreglar esto, dime.


-Claro que vas a hacer algo. La boda no será en tres semanas, como lo teníamos planeado, sino en dos días.

1 Avril 2021 13:40 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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