El sentir Suivre l’histoire

Era como si lo que sentía fuera un lugar, un lugar en donde no podía mover ni sus piernas ni sus brazos, era un lugar que no le llegaba hasta el cuello sino justo arriba de los labios, un lugar que le mantenía en silencio. Ya llevaba tiempo allí, y no sabía cuánto.

Estar en ese lugar, sentir ese lugar, era como estar en un mar de lodo espeso, pegajoso y sobre todo denso. Era como tomar aire sin poder expulsarlo, era el cuerpo hinchándose de oxígeno dentro del lodo y que por consecuencia al intentar soltarlo, se terminaba tomando más aire.

Era todo eso, era estar dentro del lodo con la eterna desesperación de no poder soltar el aire que se acumula, y al mismo tiempo ver el cielo sin saber si amanece o anochece, porque se siente todo menos el tiempo. Era querer salir pero asumir ese fracaso, porque la densidad del barro entumece las rodillas y las manos, porque de todas maneras, hasta donde alcanza la vista solo hay días y noches mezclados en la penumbra... Y el pegajoso e imponente mar de lodo.