“Ahí va mi héroe, míralo como él va;
Ahí va mi héroe, él es ordinario.
No es el mejor de ellos, desángralo,
Mientras que el resto de ellos desaparecen.
Bien hecho,mi héroe, dejando todo lo mejor
Tú conoces a mi héroe, el único que está de pie.”
[FOO FIGHTERS– My Hero]
Era de noche en aquella fría y nublada ciudad; una joven caminaba aprisa por las solitarias calles, esperando que su suerte, a veces un poco escasa, le ayudara esta vez; le imploraba a sus ángeles guardianes que no la abandonaran, que le guiaran con bien entre aquellas peligrosas calles que había tenido que atravesar antes de llegar a su destino.
Desde las sombras le acechaban con deseo, devoraban su figura en la imaginación, mientras sus ojos celestes reflejaban todo el temor que sentía ante la proximidad del peligro; ella descubrió que ángeles guardianes le habían abandonado, una vez un hombre salió de las sombras al acecho de su femenina esencia.
Aquel hombre le siguió por las calles, mientras ella buscaba escapar a dicho cruel fin; no pudo hacer mucho y él le acorraló como una oveja asustada en un callejón. No había salida, no había salvación; la suerte que le había acompañado a lo largo de su vida le había fallado. Estaba ahí indefensa ante aquel hombre de mirada lujuriosa, el pánico se apoderó de cada célula de su ser mientras se perdía en los ojos oscuros de su atacante, de la bestia.
«¡Dios mío sálvame! ¡Alguien por favor!» Imploraba en su fuero interno, mientras observaba atónita esa horrible mirada de deseo en los ojos de aquel desconocido. Lo único que pudo hacer fue gritar una vez aquel hombre estuvo demasiado cerca, demasiado.
Cerró sus ojos con fuerza, temerosa, esperando lo peor, cayendo al suelo aterrorizada, pero nada había ocurrido aun; tan solo el sonido seco de un golpe seguido de un fuerte estruendo irrumpió en sus oídos, inmediatamente abrió sus ojos notando al atacante en el suelo y frente a ella dándole la espalda estaba un joven. Solo podía ver aquel hermoso y sobresaliente cabello rojo sangre del joven frente a ella, el cual parecía encontrarse húmedo por la lluvia que comenzaba a caer sobre ellos.
La leve quietud del momento pareció romperse una vez el hombre caído se puso de pie con toda la intención de golpear a quien le había derribado, fue al ataque prontamente y se encontró de nuevo con un par de golpes sutiles y precisos que le derribaron de nuevo. Tras la derrota no tuvo otra opción más que retirarse de allí derrotado, corriendo como una rata de alcantarilla, como lo que era.
Aquella chica con lágrimás en sus ojos y un suspiro de alivio habían dejado perder su mirada aliviada en su salvador, quien se había acercado a ella mostrándole el rostro más hermoso que había visto en su vida y al mismo tiempo impregnado de una tristeza intensa.
Aquel par de ojos verdes tenues le atraparon, enseñándole aquella veta mortífera de dolor difícil de ignorar, aquella que desde ese preciso día le atraparía día y noche; sus ojos contrastaban con una piel pálida y débil ante un cabello de tono rojo sangre, muy vivo imitando un color vital, rebelde de puntas levemente onduladas que caía hasta las clavículas. Bajo sus ojos se encontraban unas marcadas ojeras que acentuaban más su extraña apariencia triste y depresiva, guiaban al misticismo, despertaban la curiosidad.
Traía puesta una chaqueta de tela negra y unos extraños guantes que dejaban ver solo los esbeltos y delgados dedos. También llevaba puesto un pantalón azul oscuro y un par de tenis de color negro algo viejos. Se trataba de chico alto, a simple vista podían tratarse de unos 1.78 cm de estatura, algo que versus la chica era ciertamente un poco intímidante. Aquel chico parecía ser a simple vista alguien de semblante serio con ciertos toques de lejanía. Para aquella chica después de ser salvada tan solo agradecía el simple hecho de seguir allí, de que ese extraño y hermoso ser la hubiese ayudado.
— ¿Se encuentra bien?
Aquella profunda y aterciopelada voz que surgió de él le heló los huesos a la joven, quien tan solo se quedo mirándole en completo silencio.
Él la observaba, había estado caminando por las desoladas calles como lo acostumbraba dispuesto a adquirir su veneno y en si su elixir. Se distrajo al escuchar un grito de mujer proveniente de un callejón cercano. Corrió lo más rápido que pudo, por lo general jamás ayudaría a nadie ya que obviamente nadie lo ayudaría a él, pero esta vez algo lo indujo a hacerlo, algo que aun ahora no comprendía.
Cuando llego a ese lugar observo a la chica más hermosa que había visto en años, todo un ángel: de cabello castaño claro y lacio, ojos azules intensos, un rostro lleno de inocencia y como olvidar aquella hermosa piel blanca acaramelada que esta poseía, algo que fácilmente la convertía en presa de los buitres asquerosos que rondaban ese lugar. ¿Qué hacia una chica como ella en un lugar como ese? Guiado por sus impulsos tal vez decidió ayudarle a librarse de aquella rata de alcantarilla que había huido una vez se le dio la oportunidad. Ahora solo quedaba asegurarse de que aquella chica estuviese bien, una vez comenzado algo debe terminarse de igual forma.
La miraba fijamente, ella estaba ahí como en shock mirándole atentamente con sus ojos claros. Tuvo que tomarle por los hombros después de hablarle y sacudirle levemente, obligándole a tomar alguna reacción; ella tan solo dejo escapar un quejido que no disipó en ningún momento el estado de shock ante lo ocurrido, ante el miedo. ¿Quién no lo estaría? Ella iba a ser accedida carnalmente por uno de esos malditos buitres y tan solo era una chiquilla inocente que no tenía por qué estar allí. De repente tiernas lágrimás surcaron aquellas hermosas mejillas levemente sonrojadas hasta que por fin su voz fue audible…
—…Gracias…
Aquella hermosa voz articulo aquella palabra mágica que muy pocas veces en su vida el joven había escuchado para él; pocas veces se daba la “molestia” de ayudar al otro y era entendible desde ese punto comprender su extrañeza ante ello, un “gracias” tenía cierto poder que le incomodaba.
—No debería caminar sola y tan tarde en un lugar como este, no es seguro para usted.
El pelirrojo aparto la mirada sutilmente en seriedad, intentando no demostrar conmoción debido a aquella palabra “incomoda”. Ella estaba aliviada, mientras él le ayudaba a caminar; aun estaba en shock, no conocía a este chico y esa veta de dolor en sus ojos le causaba curiosidad, una tal vez muy intensa.
¿Quién era él? ¿Cuál era su nombre? Quería preguntarle pero tuvo miedo, no le era muy fácil entablar conversaciones con los demás, la timidez solía dominarla. Y allí estaba rodeada por su brazo cálido alrededor de su espalda, en completo silencio entre las preguntas que surgían acerca de este misterioso joven, mientras se sentía protegida por él.
Cuando pensó que todo estaba perdido él llego para salvarle como ángel guardián invocado, parecía más un cuento que la realidad, pero era real, una curiosa realidad. En silencio ambos se encontraban acompañándose entre las sombras de aquel lugar infestado de maldad, a lo lejos la luz de un taxi indicaba que era hora de despedirse, no sabían nada el uno del otro pero ahí estaban tan cerca y a la vez tan lejos entre un cómplice silencio.
Y el momento de decir adiós había llegado, él le abrió la puerta trasera del taxi, ayudándole al mismo tiempo a entrar. Una vez adentro la chica dejo su tímida y bella mirada fija en la fría mirada del joven esperando que ocurriese algo que le permitiera verle de nuevo.
—Sea más ciudadosa la próxima vez…— Dijo él, mientras en aquella misma seriedad cerró la puerta del auto indicando el final de aquel encuentro casí fugaz, de aquella casualidad.
—Lo seré… Muchas gracias…— intento ella sonreírle en forma de despedida, pero este sin darle mucho tiempo se alejó del taxi, indicando el adiós que ella esperaba no tener.
Mientras el Taxi se alejaba un suspiro pesado surgió de ella, frustrada por no haber podido hacer algo más para retenerle, este momento podría no volver a ocurrir y nunca más versen ¿Cuándo vería aquellos ojos color esmeralda de nuevo? Tal vez en su imaginación, solo allí volvería a verle, un chico como este jamás se volvería a cruzar en su camino, de eso estaba tristemente segura.
Lo que ninguno imaginaba era lo que el destino tenia preparado para ambos, que había comenzado desde esa noche.
Merci pour la lecture!
CAPÍTULO II - ALONE I BREAK PARTE 1
Adolescencia efervescente, emociones que se incrustan en la piel.
CAPÍTULO III - ALONE I BREAK PARTE 2
Un pasado turbio que responde a la actitud tosca del protagonista.
CAPÍTULO IV - ALONE I BREAK PARTE 3
Protagonista femenina brillante, dulce, que se esfuerza en tener empatía
Las diferencias entre los mundos de los dos son abismales, pero entablas un buen puente entre ellos.
CAPÍTULO VIII - PEOPLE HELP THE PEOPLE PARTE 1
El bullying que vive Cloe es también triste y real. Merci por este componente realista.
CAPÍTULO IX - PEOPLE HELP THE PEOPLE PARTE 2
El tema de la autolesción se manejó con seriedad, muy bien
CAPÍTULO IX - PEOPLE HELP THE PEOPLE PARTE 2
El nivel de maltrato hacia Seth es gigante. Problemas reales en contextos realistas. Muy bien hecho.
No sé dar reseña en el último cap., pero escribo aquí que me ha encantado esta historia por cómo se ha desarrollado. Tu narración me ha enganchado y las relaciones de los personajes me han parecido más reales que en otras historias leídas. :)
Nous pouvons garder Inkspired gratuitement en affichant des annonces à nos visiteurs. S’il vous plaît, soutenez-nous en ajoutant ou en désactivant AdBlocker.
Après l’avoir fait, veuillez recharger le site Web pour continuer à utiliser Inkspired normalement.