Érase una vez, un reino mágico de cuento de hadas: el reino de Gambaria, conocido por sus jardines de tulipanes a rayas, sus pequeños pájaros piadores de color azul tortilla, su enrevesado río Secuelo que atravesaba el reino haciendo eses, su plaza Grande, sus edificaciones de piedra moteada y, sobre todo, famoso por sus criadores, perdón, sus criaderos de gambas y por la calidad de estas.
Los gambeños eran gente respetada y reputada en todos los cuentos de hadas y sus platos de gambas al ajillo, en gabardina, al vino blanco, al pilpil o en tortilla no tenían parangón.
Pero su buena reputación se esfumó el día que a la bruja Truka se le cruzaron los cables y maldijo el reino, con sus jardines, su río, sus pájaros, su plaza… Desde ese día, todo cuanto crecía, se movía o estaba dentro de las fronteras del reino de Gambaria se volvió rosa, todo menos Truka.
Como os podéis imaginar, el día que sucedió aquello y los habitantes del reino de Gambaria se despertaron en unas camas de sábanas rosas, vestidos con camisones rosas, en unas habitaciones rosas y se calzaron sus zapatillas rosas, se alarmaron mucho. Muchísimo.
Pasada una semana insultaban a la bruja en varios idiomas y algunos dialectos…
He decidido subir el boceto del mapa de los siete reinos, a ver si se ve bien.
Mundo imaginario donde transcurren muchas de las historias que cuento. En savoir plus Legendaria.
Merci pour la lecture!
Si hay un color que de verdad tiñe por completo este cuento, tan clásico, tan diferente, es el del absurdo. Hay pasajes sublimes de tan locos. Un viaje que se recorre sin que en ningún momento la sonrisa se apee de nuestra cara. Un relato encantador.
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