Arrugaba con fuerza moderada aquel examen que fue el detonante para llevarlo a la cruda realidad. Soltó el aire y parpadeo buscando desplazar las lágrimas anegadas que amenazaban con fluir libremente; quiso hacer una rabieta a mitad del salón, no lo entendía, nada estaba saliendo como lo pensó.
La vida como universitario no era el sueño rosado que pensó.
Sus notas eran un asco, si seguía a ese paso, acabaría perdiendo sus vacaciones de verano y dando extraordinarios, lo peor era que sus problemas no solo se centraban en sus bajas notas universitarias, era una extensa lista que podía resumirse a que ya no tenía dinero, ni siquiera para darse el lujo de un ramen.
Era en esos momentos donde se recriminaba el no haber aceptado el dinero que su padre le ofreció tiempo atrás, ya era muy tarde para llegar a la casa del hombre adinerado buscando ese cheque que había rechazado con tanto orgullo, en ese entonces se dijo que nunca necesitaría más de sus padres.
Ahora veía que se había equivocado.
La vida no le estaba sonriendo en absoluto, pero su orgullo y dignidad le impedían doblegarse ante su necesidad, ni loco pensaba volver a su hogar, prefería ser echado de su cuarto e irse a dormir bajo un puente a tener que aguantar los gritos de sus padres, los maltratos y las malas caras.
Taehyung tenía claro que lo mejor sería comenzar a buscar nuevos planes; con esperanza giró su mirada hacía Jimin, tal vez podría pedirle el favor de quedarse unos días en su cuarto, no le importaba dormir en el suelo y escuchar los ronquidos del chico, podía soportarlo, pero al ver como el mencionado tomó el rostro de la hermosa chica pelirrosa para dejar un sutil beso cariñoso, tuvo que desechar su plan.
Claro que podía hacer oídos sordos y aguantar ronquidos altos, pero por nada del mundo se volvería el mal tercio entre Jimin y Chaeyoung, menos cuando la chica solo era dulce con su novio y con los demás se volvía una víbora al ataque. Taehyung suspiro pesado, todo estaba saliendo ya mal que comenzó a sentirse agobiado, más cuando el profesor dejó caer su palma con fuerza sobre su pupitre, sacándolo así de sus pensamientos y quejas mentales.
—Sal de las nubes, Kim —dijo en voz alta el profesor, de forma que los demás estudiantes que le rodeaban no pudieron contener la risa.
Pero eso no fue lo peor.
Lo que hizo a Taehyung sentir que iba a irse de espaldas y desmayarse, fue ver el rostro serio del mayor a solo escasos centímetros, aquellos orbes oscuros sobre el, clavándose como bolas de fuego en su piel canela, quemando todo a su paso. Intentó desplazar el nudo de emociones sobre su abdomen, pero ver aquel movimiento de cabeza del opuesto, le impulsó a tragar saliva de forma pesada.
El jodido profesor se acercó más, de tal manera que Taehyung podía ver los poros perfectos del más grande, ese señuelo de un intento de barba y palpar con claridad la exquisita mezcla de esa colonia varonil que ya había memorizado, menta fresca y una estela ligera de tabaco.
Era perfecto, embriagante y casi sublime se aquel cúmulo de detalles se juntaba, tanto que Taehyung podía olvidar lo mucho que odiaba al profesor Jeon y los malditos problemas que le acechaban.
Parecía ilógico que Taehyung dijera odiar al profesor Jeon, y a su vez sus pensamientos siempre estuvieran en imaginar a su mayor recargado justo en ese barandal oxidado de la terraza exclusiva para maestros, con la mano izquierda sosteniendo un cigarrillo, de los caros –de esos que el pelirrojo jamás encontraba en las fiestas de los universitarios–, una nube de humo bordeando el rostro inexpresivo, y el ancho cuerpo contenido en aquel traje sastre de dos piezas.
Todo un deleite.
—...Si prestará más atención a clases y no estuviera pensando en idioteces, sus notas no serían la basura que son —la voz molesta del profesor hizo a Taehyung romper su burbuja de pensamientos y volver a la realidad.
El profesor Jeon Jungkook era un cabrón.
Uno muy apuesto, pues aún con la reprimenda que le dio a Taehyung, este no pudo pasar por alto como los bíceps del mayor se contrajeron ante el movimiento sutil para retirarse los anteojos y acomodarlos sobre su espesa melena azabache.
El silencio del aula y ver la espalda ancha del profesor alejarse a grandes zancadas, hizo a Taehyung apenarse. Las mejillas ahuecadas del pelirrojo no tardaron en adquirir el tono de su cabello, y por fin la vergüenza llegó de golpe al sentir las miradas de burla y pena de sus compañeros. Tuvo que bajar la cabeza al no soportar aquello.
Lo odiaba.
Si bien el profesor Jeon calentaba sus bragas, también le hacía querer golpearlo justo en su atractivo rostro. Y es que Taehyung juraba su odio hacía el mayor era totalmente justificado, no solo por exponerlo ante la clase como un despistado, sino porque evidentemente el mayor tenía algo en su contra, y si su profesor le odiaba, él podía tener el mismo sentimiento y al doble.
Al inicio, quiso entender porque sentía que el profesor Jeon le detestaba, se esforzó por agradar al mayor, incluso ser el mejor en la clase, pero sin importar sus esfuerzos al terminar la hora, siempre terminaba siendo regañado y avergonzado frente a sus compañeros. No lo entendía, no había hecho nada malo, hasta hacía las mejores notas con diferentes plumas de colores y marcadores, pero eso no bastaba porque incluso con ello, sus calificaciones solo bajaban.
Debía ser algo personal.
Fue lo que terminó por pensar Taehyung, pues no explicaba como hasta Jackson, quien evidentemente era un fiasco para la Física, podía sacar un 7, mientras él ni siquiera se acercaba al 6.
¡Jodido e imbécil profesor Jeon!
Pero pese a su esfuerzo por despotricar en silencio contra el mayor, Taehyung dejó las blasfemias a medias al ver cómo el profesor Jeon subió con elegancia al estrado, dejando en claro que su excelencia como docente de Física no sólo radicaba en saber la definición de tiempo y espacio, sino también en mantener de forma admirable aquellos músculos bien trabajados.
No podía negarlo, el profesor Jeon era de los hombres más guapos que había visto en toda su vida, con 35 años, aun podía ser confundido como estudiante, pero muy lastimosamente la actitud de mayor lo delataba como un viejo amargado, por lo menos con él.
—Si quieren disfrutar de sus vacaciones, más les vale que se pongan a estudiar —habló el mayor—, o de lo contrario terminaran igual de perdidos que el joven Kim, quien parece tendrá que encargarse de mantener los asientos calientes todo el verano para ustedes —burló, destellando esa maldita sonrisita de lado que a Taehyung le provocaba unas enormes ganas de cachetearlo y después besarlo.
El pelirrojo hizo caso omiso a las burlas, negó con la cabeza y se dejó caer sobre el pupitre, ya tenía muchos problemas, y fantasear con uno de los causantes de sus problemas, no era lo más adecuado. Espero a que la clase terminará y no dudo en ser el primero en salir corriendo del salón, no quería estar en ese espacio cerrado con sus pensamientos tormentosos.
Con la vista gacha y los hombros caídos, caminó por el largo del pasillo, seguro de que ya nada podía ser peor, hasta que el sonido de su celular le hizo comprobar que la vida le podía odiar un poco más.
El mensaje de su casero era claro, tenía que liquidar los meses de renta atrasados o sus planes de dormir bajo un puente se harían realidad más pronto de lo esperado.
Como si sirviera de algo, Taehyung escondió su celular en sus pantalones y apretó los labios con fuerza, contuvo el sollozo en su garganta, e intentó calmar su quejumbroso estómago por la ausencia de alimentos.
Tenía hambre y solo le quedaba lo justo para regresar a su casa, si aún podía llamarle así, a no ser que el señor Lee ya lo hubiera echado.
Definitivamente su vida como universitario independiente era una gran mierda ¿Dónde estaba la maldita sonrisa que esos chicos de los folletos mostraban? Falacias. No recordaba cuándo fue su última fiesta, menos cuándo tuvo más de una comida al día, ni cuándo su cuerpo había sido tocado con deseo, hasta el sexo se le había marchado. Todas esas películas de universitarios despreocupados rodeados de vodka, condones y comida chatarra exquisita, eran falsas. Todo era una mentira, pues desde que había entrado a la universidad no había visto un pene –más que el suyo–, la única comida decente fue la que la madre de una de sus amigas le ofreció hace casi seis meses, y el único alcohol que probó fue el de un algodón sobre su nariz para así ni desmayarse por la ausencia de comida y horas de sueño.
Estrés y desilusión, así debía describirse la universidad.
Con el pecho acelerado, la cabeza martillenado por la forma rápida en que buscaba soluciones y el abdomen rugiendo por hambre, Taehyung se recargo contra los casilleros, dispuesto a llorar de ser necesario para liberar todo lo que estaba sintiendo en ese instante.
—¿Por qué la cara larga, Tae? —la dulce voz de una chica de pequeña estatura, cabello bien cuidado y un enorme escote en "V", hizo que el pelirrojo soñó soltara el aire antes de hablar.
—Mi vida es una puta mierda, Jennie —soltó en una mezcla de rabia contenida y tristeza—. Te juro que Netflix debería buscarme para sacar una serie de mis desgracias, sería un éxito mundial y un mensaje crudo de la realidad para un perdedor como yo que pensó sería fácil salir de casa sin ningún centavo y con la ilusión de lograr algo.
La pelinegra a lado del pelirrojo sonrió a labios sellados, si bien todos sabían que Taehyung tendía a exagerar todo, en esa ocasión a la chica le costó sentir aquello como un dramatismo más.
—¿Qué pasó?
Taehyung soltó una risa nasal, la pregunta correcta para él sería ¿Qué no le había pasado? Pero en vez de eso, mejor se sincero: —Volví a reprobar con Jeon, estoy a solo un examen más de llevarme a extraordinario la materia con el profesor Park, mi beca pende de un hilo, mi casero no puede aguantar otro mes más sin que le pague y por si fuera poco, no he tenido sexo en meses, lo juro, meses.
La chica sonrió de lado, si bien todo aquello sonaba muy mal, también creí que tenía solución, quiso decir algo, pero al escuchar el rugido del estómago ajeno, se percató que Taehyung no sólo tenía el culo vacío, sino también la panza. Fue entonces que Jennie cayó en cuenta que llevaba días sin ver al pelirrojo alimentarse más que con barras energéticas y botellas de agua que rellenaba en el bebedero comunal de la universidad.
Jennie dudo que aquello se tratase de una dieta extrema, pues Taehyung era privilegiada con un cuerpo esbelto sin necesidad de un gimnasio. Así que atribuyó que los problemas de su amigo, esa vez sí eran grandes, por eso tomó la mano del pelirrojo, ignoró las quejas de este mismo y lo arrastró hasta una de las cafeterías cercanas.
Taehyung al ver el letrero enorme y brillante del local, supo que no tenía el dinero suficiente para siquiera pagar por un sobre de azúcar, así que se detuvo en seco antes de entrar.
—Creo que yo te espero afuera, yo me siento frustrado y...
—¡Shh! —silenció al pelirrojo—. Sé que tienes muchos problemas ahora, pero no hay nada que un buen bibimbap no solucioné.
No dudaba que lo dicho por Jennie fuera verdad, pero para su infortunio, ese día justamente –y los que seguían— no podría comprobar que la comida todo lo iba a solucionar.
Así que mintió: —Jennie, no tengo hambre —se rehusó a confesar que su cartera estaba tan vacía y empolvada como sus propias nalgas, pero Taehyung era un orgulloso, por lo menos en ese aspecto—. Aparte necesito pensar cómo hacer que el profesor Jeon me dé una oportunidad...
—¡Deja de mentir! Escucho tú estómago desde aquí —el rugir de la panza del pelirrojo lo comprobó.
—Fue un pedo —quiso seguir con su orgullo, pero el aroma al interior del local y el sonido fuerte de su panza, terminaron por delatarle.
—Ven, vamos a comer —levantó su mano, silenciado al instante la posible queja del contrario —, yo invito, y no quiero un no por respuesta. Así que trae tu culo aquí Kim Taehyung. Te conozco lo suficiente como para saber que no estás pasando por tu mejor momento, déjame hacer esto por ti, somos amigos —exigió antes de girarse para adentrarse y pedir la comida de forma rápida.
Aunque al inicio Taehyung quiso no lucir desesperado, y no ser aprovechado, después del segundo bocado, Jennie tuvo que quitar su mano del plato o el pelirrojo terminaría por morder sus falanges.
—¡Dios! Esto sabe a gloria —soltó Taehyung a la par que puso los ojos en blanco al sentir por fin algo de alimento delicioso en su paladar—. Enserio Jennie —dijo con la boca llena—, lo único que he tenido dentro de mí en estos días, ha sido el hilo de mi tanga —bromeó, aunque no era tan falso. La escasez de tiempo y ánimos, terminó por orilla al pelirrojo a usar su lencería como ropa de diario.
—Lo imaginé —respondió Jennie, sorbiendo de su bebida—, me hace feliz saber que por fin estás comiendo algo rico.
Con el estómago lleno y más sereno, Taehyung se dedicó los siguientes minutos en lo que el postre llegaba a relatar a Jennie toda su situación y desgracias a detalle, desde cómo sus ahorros se drenaron a cero, hasta como el señor Lee le había puesto un límite para pagar la renta, y claro, no menos importante, exponer que el profesor Jeon le odiaba.
—Te lo juro, el viejo decrépito me odia —dijo mientras masticaba un trozo de pastel de queso—. Me hizo lo mismo con el examen pasado, mis respuestas eran buenas, estudiaba las fórmulas por noches enteras; todo era relativamente fácil, tanto que Jackson sacó un 8, y aun así yo fui el único que sacó un 3, un 3 ¿te imaginas? —llevó otro bocado a su boca, ya no le importaba estar comiendo de manera desesperada—. Es un maldito, te juro que tengo pesadillas con él —eso era en parte cierto—, en mis sueños el es Hitler y yo un pobre judío, sus actos en mi contra no tienen justificación —excepto que en sus sueños, Taehyung realmente gozaba de los maltratos del más grande.
Pero aquello no debía saberlo nadie más que él y sus pósters de los Backstreet Boys que todo lo miraban.
—Me cuesta creer que el profesor Jeon sea así, es decir, todos en el campus lo aman, pero bueno, tal vez si le buscas en privado, más calmado, él te ayude —dijo la chica mientras miraba su celular, verificando en la app del banco que sus depósitos llegarán—. ¿Recuerdas a Lisa? —el opuesto asistió —, bien, pues ella me contó que el semestre pasado tuvo problemas con unas entregas de proyectos con Jeon, así que se animó para hablarle en privado, y él le dejó entregar todo días después —para Jennie, Jeon no podía ser la bestia que su amigo contaba—, inténtalo, relájate hoy y mañana le hablas, te pones algo bonito y le dices: Ayúdeme por favor, profesor Jeon, le daré el culo.
—Tonta —cogió una servilleta sucia y se la aventó a la chica—. Si le digo eso, segura me demanda, aparte, no todo se soluciona con sexo.
—Te equivocas —rectificó la chica—. Todo se soluciona con sexo —Taehyung le miro confuso, esperando porque la pelinegra siguiera hablando.
Jennie sonrió, llevaba tiempo queriendo contar aquello a alguien, pero le apenaba el ser juzgada, hasta que tuvo esa charla sincera con Taehyung, así que con confianza, acercó su celular al pelirrojo, dejó la pantalla justo sobre aquella aplicación que le estaba ayudando a tener la gran vida que siempre había soñado.
Taehyung cogió el iPhone nuevo de su amiga, incluso su agarre fue con miedo de tocar el celular y romperlo, no estaba en su mejor momento para endeudarse. Estabilizó sus manos y miró la pantalla, sin entender que debía mirar. Sólo se mostraba el fondo en un blanco brillante y unas letras negras con azul resaltando a un lado de un candado pequeño.
—No entiendo ¿Qué es esto? —volvió a mirar el celular, para esta vez percibir como el fondo cambió para dejar ver una hilera desplegable de fotos, era similar a un Tinder o Instagram
¿Acaso Jennie le insinuaba que salir a citas sería el final de sus problemas?
La pelinegra bufó al ver que el pelirrojo necesitaba más que las imágenes para entender lo que ella le insinuaba.
—¿Has escuchado de OnlyFans? —el opuesto negó de inmediato—. Bueno ¿recuerdas que el semestre pasado tuve un problema con papá y él me quitó el dinero? —él pelirrojo asintió confuso, sin saber a dónde quería llegar su amiga—. Pues, esa pelea fue mi entrada a lo mejor del mundo —giró su cabeza a todos lados, necesitaba comprobar que nadie más que ellos estaban en aquella charla, se pegó al contrario y siguió—. Gracias a ello descubrí esta página y mis problemas financieros acabaron, en semanas mi cuenta se llenó de mucho dinero, fácil, rápido y seguro.
Eso captó la atención de Taehyung, eso sí sonaba a la solución a sus problemas, necesitaba con urgencia dinero rápido, poder liquidar sus deudas, llenar su alacena, sobornar a Jeon de ser necesario, y porque no, darse un gusto, hace mucho no tenía relajación, ni la satisfacción de complacerse con algo.
Necesitaba saber más de lo que Jennie hablaba.
—¿Y qué tienes que hacer? —preguntó, emocionado de ver la luz al final del túnel de sus problemas.
Por fin sería un estudiante de películas, ya se imaginaba conduciendo un BMW y vistiendo trajes de Prada color rosa cada miércoles de la semana.
—Fácil —la chica cogió su celular, picando sobre la pantalla para volver a girarlo a Taehyung, mostrando esta vez lo sencillo que era obtener dinero, no pasó mucho para que las imágenes explícitas cargaran y de esta forma los ojos de Taehyung se abrieran de sobremanera.
—¡Iugh! Vaginas —dijo en tono de asco—. Jennie ¿Qué es esto? ¡Dios! Me he traumado, ni en mis tiempos de confusión creí ver una vagina de forma tan… explícitamente abierta —la chica no tardó en darle un fuerte golpe en el brazo.
—Tonto, es mi vagina de la que estás hablando, y quería que se viera de esa forma, a mis fans les gusta así —puchereo de manera rápida, pero negó para no desviarse del tema—. Como sea ¿no entiendes? —el opuesto negó—. ¡Aish! Por eso te reprueba Jeon —burló —. Es obvio, Tae, yo vendo mis fotos desnuda por dinero, es como un Instagram, pero mis seguidores deben suscribirse por un buen precio y así ver mi contenido, aparte puedes tener contenido especial por un costo más elevado, yo le llamo VIP, y solo quienes pueden pagar por ello tienen acceso, es sencillo y seguro —aplaudió sonriente como si lo que acabara de decir fuera realmente la cura del cáncer.
El pelirrojo boqueo procesando la información ¿fotos? ¿desnudos? ¿dinero? Sonaba a que no era una buena combinación, pero el recuerdo de sus problemas era un impulso a inquirir más en el tema.
—¿Me estás diciendo que aquí puedo vender mis fotos desnudo y un par de personas extrañas mantendrán mi cuenta llena de dinero? —preguntó mientras pegaba sus manos y tamborilleaba sus dedos entre sí.
—Si, que es fácil. Te juro que es muy seguro, incluso hay algunos famosos que no creerías están ahí —levantó una ceja buscando animar a su amigo—. Si no me crees, mírame —se señaló a sí misma—, tengo un buen celular, ropa de marca y en un mes podré irme de casa de mis padres —alardeó, pues aquello era real—. El éxito está a una simple foto.
Esa noche, Taehyung regresó a su pequeño cuarto con las palabras de Jennie retumbando por su cabeza, sonaba muy fácil, era sólo tomar y publicar fotos desnudo, incluso su amiga mencionó que no había necesidad de mostrar todo, podían ser sólo partes específicas que él deseará.
Había un mundo de clientes con una gran billetera esperando por él en OnlyFans.
Parecía ser la solución a sus problemas económicos, pero Taehyung jamás había intentado algo como aquello, si era verdad que de vez en cuando se tomaba fotos subidas de tono, mismas que borraba al instante. Le aterraba la idea de confiar en OnlyFans y que al final sus fotos desnudo rondaran por internet, era el freno a no tomar la cámara y fotografiarse las nalgas.
Aun así, tenía muchas cosas que resolver, cosas que el sexo no solucionaba.
[...]
Si Taehyung pensó que el diálogo sería su solución con el profesor Jeon, se equivocó.
El profesor Jeon ni siquiera le dejó terminar de hablar cuando le sacó de su oficina alegando que no admitía alumnos después de sus clases, su teoría de que le odiaba, tomó fuerza con aquel acto. Parecía que el mayor no podía ni soportar su presencia.
Desilusionado caminó por el campus, con la vista en el suelo, los hombros caídos y sus pies pateando una piedra, con la intención de ignorar los silbidos de otros chicos, su corta elección de ropa interior escaló a tal grado que hasta sus demás prendas se volvieron escasas, por eso deambulaba con unos leggins deportivos ajustados, que robó del tendedero de su vecino YeonJun.
No solo se estaba quedando sin ideas, comida, dinero y ropa, sino también sin ánimos de responder como se merecía a los idiotas que le chiflaban como perros al ver su retaguardia. Sabía que poseía un gran trasero, y jamás se sintió acomplejado por ello, aunque tampoco disfrutaba de la atención total en sus nalgas, siempre supo poner un freno a comentarios sobre su cuerpo, pero ese día solo quería llegar a su cuarto, tirarse a la cama y llorar por el fracaso que significaba su vida universitaria.
Pero en lugar de ahogar sus penas contra la almohada, se topó con el señor Lee, quien le recordó que debía liquidar su deuda cuanto antes.
La paz ya no existía para Taehyung, ni siquiera en aquel cuarto que llamaba hogar.
Frustrado, se permitió soltar lágrimas amargas, mientras devoraba su última barra energética, ignoró los constantes sonidos de su celular, seguro de que no quería más problemas.
La ansiedad golpeteo contra él a la par que el ruido irritante del celular aumentó, vislumbró por el rabillo del ojo que se trataba de Jennie, y aunque adoraba a la chica, no estaba de ánimos para escuchar de las super vacaciones que esta tendría por París, no mientras él tendría que decidir cuál de los puentes de la ciudad era más viable para mudarse.
Inhaló profundo y apretó el celular entre sus manos, con ganas de romperlo en mil pedazos, mientras en su cabeza se creó el ritmo de las palabras de Jennie en una melodía constante: "El éxito está a una simple foto".
A la mierda.
Elevó su mirada a su closet, se levantó y comenzó a rebuscar hasta dar con aquellas medias largas de reja que usó en su última fiesta de Halloween, las tomó y con rudeza quitó el resto de lágrimas de sus mejillas.
El también sería exitoso, se repetía mientras deslizaba sus leggins por sus piernas ahora más delgadas, vio su bóxer y lo quitó de inmediato, inhaló profundo antes de ajustar su celular sobre una mesita de noche, encendió la cámara y corrió a ponerse únicamente las medias.
—Venga, tú puedes Tae —se animó a sí mismo. Se observó en el espejo, su culo apresado entre las rejillas de sus medias, su pequeña cintura era capturada por el elástico.
Se veía y se sentía bonito.
Sonrió y apagó las luces, dejando solo la lámpara roja colgada a su pared, respiro profundo y activo el temporizador para después comenzar a posar, el sonido de la cámara creó un eco en la habitación silenciosa, su lívido aumento al ver su reflejo sensual dejarse llevar.
Sus problemas se dispararon lejos a la par que sus poses sexys eran capturadas.
Más animado, más cálido, más seguro, comenzó a tocarse a sí mismo, disfrutando del roce de sus dedos por su piel tibia. Taehyung cerró los ojos y dejó que su mano llegará hasta su miembro erecto, tocó la punta febril y sensible, soltó un gemido que llenó sus oídos y mordió su labio cuando una ola de más ruidos de placer se crearon.
Todo lo malo dejó de importar mientras que Taehyung se masturbaba, de rodillas sobre la cama, con una mano subiendo y bajando por su tronco recto, y la otra buscando su hendidura a través de las mallas. Excitado dejó que su pre-semen ensuciara sus falanges, y con su viscosidad no dudo en comenzar a dilatarse a sí mismo. Su cuerpo reaccionó a la intromisión, sus pezones endurecieron a la vez que él se restregaba contra la almohada, su dedo índice y medio entrando y saliendo de su culo ajustado.
—Ah... si, si, si
Su mente dejó la habitación para llevarle hasta una situación donde el rico aroma a menta y tabaco estaba detrás de su espalda, unos ojos oscuros le miraban mientras él se tocaba, y brazos fuertes le sostenían por sí se debilitaba.
—Tócame...
Soltó Taehyung a la nada, con los ojos cerrados, moviendo sus dedos en su interior, la punta de sus pies tensos antes el golpe de corrientes eléctricas que anunciaban el orgasmo, su pene hinchado a nada de liberar su esencia blanca, y justo cuando el pelirrojo creyó que aquello no podía ser mejor, imagino el rostro del profesor Jeon seguido de esa voz ronca que solo usaba para regañarle.
Se dejó ir.
El pelirrojo gimió el nombre de su profesor a la par que su semen caliente impactara contra sus medias altas, abrió la boca y destenso las nalgas a la vez que se dejó caer a la cama, con el pecho acelerado y sus muslos batidos por su fluido, sacó sus dedos de su culo y giró sobre el colchón para quedar con la vista en el techo.
—¡Mierda!
Tuvo un orgasmo solo pensando en que el profesor Jeon lo tocaba y regañaba.
Estaba jodido.
Pero no dejó que eso le afectará. Después de recuperarse del orgasmo, se dispuso a fotografiar sus muslos cubiertos de semen. Aún se sentía excitado, tanto que no dudo en separar sus nalgas con sus manos y tomar fotos de su preciosa cavidad, con el pecho contra la cama, y las piernas bien separadas.
Era una imagen que estaba seguro significaba altas cantidades de dinero para su cuenta bancaria.
Cuando su galería se llenó de fotos que nunca imagino tomarse, se dedicó a crear su perfil en OnlyFans, quería algo enigmático que llamará la atención de posibles grandes clientes, puso de perfil una foto suya con un antifaz negros, sus labios jugosos siendo mordidos y si mirada penetrante siendo un misterio para los suscriptores que llegarán.
Erótico, pensó para si mismo. Llenó todos los requisitos necesarios, puso su tarifa y subió solo unas fotos donde no se viera todo de él.
Era cuestión de esperar para que los clientes llegarán a "Petite Cherry".
Cuando terminó, se quitó la prenda sucia y se dio un baño rápido. El resto de la tarde se dedicó a estudiar, con su celular en silencio, pues le dio ansiedad pensar que las notificaciones nunca llegarían.
El sexo podrían darle una solución económica, pero no una para no reprobar su examen con el profesor Jeon.
Intentó no pensar en cómo imaginó que su profesor, ese que odiaba, le tocaba mientras él se masturbaba, pero después de una hora, se dio cuenta que todo era en vano, no podía sacar de su cabeza aquello que deseó.
Cuando no pudo más, se animó a tomar su celular y al instante ver la lluvia de notificaciones.
Había funcionado.
Contuvo un chillido al ver que en sólo una hora ya tenía más de 300 suscriptores ansiosos por más. Emocionado, abrió la aplicación solo para ver que incluso tenía mensajes de muchos hombres ofreciendo altas cantidades por fotos exclusivas.
Sin querer arriesgarse, se dedicó a revisar los perfiles, gesticulando al ver que muchos eran hombres casados, otros chicos raros, y una poca cantidad de galanes, eso hasta que se topó con un mensaje de un tal "GoldenJJ".
Taehyung no pudo evitar soltar un chiflido al ver que el usuario fue de los primeros en suscribirse, mejor aún, le había dejado un mensaje, que no dudó en revisar.
GoldenJJ:
"Me encanta la estética de tus fotos, Petite Cherry, sin duda eres una hermosura, no había visto pezones tan perfectos como los tuyos. Me encantaría poder adquirir más fotos tuyas, y exclusivas, claro, si para ti es posible. Estoy dispuesto a pagar el precio de suscriptor VIP"
El pelirrojo no pudo evitar soltar un chillido de emoción. Siguió hurgando en el perfil de GoldenJJ, solo para ver la escasa información y una foto de perfil que le dejó volando su imaginación.
Enormes bíceps tatuados se mostraban de tal forma que el rostro del usuario quedaba cubierto.
Sin poder evitarlo, Taehyung pensó en el profesor Jeon y esos músculos que tenía en los brazos. Se reprendió a sí mismo, diciendo que debía ordenar sus emociones, no podía odiar y luego desear al mayor.
Después de minutos de lucha consigo mismo, se dispuso a contestar el mensaje con un "quizás más adelante".
Pero esa noche, Taehyung recibió dinero suficiente para liquidar su deuda con el señor Lee y poder asegurar su estadía por una temporada más, se pudo permitir una despensa considerable e incluso pudo pagar Spotify y Netflix de un solo pago.
Fue perfecto. OnlyFans era su salvador.
Tal vez después de todo el éxito si estaba a solo una foto.
[...]
Las vacaciones de verano habían llegado en un abrir y cerrar de ojos, y aunque Taehyung había encontrado la solución a sus problemas económicos, los estudiantes permanecían, especialmente con el profesor Jeon.
Por eso ahora, en vez de empacar sus maletas para irse a la isla Jeju a disfrutar con sus amigos de fiestas y alcohol, tenía que quedarse dos semanas más y presentar el extraordinario, al final pudo pasar la materia con el profesor Park, pero Jeon fue un caso perdido.
Seguía sin entender cómo pudo sacar un dos en el examen, cuando pasó tres noches en vela estudiando. Lo peor, él fue el único que reprobó.
Suspiró pesado antes de seguir su camino hacia el salón donde debía presentar el examen. El campus estaba tan vacío que una ola de tristeza le inundó, él quería disfrutar como los demás, más ahora que estaba siendo exitoso en OnlyFans, tanto que en un corto tiempo podía permitirse mudarse a una zona mejor de la que estaba, ya no tenía ropa en mal estado, su alacena siempre estaba llena, e incluso tenía el celular más novedoso.
Se había vuelto muy famoso entre sus cerecitas –el apodo que le dio a sus seguidores–; su estética misteriosa y sensual le hacía un perfil atrayente e inconfundible, siempre con luces rojas, medias altas negras y su enorme trasero en diminutas prendas.
Hasta el momento se rehusaba a tener suscriptores VIP, a excepción de GoldenJJ, quien era beneficiario de fotos más candentes pero sin llegar a desnudarle. Taehyung no podía negar que era su mejor cliente, y también el más insistente en verle completamente al natural, sin máscara, sin mallas, sin nada.
Una parte suya deseaba aceptar, más cuando sus dedos se hundían en su culo, mientras él gemía el nombre del profesor que le reprobó. Necesitaba follar o entreterse con alguien. Pero, aún le aterraba pensar quien podía estar detrás de ese usuario.
Sin querer pensar de más, se dispuso a solo concentrarse en lo vital. No reprobar.
Entró al salón de clases, frenando al instante en que notó la ausencia de personas más que él y él profesor Jeon. Taehyung trago duro, los nervios que controló, se desataron al sentir la dura mirada del hombre que odiaba, mismo con al que imaginaba follandolo cada que se masturbaba para así dar el mejor contenido a sus suscriptores.
Se tragó el nudo de emociones, con la intención de aligerar el ambiente tenso, sonrió tembloroso, sólo para recibir más de aquella oscura mirada.
—Toma lugar, Kim.
La voz exigente del mayor, sirvió para que Taehyung perdiera el control en sí mismo, tomó la orden del mayor y la cumplió al pie de la letra, casi de forma robótica. Se sentó hasta el final y bajó la mirada al sentir como el profesor Jeon se acercó hasta su banca.
El embriagante aroma a menta y el señuelo de tabaco, hizo en el menor estragos de tal forma que este tuvo que cruzar las piernas con fuerza.
—Tienes una hora para terminar, no quiero que saques tu celular, ni nada que no sea lo que pedí —dijo de forma hosca el mayor, y aunque Taehyung quiso mostrarse firme y atento, sólo pudo atinar a cerrar los ojos y asentir—. Esta es tu última oportunidad Kim, si la repruebas tendrás que recursar la materia.
Tenía que dar lo mejor de sí. Taehyung pasó saliva, asintió rápidamente y abrió la vista, solo para toparse de forma inesperada con sus ojos sobre la entrepierna del profesor Jeon.
¡Diablos!
No tenía que estar pensando, menos observando de forma lascivia el bulto en el pantalón del profesor Jeon, pero ver aquel tamaño prominente y pronunciado detrás de la tela oscura, hizo que Taehyung salivara.
Era enorme.
Concéntrate. Se obligó a sí mismo a recomponerse antes de perder la cabeza. Tenía que aprobar la materia. Era su última oportunidad. No podía fallar.
Los minutos avanzaron y Taehyung tomó confianza, todo lo que venía en el examen, lo sabía. Estaba tan seguro de que desvelarse estudiando, al fin valdría la pena. No había manera de que fallará.
Aun así, no pudo evitar mirar al profesor Jeon entre lapsos cortos. Preguntándose qué tanto miraba el mayor en su celular que incluso se veía hipnotizado. Taehyung contuvo una risita al sentirse como todo un acosador, más cuando detalló en exceso la manera en que el pelinegro cruzó sus piernas con rudeza, como si quisiera esconder algo justo sobre su entrepierna.
Quizás una erección.
Una tonta idea cruzó por la mente del pelirrojo, imaginó que su profesor, ese amargado hombre que siempre le regañaba, el recto varón que deambulaba con sus principios por cada aula, ser el mismo que disfrutaba viendo sus fotos desnudo.
Era demasiado soñador pensarlo.
Por eso Taehyung puchereo, no había manera de que el profesor Jeon estuviera en una página como OnlyFans, peor aún, ser suscriptor de su perfil.
—20 minutos Kim —habló el mayor desde su escritorio, sin dignarse a mirar al menor.
Ya había terminado, así que Taehyung usó ese tiempo para verificar sus respuestas y comprobar que no se había equivocado, cuando estuvo seguro se levantó de su lugar con toda la confianza y entregó su examen.
Por fin todo estaría en orden. No había forma de que reprobara.
—Termine, profesor.
No tenía duda alguna de que le iría muy bien. Estaba feliz, emocionado y seguro de sí mismo, hasta que se topó con la dura mirada del mayor. Taehyung no era un cobarde, pero ver los músculos tensos aflorar aún por encima de las prendas del mayor, le hicieron sentir como los vellos en su nuca se erizaron.
Pero ahí no terminó.
Los ojos de Taehyung viajaron directo al cuello rebosante de venas y gotas de sudor que descendieron hasta perderse en el interior de la camisa del mayor; no pudo contener la tentación de querer olfatear el aroma del más grande, inhalo en silencio, en busca de la estela mezclada de fragancias, pero en esa ocasión, se topó con un característica olor que el pelirrojo asocio a sexo.
Tal vez estaba alucinando, debía ser eso, se repitió Taehyung, pues aunque la apariencia del mayor delataba con exactitud la de un hombre que había sido liberado, no había manera de que eso hubiera pasado, no ahí, no con el a solo metros de distancia.
Nervioso de sus pensamientos y el encierro, Taehyung bajó su mirada a sus zapatos para luego salir casi a tropezones del salón.
Tan despistado como para notar la sonrisa que Jungkook liberó, y como los ojos de este no titubearon en posarse sobre su retaguardia, menos para ver el momento exacto en que el profesor Jeon arremango su camisa para dejar expuestos sus antebrazos tatuados.
[...]
Tenía que ser una puta broma.
No podía simplemente creer lo que sus ojos veían. No había forma.
La rabia en Taehyung escaló niveles que ni él mismo sabía poseía, sus manos delgadas temblaron ante el cúmulo de cólera contenida al sostener su examen recién calificado con un enorme tres en rojo brillando sobre la esquina superior.
Había reprobado.
Y aunque aquello ya lo tenía colérico, lo que más afecto a Taehyung fue que el idiota profesor Jeon ni siquiera fue capaz de entregarle su examen en mano, no, en su lugar había enviado a un estudiante de primer año.
Todo era una mierda.
Se rehusó a creer que la calificación era correcta, no podía serlo cuando sabía de memoria cada uno de los temas que presentó.
El pelirrojo ahogó un grito, ya no tenía dudas de que el profesor Jeon le odiaba.
Pero esta ocasión no pensaba quedarse de brazos cruzados, ya estaba harto de callar y aceptar el odio del mayor. Lo iba a enfrentar.
Con furia emprendió su paso hacía la oficina del profesor Jeon, maldiciendo a su paso, con las manos empuñadas y listo para pedir a sus cerecitas que le ayudarán a cobrar venganza contra el idiota mayor.
Vislumbró la puerta amplia de la oficina de Jeon, estaba a nada de golpear, insultar y llorar, pero perder el control contra un profesor solo sería peor para el. Así que se contuvo a sí mismo. Se mantuvo dando vueltas, esperando a que las lágrimas de rabia se esfumaran, y cuando al fin lo logró, se acercó con pasos sigilosos.
Tomó el pomo de la puerta, ya con la certeza de que se enfrentaría a la mirada burlona del mayor, esa actitud déspota y seductora, tan seguro de que incluso sería corrido del salón con palabras ofensivas pero muy recatadas.
Estaba listo para todo eso, menos para ver al profesor Jeon, el hombre recto y admirable con la bragueta del pantalón abierta, una nube de humo casi cubriéndolo, las mismas manos que tantas veces se dejaron caer sobre su pupitre, ahora sobre un pene grueso, grande y erecto, el rostro inexpresivo destallando en un gemido silencioso y los brazos que siempre estuvieron apresados en un traje, yacían expuestos a la par de la tinta negra que les decoraba.
Todo el enojo que Taehyung sintió, se esfumó, en su lugar sintió un punzón sobre su abdomen bajo, seguido de un cosquilleo que despertó su miembro, uno que le hizo mojar sus bragas al presenciar cómo el profesor Jeon embestía contra su palma cerrada, mientras la otra mantenía el celular de tal forma que los ojos del mayor no se despegaba de la imagen.
Entonces Taehyung se sintió curioso de saber que hizo al hombre intachable perder los estribos y cabales para sacar su precioso y enorme pene en una área de trabajo y así masturbarse.
Con sigilo extendió el cuello, para así ver al instante lo que al mayor hizo explotar en un orgasmo. Una jodida foto de su culo, una maldita imagen que solo estaba en su OnlyFans para su único cliente VIP.
No podía creerlo.
Tenía que haber una explicación, pero ¿cuál era?
¿Acaso su profesor hackeó su cuenta o la de GoldenJJ?
Sin poder pensar con claridad, se alejó del lugar para escabullirse a los baños, ansioso, temeroso de que su profesor Jeon notará que él era el dueño de las fotos del culo con las que se masturbaba.
¿Era posible que ya lo supiera y por eso lo odiaba? Por engañar a todos con su hermosa cara de ángel mientras subía contenido explícito de sus nalgas al Internet.
Los nervios se apoderaron tanto de Taehyung que incluso su erección se esfumó.
Estaba acabado, su anonimato ya era historia, sería expuesto y juzgado por la forma en que había conseguido autosustentarse.
Con miedo, se dejó resbalar por la pared hasta caer al suelo frío, procesando todo lo que había pasado, rebuscando planes para escapar, fingir su muerte, mudarse, lo que fuera.
Pero su arduo labor en buscar un plan de escape, se vieron abruptos por el escandaloso sonido de su celular, y como si pudiera aumentar una pizca más a su cóctel de nervios, un mensaje de GoldenJJ le hizo temblar.
GoldenJJ:
"¿Lo has pensado? Enserio me gustaría conocerte un poco más."
En esos últimos días, aquel usuario se había vuelto no sólo su cliente más constante, sino también el dueño de sus desvelos, y con quien tenía charlas extensas en mensajes de texto.
No contestó, pero otro mensaje llegó.
GoldenJJ:
"Me conformo con tu número de celular. No sabes lo mucho que pienso en ti, no puedo sacarte de mi cabeza, eres magnífico, y no solo porque tu cuerpo me tiene hechizado, sino porque adoro charlar contigo, eres simplemente perfecto... Te deseo tanto, que incluso he llegado a masturbarme viendo tus fotos en lugares indebidos. Así de loco me tienes Petite Cherry".
Tragó duro al leer eso, inevitablemente asoció aquello a lo que justo acababa de ver. Las manos del profesor Jeon irrumpiendo las normas de la universidad mientras tomaba el duro y grueso pene, la punta rojiza y cubierta de semen salpicando las hojas de trabajos, y los brazos musculosos y tatuados ejerciendo presión...
Se detuvo al caer en cuenta de lo que acababa de descubrir.
Taehyung entró con rapidez al perfil de GoldenJJ, solo para comprobar que los tatuajes que su profesor Jeon mostró segundos atrás, eran los mismos que relucían en la foto de perfil de aquel usuario.
¿Podría ser real? ¿Existía alguna posibilidad que el profesor Jeon fuera el mismo usuario que pagaba por sus fotos tocándose?
Solo había una forma de saberlo.
Tecleó con velocidad para así dejar su número celular sobre el chat con GoldenJJ, y en segundos obtener la respuesta esperada.
Número desconocido:
"Soy GoldenJJ, este es mi número celular. Agéndame, dulzura".
Oh, claro que Taehyung haría más que agendar el número de su profesor entre sus contactos. Decidido, se levantó del suelo, caminó de vuelta a la oficina de la mayor, solo para ver al mayor dándole la espalda y escribiendo algo sobre su móvil. Con rapidez, el pelirrojo guardó el contacto, decidió a comprobar lo que ya sospechaba.
Un pitido, nada.
Dos pitidos, nada.
Un tercer pitido.
—¿Hola? ¿Petite Cherry?
Era la jodida voz del profesor Jeon. GoldenJJ era el hombre que le reprobó. Eran la misma persona. Ahora lo sabía.
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