Xavier
Estamos en una charla como las de siempre, la historia rápida es esta, hace 3 años me enamoré como un loco, mi novia era perfecta a mis ojos, eso creía, íbamos a fiestas, reuniones y todo, quisimos arriesgarnos en nuevas cosas y empezamos a consumir cosas de las que no me siento orgulloso, ella me incitó y no fui tan fuerte al decirle que ya no más, que íbamos por un mal camino, ella era feliz, me lo decía y demostraba y yo le creí, era lo que deseaba era tenerla sonriendo y dando brincos en la vida, ambos caímos hondo, cuando me di cuenta y quise ayudarla a salir de ese hoyo en el que había caído, ella muy hábilmente decidió que buscaría alguien nuevo con quien brincar de felicidad.
"—Si esa es tu idea de que a futuro podamos ser felices— me dijo—. No creo que estar juntos sea lo mejor, te amo, pero me amo también.
—Nos estamos haciendo daño Lily, merecemos cosas mejor, tú te mereces cosas mejor— le decía mientras su mirada centrada en mí me hacía saber que no estábamos ya en la misma página— si no estás conmigo lo entiendo, pero déjame ayudarte a encontrar ayuda.
—No la necesito, estoy bien."
Y pues quien no la conoce o acaba de conocer, creería que todo está bien, con su cabello caoba que llegaba hasta su cintura en donde las trenzas siempre la hacían ver bien, su piel cada tiempo un poco más blanca, seguía siendo hermosa, hay drogas que son buenas y controlables, luego están esas en las que te vas perdiendo poco a poco y ya no sabes quién eres ni siquiera los demás saben que es de ti, Lily era una de esas drogas y lo sabía y usaba a su antojo.
Estoy en una charla de control de la adicción, yo ya estoy bien, tanto que empiezo ir a fiesta y no me afecta en lo más mínimo, Blake mi mejor amigo asegura que estoy recuperando la chispa de hace años, el chico loco de las fiestas y el que hablaba y bromeaba con todos sin cesar, y se siente genial ser de nuevo él, he topado con Lily en ocasiones, parece bien, solo parece. Mis padres me adoran más en casa y mis hermanos aseguran que soy el mejor hermano del mundo, puedo estar bien estoy bien.
—Oye —escucho a alguien llamarme—. ¿Qué pasó amigo, tratando de atravesar las paredes con la mirada?
—Blake, solo estaba perdido en lo más profundo de mis pensamientos sobre ti querido— bromeó.
—Precioso, pero ya debemos irnos, tengo que ir con mi mamá al aeropuerto, iremos a ver a mi prima.
—¿Cassandra?
—Clara —me corrige después de rodar sus ojos—. A ver levántate, te llevo a casa.
—No tranquilo, iré caminando —le digo.
—¿Estás seguro?
—Sí, lo estoy, hace buen clima y mi casa no está muy lejos.
—Eso es verdad —avanzamos hasta la salida —. Bueno entonces me dirijo de volada a mi casa.
—Ojalá mami Raquel no te estrellé por llegar tarde y claro por esa mancha de labial en la camisa.
—¿Mancha?
—Sí, cerca del cuello —me acerco un poco doblando su camisa de manera que no se note la mancha—. ¡Listo!
—Gracias —me dice mientras me sonríe de manera cómplice.
—De amigo a amigo.
—Lo haces porque también te he salvado de estas —ríe.
—Sí, sí, claro, ya vete.
—Adiós.
Lo veo alejarse y subirse a su auto, mientras yo empiezo a caminar un poco en dirección a mi casa, me gusta caminar, siempre me ha gustado, más en espacios abiertos, aunque hacerlo en el centro no resulta mal una vez te has acostumbrado al ruido de personas, buses y bocinas de carros. Caminar es relajante, me ayuda de despejar la mente y no pensar en nada, mientras camino y observo lo de mi alrededor puedo ver a todos hacer lo suyo, poco a poco, invento historias para ellos, historias con finales felices.
Nota del autor.
Así empieza esta historia, que tiene dando vueltas en mi cabeza, hace mucho tiempo.
Espero de todo corazón que les guste <3
No olviden comentar y votar. Abrazos.
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Merci pour la lecture!
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