ayatan Ayatan Mestre

La guerra del holograma es un conflicto encarnizado que ha durado más de 20 años, corrompiendo y empobreciendo, la superficie de Yala (la mal llamada Psilicom). Iniciada por el precepto Holográfico desde el núcleo progenitor dorado, la guerra, ha enfrentado a los vasallos del holograma (el PID) contra la sociedad Aumentada compuesta por el PIA y la triple A, enfrentando a los Meta-conscientes a la extinción masiva de su identidad, individual y colectiva. Sintoniza a un grupo de expedicionarias del PIA, en su viaje por Yala a través de la guerra, hasta el escondite mismo del núcleo dorado. Transhumanismo, mutación, sexo, amor, odio, violencia, paz… ¡te esperan en este mundo caminante del mañana!


Science fiction Interdit aux moins de 18 ans.

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Expedición 3.8- pegatinas de Echeverria: El Dragón de los cien fuegos-1


“Tras reconectar Alfaguara a la red del PIA, a través del nervio central, las expedicionarias Laa, Zigilo y la Bestia, parten junto a su contingente de apoyo rumbo a la gran sabana. Donde los sindicatos de los morichales habían destruido Marte, una de las agujas de Sagitario, la hazaña la había realizado una Era… la Era del Dragón.”


1.1-Genenpro.


1


La suave neblina del amanecer recorría las riveras y los humedales, con un velo blanco y fresco, formando tolvaneras sobre la superficie de los ríos y lagos, atravesando planicies y morichales. En aquella inmensa sabana, preñada de manantiales, ceñida de maleza y adornada de colores vivaces; crecía la pira y los bejucos junto a las Bromelias, las Bonetias, y las Brochineas, cuyas formas tubulares se almacenaba la lluvia; había también bosquecillos de Apamate, de Sarrapias, de Samánes, de Semerucos, cujíes y Jabillos, en cuyas ramas rezumaban las epifitas y las orquídeas. Pequeñas colinas rodeadas de montañas, parían manojos de nervios compuestos por incontables canales fluviales, y al oriente los ensombrecían los altos Tepuyes que cortaban el horizonte, de allí caían cascadas como lagrimas del cielo, que formaban lagos y ríos, y riveras coloridas.

Entre ese rico verdor de aquella magna sabana, se alzaban, a distintas alturas, a distintas distancias, los portales agrarios de los sindicatos de los morichales. Vastas estructuras tecnológicas de formas dinámicas y arquitectura orgánica, compuestas de dos torres asimétricas en cuyo centro se alzaba un aro o anillo generador, capaz de transportar energía a otras zonas. Muy pocos portales agrarios funcionaban a cabalidad, en la guerra, la mayoría habían sido inhabilitados. La gran sabana, era un enérgico productor de sales cítricas, y eso la había convertido en el centro de intercambio de las zonas circundantes. Las sales eran sinónimo de comercio en toda Yala. Aquel verdor silvestre que había parido centauros y luceros, era un paisaje casi silvestre. El Dragón la adoraba, era su paraíso escondido…

Pero su edén había sufrido las noches pasadas, y ahora recorría las ruinas del espantoso cadáver de aquella amenaza caída. Recordaba la dura batalla junto a sus compañeros expedicionarios, soldados de la legión roja y milicianos de Apamate, un pueblo en armas, siempre habían tenido esa ventaja…


Su cuerpo alto, delgado y musculoso, se había recuperado. Sus cabellos, gruesos, ondulados y cortos, ondeaban con el viento de la mañana, que acariciaba su rostro de fuertes rasgos asiáticos, de ojos rasgados, de nariz aguileña, perfilada, y gruesos labios. Miró sus manos bronceadas igual que su piel, por tantos soles de días en guerra. Miraba con sus irises heterocroma, que hacían que el ojo derecho fuera color ámbar y el izquierdo de un café con manchas de azules muy claros, como a medio pintar. Una característica creada por sus abalorios de alta gama. El Dragón era meticuloso y detallista, aparentaba no serlo, la mayoría de los Aumentados lo recordaban con gratitud, pero solo unos pocos como la bella Jaguar, le tenían verdadero aprecio. Él lo sabía, y no los culpaba, no siempre podía ayudarlos a todos, aunque siempre lo intentaba, la gente agradecía al menos el hecho de ser escuchados.

El Dragón era un hombre de letras y de batallas, conocía los entresijos de la realidad y le gustaba anidar en ellos, con la misma convicción de quien no lee y cree ciegamente que su realidad es la única que existe; sabía de mundos y universos que se tejían lentamente entre galaxias de neuronas y cortisonas, sentía aprecio especial por ellos. Para aquellos tejidos rellenos del vacío de los sentidos y la propaganda, tenía el fuego para estimularlos a crear.

Caminó recordando el golpe mortal que le había propinado a Marte. Haciéndola languidecer en aquella rivera, como animal cazado que se desangra por la floresta. Las agujas habían hecho a los Arcanos salir de sus escondites como bachacos que se mudan cuando arrecia el invierno. Aquello no había sido un movimiento inteligente del Dorado. Ahora el PIA eliminaría a todos los infiltrados de su territorio. No era un misterio que tanto el PIA como el PID tenían más territorio del que podían controlar. Estas oportunidades no se dejaban pasar así como así, habría fusilamientos, habría sangre, habría guerra; aunque el cese de prioridad entorpeciera algunas relaciones, los Aumentados, híbridos y Avanzados de ese lado del Orinoco siempre estaban de acuerdo en una cosa, destruir al enemigo dorado.


— ¿Qué me dices Julia, digo grilla?—dijo el Dragón viendo al neo-canino que lo acompañaba—yo digo que nos están provocando… sin la aguja no hay forma que los Arcanos infiltrados tomen Apamate… ya tienen una semana ahí.

—grrr, grrr—rugió el canino.

—Si amiga… hay una buena trama aquí—el hombre vio la imagen del recuerdo, nítida en su mente, una estructura flotante de caras negras como la noche, como el espacio—esa cosa que apareció nos dejó sin datos, aunque me pareció que Marte se defendía… no era algo de su programación… se canibalizaron, ¿imaginas eso? Maquinas caníbales, podrías decir que lo has visto todo…—el Dragón miró el cielo, el sol emitía una luz suave, tibia—hasta donde sé, no se han inventado inteligencias artificiales capaces de semejante cosa—el Aumentado se detuvo en sus aseveraciones al ver las siluetas que se acercaban por entre los pequeños peñascos de la rivera, se levantó—tenemos visitas, ¿hueles eso?—levantó la nariz ante la frescura matutina—Orquídeas, hermanas Ecantes… una Era también. Interesante.


El colectivo que se acercaba estaba compuesto de varios anexos al PIA, había mulatos agrarios de las fractales, guerrilleros bronceados de la LUA, blancos manchados por el cultivo cítrico de tierras negras, guerreros de ojos rasgados con marcas tribales de los clanes occidentales, esta debía ser Laagata, su partida comenzaba a ser muy famosa entre los comités y los concilios, la había estado esperando ese día, su llegada era la señal de que tenían refuerzos para atacar a los Arcanos de apamate. Los encabezaba Armadillo, el comisario político de su unidad: el vector expedicionario de operaciones especiales internas. Armadillo siempre se apresuraba a recibirlos a todos, era su obsesión. Ellas debían ser del vector de choque y búsqueda, del frente. Interesante, la U como era conocida la unidad de choque, tenía muchos Ecantes admirables, aunque claro está la I como llamaban a la unidad de operaciones especiales internas, también tenía prospectos resaltables… todos eran hermanos irremplazables en esta guerra.


—Dragón ven acá—lo llamó Armadillo, haciéndole una seña—apura hombre, que aquí está la enviada del C11. No quieres perderte conocer esta celebridad. Este hombre, ¿lo ven? él, es quien acabó con la aguja de Sagitario, él solo, asesino a Marte, el monte ese de naranjales que es Carabobo, no ha parido mejor Turpial—Armadillo soltó una carcajada sabía que la burla a su tierra natal, exasperaba un poco al Dragón. Luego se acercó a las mujeres a murmurar algo que el Dragón alcanzó a entender, estirándose en su dirección—Él es algo extraño... es fuerte y muy colaborador, pero demasiado inteligente rayando en lo impertinente, lo rebuscado—pfff presentarlo así, Amadillo era un idiota.

—Bienvenidas… hermanas, la lucha sigue—dijo el Dragón acercándose, detallándolas, lucían como soldados que habían luchado un largo camino, también como civiles que habían visto demasiados atardeceres—en sus ojos puedo ver el fuego de incontables batallas, en sus pieles los sacrificios que las han moldeado… hermanas del vector de choque y búsqueda sin duda, que la paz sea con ustedes.

—Discúlpennos—dijo el comisario interrumpiéndolo, se acercó al Dragón tomándolo del hombro—compórtate muchacho. No te pongas de poeta… la morena probablemente se convierta en nuestro rostro hasta llegar al valle, trátalas bien—luego se giró hacia sus tres visitantes y las presentó—la unidad de expedicionarios son Laagata, la Bestia y Zigilo, las acompañan Anaconda representante político de la LUA, Araguato que representa la liga Ye’Kuana, el amigo Nutria de los crews pluricéntricos de las fractales, y Paraulata de los comités de la legión roja, su caravana trae un buen contingente de soldados, con muchos vehículos, son nuestros refuerzos—se acercó con el rostro sudado y exasperado, susurrando—Explícales que has averiguado, yo les buscaré algún té o algo, ¿desean una merienda o el desayuno?—las mujeres sonrieron educadamente—en seguida regresó—a la distancia, tropezó con una piedra y estalló en murmuraciones—Que carajos, estoy viejo para esta guerra… rojo hazme el favor de acabar con esta guerra pronto, me escuchas, ¿me escuchas? ¡Destruye al cagón dorado! ¿Me escuchas? ¡Al diablo! me alborote—el Dragón soltó una carcajada haciendo reír a sus visitantes, ante lo alta de las murmuraciones de su compañero.


Tras saludarlo con apretones, besos y abrazos, comenzaron a caminar entre las ruinas de aquella estructura esférica, aun podía percibirse que era esférica a pesar de que ahora no era más que partes, miembros de un cuerpo despedazado. Detallaban cada segmento, cuando vivía aquello, medía unos 20 pisos de alto, unos cien metros de ancho, era algo apabullante recordaba el Dragón. Ahora no era más que desechos de impresoras circuírtales, cadenas de producción sintética y mezcladores químicos. Lo que sorprendía al Dragón y parecía contagiarse a las mujeres, era la cantidad de nanioticas muertas y que los satélites, que antes habían orbitado alrededor de la aguja, se mantenían intactos, emitiendo escazas señales de vida. Cada satélite caído, medios unos 7 pisos de alto con unos 40 metros de ancho, no eran esféricos como Marte, eran ovalados. Esos satélites desafinaban orígenes, eran muy peligrosos… los científicos de Apamate comenzaban a empaquetarlos para su estudio.

Las mujeres, parecían hacerse conjeturas mentales, ninguna hablaba. Laagata parecía una mujer de acciones, no detallaba demasiado aquel cadáver, por lo que no debía sacar muchas conclusiones. La más pequeña, Zigilo, parecía leer cada pieza tal cual lo analiza una computadora, parecía recolectar información más que procesarla. La Bestia, detallaba todo y sopesaba un tiempo antes de cambiar de cuadro, detallaba a profundidad… interesante, ella haría las preguntas…


— ¿Dices que tu solo acabaste con esa cosa?—murmuró la Bestia, con expresión curiosa—tú solo…

—Creo que Armadillo me tiene estima, sin mis compañeros, no hubiera tenido muchas oportunidades contra esa cosa—le contestó sin quitarle la mirada. Ella miraba el cadáver de Marte, y luego lo miraba. Con la atención de sus ojos negros continuó— el crédito no es solo mío. Aunque… nos jodieron un poco, se llevaron lo importante…

— ¿Qué quieres decir?—preguntó la Bestia.

—Una de las encomiendas del sindicato al enviarnos aquí, era reconocer el funcionamiento de esas cosas, pues todas parecen tener “organismos” distintos—el Dragón hizo un gesto señalando las ruinas—cuando luchamos Marte podía sobreponerse a los ataques, adaptando sus vulnerabilidades, como un replicante. Pero nada más destruir sus generadores y sus corredores de alimentación, otra aguja apareció en el cielo, era negra como obsidiana y se camuflaba en la noche, devoró el cerebro electrónico de Marte y desapareció—el Dragón las observó, esperando la reacción a esa palabra que había elegido muy bien.

—Lo que viste fue a Plutón, yo luchaba contra ella cuando se teleportó—le dijo la Bestia, dirigiéndole la mirada fugazmente, pero con la suficiente fuerza para hacerlo mirarla— ¿devorar? Las maquinas no devoran, tomaría el cerebro de su hermana, como mucho…

—Son capaces de teleportarse, eso es un problema—contestó el Dragón asombrado, la Bestia había reconocido la pista en sus palabras, eso le gusto—recuerdo claramente que Marte se resistió a que su hermana le extrajera el cerebro… fue… perturbador. ¿Cómo diablos Sagitario fue capaz de crear semejante maquina? ¿De dónde sacaron los recursos durante el asedio? Esto me tiene cabezón hermanas.

—Has acertado en algo, estas agujas poseen tecnología replicante—agregó Laa mirando las ruinas con admiración—y quizá no las fabricaron en Sagitario…

—Es cierto—agregó la Bestia—estuvimos en el pantano y allí era imposible juntar la proporción de recursos necesaria para construir esas cosas. Podría haber usado los satélites genéricos… que protege la triple A.

—Interesante, bueno… debo informarlas antes de que las reciba el comandante adjunto Gavilán. Las esperábamos para reducir al comandante Bellum y a la CI—comentó él indicándoles el camino—hace dos días, el grueso de nuestra fuerza fue enviado a la frontera de la amazonia, al sur. Reforzando una columna de infantería que enfrentaría el avance de los disminuidos. Como bien saben con las agujas, los operativos del dorado han salido de sus escondites, y los comités de la legión roja han decidido aprovechar para limpiar el territorio—acotó mientras caminaban—Bellum y la Cohorte infernal, irrumpieron en el sector más oriental de Apamate, aprovechándose de la aparición de Marte hace una semana y ante su caída, se atrincheraron en los edificios. Tienen experiencia y artillería… han comprado los mejores comandantes y estrategas que ofrece la tecnología Arcana. Una gran parte de la población Aumentada fue evacuada del lugar, el resto...—silencio incomodo—Es importante para el sindicato expedicionario mantener esta estación de pie. Así que hay que suprimirlo, a él y a todos sus Arcanos… han tenido tiempo para prepararse, pero no creemos que ataque en un tiempo próximo.

— ¿Cómo es que una división Arcana llegó tan lejos desde el pantano? ?—exclamó la Bestia con interés—el territorio estaría plagado de comandos y milicias de la legión roja.

—La verdad es que le seguíamos la pista, pero Marte—respondió el Dragón—Marte cambio todo… la CI se infiltró por las vías del nervio central. Por aquellas donde no pasan los trenes del PIA… ha habido mucho movimiento desconocido, desde que parte de la ruta de Alfaguara fuera destruida durante su asedio. Ustedes lo saben, estuvieron ahí…

—Entiendo—comentó la Bestia.

El Dragón los guio a través de las ruinas a un minúsculo anden, donde estaban algunos pertrechos de guerra apilados, entre R3-cal1bradores y algunas cajas de munición. Abrió las compuertas de una dresina propulsada y con un gesto caballeroso, les ofreció el interior. Las tres se sentaron, el Dragón programó la consola y el vehículo se encendió, tenía un pequeño vagón de carga con algunos estuches y provisiones de comida, sobre todo dulces.

— ¿Puedo?—preguntó la Bestia señalando un termo de helada, que coronaba las provisiones.

—Por supuesto—le respondió el Dragón, mirándola tomar un vaso y un cortado de papelón de la bandeja cercana, los cortados del cocinero Guacamaya, eran grandes, apetitosos y adictivos.

—Dame uno—pidió Laa.

—Guacamaya hace los mejores cortados, de esta parte del gran rio, y eso que no han probado su pasticho de yuca—admitió el Dragón viendo sus expresiones de deleite; tomó uno y se lo ofreció a Zigilo que lo aceptó tímidamente—el trigo andino ha evolucionado mucho hoy.

—Pasticho—la Bestia abrió los ojos, en una expresión de ansia—tienes que conseguirnos uno. Con yuca, uhmmm yuca… con plátano.

—Ya la conquistaste—le dijo Laa— ¡Bestia para! se está sonrojando.

—jajajaja lo tendré presente—contestó él riendo.


El riel los llevó en línea recta, a un lado se extendía una rivera cristalina, invadida de pedruscos, donde trajinaban las garzas blancas y coloradas, adornando el horizonte con su actividad. Al otro costado del riel se ensanchaba una trinchera muy larga, repleta de maleza pisoteada, barro, soldados y pertrechos. La trinchera era de los Apamate, la usaban para sembrar cochinillas de azúcar. La magna Sabana se extendió con aire fresco y limpio, con los portales agrarios vigilando en la lejanía. A cierta distancia, algunas filas de Arcanos eran llevadas a un bosquecillo de donde se escapaba el sonido de disparos.

Al acercarse a los dominios de la meta-estación Apamate, todos se sorprendieron, no era para menos. Apamate parecía esculpida en un bajo Tepuy que se alzaba por todo su norte, bajo la montaña descansaban las amplias murallas escalonadas, de jardines botánicos y sobre fachadas paramétricas que bordeaban todo el conjunto de edificios, que sobresalían buscando las alturas. La muralla verde era a su vez rodeada de ríos, sobre cuyas superficies se alzaban hermosos puertos de edificios semiesféricos. Sobre la superficie de la corriente más grande que bordeaba el sur desde oriente, se alzaba una serie de puertos y edificios de gran belleza, con formas orgánicas, de caras dinámicas y exuberantes, los P4la-f1tos, uno de los tantos sitios de los que la Meta-estación se sentía orgullosa, sus centros de estudio fluvial.

Al acercarse al puente de reconocimiento de la entrada occidental, una amplia sección de la muralla estaba, mustia y golpeada, allí donde Marte había atacado. Era como el semblante hermoso de una joven que el martillo de la violencia había intentado mancillar, con su despreciable naturaleza.

En algunas bahías de los escalones de la muralla, se apilaban los cadáveres de los caídos, docenas de cadáveres, que eran despojados de su equipo y armamento, para ser reciclado; luego eran puestos en sus sacos y procedían a ser plantados en el bosque-cementerio de la muralla. Para el Dragón el final de la anatomía era el silencio de la química existencial, el fin del accionar de la auténtica máquina de evolución, más allá; viajar como consciencia era algo extraño, nebuloso. El riel se acabó, dejándolos frente a la estación, caminaron el último trecho, por un camino henchido de pertrechos y ruinoso por la batalla, atravesaron una alta cortina de vegetación, y el Dragón se adelantó para ver la expresión de sus compañeras, todas se impresionaron.


—Bienvenidas a Ampamate, la joya salvaje de oriente—dijo ante los rostros impresionados de sus acompañantes.

—Increíble—dijo Zigilo, intentando no perderse ni un resquicio de aquello.

—Tenía mucho tiempo sin venir—comentó la Bestia—está aún más bella que la última vez que la vi.

—Aun con la guerra, el PIA se ha encargado de hacer florecer sus estaciones—admitió el Dragón—para eso existía el frente, ahora tendremos que protegerlas desde su interior. Me temo que ahora sufrirán los embates que sofocaban el frente.


El velo de verde, descubrió una ciudad tan amplia como desbordante, los edificios desafiaban las formas geométricas, haciéndolas esconderse de pena. Las sobre fachadas eran curvas, los balcones cóncavos y convexos. Había altas estructuras que se extendían como conos hacia el cielo y otras que se alzaban ondulando hacia el horizonte, había centros de atención con la forma de una semilla, plazas de concilios capaces de alterar su forma con la hora que marcaba el reloj de sus engranajes; había mercadillos de techos ovalados que crecían conectados por terrazas que desbordaba el bambú y el Apamate, los canales formaban ríos que cruzaban la ciudad, luego se hundían hacia abismos subterráneos, donde latía el silencio.

En el cielo a una altura media una red gigantesca de rieles y conectores magnéticos, tejía el movimiento de cientos de vagones y capsulas de transporte público. Por encima de aquello flotaban ciudadelas orbitantes. Apamate había tenido que reimprimirse varias veces, no podía construir hacia abajo por los ríos, así que había construido hacia arriba, hacia los lados y cuando se había quedado sin espacio, había construido en el cielo. La sola visión de Apamate causaba gran impresión. El Dragón adoraba la Meta-estación, por eso estaba dispuesto a aniquilar a Bellum. Para él la gente que había construido semejante obra de arte, merecía tener algo de paz… nada más comenzar a caminar por las calles repletas de actividad, el Dragón comenzó a saludar a los suyos y les dio las Orquídeas un asistente. El dispositivo estaba configurado para conectarlos a todo el andamiaje de enlaces y vínculos de la operación. La neuromedia estaba comprometida por los espías de Bellum.


Enfrentarse a un conciliador como yo, es un crimen a la ilustración democrática y a la genética, es un auto-suicidio—decía un mensaje que transmitía un zeppelín en las alturas—únanse a nosotros y vivirán, rescatemos el orgullo Aumentado de las garras de este grupo traidor y separatista llamado PIA. La ilustración es la paz y el progreso. La integración es la mentira del salvaje y el rural. Unámonos en una sola voz sin partidos, sin grupos de oposición, sin políticos, ¡donde solo gobierne la voluntad y la dignidad de la libertad!


—Esos son los mensajes diarios de Bellum—dijo el Dragón bromeando. Se detuvo ante el escáner de un exquisito edificio de sobre fachadas de enredaderas y celdas paramétricas. Al confirmar la ID las puertas liquidas se disiparon dejándolos entrar.

—Todo un poeta—agregó Anaconda mientras accedía al interior del edificio.

—Y que lo digas una hora de él y querrás usar tu arma—el Dragón hizo un gesto suicida con la mano derecha.

— ¡Eh Cunaguaro!—llamó a su compañero encargado de operar la logística visual del frente—Ven aquí te presento a nuestros refuerzos de la LUA, de las fractales, de Orquídeas.

—Vaya, vaya—dijo el Aumentado pecoso y taheño, viendo a sus compañeras—guao ¡mujeres! que cul... esta vez el nombre les hace toda justicia.

— ¡Cállate imbécil!—le dijo una Aumentada de cabellos rojizos con raíces negras, tenía los ojos verdes y rasgos arábicos, se acercó con expresión aburrida—si necesitan a alguien para la noche llévense a este desesperado, el Dragón no, él es solo mío—guiño un ojo.

—Ya quisieras peliroja—contestó Cunaguaro soltando una carcajada—Dragón ven y dale un besito a papi… ven—dijo acercándose en broma, el Dragón puso cara de repudio.

—Ella es Jaguar—dijo el Dragón al trio, evitando a Cunaguaro.

—Ustedes son…—Jaguar, no contuvo su emoción—ya lo sabía, Son Laa, Zigilo, la Bestia ¡vienen de las fractales! han hecho un buen trabajo, lo de Alfaguara fue… ¡denso!—Jaguar las veía con un brillo en los ojos fuera de lo normal, las admiraba profundamente—Las admiro, ¿dónde está la Hiena?—preguntó asombrada.

—En el rojo—contestó Laagata, con expresión algo cansada.

—Oh, un héroe más—contestó el Dragón, tratando de aligerar el peso de esa respuesta—Cunaguaro, dales los comprimidos del plan a sus asistentes. Esta noche deberíamos comenzar.

—Entendido—dijo el compañero, guiñándole un ojo a Laagata que sonrió fugazmente.

—Tú, chica… Zigilo—le dijo el Dragón separándola del grupo—ven aquí, iras al armero, necesitas un R3-cal1brador, ese subfusil que armaste con una pistola de ráfagas no te va a servir aquí, los trajes de combate Arcano tienen blindaje, van a reírse de ti muchacha.

—…—Zigilo miró a la Bestia que le hizo un gesto de aprobación.

—Pero tendrás que enseñarla a disparar—replicó la Bestia—sufrió una… lesión y no recuerda mucho… de nada.

—Ah entiendo, entonces mejor no… no quiero que me acribille en las practicas—dijo el Dragón mirando fijamente a Zigilo—jajaja solo bromeo—el Dragón le guiñó un ojo a la Bestia y se sumergió con Zigilo al fondo de la habitación. Primero la batalla luego haría tiempo para hablar con la Bestia… con su renombre tendría mucho para contar, también su pensar daría mucho para analizar.

13 Septembre 2020 07:01 2 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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Margarita Lapina Margarita Lapina
Genial, dear Ayatan Mestre! When Michelangelo created his "Divine Creator" he say: Who created, he created the parts - "And after I chose the best one, To show us the miracle of your deeds here, Worthy of his high power" Michelangelo Buonarroti.
October 27, 2020, 06:41

  • Ayatan Mestre Ayatan Mestre
    Greetings Margarita, love your words, thank You for take the time to read and comment, i appreciated a Lot. October 27, 2020, 10:50
~

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