𝔄𝔱𝔯𝔦𝔞. 𝔖𝔦𝔤𝔩𝔬 𝔛𝔙
Las luces en la ciudad de Atria comenzaban apagarse poco a poco, el invierno llegaría en unas cuantas lunas y la gente se preparaba para estar así durante casi 3 meses, en la fría oscuridad. No habría demasiado comercio, los negocios cerrarían aun más temprano por el invierno, las familias se encerrarían en sus casas y harían su propia hibernación. Los alfas lobo patrullarían en la noche, solo había pocos de ellos; alfas cien por ciento puros eran los únicos que se pueden convertir en su forma lobuna, pero al ser pocos, estos corrían con la responsabilidad más grande de cuidar el reino.
Atria se encontraba más lejos que cualquier otro reino vecino, a millas al oeste que da hacia el mar y de los otros lados rodeado de un enorme bosque de coníferas, arboles enormes y robustos ayudando a los lobos camuflajearse entre ellos, cazando al enemigo. Atria es rico en recursos naturales y minerales, lo que le hace interesante a los reinos que no mantienen tratados de paz y vienen en manadas para atacar; incluso algunas veces secuestrando omegas.
Los alfas que no eran tan puros patrullaban las calles, vestidos de armadura y su espada en el cinturón; como ya era época de invierno, el sol se empezaba a ocultar cerca de las cinco de la tarde, así que el toque de queda empezaba y la gente se iba a resguardar a sus hogares; muy pocas personas quedaban fuera, tales como las que iban a bares o burdeles. La autoridad lo permitía porque era responsabilidad de cada quien su propia integridad, pero cuando se encontraban bajo ataque ningún alma rondaba fuera, mucho menos los omega.
En un reino regido por los alfas, los omegas vivían temerosos de ellos; no todos los alfas eran brutos y salvajes, pero por lo menos una vez algún omega tuvo que lidiar con alguna situación así; algunos se salvaron, otros no corrieron con la misma suerte.
Las farolas con fuego empezaban a iluminar las calles, la nieve ya se amontonaba por el suelo, las pisadas fuertes se escuchaba aplastándola, la música en vivo venía de aquel burdel que no cerraba cerca de media noche. Las risas y fuerte bullicio se hacían presentes, el olor fuerte a alcohol y sudor humano era muy perceptible. Los olores de alfas y omegas estaban mezclados entre ellos, también había betas pero el único olor que ellos provocaban era el de su simple sudor, fácilmente no podrías identificarlos por separado, pero había cierta persona que podía.
Subiendo las escaleras en el segundo piso, mas mesas con alfas y varios omegas en sus piernas clamándolo como suyo, era de lo más común; mayormente eran personas solteras sin ningún lazo, buscando diversión o algo que caliente su fría noche.
El chico caminaba con cautela dirigiéndose por las escaleras a sentarse en un ventanal grande al lado de estas, cierto alfa lo vio y le siguió. Al estar de pie frente a él le empezó a acariciar el cuello, se agachó y empezó a besar su cuello.
— Te extrañé — dijo el alfa con voz ronca, se podía oler el vino en su boca, y su olor a roble oscuro de sus feromonas — Hace mucho que no te veo" dice cerrando los ojos.
El menor negó con la cabeza y también cerró los ojos, dejándose llevar por el tacto y besos del alfa. El mayor lo jaló del brazo y lo hizo levantarse para que ahora él estuviera sentado con el menor en sus piernas.
Le tomó por el rostro y empezó a tocarlo con la punta de sus dedos, desde la frente hasta el mentón. Cuando tenía sus dedos en los parpados del alfa, éste habló.
— ¿Qué es lo que haces?
— Recordando.
— ¿Recordando?
— Toco tu rostro para no olvidarlo, Jimin — ronroneo. El mayor sonrió y le besó. El menor rodeo sus brazos en el cuello del mayor dejándose llevar por sus instintos.
El calor que emanaban ambos por su cuerpo empezaba a empañar el ventanal, una tormenta de nieve empezaba a caer con mucha más fuerza que hacía unos minutos; seguramente estaría demasiado frío, pero ahí dentro se sentía como el mismo infierno.
— Omega — ronroneó Jimin encima de los labios del menor, este no respondió y volvió a besarlo. Sintiendo leves destellos en sus ojos, palabras en su mente empezaron a resonar.
"Adiós" "Adiós, mi alfa"
Confundido, trató de callarlas, mientras seguía besándose con el alfa. Pero, cada que el alfa empezaba a tocarlo más, sentía extraño, como si esas manos no deberían ser las que deberían estar tocándolo. En cambio, sentía otra sensación, como otras manos diferente en las suyas.
Las voces en su cabeza no se callaban.
"Adiós, mi alfa. Te beso una última vez"
Era su voz. Su propia voz de hacía ya tiempo, ¿Hace cuanto pasó eso?, se preguntó.
Los tambores y alaudes no paraban de ser tocados por los músicos. El éxtasis de su celebración estaba llegando a su apogeo, las risas, cantos y gritos no dejaban de sonar; el pequeño omega empezaba a estremecerse. El aroma a roble del alfa era más potente y el menor empezaba a marearse.
No fue hasta que el alfa empezó a mover el cuerpo del omega sobre sus piernas para que ambos hicieran fricción; él deseaba... no, quería poseer al omega esa y todas las noches, pero bien su mente sabía que eso sería imposible.
Un alfa puro aulló en el bosque. Su aullido era tan fuerte que se podía escuchar hasta en la ciudad.
Los alfas y algunos omegas comenzaron aullar a pesar de no tener el poder de convertirse en lobos; le aullaban al alfa, porque eso lo sentían en su interior, se sentían agradecidos de tener alfas cuidándolos y como alguna manera de agradecimiento por sentirse a salvo, le aullaban al alfa puro.
Jimin separó sus labios de los del omega para poder aullar desde el fondo de su garganta, sin soltar al omega quien lo tiene agarrado de su cintura.
El omega se estremece porque huele en el alfa, su lobo más que Jimin mismo. ¿Por qué cada que cierro mis ojos veo los tuyos?
Y cuando recuperó la cordura, de nuevo se dejó fundir en el calor del alfa, besándolo más salvajemente. El alfa lamiendo y dando pequeñas mordidas en su cuello y el omega sosteniéndose de los brazos del mayor.
Cuando el alfa dejó su cuello, el omega tomó su rostro de nuevo y empezó a acariciarlo por todos lados, palpando con sus dedos el rostro sudoroso y caliente, sintiéndolo familiar pero como si no lo reconociera.
"Adiós, mi alfa" empezó de nuevo su mente, "...te beso una última vez"
Omega, omega. Hice algo muy malo...
Tu voz no me gusta, alfa.
Omega, omega. Por favor, no me dejes.
Creyó que sus sollozos es algo que jamás podrá olvidar. El lobo que lo clamaba no lo podrá olvidar, ¿Cómo podría olvidar aquel alfa?
Me enamoré, en un sueño. Pero ni siquiera recuerdo tu rostro. Los ojos del omega empezaban a picar a causa de las lágrimas.
— Taehyung... — dijo el alfa con su voz ronca. Tomó el rostro del omega, acunándolo en sus manos — Tae — su lobo realmente lo deseaba.
"Alfa. Recuerda mi sabor a cerezas y lilas" el mayor besó al omega.
— Ojalá pudieras verte — murmuró el alfa. Alzó el rostro del omega por el mentón con su mano derecha y con la izquierda empezó a acomodar su cabello oscuro rizado en la frente, sintiendo la piel áspera que empezaba por debajo de sus cejas — Me gustaría que me vieras — murmuró.
— Te veo — respondió el omega sin ganas.
"Tengo que vivir sin tus brazos" la sensación de necesitar a otro alfa se hizo presente en lo más profundo de Taehyung.
— Creí que no te gusta salir sin esto — dijo y acerco la tela a la mano de Taehyung para que la sintiera.
— Pero me gusta sentir mi rostro... libre.
— Omega — empezó a tocar donde no se había atrevido en toda la noche. Esa parte del rostro era áspera y dura. Ya habían pasado años.
Al menor no le gustaba que le tocaran ahí, así que movió el rostro a un lado para darle entender al mayor; él lo captó, le dio un beso en la mejilla y luego volteó su rostro para poder seguir besándolo en la boca, hasta que la noche acabara.
Taehyung seguía teniendo en su mente los recuerdos de otras manos, otro cabello, otra boca tomándolo. ¿Tal vez alguna vida pasada?, no, eso es una estupidez. Las vidas pasadas no existen. Pero, ¿Por qué se siente tan vivido?
"Adiós mi alfa"
Se imaginó a sí mismo en medio del bosque lleno de nieve, mientras la lluvia se llevaba sus lagrimas al suelo, el borde de un acantilado con una enorme cascada hacían que su llanto no fuera más que un susurro en la noche.
Jimin lo seguía besando en el presente "Adiós, mi alfa. Prometiste tocarme una canción" su voz sonaba quebrada en su mente "Una canción que suene sólo para mí"
El omega dejó de sentir la necesidad de estar con el alfa que los sostenía en brazos. "Me despido de ti, mi alfa. De tu calor, de tu olor... de tus brazos" su voz pasada le lastimaba el alma, Me despido, pero... en los brazos de otros hombres en la noche es a ti a quien veo.
Taehyung se sonrojó furiosamente al pensar en otro alfa mientras estaba con Jimin. Rápidamente perdió el deseo y se puso de pie; Jimin quedó desconcertado.
— ¿A dónde vas? — preguntó.
— A casa. Estoy cansado.
— ¿Quieres que te acompañe? — preguntó también poniéndose de pie, viendo como el omega tomaba el trozo de tela para ponerlo en su rostro — ¿Te ayudo?
— No — contestó a la defensiva.
— Es demasiado peligroso para que saltas tú solo. Alguien podría pasar y...
— ¿Tomarme? — preguntó irónico — ¿Acaso no has visto mi cara? — Jimin tragó duro — Tengo años sin ver mi propio rostro. Estoy seguro que si alguien viene y quiere aprovecharse de mí, mi cara le dará tanto asco que se irá.
— Hey, no digas eso. Tú eres alguien muy hermoso — Taehyung soltó una risa amarga.
— Jimin, por si no lo haz notado; soy un omega que tiene más cicatrices en el cuerpo que un alfa guerrero. Un omega con una cicatriz de un lazo roto y... ciego.
Jimin se inquietó por las palabras del pequeño omega y mejor guardó silencio. Observando cómo ponía la tela encima de sus ojos; cubriendo mayormente las cicatrices de su rostro y los ojos grises que tenía.
— Me voy — murmuró alejándose.
Al no tener el sentido de la vista, Taehyung mejoró sus otros sentidos que lo hacían guiarse por donde pasaba. Había mejorado su olfato y oído para poder moverse, viendo en la oscuridad sombras o luces, que era lo único que sus ojos distinguían.
Al estar fuera de la cantidad suspiró el aire gélido de la noche, la tormenta de nieve seguía cayendo. Primero empezó a caminar tocando las paredes de las casas con la punta de sus dedos, avanzando cada vez más rápido. El invierno apenas había comenzado, pero para Taehyung a veces era difícil, porque la tierra ya no huele a tierra, huele a nieve y así parece oler en todos lados. Pero para él ya no era tan importante mientras siguiera dentro de la ciudad de Atria, su sentido de orientación le ayudaba ya que había recordado de memoria los caminos; dobló a la izquierda y luego a la derecha, recorrió por otros cuantos pasos hasta que llegó a casa.
Empujó la pesada puerta y al sentir los olores familiares de su hogar, bajó el gran palo de madera bloqueándola completamente para que nadie pudiera entrar. Los delicados pasos de Taehyung era lo único que sonaban en el piso de madera; caminaba rodeando la mesa y los muebles, casi parecía una danza coordinada al no chocar con ningún mueble, ya que él sabía exactamente donde estaba todo. Tocó la pared de su casa y subió las escaleras para poder ir a su habitación, dentro de ahí nadie podría hacerle daño; se quitó la venda dejándola en su mesa de noche; tocó los tres rasguños que cruzaban de lado a lado en sus ojos de forma horizontal, estos ya habían cicatrizado, pero gracias a eso, él ya no tenía vista; empezó a acomodar la ropa y cobijas para acostarse en medio de su nido quedándose completamente dormido.
Los alfas habían terminado de patrullar en la noche, ya que se acercaba el amanecer, algunos lobos algún seguían en el bosque cuidando. El lobo con tonos grises en su piel blanca estaba dando su última patrullada antes de regresar al reino. Escuchó pisadas hacia que volteó su cabeza y empezó a olfatear, girando las orejas para captar mejor pero al final no escuchó ni sintió nada. Regresó corriendo en sus cuatro patas hasta la base de los alfas, al llegar ahí volvió a su forma humana y empezó a vestirse con sus ropajes.
— Sir Kim — dijo un beta.
— Solo llámame Seokjin — contestó el alfa.
— S... Seokjin-ssi — dijo el beta un poco nervioso — El rey quiere verlo lo más rápido en el palacio.
— Gracias por decirme — dijo y empezó a andar en caballo hacia dentro de las grandes murallas, rumbo al palacio. ¿Ahora que querrá Namjoon?, se preguntó.
Kim Seokjin no estaba tan equivocado, pues si había alguien donde estaba patrullando. A lo lejos, cuando todos los alfas se habían ido, el lobo negro salió de su escondite teniendo a su vista el reino de Atria.
Mi omega...
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𝕺𝕸𝕰𝕲𝕬𝕾
𝔎𝔦𝔪 𝔗𝔞𝔢𝔥𝔶𝔲𝔫𝔤
𝔍𝔲𝔫𝔤 ℌ𝔬𝔰𝔢𝔬𝔨
𝔐𝔦𝔫 𝔜𝔬𝔬𝔫𝔤𝔦
𝕬𝕷𝕱𝕬𝕾
𝔍𝔢𝔬𝔫 𝔍𝔲𝔫𝔤𝔨𝔬𝔬𝔨
𝔎𝔦𝔪 𝔑𝔞𝔪𝔧𝔬𝔬𝔫
𝔎𝔦𝔪 𝔖𝔢𝔬𝔨𝔧𝔦𝔫
𝔓𝔞𝔯𝔨 𝔍𝔦𝔪𝔦𝔫
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Also... creo todos saben lo que es omegaverse, ¿no?
𝓐𝓛𝓕𝓐: es quien tiene también los puestos más importantes, con mayor riqueza y posición social superior. En mi historia se dividen en dos alfas puros (los únicos con el poder de convertirse en lobos) y alfas normales.
ʙᴇᴛᴀ: son personas normales, sus olores son igual al de los humanos y tienen la libre elección de formar relaciones, pero solamente entre ellos pueden tener bebés.
𝒪𝑀𝐸𝒢𝒜: es la clase social más baja, son sumisos, liberan feromonas y atraen a los alfa, ellos pueden tener bebés únicamente con los alfas.
Es información general, pero en algunos casos; no quiere decir que necesariamente los alfas sean brutos y salvajes y los omegas inocentes o sumisos. En algunos caso serán meramente "estereotipos".
La historia está ubicada en la época medieval; siglo XV (aproximadamente 1430 d.C) El reino es tipo a como los que salen en la serie The Witcher. (No real, el reino es ficticio así como todos los lugares mencionados después)
Atria, se pronuncía en inglés: "ey-trii-a"
Gracias por leer.
All the love, A.
Merci pour la lecture!
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