Como peludo regalo Suivre l’histoire

Como peludo regalo.

"A veces resulta imposible divisar en una misma el propio estado de ánimo. Los días se pegotean y enchastran como una masa que le falta agua, dividir el tiempo comienza a ponerse más difícil"
Ésto me contaba mi gata cuando volví de trabajar, al parecer ese día estaba con estas famosas "crisis existenciales".
Recuerdo con envidia nuestras charlas en esos tiempos en que la vida me pasaba por arriba, volvía de la calle tarde, cansado, arrastrando los últimos pedazos de energía que me quedaban. Al llegar a la puerta ya podía verla expectante mirándome por la ventana. Al entrar, ella se estiraba y elegantemente se acercaba a darme un saludo digno de su especie.
Hay días, esos en que el cansancio y las preguntas te ahogan, que ni siquierapodía devolverle el saludo y ahí comenzaban las preguntas una y mil veces; - Miaauu ¿Cómo te fue?¿Cómo estás? Miaauu.
Entretanto maldigo mi vida, el tiempo, sus preguntas y el momento enque evadí sus saludos, todo en un silencio ruidoso de cosas.
Cuando por fin termino los trámites de ingreso al hogar, me mira radiante enfundada en su piel perfectamente negra y brillante, sigilosamente se acerca y me pregunta.
-¿Estás bien?. Parece a propósito pienso, ¿¡No basta con que no pueda parar de pensar por mi cuenta que viene y me pregunta!?¿Que le digo? Sabes no sé si ésta vida tiene sentido; o podría también contarle que hoy pelié con un colectivero; o mejor aún no se lo que quiero y siento que todo lo que hago es basura, que está mal y así vivo infeliz, mugrosamente infeliz y peor aún voy a morir estúpidamente infeliz, mintiéndome descaradamente entre viajes, música, libros, amigos, trabajos, amores, comidas y todas esas ilusiones bastardas que en la televisión dicen que están bien.
La miré con esa tormenta en mi cabeza y mi cara.
- Sí, estoy bien. Respondí apretando los dientes. ¿Cómo estuvo tu día?.
- ¡Fabuloso!. Dijo sonriendo y empezó a enumerar.
- Cuando vos te fuiste dormí un rato más, me aseguré de acovacharme bien entre las sábanas hacía frió y aún era de noche. ¡Por cierto! Deberías salir más tarde eso te cambiaría la cara de pescado que llevás.
No llegué a abrir la boca para responderle que siguió.
- Al rato me levanté y vi como en el sillón el sol enamoraba la tela y pensé que yo podía ser su enamorada también. Antes pasé por el baño, te habrás dado cuenta, tomé agua y comí, ¡Ah, Gracias! Estaba muy rico, ya no hay más si queres agregar un poco estaría bien. Y ahí sí, habiendo terminado con mis necesidades básicas fui hasta el sol del sillón y dormí mi primera siesta del día. Luego desperté con los ladridos del perro de al lado. ¡Nunca voy a entender a esa especie!, parece que pidieron delivery y la moto, y el timbre, y bueno... ya sabés de que hablo, los perros son así. Dijo y revoleó los ojos de un lado a otro; suspiró indignada y siguió.
- Aproveché para estirarme y correrme al sol que ya no me pegaba
Yo, la escuchaba asombrado por su locuacidad y envidiando su felíz pereza.
- Después… después… Continuó. Me estaba bañando y te vi llegar por la ventana y… me preguntaste sobre mi día y ahora me mirás con esa cara como si nunca hubieras visto hablar una hermosa gata como yo.
Tardé unos segundos en volver en mí, y como con la anestesia del dentista en la boca le dije.
-¿¡Qué!?¡Estás hablando!
- Miauuu. Dijo y me miró ronroneando, frotó su frente contra mi mano y como si el piso fuera lava llegó en 3 saltos a su plato de comida.
- Miauu.