ALEKSÉI
Logramos escapar de la escena justo con el tiempo suficiente para no tener que enfrentarnos con la policía. La tienda quedó completamente destrozada y como es una de mis propiedades, no tendré que preocuparme por la aparición de evidencia incriminatoria.
Aunque es seguro que tendré a las autoridades encima por un buen tiempo mientras investigan que fue lo que sucedió, a menos que los soborne y me ahorre toda la mierda. Ahora mi única preocupación es Xander.
En dónde mierda está y quién fue lo suficientemente imbécil para atreverse a desafiarme de tal manera. Muchos posibles culpables se me vienen a la cabeza, pero solo un nombre se repite como una jodida grabación en bucle en mi mente, burlándose de mí y escurriéndose a través de mis dedos cada vez que he tenido una mínima oportunidad de hacerme cargo de él a través de los años.
Dimitri Zhukovski.
Ese simple nombre hace que la bilis se precipite en mi garganta al pronunciarlo. La lengua me raspa como lija y se me ocurren un millón de ideas divertidas para hacerme cargo de él si después de todo llega a ser el responsable del secuestro de mi pareja... Aunque las probabilidades de que esté equivocado son realmente mínimas.
Para el momento que llegamos a La Mansión, estoy hecho una furia. Mis pulmones trabajan tan rápido y tan fuerte que temo se pulvericen. Veo rojo todo a mi alrededor, mis garras perforan la piel de mis palmas. Los esbirros se apresuran en ayudar a los heridos a bajar de los autos y los meten rápidamente para dedicarse a atender sus heridas. Maxim finalmente recobró la conciencia, aunque se le ve un poco inestable.
Yaakov tuvo que alimentar con su sangre a Lev para que su pierna sanara con mayor rapidez. Adrik fue atendido y su estómago ahora está cubierto por una enorme venda que le rodea a través de su espalda. Nikon se mantuvo a su lado en todo momento y verlos así solo hace que mi preocupación por el bienestar de Xander se agrave.
Todavía no puedo sentir su presencia a través del vínculo y eso pueden significar tres cosas: Está inconsciente, está bloqueándome intencionalmente o está... Muerto.
¡Maldita sea!
Quiero destrozar todo lo que se me atraviese y la única razón por la que me estoy controlando es porque necesito obtener respuestas y es mejor que sea jodidamente ahora.
Así que ordené que reunieran a todos los que estaban en la tienda, heridos o no, en mi habitación. Es el único lugar de La Mansión que tiene protección contra el sonido y sin ninguna cámara que pueda ser testigo de la información crucial que se compartirá. Me niego a cometer más errores, obviamente fui descuidado, de lo contrario nada de esto hubiera sucedido.
Todos lucen cansados y abrumados, pero obligo, tanto a ellos como a mí mismo, a concentrarse en lo que es realmente importante en este momento: determinar quién carajos está detrás de todo esto y en dónde demonios está mi pareja.
—Es mejor que alguien empiece a hablar ahora mismo y me dé las respuestas que necesito — echo un vistazo a mi entorno a cada hombre presente, permanecen con la cabeza gacha y en silencio, lo que hace que mi impaciencia penda de un hilo realmente delgado y frágil —. ¡¿Y bien?! — grito y me doy cuenta que varios de ellos se estremecen —. ¡Hablen, joder!
El breve silencio es tan denso que podría cortarse sin problemas con un cuchillo. Hasta que por fin alguien se digna en responder:
—Hicimos todo lo que pudimos — Nikon asegura, su voz baja pero firme —. Cuando llegamos cumplimos con todo los protocolos, Alekséi. Revisamos hasta debajo de las piedras, las cámaras fueron desconectadas y el personal despojado de sus móviles. La seguridad era perfecta.
—Duramos ahí un poco más de dos horas sin detectar nada ni nadie sospechoso — Adrik lo secunda, decidido —. Todo estaba bien.
—Obviamente no todo estaba bien — protesto entre dientes, coloco las manos en mi cintura y deambulo alrededor de la habitación para ver si así logro retener un poco más mi ira —. Ya que la tienda está completamente destrozada, uno de mis hombres está muerto, casi todos ustedes están heridos, la policía sobre mi espalda, ¡y mi jodida pareja desaparecida! — me quito el chaleco, la corbata y suelto algunos botones de mi camisa ya que me siento asfixiado —. ¡¿Qué mierda pasó?!
—Estábamos a punto de irnos — Jackson se levanta, sirve un vaso de agua fría de mi nevera y me lo entrega en un intento por calmarme. La bebo de un solo trago, obviamente no funcionó —. Justo en el momento en el que Xander salió, llegaron cuatro autos y nos rodearon. Pudimos defendernos bien al principio, pero cuando estábamos logrando controlar la situación, llegaron tres más.
—Fue demasiado, Alek. Incluso para nosotros... — Lev murmura, sus ojos cristalinos e hipando de vez en cuando —. Casi todos estábamos heridos y Markov murió tratando de proteger a Xander. A él lo secuestraron cuando trataba de ayudarme a mí... — se levanta y cojeando se me acerca, Yaakov intenta ayudarlo pero él lo detiene alzando su mano, luego se gira y me mira directo a los ojos —. L-lo siento, Alekséi — lágrimas humedecen sus mejillas —. Fue m-mi culpa, si él no hubiese... si yo... no, n-no puedo...
Lo rodeo con mis brazos y lo atraigo en un estrecho abrazo. Lev me lo devuelve a duras penas, llorando desconsoladamente en mi pecho, su cuerpo temblando y aferrando los puños en mi camisa.
Parte de la ira se filtra de mi cuerpo, sustituyéndola por incertidumbre e impotencia. Debí haber estado allí, debí dejar a Yaakov al mando y jamás permitir que se separara de mí. Sabía que algo estaba mal, lo presentía, pero aún así no pensé que algo de semejante magnitud pudiera pasar.
—No fue tu culpa, Lev — le susurro al oído —. No te castigues por eso.
—Pero todo fue muy extraño, Alek — Nikon agrega después de unos segundos de silencio. Sus palabras llaman rápidamente mi atención, así que alzo mi rostro y lo observo con confusión.
—¿A qué te refieres? — un ceño entre mis cejas.
—A que supieron exactamente en qué momento llegar, iban bien equipados y preparados — se pasa una mano por el cabello con frustración —. Joder, después de que lograron capturar a Xander empezaron a arrojarnos granadas, así fue como casi mataron a Maxim — señalando al nombrado, que había permanecido en silencio desde que comenzó la reunión.
—Tiene razón — Maxim lo apoya, la barbilla en alto —. Y después, como por arte de magia llegaron los otros tres autos. Es demasiada coincidencia para un ataque al azar si me preguntan a mí — comprensión me ilumina mientras mi mente organiza las piezas que tenemos, armando el rompecabezas.
—Alguien dio la alerta — las palabras salen de mi boca y por fin veo que estamos llegando a algo —. Alguien avisó que estarían allí.
—Maldita sea, justo lo que faltaba — Yaakov alza las manos al aire con exasperación —. ¡Una jodida rata en la organización!
—Puede que sea alguno de los nuevos, jefe — Maxim sugiere, con su acento japonés más prominente. Él es de descendencia asiática, con ojos rasgados y cabello lacio, tan negro como las alas de un cuervo.
—Imposible — Adrik interviene, ofendido —. Yo mismo me encargo de investigarlos a todos y puedes estar seguro de que hago bien mi puto trabajo.
—Pero entonces eso solo quiere decir que puede que sea alguien que lleve tiempo aquí — mi primo añade.
—Tenemos que investigarlos a todos, nuevos o no — Lev ordena, separándose finalmente de mí, limpiando sus lágrimas, ahora un poco más calmado.
—Tiene razón, no es el momento para suponer ni deducir nada — lo apoyo —. Si apuntaremos nuestros dedos a alguien, debemos estar seguros que sea la persona correcta — Lev me mira y me sonríe dulcemente, se inclina y deja un pequeño beso en mi mejilla, tomándome por sorpresa. No paso por alto el gesto arrugando el rostro de Yaakov por los celos, pero solo se limita a eso.
—Gracias, Alek — Lev me susurra —. Te juro que haré todo lo posible por lograr traer a Xander de vuelta.
—No solo tú, Lev — la rigidez se apodera de mis extremidades, mi lobo gruñendo y rasgando los límites de mi consciencia en donde lo mantengo encerrado, exigiendo la recuperación de mi Omega. Vuelvo a mirar a todos los hombres y alzo la voz para que me escuchen bien y el peso de mis palabras calen en sus huesos —. La seguridad en La Mansión se triplicará si es necesario. Todos nos dedicaremos a eso, nadie dormirá ni descansará hasta que logremos rescatar a mi pareja.
En ese momento escucho un bufido por parte de Derek que llama mi atención. Me volteo en su dirección, está sentado en el sillón junto a Fredek y me doy cuenta de que me observa con el ceño fruncido y su cuerpo en tensión, con un brazo rodeando la cintura de mi hermano.
La vista no me hace gracia alguna y mucho menos la cercanía entre ambos.
—¿Tienes algo que decir, Derek? — mi voz grave y profunda desde mi garganta.
—Un infierno que sí — se levanta de golpe y se aproxima amenazante hacia mí —. ¡Para empezar, nada de esto hubiera sucedido si Xander no estuviera contigo! — todo el mundo está sorprendido, incluyéndome. Aunque estoy más cabreado que atónito. El vello de mi nuca comienza a erizarse y mi lobo ruge, furioso por defender su posición.
—Es mejor que te dejes de mierda y retrocedas si sabes lo que te conviene — lo imito y me voy acercando a él. Lev trata de interponerse entre nosotros, pero Yaakov lo toma del brazo y lo aparta —. Xander es mío, vete haciendo con la idea de una puta vez.
—No me hagas reír — bufa, carente de humor —. Eres un peligro, Magnus Alekséi, para él y hasta para ti mismo — estoy a segundos de partirle la cara —. A duras penas puedes mantener a salvo a tu hermano y mira lo que sucedió con Xander por estar a tu lado — sus ojos cambian a un amarillo intenso y observo la forma en que sus garras se alargan —. ¡Sabes perfectamente que nada de esto hubiera pasado si él me hubiese escogido a mí!
—¡Ya basta! — mi hermano se pone de pie rápidamente y se coloca entre nosotros —. ¡Dejen de pelear de una vez y concéntrese en lo que es importante! — el silencio cae sobre la habitación, pero sus palabras no logran aplacar la ira burbujeando entre Derek y yo, quien me mira como si quisiera arrancarme la garganta. Y yo estoy a segundos de caer sobre él con la misma idea en mente —. Tráelo de vuelta, Alekséi. ¿Me entiendes? — se gira y me apunta con su dedo índice en el pecho con fuerza —. ¡Tráelo de vuelta!
—No pidas tanto, Fredek — Derek sonríe, mirándome de arriba a abajo como si yo fuera una mierda que ha tenido la desgracia de pisar —. Ni siquiera pudo hacer un buen trabajo manteniendo vida a Yurik Ivanov, así que n...
Mi puño estalla en su cara tan veloz y con tanto poder que lo toma por sorpresa, tropezando hacia atrás con pies inestables. Enseguida me abalanzo sobre él y comienzo a golpear cada parte de su cuerpo a mi alcance, aunque el maldito hace un muy buen trabajo defendiéndose.
Logra alcanzarme en el costado, en el estómago y en la mejilla, rompiendo mi labio y haciéndome sangrar. El dolor se extiende, aunque lo ignoro y continúo golpeándolo también, cada impacto más fuerte que el otro. Escucho a lo lejos los gritos de Lev y Fredek y a Yaakov dando órdenes a Dios sabe quien. Pero lo desatiendo y me concentro en seguir lastimando tanto como pueda a Derek.
Siento el cambio apoderarse de mi cuerpo. Mi lobo desesperado por hacerse con el control y desgarrar y hundir los colmillos en cada centímetro de carne a su alcance, cuando justo es ese instante somos separados. Se necesitó un total de diez hombres para lograr sostenerme, mientras gritaba y despotricaba insultos contra Derek.
Otros siete lograron retenerlo a él y lo sacaron de la habitación, siendo seguido por mi hermano. ¿Pero quién diablos se cree para hablarme así y meter a mi padre en todo esto? Juro por Dios que le haré pagar sus palabras, con eso lo único que ha logrado es condenarse a si mismo.
Cuando por fin me sueltan, Yaakov le ordena a todos abandonar la habitación, quedándonos solo los dos.
—Ya basta, Magnus. Cálmate — me sostiene por los hombros y me obliga a sentarme en el borde de la cama.
Mi pecho empieza a doler por el esfuerzo de respirar, estoy bañado en una capa de sudor y mis nudillos destrozados por haber golpeado a ese miserable infeliz. Siento el sabor metálico en mi lengua debido a la herida en mi boca.
—Habló de Yurik, Yaakov — gruño entre dientes, taladrándolo con la mirada —. El hijo de puta se atrevió a meterlo en esto. ¡No tiene derecho!
—Lo sé, lo sé — agarra una silla y se sienta frente a mí, saca un cigarro de su chaqueta, lo enciende y le da una profunda calada —. Por ahora, es importante que lo dejes pasar. ¿De acuerdo? — me pasa el pitillo y lo sostengo entre mis dedos, me lo llevo a los labios e inhalo, soltando el humo lentamente —. La prioridad es Xander. Aunque creo que no tengo necesidad de recordártelo. ¿Verdad? — lo miro por un largo rato antes de continuar.
—No — le concedo —. Tienes razón.
—Bien — me dedica una sonrisa, pero enseguida su rostro se vuelve serio —. ¿Puedes sentirlo a través del vínculo?
—No — cierro los ojos con fuerza, doy otra calada al cigarro antes de pasárselo de vuelta —. Y honestamente, estoy muerto de preocupación. Sabes lo que eso puede significar, Yaak. No sé de lo que sería capaz si Xander...
—Basta, Alekséi — su tono serio y firme, me sorprende que me haya llamado así, jamás lo había hecho antes —. Nada de pensamientos negativos. Ahora, vamos a concentrarnos en descubrir quién es esta jodida rata. ¿De acuerdo? — coloco los codos en mis rodillas y hundo la cabeza entre mis manos, incapaz de responder me limito a asentir —. Lo encontraremos, hermano. Tienes mi palabra — alzo mi rostro y Yaakov me sonríe. Se levanta, me sostiene por los brazos, poniéndome de pie también y me abraza.
Podrá parecer ridículo, pero es justo lo que necesito. Su apoyo siempre ha sido incondicional y me alegra tenerlo a mi lado justo ahora, cuando más urjo de su ayuda.
—Gracias.
Mi voz sale en apenas un susurro, no tener a Xander a mi lado y desconocer en qué estado se encuentra me hace sentir débil, impotente y a la vez furioso como la mierda.
«Resiste, gatito. Sé fuerte y espérame».
Merci pour la lecture!
Me encuentro sensible, preocupada, con sentimientos encontrados, eso exactamente es lo que me atrapa de manera firme a través de los años a estas obras, a esta escritora que tanto empeño pone en sus libros. El cómo se empeña en integrar al lector en el fantástico escenario y empatizar profundamente con el dolor y padecer de los personajes; la desesperanza y desesperación que nos inunda, es bello.
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