Astrid, desde que era pequeña y tuvo oportunidad de asistir a un desfile de moda supo lo que quería ser cuando grande, una exitosa super modelo y ahora con sus dieciocho años recién cumplidos iba a poder comenzar a hacer sus sueños realidad gracias a sus logros y perseverancia. Luego de eternas y tirantes charlas con sus padres había decidido emigrar de Francia a Nueva York para cumplir su más grande sueño, solo con la condición de que también fuera a una de las prestigiosas universidades de Nueva York para estudiar negocios y así tener un plan B de vida.
Todo iba en color rosa para Astrid, estaba viviendo con su mejor amiga en Nueva York, estaba comenzando a hacer su carrera en el circulo de la moda tan solo siendo una aprendiz, y como se lo había prometido a sus padres, le estaba yendo excelente en su carrera universitaria, pero no todo podía ser tan fácil y perfecto.
De aquello Cedric sabia bastante, luego de haber tenido una infancia y adolescencia difícil y de haber pasado una infinidad de hogares para menores una familia adinerada había logrado hacer su vida menos difícil, al menos eso se esperaba aquel pequeño niño inocente con ilusión a tener una vida perfecta, pues las malas elecciones siguieron en el transcurso de la vida de Cedric hasta embriagarlo de ambición por el poder y el dinero que podía obtener gracias al mal camino que había decidido vivir.
¿En qué momento Astrid se cruza en el camino de Cedric? Pues aquel chico solitario y avaro de poder iba en busca de una chica para su diversión cuando no pudo evitar poner la vista en la chica de melena larga y castaña, en aquel rostro de ángel de sonrisa encantadora, en ver como sus caderas se contoneaban de una manera tan hipnotizante al caminar, sabia que ella era el tipo de chica que necesitaba para tenerle a su lado y necesitaba tenerle a su lado a las buenas o a las malas, pero estaba dispuesto a todo por tener a ese chica junto a él.
