En algún lugar del fondo marino, cada mañana se veía la misma imagen. Una pareja de caballitos de mar bailaban, dejándose llevar por el movimiento de las aguas, reforzando así sus lazos de pareja.
Mientras se movian, entrelazando sus colas, cambiaban de color.
Pero este día era distinto porque Marcia, la hembra de caballito de mar, estaba a punto de poner sus huevos para tener sus pequeños caballitos.
Una vez que puso los huevos, buscó a Tritón, el caballito macho para meter los huevos en su bolsa incubadora, en su abdomen.
Tritón se paseó por el fondo marino con su bolsa llena de huevos durante un mes. Se encontraba con los diferentes peces orgulloso de tener en su gran panza a su camada.
Tritón era un caballito de mar muy querido por sus vecinos, siempre estaba pendiente de ayudar a otros. Por este motivo, la gran tortuga Emma siempre lo llamaba para que la ayudara, porque con sus 95 años se había vuelto muy lenta y no podía pescar nada.
La tortuga Emma se introducía en su caparazón y le pedía a Tritón que la empujara hasta su casa. Cuando Tritón veía a lo lejos un grupito de algas y hierbas azules, sabía que había llegado, ya que la entrada de la cuevita donde vivía Emma estaba llena de florecillas azules que dejaban todas las crias de pececillos que jugaban en la zona.
Aquel día, mientras Tritón empujaba a Emma con todas sus fuerzas, empezó con las contracciones de su parto.
Emma que entendió perfectamente lo que le sucedía, decidió ayudarle, abrió las puertas de su casa y casi sin poder apartarse, Tritón cayó sobre ella y empezó a parir unas crías diminutas y totalmente independientes, salían y salían sin parar. Creo que Emma contó hasta 1514!!!
Tritón levantaba su cola dando giros sin parar, mientras agitaba el agua. Entonces fué cuando notó un pellizco en su abdomen. Aún quedaba un caballito, que lo miraba con ojitos de timidez. No quería salir al agua.
- no seas tímido - de dijo Tritón, sal a jugar con tus hermanitos de colores-
Tritón había tenido muchos caballitos todos con puntitos rojos, azules, verdes y amarillos. En cada caballito se podían distinguir todos los colores. Tanto Tritón como Marcia, venian de una especie de caballitos especiales. Les llamaban la familia colorín.
Este caballito no quería salir, pero no se podía quedar dentro de la barriguita de Tritón, así que Emma le dió un golpe con su pata y de repente salió el caballito que quedaba.
Todos los peces de la zona se quedaron con la boca abierta. Ante ellos habia un caballito de colores pero con una crin de color rosa.
El caballito se movia sin parar y su pelo rosa iba de aqui para allà.
El resto de caballitos se le acercaron, ellos no tenían crin, ni sus padres tampoco.
Emma no paraba de reir, decía que a sus 95 años nunca habia visto nada igual. Se acercó a la cria de caballito y le dijo:
- te voy a dar un nombre, a partir de hoy te llamarás Pinky - y se dió la vuelta entrando a su cuevita.
Pasaron algunos años y Pinky se había hecho muy popular en el fondo marino.
De vez en cuando, desaparecia, era muy rápido nadando. Volvía contando historias que sus padres no sabían si eran inventadas o habian sucedido de verdad. Se emocionaba y movia su cabecita de aqui para alla. Luego se buscaba una conchita, ponia un poquito de hierbas marinas y se recostaba a dormir. Soñaba que viajaba lejos, muy lejos.. quizás algún dia podría hacer realidad ese sueño.
Merci pour la lecture!
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