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HISTORIAS RANDOM, QUE PUEDEN O NO TENER CONTINUACIÓN, ESTUPIDECES QUE SE ME OCURREN.... LOS PERSONAJES DE YURI ON ICE NO ME PERTENECES, SIN EMBARGO LAS HISTORIAS SON DE MI "AUTORIA"


Fanfiction Anime/Manga Interdit aux moins de 21 ans.

#otayuri #OtabekAltín #yuriplisetsky #yoi #yurionice
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THIEF




Yuri Plisetsky estudiaba en la carrera de diseño de modas, viajo desde su natal Rusia hasta el continente americano para poder estudiar en la mejor universidad en el rubro, se había esforzado demasiado por conseguirlo estudio mucho y ahorro durante muchos años. Aprobó con notas sobresalientes y así pudo conseguir una beca completa.

En la actualidad estaba por terminar su tercer semestre, por lo que pasaba la mayor parte del tiempo en la escuela, pero ese día salió algo tarde, el reloj marcaba las diez de la noche.

- Bien es todo por hoy, me voy a casa – se puso de pie y comenzó a guardar sus cosas – Pichit ¿te vas?

- ¿Ah? – dijo el nombrado – oh no Yuri, aun no me voy, Seung quedó de pasar por mí, pero viene retrasado.

- Mila ¿tú también te quedas?

- Si gatito, quiero ver si tengo suerte hoy.

- No puedo creer que te guste el idiota de Leroy – Yuri no quería irse solo, no vivía lejos de la facultad, aun así, ya era tarde, y afuera caía una ligera lluvia – Tsk, el cerdo y el calvo se largaron, esos malditos – bufo molesto – bien me voy, nos vemos mañana.

- Cuídate Yuri, nos vemos mañana

- Si Pichit, diviértete con Lee. – Iba a decirle algo más a Mila, pero la chica estaba maquillándose y pendiente de su teléfono, así que solo dio media vuelta y salió del aula.

Camino por los pasillos vacíos de la escuela, solo escuchaba el eco de sus pasos, cuando llego a la puerta de salida, se dio cuenta que la lluvia ya era más fuerte, no una tormenta, pero tampoco era ligera, maldijo internamente porque no tenía paraguas y seguro que las calles estaban mas solitarias que de costumbre.

Saco su celular, y estuvo a punto de pedir un taxi, pero su casa estaba a quince minutos caminando, sería un desperdicio de dinero. Un mensaje llego, vio que era del imbécil de Nikiforov, abrió la aplicación para leer el mensaje que decía – “Yuri, gatito, ve con cuidado a casa, escuche que cerca de tu casa asaltaron a la chica Crispino”

- ¿Qué mierda? – guardo su celular y comenzó su recorrido a casa.



Faltaban unas cuantas calles para por fin llegar a su edificio, mentiría si no dijera que tenía miedo, el mensaje de Viktor lo dejo incluso más nervioso – Maldita sea, no debí leer su estúpido mensaje, ese maldito calvo, si se preocupara de verdad por mi no se hubiera largado con Katsuki el cerdo, arrrgggghh – maldecía abiertamente, de todas formas no había nadie en la calle, o eso era lo que pensaba hasta que sintió que alguien lo jalaba del brazo.

- No grites – la voz ronca resonó en su oído y erizo cada vello de su nuca – si haces algún movimiento extraño te va a ir mal - el extraño siguió hablando en voz baja – dame todo lo que tengas.

Yuri se giro para ver quien era y quedo impacto el chico era guapísimo, se atrevería a decir que era el hombre más jodidamente sexy que había visto. Piel tostada, ojos oscuros, mirada profunda, mentón cuadrado, nariz respingada, Plisetsky estaba seguro que había tenido un orgasmo con solo mirarlo.

- ¿To, todo lo que mmmrrr tenga? – dijo nerviosamente.

- No lo voy a repetir. – y en un impulso Yuri dio un paso al frente y le robo un beso al ladrón, el chico lejos de retroceder o golpearlo, abrió los ojos con sorpresa para después sonreír con soberbia. Lo atrajo con fuerza del brazo y con su mano libre lo tomo de la cintura, y lo beso, fue un beso agresivo, con lengua, mordiscos, el asaltante era quien tenía el control del beso, el rubio se dejaba hacer, gimió cuando sintió como una de las piernas de su agresor se metía entre las suyas y rosaba su miembro.

- Ahhh, espera – el chico bajo a su cuello, lamio, chupo, marco a su antojo la piel de su víctima – espera, espera- lo separo un poco de su cuerpo.

- ¿Qué sucede? Tu fuiste quien inicio esto – dijo con la voz mas ronca - ¿ahora quieres parar?

- No, es que mi departamento esta cerca y es más seguro que hacerlo en la aquí en la calle.

Lo vio sonreír nuevamente, el moreno le acaricio su mejilla – Bien, vamos bonito.



Apenas entraron al hogar del rubio y el moreno ya se había lanzado nuevamente sobre él, poco a poco las prendas fueron desapareciendo, Yuri se encontraba únicamente con su ropa interior, pero el asaltante aún mantenía cada una de sus prendas.

- Habitación, vamos a mi habitación – lo tomo de la mano y lo condujo a la pequeña pero cálida habitación, agradeció internamente el haber limpiado su hogar hace unos días, aunque tampoco es como si al chico que lo acompañada le importara ¿o sí?

Cerraron la puerta del dormitorio y nuevamente se besaron, esta vez más despacio, saboreando el sabor del otro, el moreno ataco otra vez el cuello níveo, le encantaba ver como su piel quedaba rápidamente roja para después tornarse morada, dejando en evidencia que había sido suyo, bajo a su clavícula y la mordió hasta que lo escucho gemir y quejarse.

- No hagas eso duele

- Dices eso, pero te retuerces en mis brazos – subió hasta el lóbulo y lo lamio, lo escucho gemir con más fuerza, mordió su oreja, y nuevamente fue bajando por su cuello, esta vez solo besándolo, llego a los rosados pezones, los beso uno a uno, se dedico a mimar el botón izquierdo y con una mano acaricio el otro, chupaba, pasaba su lengua, mordía a su antojo, mientras que sus dejos hacía círculos sobre la tetilla y después tiraba de ella.

- Tu nom ahhh mierda – Plisetsky se deshacía ante las caricias proporcionadas, no podía pensar claramente, se había olvidado que aquel hombre lo había querido asaltar hace tan solo unos minutos – ahhh se siente tan bien mmmmggg – por un momento se dijo que eso no estaba bien, pero al sentir tal placer mando todo al diablo.

- Otabek.

- ¿Qué? – el ruso paro en seco y se alejó un poco del moreno

- Mi nombre es Otabek, hace un rato parecía que eso querías saber- dijo apoyando su mentón en el pecho contrario.

- Oh eso – Yuri se sonrojo lo que causo la risa del otro – bueno si, digo es importante saberlo ¿no? – porque Yuri Plisetsky podría quedar como un cualquiera frente a ese chico, pero antes que nada el respeto y la educación que tanto se había esforzado el señor Nikolái en inculcarle.

- Claro, es importante – dijo sonriendo – tu nombre ¿Cuál es?

- Yuri, un gusto – ven, los modales, ante todo.

- El gusto es todo mío, Yuri – dijo con sorna, para después volver a pasar su lengua por su pezón, Yuri dejo caer su cabeza hacia atrás.

Otabek lo cargo y lo dejo caer en la cama, admiro el delgado, pero bien proporcionado cuerpo de su víctima, tenía un poco de musculatura, pero los necesarios para verse exquisito, sus músculos apenas se marcaban, su cadera marcada y su pequeña cintura, sus torneadas y largas piernas, subió la vista hasta llegar a su rostro, Dios, su rostro era hermoso, con una nariz fina, unos labios rosados y delgados y sus maravillosos ojos, era toda una belleza. Agradeció su jodida suerte.

- Eres jodidamente sexy – el moreno se relamió los labios y después se quito su camisa, dejando al descubierto su bien formado abdomen.

- Mierda – el rubio sintió su boca salivar, vaya que el delincuente estaba guapo, pero nunca se espero que estuviera así de bueno, y rogaba a todas las deidades habidas y por haber que estuviera igual de bueno en otro lado. – Así con gusto te doy todo lo que tengo.

Otabek rio ante el comentario dicho, se dejo caer sobre el cuerpo de Yuri, pero cuidando de lastimarlo, sostuvo su propio peso sobre sus brazos y lo beso. – Entonces yo también te daré todo lo que tengo –

Se incorporo para quitarse sus jeans, pero unas delgadas manos lo detuvieron – Déjame hacerlo – el moreno asintió – ven, siéntate en el borde de la cama – el rubio se levanto de la cama y se paro frente a esta, el moreno obedeció la petición y se sentó en la orilla.

Se dejo caer de rodillas, y llevo sus manos al pecho del moreno, fue bajando poco a poco, acariciando cada musculo, paso sus manos una y otra vez sobre el abdomen morenos, grabándose la sensación del fornido cuerpo. Llevo sus manos a la cinturilla de los pantalones, abrió el botón y lentamente bajo el cierre, desato las agujetas de las botas de combate que llevaba, se las quito. Prosiguió con la prenda, y la arrojo a algún lugar de su habitación. Ambos quedaron en iguales condiciones, únicamente vistiendo su ropa interior.

Comenzó a besar los muslos, alzo la vista y vio como el contrario apretaba la mandíbula, comenzó ascender, dejando mas besos en su camino, continuo hasta llegar a la entrepierna del chico que parecía ya haber reaccionado a las caricias, y dios por lo que podía apreciar había algo prometedor debajo de su bóxer.

Llevo su mano hacia el miembro y lo acaricio sobre la tela, lo vio apretar más la mandíbula, quería verlo jadear por él, quería hacer del moreno un desastre que rogara y gimiera por y para él, así que con su tono de voz mas meloso pregunto - ¿Qué desea que haga, amo?

- ¿amo? – Esa palabra lo tomo por sorpresa y lo excito – Vaya eso si no me lo esperaba – llevo una de sus ásperas manos a la melena rubia, la enrollo en su mano y tiro de ella – chupa – dijo haciendo que su cara se inclinara hacia su miembro.

El otro no dijo más, saco el miembro erecto de Otabek, y abrió los ojos con sorpresa, era grueso y grande, muy grande, se pregunto si eso daría en su boca y sobre se pregunto si al día siguiente podría caminar, llevo ambas manos al falo y comenzó a acariciarlo, toques suaves, sus manos subían y bajaban, Yuri nunca había sido fanático de sexo oral, no le parecía erótico, por el contrario le parecía un poco asqueroso, pero ahí estaba de rodillas frente a ese desconocido, saco su lengua y la paso por toda la extensión, sintió como el agarre en su cabello se hacia mas fuerte, lo tomo como una señal positiva por lo que repitió a acción.

Se inclino hacia el pene y metió la punta en su boca, el glande era suave, y el sabor salado del liquido pre seminal no le desagrado, así que se animó y engulló más del pene de Otabek – Mierda Yuri – lo escucho decir, por lo que alzo su vista y lo vio con la cabeza hacia atrás, se concentro en su tarea, y como había sospechado no cabía todo dentro de su boca, lo que no daba lo tocaba con sus manos, sentía la punta del pene tocar su garganta, esto le provocaba arqueadas sin embargo sentía la mano de Otabek empujar su cabeza con ímpetu sobre su verga, eso hacía que se esforzara, trataba de relajar su mandíbula, se dejaba hacer, con su lengua trataba de delinear las venas que sobresalían, teniendo especial cuidado con sus dientes.

- Mierda Yuri, mierda – el moreno se puso de pie y comenzó a embestir la boca ajena, sentía el característico cosquilleo en su vientre anunciándole el inminente orgasmo, aumento el ritmo, escuchaba como el rubio se atragantaba con pene y eso lo excitaba a un más – Aguanta un poco más bonito ¿puedes? – bajo la vista y vio como sus ojitos llorosos brillaban, llevo una de sus manos a ese bonito rostro y limpio las lagrimas para luego acariciar su mejilla.

Unas cuantas estocadas más y se vacío en la boca de Yuri, el sabor salado golpeo su garganta – no lo tragues, no aun – Otabek se alejo del chico, y lo tomo de la barbilla – enséñale a tu amo y agradece – el rubio abrió la boca y saco un poco la lengua, enseñándole su corrida, el moreno le acaricio - Buen chico, puedes comerlo ahora – Plisetsky obedeció, trago la semilla.

- Gracias señor, gracias.

Otabek lo tomo por debajo de los hombros y lo puso de pie, cuando estuvieron nuevamente frente a frente se apodero de sus labios, no le importaba si hasta hace unos segundos tenía su semen en su lengua, solo quería volver a probar sus dulces labios. Lo tiro en la cama, y le quito la única prenda que aun portaba.

El rosado miembro de Yuri reboto contra su vientre, lo que hizo que gimiera. – Vaya a pesar de que eres pequeño de cuerpo, esta parte es bastante prometedora – paso uno de sus dedos por el pene contrario – desde aquí te ves tan delicioso – cerro su mano alrededor de él y comenzó a subirla y bajarla – me pregunto si tu cuerpo me recibirá por completo. Vamos bonito enséñame.

Por instinto Yuri abrió las piernas, dejando a la vista su entrada – Como dije, exquisito – se relamió los labios y se agacho quedando a la altura del rosado anillo, paso su lengua y lo sintió tensarse, relájate, te prometo que te voy a hacer sentir bien, regreso a su posición y comenzó a besar su entrada, a lamerla, succionar, en algún punto había llevado su mano a la pequeña boca de Yuri haciendo que chupara sus dígitos, cuando los sintió lo suficientemente mojados, retiro su mano y la llevo a la entrada. Primero fue el índice el que se abrió paso junto con su juguetona lengua, la espalda de Yuri se arqueo, pronto otro dedo lo acompañaba, primero moviéndolos en círculos, alejo su cara solo para ver el rostro del rubio, comenzó a simular embestidas para después abrirlos como si fueran tijeras.

- Ota ya, ya es suficiente Otabek – Yuri ya no aguantaba más, necesitaba sentirlo.

- Tranquilo bebé, tengo que prepararte bien, no quiero lastimarte y aun estas muy apretado – llevo otro dedo más, mientras metía el miembro rosado en su boca, saboreándolo, succionando, sus dígitos comenzaron a explorar el interior, buscando aquel punto que haría a Yuri llorar de placer, tardo un poco, pero lo encontró, lo subo porque el chico Grito y comenzó a gemir con mas fuerza, saco el miembro de su boca al mismo que sus dedos abandonaron su interior. – Parece ser que ya estas listo.



El cuerpo de Yuri estaba perlado de sudor, estaba cansado, pero algo lo hacía seguir dando pequeños saltos sobre el miembro de Otabek, cuando sus piernas se cansaban optaba por mover sus cadera en círculos disfrutando de las caricias en su cintura, había perdido la cuenta de cuantas veces lo habían hecho, la perdió cuando los condones que guardaba en su cajón se gastaron, sabía que era un idiota por dejar que un perfecto desconocido se lo follara sin protección pero en ese momento no podía pensar con claridad.

Su cuerpo estaba lleno de chupetones, de mordiscos, Otabek se había encargado de marcarlos a su antojo, eso lejos de molestarlo le gusto, por lo que él tampoco se quedó, así como así, el también dejo marcas en el cuerpo moreno, su espalda estaba llena de arañazos, sus hombres tenían la marca de sus dientes, quería que el moreno no se olvidará de su encuentro.

- Ah Beka, me voy a mmmggh Beka.

- ¿Te vas a correr bebé? – el rubio asintió y movió sus caderas más rápido, quiso llevar una de sus manos a su miembro, pero el ladrón se lo impidió – No cariño, córrete solo con mi pene – Yuri gimió alto el nombre del azabache y se vino copiosamente, se dejo caer el pecho formido, su respiración lentamente volvió a la normalidad, alzo su cara y beso los labios ajenos. – ¿Ya estas mejor? – asintió – Bien – lo tomo de la cadera, lo tiro en la cama y lo volteo para dejarlo en cuatro sobre el colchón – Es mi turno de divertirme.

Tomo el delgado talle y arremetió con fuerza, estocadas certeras, duras, rápidas, el duro miembro no dejaba de tocar su próstata y el Plisetsky no paraba de gemir y gritar el nombre de Otabek, apretó su agarre, dejando sus dedos marcados – Te sientes tan malditamente bien, Yura – bajo el ritmo de las embestidas pero no la fuerza en ellas, veía como las nalgas redondas rebotaban contra su pelvis, el contraste de pieles, su falo entrando en la rosada entrada y la dulce voz del rubio lo estaban volviendo loco. – Mierda, estás tan apretado, tan caliente. No tardo mucho y termino en el interior de su amante.

Beso la espalda del rubio, se sentó sobre el colchón, estaba cansado, Dios, nunca lo había hecho tantas veces con alguien en una misma noche, no es que no pudiera es que nadie lo había logrado excitar de esa forma.

Yuri se dejo caer, sentía sus ojos pesados, pero sabía que debía limpiarse, con toda la pereza del mundo se levanto y fue al baño, se limpio lo mejor que pudo y regreso a la habitación, Otabek estaba recostado en su cama, solo una sábana cubría su desnudez.

- Espero que no te importe, tomo una sábana limpia.

- No, no importa – camino hacia a la cama y se acostó junto aquel sujeto – Otabek, tengo frío ¿me abrazas?

No recibió respuesta, pero sintió un brazo rodeándole, no supieron cuándo ni cómo, pero ambos se quedaron dormidos.



El sol golpeando su cara fue lo que lo despertó, busco su celular con la mano, pero en vez de encontrar el móvil sintió a alguien junto a él, abrió los ojos y volteo su rostro, de golpe recordó que no había pasado la noche solo.

- Maldita sea Yuratchka ¿Qué mierda hiciste? – se cubrió el rostro con las manos. – ¿De todos los hombres tenía que ser el que te iba asaltar?

- ¿Tan pronto te arrepientes de hacerlo con un ladrón? – Yuri giro en dirección al moreno y este lo veía con una sonrisa burlona, sin embargo, en sus ojos podía ver la decepción – Esta bien, creo que esta es la señal para que me largue por donde vine.

- Oye no puedes culparme, ayer trataste de asaltarme ¿recuerdas?

- Claro que recuerdo, nunca había intentado robar a alguien tan bonito como tú

- ¿Esa es tu frase para conquistar?

- No, al parecer funciona cuando digo “dame todo lo que tengas” – guiño el ojo coquetamente – bien fue un placer Yuri.

- ¡Hey espera! – no sabía por qué lo detenía – Yo amm

- ¿Qué? – se acerco y tomo su rostro – dime que quieres y será tuyo. Yuri llevo sus brazos al cuello de Otabek y lo beso.

Volvieron a caer en aquel espiral de lujuria, tocándose, marcándose, dejándose llevar por lo que sus cuerpos pedían.



Yuri estaba acostado sobre el pecho del azabache - Dame tú número – alzo la vista al escucharle hablar. Se sorprendió, pero no dudo en dárselo. Su móvil comenzó a sonar, lo tomó entre sus manos y vio un número desconocido – Guárdalo, te llamaré.

- Bien – “Beka” decía su lista de contactos., se fijo en la hora y se dio cuenta que había perdido sus dos clases de la mañana, - Me tengo que ir a la universidad – Otabek asintió y se puso de pie, se vistió, Yuri se puso una sudadera que le quedaba grande y lo acompaño hasta la puerta.

- Te llamo después Yura – le dio un pequeño beso y le acaricio su mejilla.

- Bien, cuídate Otabek.

El moreno se fue sin decir más, Yuri cerro la puerta de su departamento, se metió a bañar y se fue a la universidad, no dijo nada a nadie de lo sucedido, y no es que se avergonzará de algo, es que simplemente no podía creer que eso le haya pasado, es decir ¿Cómo demonios paso de ser la victima de un asalta a seducir a su atacante? ¿Cómo paso?

La semana paso con normalidad, no recibió ninguna llamada o mensaje de Beka, así que se hizo a la idea de que fue cosa de una noche, eso pensó hasta que cierto viernes, la pantalla de celular anunciaba una llamada “BEKA” recitaba el contacto.



15 Mai 2020 00:00 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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