Antepongo mis anhelos viejos los sabios consejos de suave tetera, que hierve en la hoguera... queriendo atrapar un rincón. Ese saxofón que toca un jazz que pone una lágrima en tu pupila apagada, de otoño austero, que deja caer las hojas caducas, cómo castaño sincero que no entra en rodeos y se desnuda ante el viento. Dale una flor a tu simpatía, para que algun día... puedas sentir el olor de la armonía. No sientas envidia de aquella luscinia, que no tiene la culpa de haber nacido libre. Tú has sido igual, canta sofía, vuelve a cantar... aquella canción que en una estación de tren te busco, y te encontró. Para llevarte a pasear por ese paisaje, sin pasaje y sin vagón.

Río escondido, Lago perdido, que te has prohibido, habiendo vivido. Si tus venas de agua, salpican la rabia, de aquella bravura que forma locura, entre piedras y espuma. Eres como el alma, que tiene su acierto, y también su incierto. Afluente es el camino Por el cual debe pasar el sentimiento. Sal de la mente recuerdo presente. Para dejar de ser hiriente Y conviértete en una reparadora aceptación. Por: CiroRock

Viejo y sombrío es el recuerdo que permanece ausente en ciertos momentos. Ruido que marca la nota fuerte, de aquella montaña presente que entre la niebla desaparece. Espada de empuñadura blanda que no cabe en la mano del marginado. Oriundo de la culpa es el pagano. Mientras calla el viento que mueve en silencio la arena del desierto, como imagenes borrosas en la mente Haciendo hipnótica la memoria. Asi reaparece el recuerdo, y volverá a ser nuevo mientra sea felicidad y haya curado aquella angustia, la misma que un tiempo atras quiso dejar envejecer, oculta en la sombra. Por: CiroRock

Tienes para decirme algo, dilo entonces dijo el pescador, al mar latente. De aquella mente que surca horizontes. Deja que mi inquietud sea la que me lleve lejos en este océano de pensamientos austeros. Sin sentido veo el río, por eso, por ahí no navego. Me hago sendero de lo que mas quiero si es fiel él timón de la destreza, afirmo con mi cabeza el ritmo más intenso y dejo libre mi soberbia porque a esa, a esa no la quiero. Quiero ser constante y no alejarme demasiado de la orilla, entre tanto oleaje de vanidades, dejó abierta la escotilla. Así que dilo compañero, que aquí te espero entre la bruma. Por: CIroRock

Nadie, un hombre sin nombre caminaba por el sendero de la vida buscando una razón ¿Sabía quién era? él era "nadie”, él era un hombre. Como hombre de la vida, sabía que era hijo del universo, sabía que cada partícula de su esencia universal deambulaba en este camino por alguna razón. El recorrido es largo, pero con cada paso un hombre ha de explorar y conocer. Hay muchos obstáculos, mucho conocimiento aprendido. Sin embargo, un hombre aún es nadie.