Calles vacías con negocios que abrazan la ruina, pasos con eco resonante de rutina. Vidas entregadas a la bebida, almas malévolas, con un sinfín de heridas. Sonrisas de falsedad que ocultan la oscuridad que dormita en cada pectoral. baldosas que engullen la luz en un foso abisal. Trinos entre prímulas marchitas, basura y sordidez, que emanan las alcantarillas. Paseo entre la desolación, en la calle donde muere la ilusión

Recordar el rescate, me distrajo un momento de mi situación. No sé en que momento se me ocurrió venir a esta maldita bodega. Le dije al dueño, en mi labor de cuidador nocturno, que la cadena del aparejo hacía un chirrido punzante y notorio. Y que además no sabía nada de Gustavo, el guardia que hacía el siguiente turno de noche. —No te preocupes, ¿no creerás en fantasmas? —dijo riendo don Rubén. Ojalá hubiera sido eso. La cadena me apretó. Gotas de sangre escurrían de mi boca.

La noche anterior, sentí su estridencia, me llamaba como si supiera mi nombre, ese ruido disonante no se podía ignorar; y aunque siempre lo anotaba en el cuaderno de novedades. Al parecer a nadie le importaba, o nadie lo leía. Alguna vez, creo que el mes pasado, le había comentado a Gustavo. Él dijo que lo había sentido, pero decía que era porque era una cadena muy vieja y oxidada; y al aparejo le faltaba aceite. Los eslabones absorbían, de apoco, mi sangre. La cadena me apretó de nuevo.

¿Descubrí su juego?, ¿era por eso este castigo? No, ya comenzaba a comprender. Hace tres meses el contador ya no vino, y apareció otro sin más. Yo trabajaba hacia seis meses en ese lugar, pero no recordaba a nadie de los veinte trabajadores, todos habían sido renovados, menos el dueño. En su momento no me llamó la atención. Por la condición económica del momento los despidos estaban de moda. Maldita bestia sentía como estaba cortando mi piel y gozaba en su plañido de sangre.

Iba en dirección al portón sur-poniente de la bodega con mi linterna en la mano, la noche estaba oscura, sin luna. Y juro por Dios que lo vi…, vi los malditos eslabones de la cadena salir por debajo de la puerta, arrastrándose como si buscara algo. Le tomé una foto y la grabé con mi móvil. Al sentir el flash, se retrajo como el tentáculo de un pulpo al ser pinchado. Me acerqué, se veía más grande de lo que recordaba. Su chillido me hizo caer de rodillas al piso. Sentí mi pie atrapado.

El tentáculo de metal subió reptando por mi pie, cual boa constrictor, y, me abrazó dejándome prisionero. Todavía con la linterna en la mano, logré apuntar con mi muñeca doblada a sus eslabones. Un óxido carmesí los cubría y estaban transparentes, podía ver como manchas negras, subían y bajaban, dentro de ellos. —Manuel huye... —¿¡Qué!? Creí reconocer una voz que venía de la cadena. Era Gustavo, sin embargo ya era tarde. El monstruo de metal me volvió boca abajo y comenzó a torturarme.

—¿¡Por qué, me haces esto!? —¿¡Por qué, me haces esto!? —repetía con su voz estridente. Sentía el dolor provocado por el ruido, de un Jumbo Jet, en mis oídos; y el de diez pizarras, desgarradas con tizas, en mis dientes. —No se trata de ti, se trata de todos. Tú, eres, yo; y todos, son uno, conmigo. Me dejó colgando por una hora. Sentí como movía sus aparejos. Me estiraba y contraía entre dos puntos. Comencé a girar como un zumbador gigante. Vi como mi carne y sangre, embadurnaron las paredes.

¿Era el fin?, ¿ya era libre? La cadena sorbió todo lo que quedaba de mí: carne, huesos y sangre. El lugar quedó limpio otra vez. La puerta de la bodega se abrió. Vi al jefe de la policía junto a don Rubén. —Mire jefe, nuestra cadena ha crecido... y tiene un nuevo eslabón. Los miré y comprendí. Podía ver sus cadenas, las de las ciudades, naciones y continentes. Todos encadenados. El mundo entero aprisionado por una cadera de oro; que oprimía su corazón, sangrante de odio, avaricia y ambición.

Hoy me he decido a salir a pasear por mi pueblo. Locales cerrados, gente con tintes pétreos, la flaqueza se apodera de los rostros. Nadie camina con la cabeza erguida, prefieren exhalar sus plegarias a una mascarilla. Quejas sobre política emanan de bocas desesperadas. Locales cerrados, ruinosos y marginados. Sólo hay desesperanza, mis pasos no cesan de tropezar con decadencia. Ahora recuerdo por qué he tratado tanto en volver a salir a dar un paseo.

Agua corre por mi piel, espuma y arena, todo a una puerta de salida. El público aclama, pero yo el escapista he quedado atrapado, las cadenas no se sueltan y el agobio se hace mensajero de tan temerosa condena.  

-𝘚𝘪 𝘱𝘶𝘥𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘵𝘦𝘯𝘦𝘳 𝘶𝘯 𝘥𝘦𝘴𝘦ó 𝘴𝘦𝘳𝘪𝘢 𝘲𝘶𝘪𝘻à𝘴 𝘱𝘰𝘥𝘦𝘳 𝘵𝘦𝘯𝘦𝘳 𝘶𝘯 𝘮𝘶𝘯𝘥𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘧𝘶𝘦𝘳𝘢 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘮í𝘰, 𝘵𝘦𝘯𝘦𝘳 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘶𝘯 𝘮𝘪𝘯𝘶𝘵𝘰 𝘥𝘦 𝘴𝘪𝘭𝘦𝘯𝘤𝘪𝘰...𝘶𝘯𝘰 𝘥𝘰𝘯𝘥𝘦 𝘮𝘪𝘴 𝘱𝘢𝘴𝘰𝘴 𝘴𝘦 𝘷𝘰𝘭𝘷𝘪𝘦𝘳𝘢𝘯 𝘵𝘢𝘯 𝘱𝘢𝘳𝘦𝘫𝘰𝘴 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘥𝘪𝘴𝘱𝘢𝘳𝘦𝘫𝘰𝘴... 𝘜𝘯𝘰 𝘲𝘶𝘪𝘻à𝘴 𝘥𝘰𝘯𝘥𝘦 𝘦𝘭 𝘴𝘶𝘪𝘤𝘪𝘥𝘰 𝘯𝘰 𝘧𝘶𝘦𝘳𝘢 𝘱𝘦𝘤𝘢𝘥𝘰, 𝘥𝘰𝘯𝘥𝘦 𝘦𝘭 𝘥𝘰𝘭𝘰𝘳 𝘺 𝘦𝘭 𝘦𝘯𝘨𝘢𝘯̃𝘰 𝘯𝘰 𝘧𝘶𝘦𝘳𝘢𝘯 𝘮𝘢̀𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘶𝘯𝘢 𝗉𝗎𝗍𝖺

La vida esta llena de espejos en el que constatemente te vez en el. Te sorprenderías de lo que puede ser capaz un ser humano bajo el efecto de los impulsos e emociones. Tanto en el bien y en el mal. Ser juzgado por la misma piedra que lanzaste debe ser aterrador. Ese lado oscuro que tu mismo conoces y que solo está bajo tu control. Esa no te la esperabas pero tarde o temprano te tocará enfrentar la oscuridad. A menos que quieras ser un esclavo del temor.

El maldito lobo había interceptado su visita, ahora era una fugitiva llena de intenciones benevolentes hacia el ángel “no” caído que decidió meterse en su nombre a un lugar prohibido. —Para ser un lobo, eres tan ridículamente ingrato. «Sangre de Sirena, pelo de...», lo que faltaba. Esto era una trampa bien planeada. —¿Lo dice la diosa traicionera? —se quejó el rubio entre gruñidos. —No se que te ven las mujeres Caden, solamente eres un desquiciado al que voy a romperle el cuello.

– Espelho, espelho meu, existe alguém mais linda do que eu? – Bom… – o espelho enrubesce. – Eu sou suspeito pra falar. Tenho mó crush em tu. A bruxa fica em silêncio por alguns instantes. Sorri. – Eu sei… Um mês depois, estavam casados. (Branca de Neve não foi convidada).

Por favor, para, ¡para! Ya basta de seguir con lo mismo. Si no lo conseguiste, no lo conseguiste. Detente, porque lo único que haces es perjudicar a otros, porque cuando lo intentas te olvidas de los demás y los dejás atrás, sin ayuda y sin socorro. De pie, porque no te pido que te rindas, solo te pido que ya no sigas con lo mismo. ¿Tu vida y tu decisión? Te encuentras equivocado, porque si tus piernas se cansan, ¿acaso los brazos lo van a reemplazar? Enfócate, ve, continúa y levantate, amigo.

No se puede abrazar a la arrogancia ella te lleva a la agonía hasta hacer que creas que algún día simplemente dejará su puesto. Claramente sin ti no lo hará pues se alimenta de la parte más desquiciada de tu alma. Te hace sentir repudiado e inmerecedor y incapaz de mover un dedo por lo que sea que estes luchando desde el interior revelando a su paso solo vacíos irracionales. Ella no es buena negociable si a su vez se roba junto con ella todo lo mejor de tu vida. No se le puede hacer parte.

Yo he visto tu fidelidad en mi y he visto cosas que no comprendí. Hay belleza en lo que no puedo entender cristo eres tú. Creo que eres asombroso dios con lo que te he visto hacer cómo no voy a creer si tú sanas por amor tus milagros puedo ver. Con mis manos yo no puedo revivir pero en tu nombre hay resurrección aquí toda gloria al que tiene el poder. Acedor de milagros dios de maravillas como no creer tan fiel tan bueno. Yo lo he visto sanar y al muerto resucitar;

Sueño que soy libre, sueño que no tengo a nadie para protegerme, pero estás tú ahí, preparado para atarme. Me agarras con fuerza para que no me marche, pero mi mente ya no piensa en ti. Deja que abra mis alas y vuele. ¿No ves que eres tú el único que sufre?

Cuando no sé a donde ir y siento que no puedo más Te acercas a mí, aliento me das A nadie más seguiré Si solo tú tienes la respuesta Señor me aferro a ti, no me soltarás

Céu , vasto e azul Decorado em pontilhados luminosos Que fazem a paisagem que brilha em seu olhar. Maravilhoso espaço Tão desconhecido O faz se sentir tão sozinho. Aguarda uma estrela cadente Para que possa fazer um pedido Desejar ter alguém para estar contigo. Ser aquelas pessoas que andam em dupla Com uma amizade em que possa confiar. Até hoje você aguarda Esse milagre cortar os céus E quando ele aparecer. Melhor amigo será seu papel E quando o conquistar. Em paz . Finalmente estará .

Ví a Superman en su bicicleta Disfrutando sus escasos ocho años. Tropecé con un indigente, Ví autobuses carentes de personas. Me resguardé en la sombra De monumentales edificios Abandonados. Personas sin rumbo Miradas perdidas Cruzaron mi rumbo. Por la mañana el vuelo del ave Grises esperanzas El pavimento por la tarde Se tiñe de su sangre.