Día repetido, sueño quejumbroso, despertar antipático
y una vez más sangro sin abrir los ojos; no huelo simpático.
Son días de humedad y recuerdos, mis heridas no me olvidan,
tampoco es mi deseo, y se debe a que somos cicatrices,
se debe a que también somos los gritos de otros que te recuerdan
se debe a que también somos los mares de ojos sin directrices.
Este dolor cruza tu pecho, atraviesa mi alma y se muere,
pero no me mata; solo quiero comer tierra a dentelladas.
Miedo y mierda a cucharadas, ojo, huele a hojas mojadas,
será que cambió el tiempo, será que la condena ya terminas.
Fíate de quien te escucha, no revivas, respeta tus lamentos
consejos que resuenan a través del dinero y árboles viejos.
Cuando eres el león enfermo, nadie vendrá a verte a tus jaulas,
el tiempo no te curará sin ayuda, ojalá como yo, no te veas.
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