Selena:
Nombre completo: Selena Giner.
En japonés: Serena Gineru.
Sobrenombre: Se-chan (en Japón), ushi, baka, saru, Serena-baka (por Daisuke), loquis (por Melani).
Edad: 24 años.
Cumpleaños: 6 de febrero.
Signo: Acuario.
Estatura: 1.58 mts.
Peso: 52 kgs.
Descripción física: cabello oscuro largo (al principio). Ojos oscuros, boca estrecha y labios un poco gruesos. Tez bronceada. Brazos y piernas gruesos, caderas anchas. Abdomen plano y cintura no muy estrecha. Músculos duros por el ejercicio.
Timbre de voz indefinido.
Carácter: es fresca y espontánea. Su característica es la sinceridad, mezclada con brusquedad. También es muy orgullosa.
No le importa lo que la gente piense o diga de ella, por eso actúa de manera impulsiva y brusca. No le gustan los discursos complicados, ni lo complicado en general.
Aunque se muestra siempre tal y como es, tiene muchos secretos que solo guarda para ella, como su inevitable instinto vengativo.
No es romántica, pero si apasionada y bastante violenta. Llora solo por la rabia, o cuando siente que fue una estúpida.
Es una freak de lo asiático.
Habilidades: la barra fija, cocinar y coser. También es buena haciendo tarjetas y diciendo frases brillantes de origen desconocido. Habla japonés fluido y chino básico. Sabe leer en hangul y decir algunas palabras en ruso
Hobbies: comer, leer (sobre todo manga) y ver doramas y todo tipo de series, hasta telenovelas. Disfruta investigando a la gente
Familia: padres, dos docentes de primaria, un hermano mellizo y una hermanita de 6 años.
Color favorito: azul y violeta
Comida favorita: preparada por ella, milanesas. En Japón, ramen, soba y tamagoyaki.
Bebida favorita: submarino. Granadina.
Postre favorito: flan de dulce de leche y anmitsu (en Japón).
Animales: una perrita/hija.
Si mañana se acabara el mundo: No haría algo en especial, ya que de todas formas sería otro día perdido.
Un poco de su historia:
Nació en un pequeño centro urbano del interior, y no llego sola al mundo que le deparaba tantas sorpresas. Ella y su hermano eran los primeros hijos de un muy joven matrimonio de docentes que ni pudieron disfrutar de ser uno tortolitos cuando ya tenían dos hijos a cargo. Selena era una niña fuerte y energética, mientras que Andrés, su hermano, ya desde pequeño resulto brillante. Aprendió a caminar y hablar con mucha rapidez, mientras que a su hermana le costó un poco más. Como Andrés avanzaba y aprendía con más celeridad, captó la atención de sus padres, y Selena fue dejada de lado paulatinamente.
Cuando tenía ocho años, su familia se mudó a un pueblo campesino, lejos donde antes vivió... y lo que pudo representar para ella la tranquila campiña... se convirtió en una jungla llena de animales salvajes. Al cambiarse de escuela, fue separada de su hermano en distintos cursos. Y mientras para Andrés todo era paz y tranquilidad, llena de niñas "tontas" que le mandaban cartas de amor... Selena sufrió acosos por parte de un grupo de compañeros, quienes sentían por ella un desprecio gratuito.
Desde basura en el banco, desaparición de lápices y biromes, chicle en el cabello, hasta persecuciones y golpes pintaron dos años de la vida de nuestra protagonista.
Cuando estaba distraída, le corrían la silla para que se caiga al suelo, una vez le arrojaron bebida hirviente encima. Esta clase de calamidades la perseguían día a día, pero el miedo que sentía por esos "monos" salvajes y brutos que parecían disfrutar atormentándola, la hacía callar. Peor aún fue la actitud de sus maestras, quienes, por envidia hacia su madre, nada hacían por protegerla.
El último ataque sin dudas fue el más bestial. Selena estaba jugando en el patio con las pocas amigas que tenía a perseguirse una a otras cuando de repente frente a ella apareció uno de los mocosos que la acosaba, y de varios golpes en el estómago, la derribo y no contento con esto, corrió encima de nuestra protagonista. Como esto sucedió en el patio, frente a muchos compañeros, resulto innegable e incubrible. Mientras la niña era contenida por su hermano, la madre de Selena exigió la expulsión inmediata del alumno o levantaría una denuncia en el ministerio de educación, donde su padre tenía contactos, para que levantaran una sanción contra todo el colegio si era necesario. Esto, sumado a que su esposo, por promoción de un curso, se hizo con el cargo de director ante el retiro de la anterior autoridad... por fin la suerte estuvo con la pequeña Selena.
Al año siguiente, con su padre como máxima autoridad y los acosadores lejos, los maestros envidiosos trasladados (aguanten los contactos de su viejo, loco), Selena pudo disfrutar más de la escuela, aunque no del todo. Desde los once hasta que termino la primaria, un grupo de compañeras no perdían oportunidad de insultarla e increparla por ser la hija de la maestra o del director, pero ella, ya cansada de esa clase de maltratos, comenzó a responderles como lo merecían.
Al fin llego la secundaria, lugar donde encontró su verdadera pasión: el deporte. Durante el primer año había llegado una nueva profesora de educación física, quien comenzó a dar clases de hockey sobre césped a las chicas. El primer partido resultó fascinante para nuestra protagonista, así que ella y otras compañeras decidieron quedarse en esa comisión, no eran muchas, pero si las suficiente como para formar un equipo (es decir, solo 16 chicas). Reunirse con la profesora y practicar todos los días se volvió algo muy corriente, y no demoraron en comenzar duros entrenamientos para participar en los campeonatos provinciales. Todo el esfuerzo de ese primer año dio frutos: Selena no solo llegó a ser la capitana del equipo, sino que paso de pequeña y menuda a… un poco menos pequeña pero ya no tan delgada, pues aumentó dos talles de pantalón y uno de camisa. Eso sí, nada de grasa, su cuerpo se convirtió en puro músculo y fibra, y tenía la fuerza de un toro desbocado.
A los 15, Selena y sus compañeras participaron en su primera competencia provincial y clasificaron a instancias nacionales, donde se posicionaron entre los 10 mejores equipos. Esto solo entusiasmó más a las ambiciosas jóvenes, quienes, guiadas por su dedicada profesora, organizaron más entrenamientos, incluso campamentos que ni el invierno podía frenar. Por todo ese esfuerzo dio frutos, pues al año siguiente, cuando llegaron las competencias ¡se convirtieron en campeonas nacionales! Además, dentro de los encuentros provinciales, Selena obtuvo el reconocimiento a mejor deportista.
En todas estas actividades, Selena jamás obtuvo la aprobación de sus padres, pues para ellos hubiese sido preferible practicar un deporte más femenino y salir con chicos que convertirse en una “marimacho” de pocas pulgas y mucho músculo. ¿A ella le importaba? Claro que no. Ya se había acostumbrado a que ellos odien todas sus acciones y amen todo lo que hacía o decía Andrés. Mientras aceptaran firmar los permisos, era suficiente, ni siquiera esperaba que fueran a los partidos ni las competencias.
Pronto llegaron ofertas de colegios de la ciudad, incluso del que tenía a las anteriores campeonas, y también de equipos independientes. Selena espió la que más le interesaba y, cuando planteo la posibilidad a sus padres, ya tenía preparada la respuesta para cada pero, con la mayor elocuencia que tenía disponible, aunque también estaba dispuesta a amenazarlos con escaparse. Esto no fue necesario, ya que, extrañamente, sus padres accedieron a viajar para conocer a fondo esa propuesta, y así dejar que su hija se desilusione sola.
El viaje solo sirvió para entusiasmarla. Ya estaba pensado en muchos proyectos, el primero era mudarse y conocer nuevos amigos, el segundo… ¡Hacerse respetar desde el principio! Ya nadie la trataría mal por ser la nueva. Pero sus planes se vieron truncados. Estando en la ciudad, sus padres aprovecharon para hacer trámites y la dejaron sola recorriendo el campo de entrenamiento. Como a ella le extraño tanta tardanza, salió hasta la vereda para esperarlos… y allí empezó su tragedia. Fue interceptada por unos delincuentes, que parecían haberla confundido con otra persona, pues exigían a punta de pistola que les entregara un dinero que ella no tenía. Quisieron buscarlo en su mochila, pero Selena empezó a caer en la cuenta de lo que sucedía, y se resistió violentamente, lanzando patadas y golpes. En un intento por dispararle, uno de los ladrones lanzó un tiro que termino… en el tobillo derecho de nuestra protagonista. Por el horrible dolor que esto le produjo, para los delincuentes fue fácil reducirla y desquitarse de los golpes recibidos por ella. Fue tal la saña que hasta uno pensó en matarla, pero la policía llegó a tiempo. Selena terminó en el hospital, con fracturas en las costillas y el tabique nasal, contusiones en la cara, los brazos y piernas, cortes con cuchillo y el disparo en el tobillo… que la dejó incapacitada para realizar deporte de por vida. Según el médico, tendría suerte de poder llevar una vida normal, y tampoco sería conveniente tener hijos. La articulación del tobillo, por el peso de un embarazo, corría peligro de contagiarse al lado izquierdo y romperse, lo que provocaría la discapacidad, quizás en ambos pies. Nuestra protagonista no solo perdía la posibilidad de ascender en el mundo del deporte, sino que ya ni siquiera formaría parte de él. Desde entonces, comenzó un periodo oscuro de su vida. Nada quedaba de la muchacha alegre y jovial. Selena se volvió agresiva y despiadada, incapaz de tolerar una sola palabra en su contra: respondía a sus padres de mala manera, una vez llegó a empujarlos, tenía pleitos con sus compañeros por cualquier cosa, se dedicaba a destrozar los objetos que le eran molestos. Su frustración no tenía límite. Aunque su familia la llevó a varios terapeutas, después de la primera sesión se rehusaban a atenderla.
Cuando llegó el final del año, y con él, el fin de sus días en el pueblo, Selena y Andrés se mudaron a la ciudad. Sus padres, contentos (o así lo parecían) anunciaron que consiguieron un bonito departamento en una zona de inmensa diversidad cultural… y con esa frase se defendían cuando sus hijos les preguntaban porque tenían que vivir en el barrio “chino”. Es decir, fue el alquiler más barato que pudieron conseguir. Por suerte no resultó difícil la adaptación. Selena se vio forzada a tomar terapia con un psicólogo japonés del barrio, un buen hombre, inteligente y pulcro, que en la primera sesión, después de escucharla, preguntó: ¿Después de haber hecho todo lo que hiciste, que te diferencia de los delincuentes que te asaltaron? Esto dio un giro inesperado para ella: básicamente, comenzó la verdadera curación.
Tuvo que tener un año completo para curarse realmente, y en ese tiempo hizo varios cursos y un test vocacional para poder encontrar el nuevo rumbo en su vida, pues crisis es también oportunidad. Finalmente llegó a la universidad como una nueva persona: como la Selena que conocemos ahora. Todo esto fue posible gracias a la terapia, a los amigos que hizo en el barrio, quienes le influenciaron lentamente una admiración por Asia, aunque esa no era su intención. Este fanatismo y el estudio de japonés fueron de la mano.
En cuanto a la vida romántica, durante la secundaria Selena no tuvo lugar en su corazón para otro amor que no fuera el deporte, pero cuando comenzó la terapia en la cuidad, volvió a encontrarse con uno de sus compañeros, Alejandro, quien siempre se había sentido atraído por ella. Como había química entre ellos, y se divertían mucho juntos, decidieron comenzar una relación. Pero, por muy cómoda que se sintiera a su lado, algo no podía salir de la mente de nuestra protagonista: Si quedaba embarazada, se convertiría en una discapacitada. Ya había escuchado a varios testimonios de métodos anticonceptivos que no resultaron, pastillas del día después con graves consecuencias, entre otras cosas, y todo eso, mas su triste pasado, fue suficiente como para rehusarse a tener relaciones sexuales. Lo quisiera o no, en las tres relaciones que tuvo a lo largo de su vida, no pudo concretar algo así. Los recuerdos lo impedían en cada vez, y obviamente ninguno de los muchachos tenía paciencia suficiente como para tolerarlo.
6 Septembre 2018 00:01 2 Rapport Incorporer 3Nous pouvons garder Inkspired gratuitement en affichant des annonces à nos visiteurs. S’il vous plaît, soutenez-nous en ajoutant ou en désactivant AdBlocker.
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