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Presentación de personajes: Liz

Nombre completo: Liz Anujar.

En japonés: Riisu Anuharu.

Apodo: Lizi.

Edad: 24 años.

Cumpleaños: 25 de Julio.

Estatura: 1.57 mts.

Peso: 46 kgs.

Descripción física: Cabello pelirrojo (teñido) medio por debajo de los hombros, con ondas y rulos desde la base hasta las puntas. Rostro delgado, boca pequeña, con el labio inferior mas grueso, ojos levemente redondos, entre verde y celeste. Algo pecosa, pero lo cubre con maquillaje. Cuello fino y elegante. Cintura estrecha y caderas pronunciadas. Contornos curvilíneos, de manera delicada. Piernas robustas y marcadas. Timbre de voz entre-grave.

Carácter: Una seductora por naturaleza, es muy relajada, llega a parecer fría y superficial, incluso egoísta. Tiene mucho amor propio, se sabe atractiva y en circunstancias saca provecho.

Es osada y le encanta arriesgarse. El amor es como el juego para ella, pero es muy medida y nunca va demasiado lejos. En el fondo es muy romántica y apasionada. Puede llegar a ser muy caprichosa cuando le cuesta obtener algo y nunca se rinde. Es muy perseverante.

Con la gente que le desagrada es fría, pero con sus seres queridos en muy cálida y cariñosa.

Habilidades: danzas árabes y cualquier baile en el que haya que mover la cintura. Es buena consolando a la gente y puede decir frases muy halagadoras.

También percibe en las pinturas cosas que el resto no nota.

Habla inglés y japonés fluidos e italiano básico.

Hobbies: mimarse (o sea, cuidar su arreglo personal), practicar hacerse peinados, leer, escuchar música y ver películas.

Familia: padres, un psicólogo y una sexóloga, y una hermana dos años mayor.

Color favorito: granate

Comida favorita: Pastel de papas.

Bebida favorita: Jugo de melón.

Postre favorito: Tiramisú.

Animales: dos gatos.

Chico ideal: carilindo, sensible y de bajo perfil.

Si mañana se acabara el mundo: diría o haría cosas que usualmente no dice ni hace por orgullo o cierto decoro por preservar su imagen.


Más sobre ella:

Desde que nació, Liz se destacó por su belleza. Era una beba preciosa que llamaba la atención de todos los vecinos. Dentro del jardín de infantes (kinder) todas las niñas querían ser su amiga, y todos los niños le regalaban flores y los bichos que mataban para halagarla. En ese entonces comenzó a destacarse por sus dibujos bien hechos, mostrando un talento temprano para las artes... y para atraer miradas. Por ello, está más que acostumbrada a recibir atención.

A medida que pasaba el tiempo y ella crecía, no disminuían las miradas a su alrededor, sino que eran cada vez más abundantes. Liz estudiaba dibujo y pintura desde los seis años y fue hasta los catorce cuando sus padres recibieron una llamada de su profesora, quien les comunico que la niña presentaba un comportamiento extraño. Sus pinturas, antes alegres, comenzaron a tornarse cada vez más horrendas y extrañas, rozando el estilo de Goya. Como su padre es psicólogo, dedujo que se trataba de una crisis de la pre adolescencia, y que la mejor solución era presentarle algo o alguien con quien se identificara, o que practique alguna otra actividad que le permita sentirse más alegre. Entre todo lo que le presentaron, escogió las danzas árabes, pero los modelos… Liz comenzó a imitar a su hermana. De alguna forma, le agradaba que ella fuese tomada en cuenta por méritos que no tenían que ver con la apariencia, sino con su carácter, iniciativa, creatividad o inteligencia.

Sin embargo, esos intentos fueron inútiles. Lo máximo que consiguió fue que, en vez de decirle que era bonita, se refieran a ella como alguien adorable. Así que abandonó esa idea, pero continuaba buscando su propio valor. Decidió aplicarse en los estudios, y sus calificaciones subieron. Incluso llegó al cuadro de honor. Resultado: circulaban comentarios, cada vez más frecuentes, de que los profesores eran condescendientes con ella porque… ¡Era la más bonita!

Cuando tenía dieciséis años, llegó a casa llevando el cabello completamente corto (casi rapado), y un look completamente caótico y desalineado. Desde entonces, las miradas extrañadas se posaron a su alrededor y dejaron de hablarle. Inclusive algunos de sus compañeros corrían los bancos para no sentarse al lado de la “rara” del curso. Ahora era algo más que la bonita era la extraña Y si iba a serlo sería completamente peculiar. Liz se esforzó por llevar esta nueva identidad al máximo: se interesó por la literatura sobre vampiros (que no era popular en ese momento), casualmente leía mangas en el recreo, escuchaba música poco conocida, hasta buscó un vocabulario extraño. A medida que avanzaba en su personificación de lo raro, se aislaba más de sus compañeros… y la soledad se le hizo insoportable: Ya no solo no era la más bonita o la anormal, ya no era… nadie la veía, parecía que se volvió invisible. Era NADA, simplemente. Las pinturas horrendas volvieron a aparecer, pero cada vez era más evidente que la figura grotesca de cada retrato representaba… su forma de verse. La autoestima de Liz estaba arruinado Al año siguiente, su en último curso, sus padres la cambiaron de colegio para comenzar de cero. Trabajaron muy duro para restaurar su confianza, especialmente su madre. “No sos solo una chica linda” solía decirle, “también sos un encanto… y yo me asegurare de que todos lo vean”. Con esa nueva iniciativa, Liz dejó atrás los complejos poco a poco, e intentó mostrarse ante sus nuevos compañeros lo más natural posible, apartando las ideas que antes la presionaban. Hacía lo más que podía para no molestarse si alguien halagaba su apariencia, y por fin comenzó a acercarse más a las personas. Incluso consiguió sus primeras amigas de verdad, de las cuales hasta hoy no ha podido separarse.

Luego llegó la universidad, y con ella… su primer amor. Gracias a que se había abierto una carrera en artes combinadas, pudo estudiar lo que más le gustaba. Conoció a un muchacho muy peculiar durante el cursillo de verano antes del cursado regular en la carrera, y entre ambos hubo química inmediata. Tenían muchas cosas en común: ambos tenían apellidos (y rasgos) árabes, sentían gusto por la literatura gótica y fantástica, la música asiática, tenían una mirada ciertamente romántica de la vida, cada vez que se veían, en su rostro quedaba una imborrable expresión de alegría; así no pasó mucho tiempo para que decidieran tener una relación. Desde entonces se la pasaban de arriba abajo, compartían muchísimo tiempo juntos… pero las calificaciones del semestre no tardaron en reclamar atención a nuestra enamorada protagonista. Aunque acordó con su novio que solo se reunirían los fines de semana, y que el resto del tiempo lo ocuparía estudiando, algo en lo que los dos estuvieron de acuerdo… él comenzó a volverse muy desconfiado. La llamaba constantemente, preguntaba por todo lo que hacía, como si quisiera llevar una agenda de su vida. Liz intentaba no molestarse, pero uno de esos fines de semana mientras salían de paseo, un comerciante trató a la ahora pelirroja con mucha amabilidad, porque la conocía, y por ello, una vez que salieron de allí, ella tuvo que soportar una horrible escena de celos infantiles y estúpidos. Lo peor de todo fue que él no quería escuchar razones y no dudó en tratarla mal, cosa que produjo cólera en la joven, suficiente rabia como para distanciarse de él durante dos meses.

Una vez que se reunieron y pudieron hablar, ambos mucho más tranquilos el muchacho se disculpó por haberla tratado mal, pidió que se dieran otra oportunidad. Ella casi accede, casi decide volver con él, pero… cuando este chico menciona que Liz también debería disculparse por coquetear descaradamente con el comerciante… nuestra protagonista se dio cuenta de que él no había cambiado, y tal vez no cambiaría. Obviamente la relación nunca pudo reanudarse, algo que causó despecho en él, tanto que comenzó a levantar rumores sobre su ahora ex novia… y su “inexistente” decencia.

Ella no lo supo hasta varios años después, tres aproximadamente, y varios fracasos amorosos del mismo estilo. Su último romance tuvo lugar un año antes de que comience la historia, con un muchacho llamado Fernando. La forma de hablar y su caballerosidad dejaron a Liz impresionada y encantada, y aunque a veces él quería avanzar un poco rápido con ella, nuestra protagonista (un poco más experimentada), siempre lograba calmar sus ansias… o eso creía. Parecía que al fin encontró a un buen hombre, por quien comenzó a desarrollar sentimientos más maduros. Pero un buen día, cuando ella salía de la universidad en compañía de Selena, lo encontró junto a una chica, tal vez una amiga…a la cual besó en la boca… ¡La estaba engañando!

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27 Août 2018 00:01 4 Rapport Incorporer 6

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Sarahi Amaro Sarahi Amaro
Wooo, Liz es muy linda, aunque, pobrecita, ha sufrido mucho, pero me encanta la pinta que tiene.
February 01, 2021, 08:21

  • Selai Andrea Selai Andrea
    Hola!! La vida de Liz no fue fácil, ser bonita no basta, jep. Muchas gracias por el comentario!! February 06, 2021, 23:55
GV Gise Villa
Wow, es muy linda la sim
September 28, 2020, 02:38

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