Para mis adentros, he elaborado las tesis más ridículas que se puedan imaginar. Pero, de todas formas, son solo mías.
En mis años de vida, pocos por supuesto, he adquirido la experiencia y la experticia necesarias para no banalizar mis postulados de manera tal que los termine esparciendo por el mundo a mansalva.
A veces, me pregunto si es siquiera prudente el que abra mis conocimientos al mundo. No sé quién no está preparado: si yo, o la sociedad que me rodea. Considero que mis ideas serían las más extravagantes y extremistas en una sociedad netamente escéptica. Pero, al mismo tiempo, siento la necesidad de acoplarme a la posible sibilancia de los tiempos, cuya estrechez solo me permitirá un poquito de margen de maniobra. Pero sigo dudando lo suficientemente como para no dar el paso.
He tenido las mil y un oportunidades para dar rienda suelta a mi ingenio. Y para la edad que tengo, debo confesar que todavía no tengo una dicha romántica que me inspire a seguir desarrollando la creatividad. Aunque suene egocéntrico, mi dicha son los alcances de mi imaginación, muy vívidos en mi mente y poco prácticos en el papel. Pero, al menos, muy entretenidos para la historia. Así concibo las excentricidades de mis expresiones.
Trémula y tímida es la coraza que protege mis habilidades de cuentista, quizá de poeta o quién sabe si de letrista. Pérfido y rebelde mi deseo de dar a salir mi voz.
Este texto insolentado hace surgir más interrogantes sobre mis pasiones. Y digo que es atrevido, pues no ha sido solicitado. Pero es que, algún día, el escritor que llevo dentro tenía que salir de lo recóndito porque, a diferencia del alma, este sí es inmortal. Galopante vienen las ideas, vivaces los matices que construyen al conjugar las más exquisitas expresiones humanas. Maravilloso lenguaje el que se me ha otorgado, ¡la alabanza superlativa vaya al Creador por la hermosa inspiración creativa!
Sí, soy redundante en cuanto a mis visiones. Pero debo confesar que, hacía bastante tiempo que no tenía ese frenesí letraherido y casi perjudicial. Lo pensé y lo revisé conmigo mismo, esa idea de presentarte mis tertulias, y aún así hay historias que temo contarte al desconocer cómo las vas a tomar. Pero independientemente de qué pienses de mi vehemencia por las letras, debo decirte que ha sido un grato placer llevar a la vida lo que hace mucho debió de existir.
Tú, recipiente, hay muchas historias que quiero contarte (no solo a ti, sino a todo el mundo), pero solo si realmente deseas escucharlas es muy probable que te conceda el oírlas y —por qué no— leerlas.
Te presento a la secreta y engalanada habilidad de mis adentros: la escritura.
13 Octobre 2021 00:50 0 Rapport Incorporer 0Nous pouvons garder Inkspired gratuitement en affichant des annonces à nos visiteurs. S’il vous plaît, soutenez-nous en ajoutant ou en désactivant AdBlocker.
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