Pronta sentada en el sofá, esperaba el timbre sonar. Los nervios la hacian retocarse varias veces frente al espejo. De pronto y al fin el timbre sono, ansiosa y feliz la puerta fue abrir. Y ahí estaba él con una hermosa rosa listo para llevarla a su primer cita. Ella creyo que la llevaria a un restaurante pero lo que no sabia que en la terraza una mesa elegante con velas encendidas y pétalos sobre ella, bajo las estrellas esperaba. Sus ojos le vendo y a la terraza la guio para su velada tener...

Tenía que reconocer que le daba miedo. Sin embargo sintió su sangre helarse en sus venas, el temblor se apoderó de su cuerpo dejándola inmóvil, incapaz de emitir algún sonido. Aunque se vio obligada a escuchar su cuerpo, no quería afirmar que era miedo lo que le transmitía aquel extraño libro escrito a pluma, que sin saber cómo a sus manos había llegado...

La comida reposa fría sobre la mesa, mientras la botella de vino yace vacía tirada en el suelo. Lloro, rio, miro el reloj con desaprobación, este se burla dándome las tres de la madrugada. Llamo pero el contestador responde con tu voz, vuelvo a insistir, pero el sonido de la llave me detiene. Entras y te sorprendes al verme esperando como ingenua destrozada con la mesa arreglada. No falta acercarme para sentir el perfume de ella latente en tu ropa desareglada.

Frente al escenario me tenía. Se podría decir que no sé si era él o su bella música, lo que me seducía, la delicada melodía que su violín emitía al deslizar el arco por sus finas cuerdas mis más íntimos deseos despertaba. Noche tras noche lo veía, observaba cada movimiento de su esbelto cuerpo danzando al compás de su instrumento. Y cada noche en su camerino su amor por mi me mostraba, dejándome hipnotizada...

Llevabamos tiempo saliendo el suficiente para conocernos éramos compañeros, amigos y eternos amantes pero jamas nos presentabamos como novios En el trabajo nuestras miradas se cruzaban, sonrisas intercambiamos y halagos nos regalamos. Un día al caminar nuestras manos se rozaron y sin previo aviso sus dedos envolvieron los míos. Me volteé a ver las dos esmeraldas que brillaban en sus ojos solo una mirada para entender lo que nuestras voces callaban, pero fue suficiente con un ¡Sí! al unísono.

Con su mano alrededor de mi nuca unió su rostro al mío. La respiración se me cortó cuando su boca acercó. Tan cerca estaba que su cálido aliento bailando sobre mis labios sentía. Estos suavemente recorrieron la línea de mi mejilla mientras su nariz rozó la mía. El pulso con emoción y consternación saltó, haciéndome ahogar en mis propios suspiros. El sabor dulce de sus labios pude probar y el suave filo de sus dientes acompañó a aquel indulgente beso dejando mi vientre en llamas.

La dulce melodía llenaba de armonía todos mis sentidos, todo al rededor se disipó junto con aquellas notas que marcaban el ritmo de nuestras almas. El suave roce de tus dedos recorriendo la desnudez de mi espalda y el tibio toque de tus labios acariciando mi sensible cuello mientras me quedo despalda a tu templo. Me giras lentamente danzando al compas de la música en cuestión. Abrí los ojos y ahi estábamos tú, yo y nuestra canción, la cuál las más locas fantasías en nosotros despertaba.

Las manos me sudaban, mientras mariposas en mi vientre se almacenaban. La ansiedad me estaba matando y su mirada condenando, no sabía si acercarme o esperar que el actuara. Se adelantó seguro de si mismo, sus ojos se cerraban y su rostro hacía mí acercaba. Todo desapareció alrededor. Solo estábamos el y yo, y nuestro primer beso...

Asustado estaba frente ante aquel hombre, pero más aterrado estaba él cuando mis dientes le enseñé. Sacó su espada y con ella me apuntó. La sangre se me heló y el corazón a la faringe se me subió, pero más aún enojado me mostré. El calor en mi garganta comenzaba a hacerse, un solo abrir de boca bastaba para calcinar en llamas a ese sujeto. No quería hacerle daño. Pero mi cría importaba más que aquella vida, como escudo lo protegí y a ante ese hombre salvaje lo defendí...

Desde el otro lado de la pared cada dia al anochecer, podia oir su piano llorar la melodia mas agridulce jamas tocada. Resonaba en aquella habitacion vecina. Soñaba con que un apuesto caballero del otro lado habitaba. Un dia cansada de no ser amada pero al mismo tiempo enamorada de alguien que solo el llanto de su piano conocia. Se oculto en esa habitacion desolada y callada, para averiguar quien tocaba cada nota delicada. La melodia comenzo pero aquel piano cubierto por una manta continuaba...

Cuentos suelo contar, que a mi audiencia ha de impresionar, pero muy pocos pueden ser verdad. Pues me encanta inventar historias para encantar. Con un poco de magia a todos suelo engañar, puesto que en mis garras caen sin poder razonar. Llevo siglos sin dejar de pensar que en vez de portarme mal, al mundo podría tratar de cambiar y así enseñar que la venganza por un lejano pasado no es una solución, sino una vergüenza de mi propia alma en pena, que me condena por ser hechicera

Él era tímido y ella también. Sus miradas se cruzaron y al mismo tiempo se evitaron. Ambos querían hablar, poder danzar bajo aquellas palabras que dentro de su corazón esperaban ser liberadas. Estaban tan enamorados que a pesar de no mirarse no podían separarse. Su esencia, su calor los atrapaba, aquella noche sería especial si al fin sus miradas se encontraran y sus labios se sumergieran en aquella pasión que escondían en un rincón de su timidez

El Ángel la miró precipitadamente, la chica nunca se percató de su solemne presencia...

Cuanto más me adentro en el frío bosque, más tenebroso me encuentro todo. Me recuesto en un árbol tratando de recuperar el aliento, pues el frío a mis pulmones está matando. Busco el inhalador en mi bolsillo en un movimiento desesperado lo tiro al suelo. Me agacho a recogerlo cuando el estallido de unas ramas delatan las pisadas, intento quedarme inmóvil hasta que a vibrar mi móvil comienza. Es allí cuando siento un cálido aire rozando mi congelado cuello y una voz susurrante en mi oído..

Como si de magia se tratara a la vuelta de la esquina ambos se encontraron. Se miraron fijamente como si realmente se conociesen. Los dias fueron pasando y ellos más se iban enamorando, finalmente se casaron y una bella historia comenzaron. Los años pasaron la vejez los habia encontrado. Él se fue primero como un sueño ligero, ella tanto lo extrañaba que cada noche lo imaginaba para verlo en sus sueños, pero él nunca llegaba. Hasta que un dia vino a buscarla para el siguiente capitulo empezar

Las luces se encienden, iluminan nuevamente cada rincón de esta habitación. Observo tras la ventana esperando la primera Nevada. Ansiosa sin aguantar afuera decido bajar. Con mis pequeñas botas entre la nieve ando, camino y llego hasta el lago congelado y atando mis patines, decido y me deslizó en el denso piso. Donde una vez fue mi lago preferido, en el cual acepté que fueras mi marido.

El mundo es tan cruel y despiadado para nosotros los grifos, casi todo es crueldad lo que mis ojos pueden ver. Los hombres con sus espadas me vienen atacar pues más vale esconderme y salvarme que enfrentarme y morir con tanta ferocidad, para así alimentar su inhumanidad.

Insultos, denigraciones y maltratos lo tenian cohibido y cansado. Penso en deshacerse de su vida como escapatoria bendecida. Pero ¿Por que morir? si él queria vivir. Asi que un dia se lleno de valentia y enfrento aquel desorden en su vida. Comenzo ayudar a todo aquel que por lo mismo transcurria. Empezo a andar, para llegar con su valentia a varios contagiar y juntos luchar contra ese monstruo llamado Bullying, que a muchos su vida afectaba y sus sueños arruinaba.

Y como super héroe de su propia realidad a muchos logró ayudar.

Algo extraño sucedió cuando él se le acercó, sintieron que se conocían de toda una vida. ¿Cómo podrían? Si nunca antes se habían visto. Una electricidad los recorrió y una extraña imagen en sus mentes apareció, definitivamente eran ellos en otro tiempo. Fue ahí que ella lo recordó. - te he visto en mis sueños - dijo - y yo en los míos- él respondió Como magia la imagen en sus mentes se disipó, creando así una nueva que duraría una vida más, hasta que se vuelvan a reencontrar y reconocer.

Ella lo esperaba cada noche tras la ventana. Pero el nunca regresaba. Un día cansada de su larga espera, salió afuera a comenzar de nuevo, fue ahí cuando volvió a empezar a disfrutar. Hallo al amor de su vida, se casó y formó una familia. Pero sin mero aviso, una noche tras la ventana, alguien se asomaba, era aquel hombre que en el pasado tanto esperaba. Congelada veía que se acercaba. De pronto el timbre sonó, corriendo la puerta abrió, una sonrisa deslumbró en ver, que en verdad era su amor.

Desde la ventana de mi casa cada mañana las olas veo la arena alcanzar. De repente en mi mente veo mis nietos jugar. Ahora soy una niña que corre entre las praderas regadas de flores de varios colores. De pronto sentada en la mesa donde una muchacha me da de comer con la cuchara. No recuerdo quien es. Inesperadamente todo entrevero en mi ya dañada mente. Lentamente todo se desvanece por un ladron que poco a poco mis recuerdos se robo Alzheimer se hace llamar. Pero todo olvido incluido esto.

A ti hermana mía, que eres más que mi amiga. Eres mi sangre compartida y mi felicidad dividida. Desde el día que llegaste a mi vida, iluminaste mis días y a mi alma alegría le regalaste. En mi mente siempre tendré presente el día que al mundo viniste, llenando nuestras vidas de tu dulce melodía. Se que cortas son mis palabras querida hermana mía. Quería que supieras lo admirada que por mi eres y lo orgullosa que me tienes. Gracias por formar parte de mi vida y hacerla más divertida..

Mi existencia es un continuo ir y venir por este mundo. Varias vidas he tomado y por varios cuerpos he pasado. En mi mente, no consigo encontrar recuerdos de mis nacimientos y fallecimientos de otros tiempos. Es aquí cuando sucede de nuevo. Estoy a punto de fallecer, cierro mis ojos y si de magia se tratara aparezco en un lugar totalmente diferente, si como de amnesia hablara no recuerdo nada, solo se que pronto tengo que volver con otro cuerpo, con otra vida aunque se que mi alma es la misma..

Pasada de copas me hallaba, junto a mi un desconocido se encontraba. Mientras lo miraba más preguntas en mi cabeza creaba. Asustada lo ate mientras inconsciente estaba. Comencé a investigar pues su desconocida identidad me hacia intrigar, busque y busque hasta que el alcohol adormecio todo mi ser. Al otro día al despertar el desconocido seguia igual, lo miré aún sin recordar. De repente la foto de un hombre en mi pared observé y con asombro al desconocido que aún yacía dormido. Era mi marido.

Al suelo cayó de rodillas, las lágrimas amenazaron en sus mejillas. Fingió ser actuada, pero su mirada la delató pues afectada estaba. Al jurado que la observaba miro asustada, con el pulso acelerado abatida se encontraba. Su sueño frente a sus ojos pasando vio, su asombro se dio cuando de pie el jurado la aplaudió y reconociendo su talento, como un milagro su audición le aprobó. Cuando del suelo se levanto como bailarina al fin se aceptó...

Los años pasaban y ella paciente lo esperaba. Cada noche su foto miraba y al cielo le rezaba que su amor pronto y a salvo regresara. Un día a la puerta llamaron, creyendo que era su amor emocionada la abrió. El miedo la envolvió al ver un hombre de uniforme con una carta en mano, anunciando que su valiente soldado a casa había regresado pero no como ella lo había pensado

El frío de la noche era cortante y seco, como desenvainadas cuchillas afiladas. Me paseaba por la habitación de aquí para allá como un animal furioso sin libertad. Impaciente a la ventana me acerqué a esperar, paranoica la noche se tornó mientras el suave filo rozaba bajo mi piel. Cuando lo vi llegar ya no había vuelta atrás, supe lo que iba a pasar...

La brisa traía el frescor del lejano aire salino. Remotamente los pequeños barcos danzaban en el muelle. El más grande estaba repleto de gente "Todos a bordo" gritó el capitán. Pero cuando abrí los ojos estaba envuelta en una neblina en alta mar. Distantes sollozos se oían. -¿Qué sucede?- le pregunte al hombre de pie con la mirada pérdida. Se volteo sin decir nada, lo miré a los ojos vacíos sin expresión. -¿El muelle? hace minutos estábamos en él- insistí -Este barco zarpó hace diez años.

El faro se encendía cada noche, alumbrando hacía el alta mar. Esperando ansioso a su marinero guiar. Un día el marinero llegó, pero esa noche el faro no encendió. El marinero espero, espero y espero, pero ninguna luz lo iluminó. Ante su pérdida de paciencia se marchó para nunca más volver. Pero el faro no lo sabía. A la noche siguiente el faro encendió y a su marinero con ansias espero...

Desconcertado sin saber bien que hacer, bajo tímidamente la mirada. Sus pies permaneció observando, hasta que de repente un sentimiento de fuerza lo invadió. Sus ojos se encontraron tan intensas fueron sus miradas que ninguno pudo decir nada. Sintió como sus latidos se aceleraban, pues no se esperaba con sus ojos contemplar aquella criatura de bello rostro que entre tanta multitud lo observaba. Con cautela se le acercó y ella nerviosa lo miro, sus labios contra los suyos presionó...

El aroma a lavanda acompañaba a la brisa de la mañana. Flores de diversos colores brotaban en el intenso verde impregnado de aquél viejo lienzo. Pues ese cuadro le recordaba a aquella escena en su mente donde la primavera hizo lo propio. Pintando cada rincón de su bello campo iluminado bajo los primeros rayos de sol elaborados por la nueva estación. Tras ese pensamiento, mojó nuevamente su pincel trazando lo preparado en su mente que le daría comienzo a un nuevo presente...

Por las noches, Mía no dormía, bajo la tenue luz de una lamparilla escribía. Escribía todo lo que en su corazón florecía. Desde su más grande sueño hasta su más reciente anhelo. Todo lo que sentía lo convertía en poesía escrita en sus hojas manchadas de tinta. Cada madrugada al terminar miraba al cielo, a quién con suspiro recitaba su poesía con la esperanza de que algún día este le cumpliría todo lo que en sus versos y prosas ella pedía..

Años han pasado y aun sienten algo, necios por el ego y la razón a su corazón le callan la voz. Ella aun muere por él y decidida a volver con paciencia y sin correr lo espera aunque la duda y el temor de que solo quede en una ilusión la envuelven cada día. Él, lleno de pavor e indeciso no quiere escuchar la voz de su interior, pero debajo de ese miedo todavía existe ese amor que ante ella esconde... *Para los que ya lo leyeron, lo he escrito de nuevo porque se me había eliminado. Gracias.

Cada noche ella al cielo suele mirar, pues cartas a éste le suele enviar. Cartas con la esperanza de que un día serán respondidas al igual que sus plegarias que en forma de versos al cielo llegan y a los ángeles les encanta escuchar, pues melodía uníca y genuina escrita con el instrumento más sutil y delicado como la punta de una pluma al cielo pone a soñar, mientras ella a su amor espera como respuesta de aquellas bellas cartas que como polvo de estrellas en el cielo se disuelven..una noche más

Años han pasado y aun sienten algo, necios por el ego y la razón a su corazón le callan la voz. Ella aun muere por él y decidida a volver con paciencia y sin correr lo espera aunque la duda y el temor de que solo quede en una ilusión la envuelven cada día. Él, lleno de miedo e indeciso no quiere escuchar la voz de su interior, pero debajo de ese miedo todavía existe ese amor que ante ella esconde...

Cuando el mundo comenzó a tener voz propia el hombre se asustó. Dentro de su casa se resguardó, y de los suyos cuido. Fue en ese momento cuando se dio cuenta del daño que causó todos estos años, por su ignorancia y desamor al mundo casi destruyó. Un día cuando a las flores vio brotar, los animales regresar, el cielo despejar y su reflejo en el agua limpia observar. Se dio cuenta que ahora al fin el mundo podía respirar. Entonces con calma y sin prisa, al mundo comenzó a restaurar.

Se tumbaron en la pradera, bajo el cielo oscuro salpicado de pequeños puntos de luces brillantes. Luces que brillaban a miles de kilómetros de distancia, se preguntaron como era posible presenciar tal belleza universal. Ante esa pregunta ambos se miraron y sin decir nada se besaron.

En cada esquina se posaron, y su más bello canto elevaron. Destellos de luces hicieron danzar por todo el lugar. Dulces palabras me susurraron y su amor celestial en mi alma implantaron. Mi mente aplacaron y mis sueños armonizados en la melodiosa paz descansaron. Pues la guerra con mi ego dieron por terminado. Al día siguiente regresaron y lo mismo me obsequiaron. Ese día los esperé sentada en mi cama. Risas y alegría me trajeron y en sus alas blancas me envolvieron...

Por un segundo creí que iba a matarme. Pero en sus ojos salvajes y despavoridos me vi a mi. El León impaciente me observaba con su mirada exteriorizada. Suspire aterrada y mis ojos cerré, dejando que el sentimiento de valentía me invadiera por primera vez en mi vida. De repente bajo mi mano la textura de una suave piel me rozaba tan sublimemente como su alma. Abrí los ojos. Sereno y vigoroso tras el espejo el León estaba.

Gotas de lluvia azotaban bruscamente contra el cristal de la ventana. La dama de blanco observaba cada gota como lágrimas en sus mejillas, recordando aquel dolor que le provocó su despedida. Esa despedida que no ha asimilado aún, que ha sucedido. Las lágrimas se fusionaron con las gotas, provocándole escalofríos al oír las pisadas de aquellas botas...

Cuando despertó aún seguía confundida. No sabía si era un sueño o estaba en la realidad. Todo había sido tan real como las enormes alas blancas que sobre salían de su espalda. "¿Cómo iba a ocultar esas alas?" pensó. Se miro al espejo con asombro de aquello tan irreal que había aparecido tras su espalda, "Solo es un sueño" se dijo. Regreso a la cama con la esperanza de que cuando volviera a despertar esas alas ya no iban a estar. Lo que no sabía, era que jamás estuvo dormida...

El faro se encendía cada noche, alumbrando hacía el alta mar. Esperando ansioso a su marinero guiar. Un día el marinero llegó, pero esa noche el faro no encendió. El marinero espero, espero y espero, pero ninguna luz lo iluminó. Ante su pérdida de paciencia se marchó para nunca más volver. Pero el faro no lo sabía. A la noche siguiente el faro encendió y a su marinero con ansias espero...