...No comprendía lo que pasaba, mis ojos se posaron en “Henry”, quien sostenía mi mano, y me hablaba insistentemente diciendo que me tranquilizara, que todo estaría bien, por alguna razón, yo sentía como si lo conociese desde hace mucho tiempo, venían a mi mente imágenes de él, de hecho su voz me sonaba familiar, pero no comprendía nada, no sabía qué sucedía, no entendía..., hace unos instantes estaba en el día de mi boda, y ahora despertaba viviendo esta situación...

...Solo quién pueda encontrar el antídoto para el veneno, "Los labios de una asesina", podrá liberarse del hechizo de muerte...

El ambiente en aquel apartamento cambió por completo... El aire parecía tornarse espeso, difícil de respirar... Pero el joven debía ser fuerte, no importaba lo que sucediera en las siguientes horas... ya se encontraba en aquel lugar y debía luchar por su vida... Enfrentando con toda valentía el monstruo o la cosa extraña que fuese su novia...

Cuando el fin de mis días se acercaba, pensé que así terminaría mi vida... Viejo, enfermo, solo, ya no tendría oportunidad para cambiar las malas decisiones que tomé reiteradamente a lo largo de mi vacío existir... De repente una de las flores blancas de aquella extraña pintura pareció moverse y posarse en mi pecho... Con temor la acaricié con mis manos... Una suave brisa rodeo mi cuerpo, fue en ese entonces que todo cambió...

Toda su vida fue una incansable lucha, sufrimiento y dolor, un hombre ebrio que nunca  la valoró, un hijo indiferente. En el final de sus días tuvo que cargar con la pesadez de un cuerpo viejo, desgastado y enfermo, pero no hubo dolor más grande que la intolerancia y el desamor de quienes la rodeaban en sus días de agonía, aún así, no creció una semilla de odio en su corazón. Su final llegó, murió amando a sus verdugos, el sufrimiento de su cansado cuerpo terminó, su alma se liberó...