mr_riz_rhymer Riz Rhymer

Parte de una historia que el mundo considera un parteaguas; un fragmento del relato entero, que nadie sabe que estuvo ahí hasta hace poco.


Cuento Todo público.

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¡Erickson!

–¿ya terminaste los reportes que te pedí?” dijo mi jefe, el señor Novac.

–no, señor Novac. He estado muy ocupado con todo el papeleo de la junta pasada que usted me delegó a m…

–¡no me importa si estás ocupado o no! Tu deber es entregarme esos reportes cuando te los pida.

–señor, por favor, entienda… Tengo que hacer el trabajo urgente primero y luego tendré tiempo de hacer el resto. Necesito por lo menos una semana más para tener listo to…

–¿¡una semana?! ¿¡¿¡una semana?!?! Si en dos días no me entregas es reportes JUNTO con el papeleo de la última junta, ¡estás más que despedido!


Esperé a que se fuera para murmurar una sola palabra:

–p****jo.


Volví a mi estación de trabajo y reanudé mi trabajo. Muchos dirán “pero bueno, es solamente una junta y unos cuantos reportes. ¿cuánto te puedes tardar en eso?”. La respuesta sería meses, pero dije una semana para que no se molestase. Resulta que al bastardo de mi jefe le gustaba dejar acumulados los reportes de los doce meses para el final del año, cerca del día de la auditoría anual. Como ya pudieron ver, siempre me lo delegaba todo eso a mí sin pagarme ni un dólar extra y él ganaba casi cinco dólares extra por cada palabra que YO escribiese en SUS reportes y papeleo.


Lo mismo con el papeleo. Como realmente no se encarga de nada de la administración de la empresa, me pasaba todo a mí, y cuando estaba a punto de tener la auditoría y la junta con el consejo directivo, siempre me apresuraba y me explotaba a más no poder. Era como un regalo sádico de navidad: el quitarme tiempo con mi familia y amigos.


Pero esta vez sería diferente. Esta vez por fin tendría lo que merecía aquél sujeto. Ideé un plan maestro para que el consejo directivo se enterase como el señor Novac explotaba a sus empleados para su propio beneficio. En vez de terminar los reportes ese día, comencé a redactar un discurso escrito en el cual explicaría a la junta directiva cómo era que Novac actuaba en representación de la compañía, adjuntando las pruebas de los reportes incompletos de los meses desde mayo hasta diciembre de ese mismo año escritos con mi letra, junto con el papeleo incompleto de toda la última junta, con una transcripción completa de cuarenta y ocho páginas de todo lo que se dijo, debido a que en esta se trataron los temas importantes de los reportes de todo el año, los cuales no estaban hechos.


Novac fue tan tonto como para mostrarle el archivo digital a la junta sin siquiera leerlo. Tal vez yo no sepa qué le dijeron exactamente a Novac en esa junta telefónica, pero una cosa si sé: Novac salió llorando, cargando una caja con sus cosas fuera de su oficina. Corrección: ex-oficina. Y a que no adivinarán a quién le dieron el puesto.


Se lo dieron a Nick Jaeger, el asistente de Novac, quien, por cierto, era mucho más responsable que yo en cuanto a velocidad para trabajar y puntualidad de entrega. Era un buen sujeto. Me caía bien, pero lo mejor fue cuando la junta me notificó que, debido al maltrato y abuso laboral que había sufrido por parte de Novac, podía elegir cualquier puesto en toda la empresa en que hubiese una vacante. Claro, escogí el puesto de asistente de dirección, el puesto anterior de Jaeger. Era el triple o cuádruple de mi sueldo anterior, y era solamente un poco más de trabajo, así que no podía quejarme de nada. A demás, tenía mi propia oficina, así que era aún mejor.


Un día, Nick Jaeger y yo tuvimos que salir en un viaje de negocios los dos juntos. Nos pasamos la mayor parte del tiempo dentro de la torre de oficinas que nos tenía presos durante el día, pero valía toda la pena, puesto que nuestros negocios se localizaban en Dubai. A parte del trabajo, estábamos ayudando a unos muchachos emprendedores a conseguir fondos para crear una página web donde se pudiera compartir videocontenido. Apenas era la idea abstracta lo que tenían, pero era muy buena.


Luego de terminar los días de oficina, Jaeger y yo nos retirábamos a un bar para disfrutar el fin de semana. Jaeger era soltero, por lo que nadie podía impedirle divertirse cuanto quisiera, pero yo tenía familia, así que no podía divertirme tanto como él.


Dos meses después, volvimos a nuestro trabajo habitual. Todo estaba prácticamente igual que cuando nos fuimos. Las mismas personas, mismos escritorios, mismas decoraciones, entre otras cosas. Todo estaba igual. Eso era lo bueno, porque después de tanto descanso, ya estábamos hartos de tomar en cada fin de semana durante ocho semanas.


Volvimos a trabajar un lunes, lo que significaba que tocaba junta de la semana, donde discutiríamos pequeños detalles que podríamos cambiar o mejorar. Treinta minutos después, salimos de la sala de juntas y volvimos a nuestros puestos cada uno. Me estaba yendo tan bien con mi nuevo puesto que esperaba que eso nunca se acabase. Me estaban entrando las ganas de ir por algo de comer, así que salí de la oficina, bajé por el elevador del edificio y salí a las calles, camino a mi cafetería favorita. Yo iba ahí en las horas de almuerzo desde antes de que transfirieran a Novac a aquel lugar. Recorrí tres cuadras hasta legar ahí, donde me instalé en una mesa para dos, coloqué mi computadora portátil sobre la mesa y abrí MySpace.

Obviamente, era mi momento libre y podía hacer lo que quisiera. Lo grandioso era que en esa cafetería tenían conexiones a internet de cable en cada mesa, así que podía navegar sin tener que pagar por el uso de las computadoras que ahí tenían. Me levanté, caminé hasta la caja registradora, hice mi pedido y volví a mi asiento.


La camarera trajo mi orden al poco rato, pero justo cuando el plato tocó la mesa, algo se escuchó detrás de mí, fuera del local. Era… la oficina. Me giré para ver por la ventana, para encontrar únicamente una escena: un avión destruyendo las dos torres que conformaban la oficina en que yo trabajaba. Los noticieros se adueñaron de todos los canales de televisión.


“Hoy día once de septiembre de dos mil uno, un avión fuera de curso, que se cree que estaba siendo pilotado por agentes de ISIS, se estrelló contra las torres gemelas, haciéndolas colapsar y derrumbarse”.

7 de Mayo de 2020 a las 03:22 0 Reporte Insertar Seguir historia
2
Fin

Conoce al autor

Riz Rhymer Poeta, escritor, una pizca de filósofo y gran amante de una buena historia. Si, suena muy ñoño, pero es cierto, y me apasiona la literatura, así como me gusta que a la gente le guste lo que escribo.

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