William y Petra son una pareja muy hermosa.
William es un chico pelirrojo con discapacidad. Es sordomudo. A pesar de esto vive una vida normal, aprendió a leer labios desde pequeño, y además la tenía a ella. Petra es una joven hermosa y cariñosa. A ambos les encantaba pasar el tiempo juntos. Pasaban horas y horas en la habitación de él, jugando videojuegos o viendo películas. En esta vez se encontraban tranquilos, él jugaba mientras ella lo observaba a distancia, aunque se tratara de los videojuegos rápido.
Él le hizo señas desde el sofá en el que se encontraba sentado desde el mediodía y ya era tarde en la noche, para que se acercara a jugar con él.
-Sabes lo mucho que me desagradan- le dijo mientras recogía el desorden de la habitación. Por un descuido dio un traspié y tropezó con los cables de la consola y cayó al suelo. Desde ahí vio todo lo que había debajo de la cama. ¡Era terrible! Encontró un viejo tocadiscos y varios salvavidas repletos de telarañas y ciempiés.
-Deberías limpiar más tu habitación y dejar de ser tan maleducado. Él le hizo caso y empezaron a ordenar la habitación juntos. Cuando ya habían terminado vieron a los padres de William asombrados por ver el espacio tan limpio- Wao Petra, si que influyes mucho en nuestro hijo- dijo su madre conmocionada- al darse cuenta de lo que dijo se tapó rápidamente la boca. Petra miró extrañada en dirección a William y este se encontraba de rodillas con un anillo en mano. ¡Que gran sorpresa!
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