nilson-vanegas1588544790 Nilson Vanegas

Un joven Boyacense viaja a Noruega como traductor de un científico colombiano en medio de un brote ovino en la región. Rodeado de paisajes y sensaciones estimulantes que le provoca la cultura nórdica conoce a Sigfrid, una bella joven noruega que le conmueve por su sensibilidad.


Cuento Todo público.

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Trofors

La chica Noruega

El instituto de agricultura de Boyacá ha recibido registros de dos secretarías de municipios sobre la muerte de ovejas. Los animales se aíslan, es el primer síntoma, y luego presentan fiebre, no comen ni beben, y finalmente se les atrofia un miembro o dos, luego de eso mueren. Las muertes son numerosas y los veterinarios no encuentran una referencia sobre una enfermedad como ésta. Por eso han recurrido al instituto de agricultura con afán ante la amenaza de quiebra para los ganaderos pues la enfermedad arrasa los rebaños enteros a veces, dependiendo la raza.

Paulo es un veterinario con estudios en el exterior en patología ovina y se ha encargado de este caso que ha arruinado ya a los campesinos de al menos cinco pueblos de Boyacá al momento en que me reúno con él en su casa . Llevo mis maletas pues me ha pedido que lo asista como ayudante en un viaje Noruega.

En el instituto están realizando estudios sobre la presencia de un virus que habrían traído ovejas que un ganadero compró meses antes en España, provenientes de Noruega. El ganadero pretendía mejorar la genética de su rebaño con los ejemplares noruegos según se lo había recomendado el vendedor. Al empezar las incontrolables muertes los vecinos las asociaron con la previa llegada de ovejas del extranjero, el ganadero ante la recriminación exaltada de los vecinos y la posibilidad de una sanción pues no había atendido ningún control sanitario para traerlas decidió sacrificarlas todas.

Ahora Pablo buscaba muestras para analizar la presencia del virus y los anticuerpos en las gamle norske sauer o viejas ovejas noruegas como identificó la raza el vendedor, al parecer provenientes de Trofors una localidad de la provincia noruega de Northland.

Yo le acudiría como traductor y ayudante a Pablo, viejo amigo de la familia que ante la necesidad contacto mi madre preguntándole por aquel hijo qué estudiaba el idioma noruego.

Hace cuatro años había empezado a estudiar noruego en una academia de idiomas en Tunja, apasionado por las hazañas y mitología vikinga, sin embargo lo había dejado recientemente si bien podía comunicarme con un hablante noruego. Al parecer los recursos para pagar un traductor en coronas noruegas eran modestos y a Pablo le bastaba con mis estudios de noruego y la palabra de mi madre de que yo era aplicado y podría hacer la función que se me iba a encargar.

El 4 de septiembre estuvimos en Trofors, estrenabamos el otoño, hacía frío, el cielo estaba opaco y colorido esa tarde. Pablo caminaba adelante libremente y yo lo seguía cargado con maletas que llevaban dispositivos de muestreo y ropa. Buscamos hospedaje en Bestemors inn un pequeño hotel en el centro urbano de Trofors al costado de Rivernorth, la primera impresión que tuve de la arquitectura fue la de un granero estadounidense alto con dos niveles, pintado con colores pálidos y un techo gris de dos alas, como son comunes los diseños en Trofors, pero una vez pasamos la puerta de cristal y marco de madera nos encontramos en un lugar confortable con espacios pintados de un solo tono y puertas, umbrales, ventanas, mesas, escaleras en madera terminada. Nos dio la bienvenida Camilla la regente de Bestemors inn, una mujer alta, gruesa, rubia, de ojos cafés y unas pecas rojizas en los pómulos, muy alegre y condescendiente. Camilla se interesó por saber de dónde veníamos y luego opinó que el café colombiano era exquisito y los latinos éramos folclóricos. Nos instalamos en la segunda planta en habitaciones separadas, Pablo era un hombre riguroso y reservado, su habitación tiene vista a Rivernorth, el puente y la carretera de salida de la localidad, y el paisaje montañoso del lado sur de Trofors. Mi habitación tiene vista al pueblo, los techos grises de dos alas, las paredes de colores pálidos, las calles en partes adoquinadas y en otras pavimentadas, los postes de las líneas de energía y algunos árboles, y al fondo las montañas noruegas al norte. Al occidente está el sector administrativo de Trofors y más allá una importante zona comercial, cerca pasa una línea férrea que va al norte y al sur, al oriente hay un sector turístico que aprovecha el río que fluye de occidente a oriente.

El 5 de septiembre cuando no era suficientemente claro el día Pablo tocó a la puerta, estaba completamente incorporado a sus funciones y yo aún no me levantaba, pero en adelante tendría que responder a su frenético ritmo de trabajo, era un hombre metódico y riguroso que tenía encargado salvar de la ruina a los ganaderos Boyacenses y de toda la región, hombres y mujeres apesadumbrados, temerosos y vulnerables en su economía. Ya se habían presentado conflictos entre ganaderos; hace unas semanas un hombre había herido a otro con un machete, resulta que una de las ovejas de la víctima en cuya finca se había presentado la enfermedad se cruzó la cerca de malas condiciones y llegó a las cercanías del rebaño del agresor, y este al percatarse se llenó de miedo e incertidumbre al imaginar todo su capital destruido y en cólera disparó a la oveja, luego discutió y atacó a su vecino con un machete.


Ese 5 de septiembre bajamos al restaurante de Bestemors inn a eso de las 6:00 a.m, se nos sirvió el desayuno qué consistía de rebanadas de pan blanco, salmón preparado con condimentos para colocar sobre el pan, había queso, galletas y también café, Camilla se disculpó por no tener café colombiano, así era su coquetería condescendiente. Pablo me dijo que deberíamos preguntar por la entidad que hiciera las veces de una secretaría de agricultura en Trofors y entrevistarnos con el encargado. Preguntamos a Camilla y algunos vecinos quienes nos dijeron que debíamos ir a las oficinas del fylkesmann quien es el gobernador de la provincia de Nordland pero que para nuestros intereses con la raza de ovejas, bastaba con entrevistarnos con el encargado de los asuntos de ganadería y pesca en Trofors Municipality. Para esto tomamos al occidente la carretera que bordea el Rivernorth, en la escuela secundaria Trofors Ungdomsskole el rio toma dirección

hacia el norte y hay que pasar un puente, del otro lado encontramos una avenida amplia con negocios y oficinas de encomiendas y mensajería, el supermercado Coop Prix Trofors y tomando hacia la derecha por la calle Industrivelen, a unos 100 metros está el edificio de Trofors Municipality. El encargado de los asuntos de ganadería era Jørgen Albertsen un hombre corpulento y alto de unos 40 años, de barba abundante y corta, de pelo negro y una actitud calmada y solemne. Pablo le exponía la situación en Boyacá, Jørgen lo miraba y luego a mí que le traducía torpemente, pero al final el mensaje se entendía. Jørgen era paciente conmigo y a veces se reía cuando yo no encontraba la palabra adecuada, usaba muchos sinónimos imprecisos y él los corregía. Pablo le dijo que quería saber si ¿sus ovejas presentaban síntomas como los que describía o los habían presentado en el pasado? La respuesta de Jørgen fue negativa, es más, nunca los había escuchado. Transcurrió la entrevista, Pablo obtuvo documentos con información y tomaría las muestras de las ovejas, tenía el consentimiento de Jørgen. Esa mañana Pablo envió la información a Colombia y nos ocupamos de conseguir equipos de refrigeración casera y portátil para preservar las muestras en el hotel, donde serían reinidas diariamente y de ahí enviadas a Bodø la capital de Nortdland por una empresa contratada por el instituto de agricultura y finalmente enviadas a Bogotá.

El 6 de septiembre emprendimos la primer excursión por las montañas de Trofors para tomar muestras en los rebaños de ovejas Gamle norske saue. Un taxi nos llevó por la carretera al norte hasta desviarnos por Alvassvege a la derecha y 500 metros adelante empezamos a caminar. Ya se avistaban las praderas de pastos cortos, algunas flores amarillas y pequeñas, las rocas que sobresalían, más lejos habían rebaños de ovejas. Los ejemplares eran de abundante lana amarillenta o gris clara, de buen tamaño y grandes cuernos encorvados hacia atrás los machos. Las ovejas Boyacenses eran de tamaño ligeramente mayor y lana más blanca.

Nos acercamos a la casa del primer ganadero. Su nombre era Njord, ...


3 de Mayo de 2020 a las 23:08 0 Reporte Insertar Seguir historia
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