mr_riz_rhymer Riz Rhymer

La leyenda de La Pantera es conocida por toda España, pero con todo héroe de leyenda, siempre existen personas que critican sus acciones y difaman su nombre.


Guiones Todo público.

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La Llegada al Pueblo

–Oye, José. ¿Has escuchado eso de que La Pantera ha estado rondando el pueblo?


–Pues no lo había escuchado, pero sabiendo lo que uno sabe sobre él, no durará mucho.


–¿De qué hablas? A ese hombre no hay quien logre ganarle en un duelo. Eso lo sabe cualquiera.


–No hablo de eso, Pablo. Será muy bueno con ese estoque y todo eso, pero no dudará en irse si el pueblo así se lo exigiera.


–Pero nadie le pediría que se fuera. La gente lo quiere cerca. Se sienten seguros con él rondando.


–¿Y por qué habría de ser así? ¿Recuerdas el duelo que tuvo contra Villanegra en Tarragona? Acabó destruyendo medio mercado solo para matar a quien le debía doce pesetas. Doce míseras pesetas.


–Bueno, José, eso será cierto, pero la gente lo sigue queriendo. Es un tipo de buen corazón.


–Pues yo no le veo nada de eso. ¿Recuerdas cuando robó el banco en Andalucía? ¿Me dirás que eso lo hizo por beneficencia?


–Pues sí, porque eso fue lo que hizo. El dueño del banco le había robado a una aldea con intereses abusivos, y él robó únicamente ese dinero que pertenecía al pueblo para dárselos de regreso.


–¡Bah! Pues yo no me creo nada de eso. ¿Qué no te acuerdas de cuando lo atraparon por llevar un juego de espadas a bordo de un tren?


–Bueno, ¿es que tú solo te acuerdas de lo malo? Además, esas no eran suyas. El solo usa un estoque. Lo has dicho tú mismo.


–Eso tal vez sea verdad, pero sigue siendo una escoria de la sociedad. la pelea que tuvo en Menorca, la revuelta en Murcia, los robos en Barcelona…


–Ese no fue él, tonto. Esos fueron unos bandidos cualquiera haciéndose pasar por él con una pañoleta negra en la cara.


–Mira, no me importa. La pantera tiene una fama de porquería, y habilidades de dios con una espada sin filo dudo que tenga. Para mí no es más que un simple gato negro, corriente y de mal augurio, porque dirás lo que quieras sobre él, pero no negarás que, lugar que pisa, lugar que se arruina. ¿Recuerdas la sequía en los campos de Victor Montemayor?


–Sí. ¿Y qué?


–Bueno, pues dos días antes, el hombre había estado ahí, comprando comprando comida y semillas de girasol como botana. Espera un segundo. ¡Cantinero! ¡Otro trago, por favor!


–¡Y un plato de semillas de girasol!


–¿Por qué pediste eso?


–¿Qué? Porque sean el picoteo favorito de La Pantera no significa que no puedan ser las botanas favoritas del resto. Bien que a ti también te gustan.


–Lo que quería decir es que no sé por qué pediste botana salada en una cantina. luego te dará sed y tendrás que consumir más.


–Tal vez es porque yo no soy un tacaño como tú. Ahora, me decías del “criminal gato negro”, o como cojones le llames.


–Ah, sí. Aparte de la finca de don Victor, también estaba el matadero central de Coruña. Una semana después de que ese hombre hubiese comprado carne ahí, la mitad del ganado murió por una extraña enfermedad, y la otra mitad quedó inservible, por lo que tuvieron que sacrificar a las vacas y a los toros.


–Increíble… Y ahora me dirás que eso arruinó una plaza de toros porque alguien comprara carne en un local junto a un matadero.


–No. Alguien, no. ÉL.


–Está bien, te daré por tu lado. Oye, ya debo irme. Te regalo las semillas de girasol. Paga todo con las monedas estas.


–Hombre gracias. Esperaba tener que pedírtelo, pero tuve suerte. La verdad es que ahora mismo no tengo ni un duro.


–Eso te pasa por pasarte la vida metido en las cantinas y en los burdeles.


–La vida hay que disfrutarla, ¿no? Oye, por cierto, ¿en qué posada te estás quedando? Para ir a verte un día de estos.


–Estoy en la Posada de Santa Elena de las Altas, pero me voy mañana. Tengo negocios que resolver con un desgraciado que me debe trescientas pesetas en Tenerife.


–Pues ten cuidado. Escuché que ese gato negro se está quedando en esa misma posada. si escuchas ruidos extraños, no salgas. Podría ser que ese condenado está causando problemas.


–Vale, José. Tendré cuidado.


–Anda, Pablo. Cuídate.


–Igual, amigo.


–Espera, Pablo, que dejas tu… ¿Tu sombrilla? ¿Para qué demonios envuelves una sombrilla en una sábana de cuero? ¿Y por qué rayos traes una sombrilla? Estamos en pleno otoño?


–No es una sombrilla, Jose. Anda, hasta luego.


–Hasta luego.


...................


–Disculpe, Don, José.


–Diga. ¿Qué pasa, cantinero?


–¿Desde cuándo es amigo de ese hombre?


–uuuff, lo conozco desde que éramos niños. ¿A qué viene la pregunta?


–¿Entonces conoce a La Pantera desde niños? eso es algo que no se vé todos los días.


–¿De qué hablas, chaval? Ese hombre no es más que un comerciante de metales en el norte de españa, y a veces viene para acá a descansar.


–Bien, entonces dígame: ¿cuánto le dio para que pagara? La Pantera, cada vez que viene, paga lo suyo con tres pesetas exactas.


–Pues me ha dado ocho pesetas. ¿Ves que no es él La Pantera esa?

–¿Y qué pidió usted?


–Cuatro tragos de ron, dos de aguardiente y un tarro pequeño de cerveza.

–Eso suman cinco pesetas.


–¿Y?


–¿Cuánto es ocho menos cinco?


–Pues tres, pero eso no significa nada?


–¿Ah no? entonces dígame: ¿Por qué traía un estoque envuelto en una funda de cuero como dicen que hace La Pantera?


–Eso no puede ser. Él… un segundo. Sabía todo sobre el gato negro ese… se quedaba justo donde el gato negro… traía algo envuelto en cuero… y pagó con tres peset… ese cabronazo… je je je...

30 de Abril de 2020 a las 12:46 0 Reporte Insertar Seguir historia
3
Fin

Conoce al autor

Riz Rhymer Poeta, escritor, una pizca de filósofo y gran amante de una buena historia. Si, suena muy ñoño, pero es cierto, y me apasiona la literatura, así como me gusta que a la gente le guste lo que escribo.

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