Cuento corto
0
3.9mil VISITAS
Completado
tiempo de lectura
AA Compartir

sin ideas

-¿El año?, No lo se y no creo que importe mucho en este sitio- silencio incomodo -oh que mal educación de mi parte, soy... soy… -un gran impulso de confusión le lleno la cabeza y solamente puede agachar su cabeza mientras miraba al suelo sin ningún sentimiento - dime – dice sin ganas – ¿conoces a Fert? Él es amigo mío, siempre lleva puesto ropa blanca por alguna razón, es muy divertido cuando viene, aunque a los otros no les gusta tanto, a Sarah, por ejemplo, el otro día se puso a jugar con ella, pero creo que a Sarah la cansa mucho porque se queda en su cama todo el día después de eso, Louis dice que Fert en ocasiones lo…-abren la puerta estruendosamente y gritan - Cesp ¿qué crees que haces hablando con una rata? – En un impulso de repulsión hacia el roedor, sin ningún aviso lo aplasta y comenta – maldición, aparte de que tenemos que lidiar con todas estas basuras que ni sus propias familias quieren, también tienen que haber ratas, ¡como detesto esto¡- Cesp con gran emoción dice - ¡Cesp, ese, ese es mi nombre; gracias Fert, tengo que… - mira el cuerpo aplastado del roedor y dice – soy Cesp D. Garp, tengo 19 años, vivía en la 96 Boulevard Bessiére con 2 hermanas, mi mama y mi padre, mi mama murió hace 4 años, me gustan los perros y aborrezco el huevo tibio, me aterran los conejos y además… - es golpeado repentinamente en la nuca – ¡ya cállate y camina de una vez, hoy vas a ayudar al doctor con un juego especialmente creado para los que son como tu! - de camino al cuarto Cesp marchaba muy emocionado por saber que le esperaba del otro lado del pasillo ya que siempre que lo llevaban ahí le ayudaban a poder recordar como era su vida antes de llegar a ese lugar, lo cual él mismo desconoce por momentos.

Al llegar al lugar, una silla con cinturones de cueros atados le estaba esperando, Cesp se quedó meditando unos segundos mientras miraba a Louis en el piso retorciéndose y con marcas en la frente parecidas a quemaduras– Oye Fert, ¿qué es le pasa a Louis? Luce extraño, ¿Por qué le quitaron su camisa? No se mira cómodo sin ella – Fert solamente se limitó a reír mientras lo acomodaba en la silla y le ataba las manos, pies y cuello con los cinturones – Aquí tienes, diviértete – dice de forma burlesca – Gracias – Emocionado responde Cesp – ¡No te lo decía a ti! – le dice Fert – un razonamiento común de una persona seria el de entrar en pánico luego de tal conversación, mas en este caso únicamente en su cabeza había fascinación por saber que iría a pasar.

-Bien- dice el doctor a cargo – retomemos lo que sabemos: tu nombre, edad, peso y familia; por qué estás aquí es simple, queremos probar cierto método experimental en ti, esto puede ser beneficioso para ambos, yo obtengo los datos necesarios y tu con suerte puedes volver a sentir algo y talvez te ayude a recordar un poco mas y termines de entender porque llevas 3 años acá, así nos ahorras trabajo, bueno, empecemos – le coloco una cinta con cables pegados a su cabeza a lo que le siguieron varios gruñidos que asemejaban a los de un cerdo, el cuerpo del afortunado Cesp únicamente se contraía pero curiosamente su rostro no presentaba mucho disgusto con la situación, los sonidos emitido eran por las contracciones involuntarias de sus músculos, el sentimiento de euforia que tenia en la mirada desconcertaban a los presentes en la habitación; tras 30 minutos de haber iniciado, se le retiraron las ataduras y la cinta de la cabeza, el doctor le pregunta a un aturdido Cesp - ¿Qué fue eso? Quita esa asquerosa expresión por amor de Dios, me repugnas, pero a la vez me intrigas – Cesp únicamente se quedó observando el techo con una exagerada sonrisa en su cara – ¡doctor! - dice - ¿le importaría si repetimos este juego mañana? - el doctor sonríe y dice - ¡de totas formas lo íbamos a llevar a cabo! – fue llevado a su habitación y esa noche paso hablando por horas con su roedor amigo, emocionado de poder tener que decirle, así hasta alrededor de la 2 de la mañana que se durmió.

Ese día trascurrió como normalmente transcurrían los otros, encerrado en su habitación hasta que llegara la hora de comer o le llamaran a la habitación de los juegos como le gustaba llamarla, esta vez la intensidad y la duración del “juego” fue del doble ya que querían probar hasta que punto era capas de soportar el denominado paciente “vacío”, los resultados obtenidos no eran muy distintos de los anteriores, las únicas diferencias eran las quemaduras evidentemente mas notorias y la expresión de Cesp que en esta ocasión no era una sonrisa, en su lugar tenía una expresión compleja de descifrar, con la boca abierta pero con las mejillas retraídas ligeramente hacia atrás y los ojos como idos en un vacío espacio como acostumbraba – ¡que repulsivo! – dice el doctor – me atrevería a decir que lo que muestra es una especie de placer y no se si es a causa del experimento o simplemente es otra faceta de su mente, si es así pónganle una camisa no quiero que se salga de control aun me falta ver sus resultados finales, como sea, llévenselo de aquí.

En su cuarto a sola y en silencio, con la misma expresión, esta en una esquina mientras escucha – ¿También lo viste verdad? – Cesp voltea a ver y responde – sí – comienza a reír desenfrenadamente – ¿De qué te ríes? – le preguntan a Cesp – es que quiero ir a casa, quiero sentir los brazos de mi familia – continúa riendo y forcejeando - ¡si sigues haciendo eso dañaras tu camisa – comenta – ya no quiero usarla – dice Cesp – ¿me ayudas? - *forcejea y jadea* - ¡no! – le responden – ¡está bien! – dice Cesp frustrado mientras disloca su hombro izquierdo para poder liberar uno de sus brazos, sin ningún gesto de dolor en su cara si no que en cambio suponía placentera la sensación se afloja la camisa y se queda meditando en como salir de su cuarto – ¿y si me prestas uno de tus colmillos? No creo que los llegues a necesitar mas en tu estado – levanta el cadáver del roedor y le saca los colmillos y los huesos, tras varios intentos de abrir la cerradura muerde un poco el fémur de la rata para hacer que logre entrar en el agujero y lograr salir, pero todavía tenia que pasar por los pasillos vigilados por Fert y demás guardias, tratando de aprovechar la oscuridad de la noche y por mera coincidencia esa noche no había luna para iluminar bien se mueve sigilosamente por las sombras, lo cual le conllevaba un problema ya que él tampoco podía ver bien hacia a donde se dirigía y por donde caminaba lo que le provocaba que se tropezara y generara ruido lo cual llamo la atención de Fert que se acerco a ver que sucedía, esta fue la primera vez que Cesp sintió preocupación de ver como su “amigo” se aproximaba, por primera vez en su vida la ansiedad le llego a su cabeza – ¿ahora que hago? Fert viene para acá y no quiero que se ponga triste porque me quiero ir, me puede llevar a mi cuarto si me encuentra – desesperado y sin saber que hacer escucha que le dicen – ¡ya se, has lo mismo que Fert le hace a Louis cuando le duele la cabeza – la cara de Cesp se ilumina y dice – ¡tienes razón! – a lo que a continuación se pone detrás de una columna esperando a que Fert se acerque, estando a su alcance, Cesp se abalanza sobre el y usa la manga izquierda de su camisa como mordaza, al tener el brazo inútil por habérselo lastimado usa sus dientes para poder sujetarla, mientras que en el otro tenia, en su mano una piedra que recogió, apenas y el pujido de ambos se podía escuchar, Fert tratando de defenderse usa sus codos para darle en las costillas y en las manos tenía una cachiporra la cual uso para darle en la cabeza a Cesp, pero este no caía ni lo soltó, con todas sus fuerza le logra dar con la piedra en la cabeza a Fert, dejándolo en el suelo; ensangrentado y golpeado Cesp logra salir y se dirige al su casa.

Esa misma noche llega hasta su antigua residencia en donde todavía habitaban sus hermanas y su papa, Cesp entra al cuarto de sus hermanas y solo se logran escuchar los gritos de la mayor Robin, de la menor Yerit no se supo ni un respiro, el padre llego a ver apresurado a la habitación y horrorizado ve a su hijo – ¿Qué haces aquí? – pregunta enfurecido y toma un palo de escoba – tranquilo padre, no tienes porque ponerte así, ¿no me vas a dar un abrazo después de tanto tiempo de o vernos? – el padre ve con un gran espanto la apariencia de su hijo, cubierto de sangre y con una repulsiva expresión en su rostro, sin dar aviso sale corriendo de la habitación, a lo que Cesp dice – ¿adonde vas? No me dejes solo – el padre despavorido corre hasta la puerta para salir, cuando, sin aviso, una piedra impacta con su cabeza – ¡es bastante útil, me alegra no haberla botado!

-Hola padre, ¿despertaste?... ¿no extrañas a mama? Yo últimamente si, ¿¡mmm!? O si, perdón por tenerte amordazado, es que, sino no me dejarías hablar, bueno te decía, extraño a mama, me gustaba la sensación de sus brazos alrededor de mi pecho, lástima que se tuvo que ir y nos dejo solos ¿verdad?, si ella no se hubiera ido con tu amigo, me pregunto ¿si aun estaría con nosotros?, si no te hubieras puesto a jugar con ella, talvez la podría ver todavía, ehhh, no te muevas tanto, te puedes hacer daño y es algo molesto tener que escuchar tus quejidos, deberías de ser como mis hermanas, no hacen ruido ¿ves? – el padre petrificado del miedo al ver a sus hijas empezó a llorar y a forcejear para poder rogarle a su hijo, Cesp solo se limito a acercarse lentamente, y el jadeo y pujido del padre solo se hacía más intenso – ¡ves, no fue para tanto! - exclamo Cesp – ahora sí, ¿Qué te parece? – dice al aire – ¿Cómo te sientes? – le responden – quiero un abrazo – responde Cesp sin sentimiento alguno.

Al amanecer los guardias que cuidaban de Cesp llegan a la casa a informar a la familia de su fuga, se encontraron con una escena un poco triste pero horrible a la vez, los cuerpos mutilados de sus hermanas y padre y Cesp en una esquina con los brazos cercenados alrededor de su pecho y con una sonrisa en su rostro.

23 de Marzo de 2020 a las 19:22 0 Reporte Insertar Seguir historia
0
Fin

Conoce al autor

Comenta algo

Publica!
No hay comentarios aún. ¡Conviértete en el primero en decir algo!
~