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Rafael Mendoza


Historias cortas de un caballero, fiel a su codigo, que rompio la promesa de espera por salir a encontrar a su amada en un mundo donde ya no requieren a caballeros de su clase


Aventura Todo público.

#princesa #caballero #aventura #medieval #historias-cortas
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La partida del Caballero que espera

"Ella era perfeccion a su propia manera" - decia el caballero de armadura oxidada mientras veia a traves del marco de la ventana de la taberna


"¿Otra ves con esa historia? ¿Cuantas veces la has dicho ya?" - le decia el viejo alquimista fastidiado


"No tantas como las veces en las que la he extrañado. Mucho menos como las veces en las que la he pensado" - respondia calmado el caballero


Se paro el alquimista de su asiento y tomo el lugar que se encontraba en paralelo del que tenia el caballero.


"¿Y por que sigues fiel a tu conviccion, caballero? En esta era ya no necesitan a los que son como tú. Mira alla afuera en la tierra. ¿Donde ves a alguien que comparta contigo ese codigo blanduzco de fidelidad? Yo no lo veo" - decia el alquimista mientras apuntaba con la mano el suelo.


"Lo sé, pero soy de esos caballeros de vieja casta que creiamos en los principios. En aquel codigo olvidado de mantener nuestras promesas aunque nos lleve a la tumba. Soy de esos que tal vez el mundo rechaza con desagrado por nuestra tonta inocencia" - respondio el caballero mientras su voz denotaba un ligero temblorio al final de sus palabras.


El alquimista lo veia apenado al ver a su compañero tan llevado por el tiempo. Su armadura ya no brillaba y estaba toda obscurecida. Su espada no tenia filo y parecia que se quebraria al primer mandoble. Su rostro, aunque joven, marcaba la pena que llevaba un corazon que habia envejecido mil años en un instante.


Ver al caballero que alguna vez mostraba una fuerza imparable e imponente convertido en nada parecido a la sombra de quien alguna vez le dolia, pues él habia estado ahi todo ese tiempo apoyandolo. Creyo en él, y aun creía en el, pero solo verlo era doloroso.


"¿Cuanto esperaras caballero?" - pregunto el alquimista tratando de mantener la compostura con su acompañante - "¿Cuanto tiempo tiene que pasar, o que tiene que pasar para que vuelvas a brillar y alzarte?"


- el caballero apreto los guantes que envolvian sus manos - "Ella. Ella tiene que pasar. No necesito nada mas."


"No la veo cerca" - comentaba con pena - "No la hemos visto desde hace tiempo por estas tierras desde que dijo que todo estaria bien."


"Nada esta bien hasta que ella regresa alquimista. Los dias de gloria se acabaron, las calidos gestos llenos de amor y ternura se pausaron, y nuestros encuentros unicos se entrecortaron" - hablaba el caballero con voz que apenas aguantaba el quebrarse.


"¿Entonces porque la esperas devuelta? Tantas veces has hablado sobre como es ella, pero nunca has dicho que te tiene aqui con este vejestorio" - preguntaba el anciano desconcertado.


"Porque se lo prometi. Aunque ella no cumpla las votos que me hizo, yo si lo hare" - respondio su voz mientras se resbalaba una lagrima humilde de los ojos doloros del joven


"¡¿Pero por que?!" - se levantaba el alquimista molesto - "¿Que no ves que ese tonto codigo de caballero que tienes es cuando menos buscado? El mundo ya no quiere esas ridiculeces" - furioso el anciano pateaba una silla de la taberna.


El caballero no se inmuto, los sentimientos que oprimian su corazon eran fuertes.


Habia vivido un sin fin de aventuras. Habia completado tantos retos que le habian pedido todo en cuerpo y alma. Acabar con las bestias que azotaban un poblado, derrotar a un tirano que esclavizo a su pueblo, vencer a la banshee que acabo con tantos; y asi seguia la lista, pero todos tienen su punto de quiebre, y el suyo llego cuando rescato a la princesa del abismo.


Se conocieron, se encontraron, se amaron. Durante el tiempo que verdaderamente se unieron fueron felices y se hicieron tantas promesas. Pero un dia, algo a la lejania llamo su atencion, y al momento de su partida le dijo al caballero que le juro amor eterno "no te preocupes, regresare, todo esta bien".


Y asi se marcho.


"¿Y bien?" - cuestiono el alquimista mientras se mantenia parado aun agitado - "¿Por que crees en ella?"


"Porque lo prometio" - mantuvo el caballero sin voltear.


"Las espadas con el tiempo se rompen. Las flechas en algun momento lo hicieron tras llegar a cierto lugar." - comenzo diciendo el alquimista mientras daba unos pasos y se quedaba a un escaso metro del caballero - "Y, al igual que muchas cosas en el mundo, las promesas tambien pueden hacerlo."


El caballero trato de esconder su rostro en el espacio del marco de la ventana mientras apretaba con mayor fuerza sus manos. Durante tanto tiempo no quiso afrontar la fragilidad de las cosas, escondiendose en la profundidad del horizonte.


El alquimista le dio unas palmadas en el hombro y comenzo a alejarse poco a poco.


"Al igual que las promesas se acaban, nosotros, gente del viejo mundo, tambien "- dijo con peso en su pecho.


"Entonces si ha de romperse alguna promesa que sea aquella que dicta que la espere" - respondio en voz alta el joven caballero con firmeza - "Y que sea porque sali a buscarla para traerla a su hogar."


Volteo a verlo con incredulidad el alquimista, pues lo habia escuchado, pero aun seguia ahi, inerte y estatico como estatua. Esa chispa que creia en él poco a poco se apagaba, pero con lo ultimo que quedaba de luz, y sin tener nada que perder, pregunto.


"¿Y cuando sera eso?"


- se paro el caballero en corto y lo volteo a ver, con ojos llorozos llenos de dolor pero determinacion - "¡Hoy! ¡Que si me cuesta la vida esperar por ella, la he de esperar buscandola! ¡Aunque ella algun dia se vuelva bruma en mi vista y no sea mas que una sombra, la he de encontrar!"


El anciano veia un joven dolido como muchos otros que llego a ver durante sus muchas lunas. Jovenes que se hundia en la tristeza, que se iban lejos para nunca mas volver o se destruian asi mismos; pocos habian sido los que decidieron levantarse y seguir hacia adelante, por muy abatidos que estuviesen. Queria creer nuevamente en él, pero ya habia pasado tanto tiempo que no sabia si tenia la verdadera resolucion para hacerlo.


"Demuestralo, y tal vez te siga, que no tengo motivo de creer en un caballero caido. Demuestra que tus convicciones no son solo palabras." - le decia con la mirada cansada - "Que aun cuando el mundo ya no te necesite a ti ni a tus viejo codigo, seas capaz de seguir avanzando en esta cruzada. Hasta entonces, eres solo un caballero muerto para mi" - volteo el alquimista y se perdio en la obscuridad de la taberna.


El joven caballero lo escucho, volteo a ver el horizonte con una mirada de quien no tenia nada que perder. Tomo sus cosas y salio del triste lugar, preparo su caballo tan bien como pudo y tan rapido como le fue posible.


Avanzo unos cuentos metros y volteo a ver la taberna que lo habia tenido dentro tanto tiempo. Aunque alguna vez ese fue su punto de encuentro para tantas fiestas animadas, para tantas historias divertidas, ya no lo necesitaba. El coraje que sentia en su pecho le ardia y, tomando fuerte las riendas del caballo, dio la espalda a la taberna y cabalgo veloz hacia el horizonte hasta perderse.


Y mientras lo hacia, el alquimista posaba su mirada en él tranquilo.


Sabia que, a donde sea que fuese, pasara lo que sea que pasase, ya no lo veria derrumbandose en la misma silla de siempre dia tras dia.


Sabia que se habia ido a buscar lo que mas queria, y que el coraje de hoy seria el impulso para cada uno de sus mañanas. Y si para que eso sucediese era necesario que él se quedara atras como parte de su pasado estaba bien con eso.


Se acerco a la ventana para cerrarla, y mientras la cerraba musito una plegaria para que la llevase el viento.


"Que su ser nunca se corrompa, que su espada integra se mantenga, que su viaje bendito sea. Y, hasta que los dioses reclamen su cuerpo en esta tierra, que la fortuna le sonria..."

8 de Marzo de 2020 a las 05:11 0 Reporte Insertar Seguir historia
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