carlos-hg Charles H.

Josh el carnicero llevaba una vida común en su trabajo hasta cierto día.


Cuento No para niños menores de 13.

#cuento #relatocorto #terror #relato
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Josh el carnicero

<<Tengo hambre>> vociferaba a gritos aquel carnicero que era gordo, muy gordo y alto, tenía varias cicatrices en la cara que lo hacían ver aún más repugnante de lo que ya era, escasos cabellos que aún se aferraban a su cráneo de manera ridícula, unos dientes tan horribles que los viejos ingleses se alegrarían de ver cuán tan feos eran, apestaba, si apestaba a orines y a sudor en todo su cuerpo, no era higiénico solo lavaba sus manos antes de cortar la carne, para el eso era igual a ser higiénico.



<< Necesito comida>> pensaba mientras dejaba caer su cuchillo gladiator de diecisiete centímetros sobre la pierna o lo que quedaba de ella, una y otra vez hasta dejarla convertida en una masa rosada sobre la tabla de picar, esa era su única diversión, perseguir animales vivos y hacerlos picadillo.



Recuerdo una noche que se quedó en la carnicería, un perro callejero iba caminando a paso lento y cansado por la acera de enfrente, Josh que así es como se llama el carnicero salió con unos trozos de jamón a la calle y empezó a llamar al perro, le silbaba y le tiraba trozos de jamón, el perro que hambriento se acercó a las sucias manos de Josh, lo tomo por el lomo y lo metió a la cocina, lo asfixio y cocino en agua hirviendo, le quito todo el pelaje y lo empezó a picar en trozos, días mas tarde promocionaba sus nuevas salchichas para hot dogs.



Así empezó con su carnicería con todo animal que se encontraba, perros callejeros que cuando los encontraba con crías era como navidad para aquel ser sin alma, gatos, ratas, palomas, todo tipo de animal paso por su cuchillo gladiator, seguía el mismo procedimiento los asechaba, les tenia trozos de comida para que se dejaran acariciar, cuando los tenia cerca los capturaba con aquellas manos gordas y fuertes, asfixiarlos, despellejarlos y picarlos, así durante un tiempo, ofreciendo carne nueva a sus clientes que no sospechaban de nada en absoluto.



Estaba ya cansado, aburrido y no le divertía ya estar casando animales callejeros y picarlos, buscaba nuevas alternativas para no dejarse vencer por aquel aburrimiento, ya no los asfixiaba si no que los empezó a picar vivos, le satisfacía escuchar los gritos de dolor de los animales, que la sangre le salpicara los brazos y el rostro tras cada machetazo que soltaba al cuerpo moribundo.



Quedaron vacíos los callejones de ratas y palomas, los gatos con su inteligencia sabían que ya no debía pasar cerca de aquel lugar, la calle estaba limpia de perros callejeros, Josh había exprimido hasta el último animal callejero de aquellas calles, no había animal que no haya picado y vendido su carne a su clientela que era abundante, él era el mejor carnicero de la región no existía alguien más con cortes igual de finos y delicados como los que hacia Josh con su gladiator, aunque aún así solo lo respetaban por eso, la verdad nadie lo quería, lo ignoraban y en pocas palabras les causaba un asco y miedo estar cerca de él.



Se acabó para Josh su diversión de picar animales no sabía que más hacer, repentinamente una sonrisa malvada y horripilante brillo en el rostro de Josh sabía que era una idea fabulosa, sabía que se encontraba en la oportunidad de su vida, corrió a la parte de almacén donde se encontraba su cuarto y tomo un plumón negro y cartulina y prosiguió a escribir lo siguiente con una letra que parecía de un niño y con unas faltas ortográficas que dejaban mucho que pensar sobre la salud de aquel sujeto ´´ce busca ayuante´´ prosigue a colocarlo en el ventanal y solo quedaba esperar, con una sonrisa que apenas dejaba ver unos escasos dientes fue a tomar asiento y seguir con su trabajo.



Pasaron unos días o quizá hasta una semana desde que aquel anuncio se dejaba ver a un lado de la puerta de aquella carnicería, nadie se había acercado ni tan siquiera haber preguntado por aquel puesto de ayudante, hasta aquella mañana de lunes en que la campanilla de la entrada sonó y vio que alguien había removido el letrero del vitral, era un joven de algunos escasos quince o dieciséis años de edad, harapiento y un poco sucio, su cara reflejaba una niñez pesada y traumática.



Josh no estaba seguro si darle el empleo al muchachito aquel, el joven le conto con tristeza y timidez su historia, el carnicero lo escuchaba sin mucho interés hasta que el joven menciono que estaba huérfano, los ojos de Josh brillaron y una sonrisa se vislumbró en su horrible rostro <<el puesto es tuyo, si quieres aquí puedes dormir>> le dijo Josh y le apretó la mano, el joven mostro una sonrisa de agradecimiento y le dio gracias infinitas al monstruo aquel.



Josh le explicaba a Mateo que era lo que él tenía que hacer en aquel lugar, limpiar la sangre del suelo hasta que sus rostros se pudieran reflejar, limpiar las carnes recién llegadas, acomodar las cajas y demás carne en el cuarto frio, lavar y afilar todos los cuchillos después de usarlos (tenía prohibido tocar si quiera a gladiator) eran aproximadamente unos cincuenta, tenía de igual manera prohibido estar a la vista de la clientela eso no lo entendía Mateo pero nunca renegó ya tenía un techo que lo escondiera de la lluvia y el frio nocturno y no pretendía perderlo.



Así pasaron dos meses, nadie sabía de la presencia de Mateo, solamente el proveedor de carne de borrego que era amigo de él, platicaban y le daba comida extra sin que Josh se diera cuenta, el trabajo era pesado pero Mateo ya se había acostumbrado y no se quejaba ya que le daban comida y techo a cambio de aquello, la noche había llegado y era hora de dormir. Una sobra muy grande se acercó al colchón que respondida como cama de Mateo y le cubrió la boca con una mano muy grande y fuerte, los ojos de Mateo solo podían ver a ese engendro entre sombras mientras lo asfixiaba y sonreía.



Mateo no pudo hacer nada contra la fuerza descomunal de aquel hombre y dejo de respirar, Josh agitado y sudoroso puso en el suelo el cuerpo inerte, tomo su tobillo derecho y arrastro el cuerpo hasta la cocina, cerró la puerta de golpe, subió el cuerpo a la enorme mesa que era la tabla de picar y con una pequeña segueta empezó a desmembrar los brazos y piernas de su ayudante, abrió su estómago y saco todas sus viseras, trataba de deshacerse de ellas dejándolas caer por la coladera del triturador, así empezó a filetear el cadáver hasta la mañana del día siguiente.



Ese mismo día Josh coloco de nuevo su letrero mal escrito en el vitral, el proveedor de carne se le hizo raro, empezó a buscar y a chiflarle a Mateo desde el sótano pero no escucho nada, no sabía que hacer porque no se había despedido de él, de pronto vio a una rata correr con un dedo humano en su hocicó, quiso vomitar y desmayarse porque ya tenía indicios de lo que había ocurrido, salió a la calle muy palidecido.



<<Tengo hambre>> vociferaba a gritos aquel carnicero mientras dejaba caer su cuchillo gladiator en la pierna que ya era más pulpa que filete, escucho murmullos, muchos por todos lados, estaba rodeado lograba ver las siluetas a través de las cortinas, vio entrar por la puerta y dos de sus ventanas cocteles molotov que explotaron al chocar en el suelo provocando un incendio casi inmediato, Josh trato de huir pero era inútil, el fuego se propago rápido y empezó a consumir la carnicería, desde afuera los gritos de Josh mesclado con risas burlonas sonaban en toda la cuadra, la gente no se disipó hasta que la carnicería se consumiera en su totalidad, se derrumbó el edificio y fue ahí que ya estaban seguros que aquel monstruo estaba muerto.



13 de Febrero de 2020 a las 20:37 0 Reporte Insertar Seguir historia
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Fin

Conoce al autor

Charles H. Lector en tiempos libres, escribo en lugar de hacer mi trabajo, cargo con mi libreta y lápiz a todos lados, amante del terror, del romanticismo y la poesía, me pueden encontrar en Instagram como Charles.Hg_escritor ahí están mis poemas cortos, no se si soy bueno o solo insistente, por el momento se que no soy muy bueno pero hago lo que me gusta.

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