Presentación.
"¿Has sentido el esplendor de la Luna que antecede el color calor del astro rey sobre tu calva, pequeña niña?; ¿niño curioso y a la par, jugar jugando siempre?; ¿jugando a jugar ambos o separados en todo tiempo inusitado?"
Aquí inicia la aventura de la pequeña Erandi ("Amanecer", en lengua tarasca o purépecha) y de sus aconteceres multicolores que salen de un cuerno de abundancia a fantasía donde también se encuentran: un eco de caracolas, brisa risa de marismas; salpicaduras de sorpresas sobre impávidos bañistas derramados sobre todas las playas del planeta Tierra.
Y, entonces, una vez, como ahora, imaginas en tardes de octubre cómo es que se dejan escuchar voces de humedad de celeste y fina lluvia, la cual se precipita sobre tejados inclinados de su casa de arriendo, para ser así lo que ocurre cuando ocurre.
Ya humedece tejas de barro e invita a buscar lugar propicio en la ventana del cuarto.
Escucha nuevo caer de copiosa formación de medias bombas de agua.
Y estallan con la gracia de bocas de peces asomando sobre superficies de charcos para clamar saludos y un pronunciamiento de tal nombre conocido: "Erandi", "Erandi"..."niña feliz en su cuarto de estar..."; luego, ellos se permiten volver a sonreír en silencio ante la pequeña "Amanecer", quien asiente contenta al responso de lo que ahora escucha: "...niña feliz en su cuarto de estar...".
Envuelto ya su corazón con un peculiar entreabrir y entrecerrar de ojos negros, relucientes y abiertos de azoro mayor percibe la nobleza de esos seres imaginados que hacen grata su segura compañía.
En esa marcha de versos dictados por corazones tiernos, ella, incluso, no escucha la voz de mamá llamándola a cenar.
Y sin saberlo del todo, ensueña una imagen: la manera en que se separa de papaíto por desacuerdos adultos que no comprende en palabras infantiles, pero sí, seguro sí, en tonos de altavoz dichos como si se tratara del inicio de asociaciones de televisión, por primera vez, donde ella y desde ella se desarrolla un juego llamado: "tenis", en el cual una pelota se golpea por raquetistas separados de modo alterno.
Desde ese ir y venir, le indica que esa pelota se devuelve y regresa, devuelve y regresa hasta no permanecer en un terreno rectangular con marcas de líneas blancas y divisiones iguales, en el que hay un separador de malla fina y resistente, de nombre breve: "red"...
En ese sueño ya revelado escucha palabras con alta pronunciación acompañadas de aspavientos de una hacia otro, y viceversa.
O bien, como en otros instantes en que se dicen calificativos no, del todo de su comprensión, pues se trata de lenguaje adulto, no común desde ella.
En cambio, sabe que se encuentra bajo la opresión de una angustia de mente y corazón, con emergentes brotes de dolor en la boca del estómago.
En esa experiencia sitúa su recuerdo, y sólo hasta años más adelante reconoce de modo escueto algo más: existir "desavenencias de pareja"...
CONTINUACIÓN
ERANDI 2
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