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karla soares muniz


Esta narra la evolución al nuevo hombre, miles de seres que ya vivimos entre ustedes en forma de energía, partículas que se dispersaron por toda la superficie terrestre tras el impacto del planetoide llevándonos a perder nuestros cuerpos pero no nuestra energía inmortal. Junto a nosotros, un sinnúmero evolucionó hace millones de años en los cuerpos de los animales existentes que sobrevivieron al impacto, dándoles el poder del pensamiento, pero perdiendo la memoria al unificarse, creando nuevas imágenes con el paso del tiempo de una forma lenta y distorsionada, aunque la esencia nunca se perdió para finalmente llegar a la inteligencia total, al homo Novo. Con la ayuda de los escogidos, quienes estuvimos esperando el momento para el cambio, miles nos guardamos todo el conocimiento y estamos entre ustedes originando la transformación, cada uno con una leyenda. Lo especial de este caso es que encierra una particular historia de amor.


Ciencia ficción Todo público.
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Tiempo Presente

Era un soleado domingo por la mañana, América entró al cuarto de su hijo de 10 anos, el niño acostado en su cama parecía dormir, la claridad se reflejaba en su rostro, ella se sentó a su lado, tocó su brazo, su piel fría y pálida le advirtió de la ausencia de “El Ser” en su cuerpo, permaneció allí pensativa esperando a que él regresara. Luego de un tiempo el niño comenzó a reaccionar. -Sabes que me impresiona que abandones tu cuerpo - le dijo con voz suave mientras su mirada seguía distante y sus pensamientos lejanos - se que debo vivir con esa situación y finalmente aceptarla, pero nunca va ser fácil, he pasado por situaciones realmente angustiantes que … - el niño le sonrió mientras se colocaba animosamente de pie y le habló interrumpiéndola. - Se que solo me ves como tu hijo de 10 años y por eso crees que debes cuidarme y protegerme, ya hablamos sobre esto y sabes que no es así, estoy aquí con un propósito y uno de ellos es hacer que las personas logren destrabar sus vidas y finalmente puedan disfrutarla. Ya pronto llega la última evolución al Homo Novo. -No puedo evitar amarte… -El amor no va dejar de existir, solo que se sentirá de una forma correcta. -Bien, recuerdo una de las veces que abandonaste tu cuerpo, tenías siete años, la incertidumbre por no saber de ti no fue nada en comparación con los momentos de pánico que me tocó vivir cuando te llevaron al hospital, no logro olvidar ese día, en un descuido esa niña entró a tu cuarto, desesperada gritaba que estabas muerto, todos corrieron mientras yo intentaba explicar que estabas bien, unos me miraron con cara de lastima. Imponerme como tu madre tratando de que no te llevaran no sirvió de nada, todos atribuían mi actitud a una penuria por no querer aceptar lo que te había ocurrido. Finalmente sus caras de asombro, todos impresionados, y tú solo te pusiste de pie y sonreíste. Sin contar la primera vez que sucedió, tenías tres meses de haber nacido, estabas dentro de mi cuerpo, te sostenía entre mis brazos y de pronto te sentí sin vida, sabía que estabas bien pero te supliqué que regresaras a tu cuerpo y no volvieras a dejarlo. -Debes aceptarlo, acostumbrarte y relajarte. - Entiendo que es algo racional para ti… -Bueno ahora mi cuerpo será guardado en una especie de cajón mientras no estoy. -Eso no es cierto, solo se trata de un espacio más seguro, me tranquiliza saberte protegido. -Tal vez de allí surgieron las leyendas de vampiros, historias que creemos de ficción, seres gigantes o diminutos, acuáticos y muchos otros. Muchas de las cosas que la imaginación contempla realmente son conocimientos distorsionados, conjeturas y recordaciones que albergan unos y otros. Nuestra especie tiene extraordinarios poderes que quedaron ocultos para todos los que se fusionaron en un cuerpo que no les pertenecía. Al impactar y perder nuestros cuerpos no se perdió nuestra energía inmortal, pero sin opción al unirse disiparon sus memoria, al adaptarse a la vida de los animales existentes fueron mutantes, extrañas criaturas hasta lograr recuperar la apariencia humana. La gran mayoría, literalmente se instalaron en aquellos cuerpos, era la única forma de materializarse, todo era salvaje, los seres actuaban por instinto, todo moría y renacía, al pasar cierto tiempo dentro de otro organismo se anula una gran parte de los recuerdos, pero se resguarda la esencia. Al permanecer en esas entidades irracionales que se comían unos a otros tuvieron que evolucionar alimentándose de proteína animal, la reproducción tampoco hace parte de nuestra especie, no existe ya que no morimos, y así debe volver a ser la última evolución. Separar de nuestro cuerpo lo animal, olvidar el instinto y ser solo racional, volver a lo que somos realmente. -¿Me dices que ya no habrán bebés? -Sí. -¿Sí qué? -No. No habrá bebés. Si no mueres no naces, si no hay crías no hay sentimientos de posesión. Querer acumular lo innecesario para la protección de un ser que no puede valerse por sí mismo, la falta de criterio e inseguridad, la vulnerabilidad de una cría no hace parte de lo que somos. Que seamos capacitados, autónomos y desprendidos es el primer paso para disfrutar de todo sin someterse a inquietudes.

21 de Octubre de 2019 a las 18:17 0 Reporte Insertar Seguir historia
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