El ensordecedor rugido del público retumbó en sus oídos.
Vítores, gritos, insultos, maldiciones...
Cada palabra llegaba a él en un caos difuso. Aunque de alguna extraña manera, sabía lo que estaban diciendo aquellas voces, aun cuando no pudiese entenderlas por completo:
«Basura».
«Perdedor».
«Acábalo».
Las palabras penetraban en su cerebro, y le llenaban de una confusión la cual se acrecentó en el momento en el que, un derechazo conectó contra su quijada rota e hinchada.
Leonardo se tambaleó hacia atrás.
Su gran y musculoso cuerpo tembló cual cervatillo recién nacido y estuvo a punto de desplomarse en medio del ring.
A su alrededor, las luces brillantes se tornaron borrosas y un rugido de parte del público estalló.
Enfocó sus hinchados ojos en su oponente. La figura del fornido joven que estaba por arrebatarle el título pareció transformarse y dar paso a una gran masa amorfa y oscura de ágiles movimientos que apenas podía distinguir.
Con la visión borrosa, pugnó por mantenerse de pie y percibió el regusto de su propia sangre mezclada con el licor más barato que pudo permitirse antes del encuentro.
Ni siquiera pudo tomar algo que valiera la pena. Era un campeón que bebía lo peor. Un campeón arrinconado cual animal salvaje en un lamentable espectáculo.
En algún punto, el dolor recorrió su cuerpo como una especie de sensación vaga. Mas el dolor ya no importaba.
Su rostro se contrajo y su expresión adquirió un aspecto de furia contenida y miserable: los ojos brumosos, pero en los cuales una pequeña llama de rabia ardía; mientras que en la amplia frente el sudor corría y la recta nariz se hallaba destrozada, el inferior labio partido y los párpados amoratados e hinchados.
Era el rostro de un perdedor. Un perdedor que no quería perder. Aunque, ¿desde hacía mucho ya no estaba perdido?
Y cuando un nuevo puño se estrelló contra su rostro, la sangre salpicó a la vez que el público rugió con fuerza y todo a su alrededor se apagó, la sentencia fue definitiva: el campeón de Calabria finalmente había caído.
Gracias por leer!
Podemos mantener a Inkspired gratis al mostrar publicidad a nuestras visitas. Por favor, apóyanos poniendo en “lista blanca” o desactivando tu AdBlocker (bloqueador de publicidad).
Después de hacerlo, por favor recarga el sitio web para continuar utilizando Inkspired normalmente.