karhol-lopez1562630090 Karhol Lopez

Una madre lleva a pasear a su hija en su cumpleaños, haciendo que recuerde cosas que prefería olvidar.


Cuento Todo público.

#cuento #melancolia
Cuento corto
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Hoy Es El Gran Día

Un movimiento brusco, un sonido seco de metales chocando, una sirena y al final una luz…


El gran día había llegado. Una mujer de veintitantos años se despertaba justo cuando la luz del sol entraba por su ventana, se levantó y miró a un lado de su cama. Vacía. Vacía ya por cinco años y aún le dolía en el alma. Le hacía sentir un hueco en su estómago y un frío gélido que le golpeaba en la cara como la cruda realidad.
Caminó y salió de su cuarto para después toparse con una puerta de madera blanca entreabierta. Se detuvo y miró por el pequeño espacio que había entre esta y la pared. Reparó que dos pequeñas criaturas lindas y jóvenes dormían en una cama individual. La mujer sonrió.
Movió la puerta hacia un lado intentando no hacer ruido, lo cual logró, y caminó cautelosamente hacia la cama en donde se quedó parada unos instantes. Observando, meditando. Enfrente de ella su hija y su perro dormían juntos y plácidamente. El perro, chihuahua por cierto, dormía enfrente de la niña, protegiéndola. La mujer sonrió melancólicamente al ver a su hija. Sus ojos se llenaron de lágrimas. La niña se parecía tanto a su padre; la misma nariz de la cual ella tanto se burlaba tanto. Los mismos labios, los cuales había besado tantas veces estando felices, enojados, tristes… los mismos ojos y la misma mirada de la que se había enamorado. Aquella mirada que le hacía sentir segura y cuidada al mismo tiempo. Pero él ya no estaba, se había ido hacía ya un tiempo y la que estaba enfrente de ella era su hija y no el amor de su vida.
Los ojos de la mujer se empañaron de lágrimas, un nudo se ató en su garganta y el moco se le aflojó haciéndole sorber de estos y despertando al perro protector, el cual vio a su ama atentó, con la cola rígida y las patas tensas. Preparado para atacar. Pero después de unos segundos la cola del perro se movió energéticamente de lado a lado, feliz y ladrando de alegría.
- Shhh-. Le dijo la mujer al cachorro mientras se llevaba el dedo índice a los labios.- la vas a despertar.
El perro siguió ladrando y la niña se movió lentamente llevándose las manos a los ojos y después a la boca mientras bostezaba y estiraba a la vez. Lentamente abrió los ojos y sus espectaculares ojos avellana observaron a su madre con la misma mirada que su padre le había dado. La mujer ahogó un ligero sollozo llevándose la mano a la boca y la niña extrañada preguntó.
- ¿Qué tienes mami? ¿Por qué lloras?
La mujer suspiró, unas pequeñas lágrimas rodaron por sus mejillas, y el nudo se deshizo de su garganta. Se acercó a su hija y le dio un beso en la frente.
- Por nada hija…. Es solo que… te ves hermosa… eso es todo.
La niña sonrió, se levantó arriba de la cama y abrazó a su madre por sorpresa. Entendiendo por que su madre lloraba.
- Hoy es el día. Dijo quedamente la niña y abrazó con más fuerza a su mamá la cual soltó el llanto.
- Hoy es el día. Contestó la mujer con la voz quebrada.
El abrazo duró unos segundos más y la niña se retiró de con su mamá. La mujer bajó la mirada para que su hija no la viera llorar y la niña le tomó de la barbilla, la levantó y la mujer vio a los ojos avellanas de su hija.
- No llores mami todo estará bien. La chiquilla sonrió y le limpió las lágrimas con la mano.
La mujer se tranquilizó, volvió a suspirar y se controló.
Detrás de ellas el perro ladró y la niña feliz se volteó y se abalanzó sobre de este para abrazarlo, el perro felizmente se dejó agarrar por la chiquilla y comenzó a lamerle la cara.
- Aquí estas tuuu-. Reparó la niña feliz mientras lo acariciaba.- pensé que te habías ido a dormir con mami para que no se sintiera tan sola.
La mujer se levantó y observó cómo era que el cachorro hacia tan feliz a su niña. Aquel cachorro que había sido idea de un regalo de navidad sorpresa que le había dicho su esposo a ella antes de ir, diciendo que sería genial regalarle un cachorro a la niña cuando cumpliera cuatro años para que se cuidaran mutuamente, pero el hombre se fue y la que concretó ese deseo fue su amada esposa. La depresión volvió a inundar su interior, pero con un momento de cabeza rápido lo disipó. Tenía que controlarse.
- No cómo crees cariño. Si él siempre está ahí contigo. Esperando a que despiertes y protegiéndote como un ángel guardián. Como tu protector-. La niña seguía jugando con el perro.- Bueno, tenemos que alistar todo para hoy. Tenemos muchas cosas que hacer.
La niña dejó a un lado al perro, el cual seguía moviendo la cola, y se levantó de la cama.
- ¿tenemos que preparar el desayuno? -.Preguntó la niña a su madre la cual asintió.- siiiiiii-. Respondió alegre la chiquilla.- llevaremos muchas cosas para poder comer todos.
- A si es-. Contestó la mujer un poco deprimida al escuchar el todos.- ahora andando cariño.
Las dos salieron del cuarto junto con el perro y fue así como iniciaron su día. Prepararon entre las dos el desayuno y comida que constaba de: unos bombones, cuatro emparedados de mantequilla de cacahuete con mermelada, galletas y una bolsa llena de croquetas para el cachorro. Todo esto envuelto en una mantel grande que metió dentro de una canasta de mimbre. Las cosas para el picnic estaban listas, o eso era lo que la madre creía.
Una vez empacado todo. La niña miró a su madre extrañada, preocupada porque sabía que algo se le había olvidado pero no recordaba que.
- ¿Qué pasa mi amor? Preguntó algo preocupada la madre.
- Se me nos olvida algo mamá. Contestó angustiada la chiquilla.
- ¿Segura? Porque creo que ya metimos todo lo necesario a la canasta.
- No, no, nos falta algo mami.
- De seguro no es nada amor, vamos subamos a la camioneta.
Pero al escuchar esto, la niña recordó con cara de asombro lo que había olvida.
- ¿Puedo llevar juegos de mesa? Preguntó entusiasmada.
La madre al pensar que llevaban muchas cosas lo pensó un poco y se negó.
- No creo que sea lo mejor cariño, estaremos al aire libre y puede que se te pierdan piezas y cosas así. Y no quiero pase eso.
La niña se entristeció y puso cara de gatito triste, mostrando de mayor manera sus hermosos ojos avellana que brillaban aperlados por la luz de una ventana.
- Cariño… no…
- Los quería para poder jugar con papá.
Y al escuchar eso la mujer cedió. El nudo se le formo en la garganta y sus ojos se volvieron a empañar.
- Bueno… pero solo unos pocos… ¿sí?
La niña asintió felizmente y corrió en busca de sus dos juegos de mesa preferidos. Uno que trataba sobre adivinar a un personaje y el otro de recorrer el mundo y comprar propiedades.
Una vez empacado todo, la niña subió a la camioneta sujetando a su perro con una correa blanca y llevándolo en su regazo. La madre se subió igual y encendió la camioneta dando marcha a su viaje y sin ver hacia atrás. Por qué sabía que si lo hacía, como en los años pasados, intentaría regresar a su hogar y no salir ese día en especial en su vida. Sabía que el miedo le invadiría el cuerpo y el alma junto con la pena, el lamento y la tristeza.
Llegaron al lugar y se bajaron de la camioneta, la niña se adelantó y abrió la cajuela llevando al perro en su mano libre. Tomó la canasta la cual no estaba tan pesada y con ayuda de un botón cerró la cajuela. La madre llegó a su lado.
- Vamos mamá, papi nos espera. Dijo la niña mientras le sujetaba la mano a su madre la cual estaba fría y tiesa como un hielo.
La chiquilla volteó a ver a su mamá y notó que en su rostro una cara de horror y tristeza miraban hacia el parque funerario en donde su difunto padre esposo yacía enterrado, entonces comenzó a jalarle la mano intentado sacarla de su transe. La mujer reaccionó y sintió un pequeño jaloneo en su mano, haciéndole notar que su hija le miraba preocupada junto con el perro que estaba quieto y atento.
- Vamos mami , todo estará bien. Repuso la niña y miró a su mamá con sus ojos avellanas y su mirada que la hacían parecerse tanto a su padre. Esta hizo sentir segura a la mujer.
- Vamos .contestó finalmente la mujer y las dos se encaminaron hacia el interior del parque.
Finalmente llegaron a la lápida en donde yacían los restos del hombre que alguna vez había amado a esa mujer y que con mucha felicidad había hecho una familia amorosa. En el pedazo de piedra decía el nombre del difunto y debajo de este, en su epitafio se narraba “Aquí yacen los restos de un gran hombre, esposo y padre”. La mujer suspiró y sus ojos se llenaron de lágrimas. Hacía cinco años de eso y aun lo recordaba y sentía como si hubiera sido ayer.
- Hola papi, soy yo. Tu hija-. Dijo alegremente la niña.- hoy cumplo cinco años al igual que tú y aunque no me hayas conocido y ni yo a ti. Quiero decirte que te amo y te quiero mucho-. La niña miró al cielo azul que estaba despejado.- y se que me cuidas desde el cielo y siempre lo harás.
La mujer miró a su hija, la cual alegremente le observaba y unas lágrimas rodaron por sus mejillas.
- Toma-. La mujer le entregó la canasta a su hija.- ve acomodando las cosas ¿sí?
La chiquilla asintió y alegre caminó junto con su perro hacia un lugar plano cerca de la lápida, para después comenzar a sacar el mantel en donde todos los alimentos se encontraban envueltos. La mujer la miraba fascinada y triste a la vez.
- Ojala estuvieras aquí para poder verla crecer-. Dijo a la lápida.- es una niña hermosa, alegre y con mucha energía y confianza, así como solías ser tú… es valiente y con un corazón dorado que nadie , ni siquiera yo podría tener, tan inocente y tan inteligente-.la mujer miró a la tumba de su esposo.- te ama con toda su alma y nunca logró conocerte… nunca logramos conocer al excelente padre que hubieras llegado a ser-. Las lágrimas rodaron a chorros por sus mejillas, miró a su hija la cual ya había acomodado todo y jugaba con el cachorro.- te amo… y ojala nunca hubiera pasado esto, pero… feliz cumpleaños amor…
La mujer besó la lápida y se dirigió hacia con su hija.
El día pasó y la tarde llegó. Se platicaron cosas, se rieron y la madre le contó historias asombrosas sobre su papá a la niña, la cual asombrada las escuchaba. Se comieron todo el contenido de la canasta y no les faltó ni sobró nada. Jugaron monopoli y adivina quien hasta el cansancio y se rieron a carcajadas. Todos en presencia del ser que más querían los tres, sabiendo que también él se reía y jugaba con ellos desde el cielo. Pero el día llegaba a su fin y el sol comenzaba a ocultarse pintando el lienzo azul en tonos más oscuros con ligeras manchas blancas. Recogieron las cosas y la niña se acercó al lugar en donde su padre descansaba junto con el perro que se movía alegre.
- Adiós papi, nos vemos el próximo año y yo junto con chiquito-. Miró al perro después a la lápida.- te queremos mucho, mucho muchooooo en donde quieras que este y te mandamos un beso, te amamos.
El perro dio un ladrido de aceptación y la mujer se acercó a ella por detrás, sujetándola de los hombros con una mano y cargando la canasta con la otra.
- Te amo-. El nudo regresó a su garganta.- gracias por haber formado a esta maravillosa familia -. La mujer sonrió mientras que lágrimas salían de sus ojos.- pronto nos volveremos a ver… y te amamos con todo nuestro corazón donde quiera que estés…
Se dieron la vuelta y se retiraron del lugar sin mirar hacia atrás.
Llegaron a la casa, la noche ya se había puesto y el cielo estrellado se veía hermoso esa noche en particular. La niña jugó con el perro gastando todas sus energías y las de su amiguito igual. Mientras que la mujer miraba, con amarga alegría, fotos de cuando su hombre aún vivía y los dos eran felices, juntos. La noche siguió su curso y la niña se acostó, junto con el perro a un lado de ella, protegiéndola. La mujer los cobijó a ambos y les contó un cuento, como siempre lo hacía desde que su hija había nacido, como a su esposo le hubiera gustado hacer. La niña y el perro, como siempre, se arrullaron con el cuento y quedaron dormidos. La mujer les dio un beso en la frente los dos y se retiró del cuarto sin antes desearles buenas noches a los dos. Caminó a su cuarto, miró el reloj y vio que eran las 11.00pm. , se tiró a la cama y por fin pudo liberarse de la tristeza que le albergaba. Lloró y sollozó en silencio mientras abrazaba un almohada, esperando a quedarse dormida por el llanto y volver a despertar dejando detrás aquel día que tanto le dolía vivir.
La tristeza la arrullo y no sabía si era parte de un sueño de la realidad, pero sintió como un brazo cálido le tomaba pasaba por debajo del cuello y la acurrucaba. La mujer volteó a ver aquel brazo y reparo que era el de un hombre. Fascinada, alegre y entusiasmada volteó al otro lado y vio a un hombre con ojos avellanada y con una mirada que la enamoraba, junto con unos labios que tanto adoraba y una nariz graciosa que también le encantaba.
- ¿Estás aquí?-. preguntó alegre la mujer, el hombre asintió.- ¿Enserio?-. el hombre volvió a asentir sonriendo.- ¿Cómo sé que no eres parte de mi loca y triste imaginación?
- Solo hay una manera de comprobarlo.
El hombre se acercó a la mujer, la cual le tomó la cara con las manos y sintió mariposas en su estómago, sonrió. Y los labios de los dos se tocaron. La piel de la mujer se hizo de gallina y su corazón se detuvo, junto con un brinco ligero en su cuerpo. Sentía que el aliento se le escapaba junto con la vida y eso le encantaba. Le encantaba volver a sentirse especial y volver a sentir esos besos que no había probado hacía muchos años.
- Si eres real-. Confirmó la mujer mientras abría los ojos y veía que la sonrisa de su esposo era tan grande y brillosa que casi la cegaba.
- Claro que lo soy tonta, aquí estoy.
La mujer abrazó al hombre con fuerza y se acurrucó en el pecho de este.
- Por favor no te vuelvas a ir-. Suplicó la mujer.- por favor, por favor, no lo hagas.
El hombre tomó levemente del mentón a la mujer y le levantó la cabeza.
- No lo haré. Nunca más las volveré a dejar-. Le dio un beso a su mujer, la cual volvió a sentir que el corazón se le detenía y un escalofrió le recorría la espalda.- vine para quedarme.
- Gracias, gracias a dios.
La mujer volvió a besar a su marido, Otro escalofrió y un brinco en su cuerpo. Cada vez se sentía más fría y eso le gustaba, y miró a su esposo a los ojos avellana que deslumbrada casi cegadoramente.
- Te amo. Repuso finalmente la mujer y acurrucó en el pecho de su hombre.
- Yo también te amo cariño-. Contestó el hombre acariciándole la espalda.- y siempre los amaré.
Y así fue como la familia quedó atrapada en los brazos de Morfeo para jamás despertar.

… En la sala de shock los médicos intentaban reanimar a una mujer embaraza que había sufrido un accidente automovilístico al ir camino a visitar a su difunto esposo y padre de su hijo aun no nacido. Intentaban reanimarla junto con la bebe sin saber que ella, en su mente, se había imaginado un futuro y una vida hasta un día similar a ese. Siendo feliz junto con su niña, mientras que los médicos se preocupaban en regresarla a la vida. Por desgracia para ellos no pudieron salvar a ninguna de las dos. Pero aquello no les importaba a la madre y a la niña, porque al fin en algún lugar llamado Cielo la familia se encontraba reunida, disfrutando de un picnic familiar , riendo y siendo felices junto con un cachorro que nunca nació. Disfrutando un cumpleaños reunidos para siempre…

12 de Julio de 2019 a las 02:41 0 Reporte Insertar Seguir historia
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