C
Carlos Zamora


Hola. Esto es lo que me ocurrió cuando tenía siete años. Un caso crudo, horrible y macizo de como con la sangre y por mi tío perdí casi todos mis sentidos.


Horror Sólo para mayores de 18.

#338 #niño #295 #230 #245 #249 #239 #236 #349 #347 #256
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MIS SENTIDOS (EXPLÍCITO)

Una mañana solitaria me levanté muy ilusionado de mi cama, ya que ese día tendría la oportunidad por primera vez de pasar una noche en casa de mi abuelo. Para ese entonces tenía siete años, y casi nunca lo veía, por lo que me alegraba siempre que mis padres me daban la noticia de que iba a ir a visitarlo. Cuando llegué a su casa, me llevé una estrepitosa sorpresa al darme cuenta de que éste mismo estaba recostado en el sofá mientras temblaba y sudada repentinamente. Yo lo saludé en ese instante pero él no me respondió. Parecía que no tenía la capacidad de hablar. Mi padre se me acercó y me dijo que él estaba muy enfermo, y que quien me cuidaría esos días sería mi tío Agustín. Yo en ese momento me sentía decepcionado, pues estuve durante un largo periodo planeando las cosas que haría junto a mi abuelo.


Cuando mis padres se fueron, mi tío se acercó hacia donde yo estaba y me dijo con un tono serio: "no te preocupes por tu abuelo, yo me haré cargo de lo que necesites". Esa tarde fue de lo más aburrida, pues el tío sólo me dejó la comida y algunos cómics para después bajar a su sótano y encerrarse ahí por el resto del día. No pude hablar nunca con él, ni siquiera me prestó atención alguna. Eran las ocho de la noche y en ese momento pensé en mi abuelo. Decidí ir hacia la sala en la que estaba y lo encontré pálido, sus ojos lloraban y sus manos no dejaban de temblar. Parecía muy enfermo, así que intenté preguntarle si estaba bien, pero él no volvió a responder. Fue en ese momento que la nariz le comenzó a sangrar hasta el punto de manchar su ropa. Me había inquietado un poco, por lo que decidí buscar a mi tío. Éste subió corriendo con un trapo antes de que yo tocara la puerta del sótano, y de inmediato le limpió la nariz. Yo estaba muy confundido, ¿Por qué mi abuelo estaba pasando por todo esto? Mi tío solamente me dijo: "tu pobre abuelo pasa por un estado mental y físico bastante agitado, pero no te preocupes, se mejorará pronto. Ah, por cierto, esta noche estaré fuera porque tengo que visitar a un amigo". Esas palabras me confundieron todavía más de lo que ya estaba, pero lo tomé a la ligera y me fui a acostar.


A las ocho de la mañana del día siguiente me levanté de la cama, bajé las escaleras y lo primero que vi fue a mi tío colgando el teléfono. Él me dijo que quienes hablaron eran mis padres, y también me indicó que el motivo de su llamada era que ellos iban a estar ocupados por asuntos laborales y por eso me dejarían unos días más aquí. Yo en ese momento me decepcioné por completo, pero ese sentimiento se desvaneció cuando el tío me dio un regalo: era un videojuego que siempre había pedido junto con una consola funcional. Me dispuse a jugarlo durante toda la tarde e incluso mi tío me dio de comer algunas hamburguesas con soda. Me sentía muy emocionado, y pensé que tal vez esa estancia en casa de mi abuelito sería de lo más emocionante. Fueron incontables las horas de juego hasta que decidí irme a la cama. Todo corría normal hasta que en plena madrugada, un fuerte golpe en el techo me despertó. Cuando me froté los ojos, pude escuchar más extraños ruidos los cuales se asemejaban al de una persona arrastrando un objeto pesado por las escaleras. Unos segundos después, los ruidos cambiaron al de una persona jadeando y gritando levemente. Eso ya me había inquietado, pero no pude levantarme de la cama al temerle profundamente a la oscuridad. A la mañana siguiente, y con el susto de la noche, bajé las escaleras y no vi a mi tío ahí. El abuelo estaba en el sillón despierto mientras intentaba señalar algo. Sus dedos apuntaban a un cuaderno y , por lo que intuí que lo necesitaba. Después de pasárselo, encontré una nota tirada en el piso, la cual estaba escrita con la letra de mi tío. Ésta decía "Hola, sobrino. Tuve que salir de emergencia en la noche, por favor, pero voy a regresar mientras estés durmiendo. Cuando te despiertes y leas esto, baja de inmediato al sótano y ahí me encontrarás, necesito de tu ayuda para poder subir unos objetos". Esa nota la había escrito mi tío, y de inmediato decidí bajar al sótano. Sin embargo, mi abuelo me detuvo justo antes de que lo hiciera y me mostró una hoja del cuaderno que le pasé. Me perturbé bastante al ver que mi abuelo había escrito con su propia sangre una frase que decía: "No bajes al sótano. Sal de la casa en este momento". Es esos instantes me pareció que el abuelo estaba exagerando, que era otra de sus bromas crueles que me hacía a los cinco, y por eso, no le hice caso. Cuando pisé el último peldaño de la escalera del sótano, lo vi totalmente oscurecido, no parecía que hubiese nadie ahí, y el olor que despedía era de lo más fétido. Intenté encender las luces pero éstas no prendían. Fue entonces que noté que no había nada, y pensé que esto se trataba de otra broma. Cuando me disponía a salir, alguien me saltó encima y me inmovilizó en el piso. Era mi tío. Traía la cara manchada de sangre y un objeto carnoso en la boca: era una mano arrancada. Intenté gritar del pánico pero él me tapó la boca. Después, procedió a encender las luces y me llevó cargando hasta un perchero elevado en el cual me amarró y me colgó de las manos. Me puso una cinta en la boca y agarró un cuchillo y comenzó a romperme la ropa. Me quedé en calzones, y lo último que hizo fue hacerme una herida en el estómago. Estaba en shock. Sentía muchísimo dolor y me tambaleaba de un lado al otro. En ese momento, mi tío tomó un plato de sopa o caldo de dudosa procedencia y me obligó a comérmelo. Me dijo que si gritaba al quitarme la cinta, yo iba a morir. No tuve otra opción, tuve que tragarme esa porquería entera. Él detuvo sus atroces actos y con el cuchillo y la ropa manchada de sangre apagó todas las luces y subió las escaleras. Estaba totalmente desconcertado. Lloré y lloré sabiendo que ese era el fin, que mi tío estaba subiendo las escaleras para asesinar a mi abuelo. No le hice caso, y ahora me arrepentía de creer todo. Unos minutos después, algo en la oscuridad se movió y se acercó a mí. Lo pude distinguir a corta distancia, y era una especie de cuerpo sin brazos y con los ojos vendados. Yo me aterré hasta el punto de querer vomitar cuando éste pronunció unas palabras: "Huye de aquí, huye de aquí... Te va a pasar lo que a mí, te va a pasar lo que a..." Su frase fue interrumpida cuando mi tío lo apuñaló en la cara. Éste me desató, me cargó y me llevó hacia un lugar en el que un cadáver con los brazos y piernas amputadas estaba. "Ella es tu madre, y ese otro era tu padre" Esas fueron sus únicas palabras.


Mi mente entró en un estado horrible de dolor, pero nunca pude gritar ni hacer absolutamente nada. Estaba pataleando, intentaba liberarme, pero lo único que mi tío hizo fue llevarme hacia una mesa en la cual, utilizando una jeringa, me inyectó anestesia, con la cual quedé profundamente dormido. Al despertar, me di cuenta de que no era una pesadilla, me encontraba vivo, perdido en el tiempo. No podía ver nada ni respirar por la nariz. Traía una cinta en la boca y las manos libres. Me di cuenta de que estaba en un auto, cuando de repente escuché una voz familiar "Sobrino, tranquilo, ya pasó todo. Te estoy llevando a un lugar seguro". En ese momento me quebré hasta el llanto y el pataleo. Estaba desconcertado, no sabía qué estaba pasando. En ese momento, el coche se estacionó y mi tío me cargó para bajarme. Éste me obligó a ponerme de pie, me dio una caja de metal y me empujó hacia lo que parecía ser una puerta. No sabía qué hacer. No podía ver ni oler nada, quería gritar pero no podía despegarme la cinta. En ese momento, una mujer pasó cerca de mí y se puso a gritar desesperada. De inmediato otras mujeres llegaron y al parecer me auxiliaron. Se trataba de un grupo de monjas sumamente alteradas las cuales se hicieron cargo de mí. Lo único que recuerdo de aquel episodio es que una de las santas, al destapar la caja que mi tío me había dado, eran dos ojos y una nariz pequeña acompañada de una fotografía de un hombre y una mujer sin ojos.


Hoy tengo ya casi dieciocho. Desde entonces viví en un orfanato y aprendí a escribir en braille. Desde ese entonces, he recibido muchas cirugías y mi rostro se ha reconfortado un poco más. Todo transcurrió normal hasta que en otra mañana distinta una monja entró a mi cuarto diciendo que tenía visitas. Ella dijo que era un anciano en silla de ruedas quien decía ser mi abuelo. Por alguna extraña razón me creí esto a la primera y lo abracé con todas mis fuerzas. Él podía hablar con claridad, y lo primero que hizo fue darme una bolsa pesada con un "regalo" como él decía. Yo, aunque no podía ver ni oler, metí la mano a la envoltura y lo saqué lentamente. Tenía dos orificios, una textura rígida y un hueco con varios cuadritos afilados. Mi abuelo con mucho alegría dijo: "es el cráneo de tu tío. Hace ya muchísimos años conseguí matarlo mientras éste caminaba cerca de mí. Él quería matarme, pero yo lo destrocé primero, me puse de pie y lo despedacé para que hoy recibieras esta recompensa. Lamento que él te haya sacado los ojos y la nariz. Lamento que haya matado a tus padres y te haya obligado a comértelos". En esos instantes, en vez de sentir asco o dolor, me alegré tanto, mi seriedad cambió a una risa que más tarde se convirtió en frenesí. Empecé a saltar ciegamente y de inmediato, con las yemas de mis dedos toqué mi cada para después sacar una daga-. Me dirigí lentamente hacia mi abuelo, y cuando sentí su cuerpo con mis manos, lo apuñalé hasta matarlo. Mi emoción era tanta al ver muerto a mi verdugo que no tuve mejor manera para interpretarla que matando a mi propio abuelo. No sabía si estaba loco o si era por el ánimo, pero en este momento lo único que quiero hacer es volver a ver a mi tío para asesinarlo fríamente otra vez, pero eso sólo pasará si voy al infierno, y para ir al infierno, debo matar a más de una persona. Esta noche las monjas se mancharán de sangre y yo también lo haré. Hasta nunca, los veo a todos en el inframundo.







6 de Julio de 2019 a las 01:04 0 Reporte Insertar Seguir historia
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