Creo fielmente que para poder escribir es necesario que te pase algo bastante complejo. En mi caso, mi vida era bastante aburrida, rutinaria, iba del trabajo a la escuela y del trabajo a mi casa, sí tenía amigos, pero todos ellos estaban bastante ocupados con sus propios problemas, no me gustaba molestarlos con mis pocos temas por hablar. Toda esta actitud nefasta, vino a flote después de un par de eventos desafortunados que al final me trajeron hasta aquí. Dejé de creer en las personas, en sus "buenas intenciones" y por supuesto, me costaba creer en algo fuera de esta realidad o por lo menos así era.
Caminaba ese día por el camellón de Chapultepec, tratando de no alimentar mi ansiedad, porque si bien tengo problemas, uno de ellos es que pienso más rápido de lo que pasa en la realidad colectiva. Había un puesto de libros en la acera de enfrente, así que en cuanto pude me acerqué, había un libro que estaba justo enfrente, tenía una portada color azul con una galaxia en medio, el libro se llamaba "Historia del Universo" era un libro viejo así que sólo lograba apreciarse el nombre del libro más no el del autor, ya que estaba rasgado sin claridad alguna de indicio de letras en ese espacio. Pregunte su costo al joven y sin voltearme a ver me dijo que costaba $100 sin ganas, muy pocas veces había tenido la fortuna de conseguir un libro en ese precio así que no lo pensé dos veces, lo compré y comencé a hojearlo, me encantaba su aroma, mientras disfrutaba de su olor, me percate de que salió un papel de alguna de sus páginas, el papel que mas bien era una fotografía tenía escrito lo siguiente:
Pronto leerás este libro frente a ésta casa, tú casa.
Te Amo.
-Marion Allen
Volteé el papel para ver la fotografía y era una casa bastante moderna si le ponía atención y observaba los detalles tenía muebles sofisticados a simple vista y parecía alimentarse de energía eólica y que había una pequeña máquina que jamás había visto antes. Cada vez que observaba a fondo los detalles de la fotografía, me percataba de más y más detalles hasta que al verla poco a poco en una esquina de la foto unas lineas estaban escritas: Nov.03.151. Al principio pensé que correspondía a una dirección, pero en realidad parecía mas bien una fecha, lo único que me generó ruido fue el hecho de que terminara en 151 al final, si así fuere, entonces tendría que referirse al 2151 o tal vez otra era o tiempo, que definitivamente no era la actual ¿será posible?.
Pensé en todas las posibilidades, 1151, 2151, incluso pensé que tal vez alguien había escrito mal esa fecha, me imaginé un par de historias, sólo para darle de que hablar a mí descabellada mente. Me fui a mi casa, pensando en esto, el camino se hacía corto y tomaba el libro, atesorándolo. Lo abrí, lo hojeé y tome de nuevo la fotografía, se sentía distinta, era un material que nunca había visto, la miré sin observarla, y al tocarla, me venían mas historias a la mente, incluso sentía que me transportaba, sentía que me llevaba dentro de ella. La imagen mostraba una casa, un jardín con una planta de café junto a ella, brotando recién estaba, si mal no recordaba la primera vez que la vi, pero, en esta segunda mirada, vi que ya estaba más grande, y con frutos esta vez. Creí entonces que mí mente me estaba jugando una broma, iba caminando y supuse que no estaba observándola, me detuve en seco y fruncí el ceño, como cuando algo no me cuadra, de repente, sentí un golpe bastante fuerte en mi espalda, cerré los ojos inevitablemente y me vi de un momento a otro de rodillas hacía el suelo, perdí de mis manos aquella misteriosa fotografía, volteé hacía atrás al sentir una mano cerca de mi espalda y con mirada nefasta, quise golpear a quien fuera culpable de interrumpir mis pensamientos, pero antes de que mi mirada le tocase, de un salto se incorporó para tomar con rapidez inverosímil la misteriosa fotografía, y con su otra mano libre la estiraba hacía mí para ayudarme a levantarme. Vi sus manos primero, jamás había visto manos tan hermosas, y al seguir la linea de su brazo, me di cuenta de que era una chica, con una mirada profunda, ojos color café oscuro, misteriosos, combinaba perfecto con su piel blanca y su cabello oscuro, negro como la noche, pero lo mejor llego al final, su voz: - Hay velocidades que todavía no puedo controlar, lamento haberte derribado - Tendió su mano brindándome la fotografía.
-Se te cayó esto. -Yo no podía decir nada, estaba desconcertada.
- ¿Te puedo acompañar? soy nueva por aquí y quisiera tener un guía personal.
-Para eso están los psicólogos -respondí, queriéndome hacer la graciosa y dejando un silencio abismal entre las dos.
-Pareces ser experta en eso.
-Quisiera estudiarlo.
-Lo lograrás.
Me dijo que vivía a unas cuantas cuadras más arriba de mí casa, me pidió que nos volviéramos a ver para salir a conocer. La distancia y mi desconcierto me "ayudaron" a no preguntarle nada, pero acepte verla pronto para ayudarle. Ese día en la noche, supe que algo estaba muy raro. No pude dormir hasta que entrecerrando los ojos, me arrullaba el recuerdo de sus ojos y solo así, me dejé llevar por Morfeo a las 2am del 25 de Agosto del 2017.
-Bº
Gracias por leer!
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