drackstor Drack Stor

En los bosques de Nueva Guinea, habita un joven lobo. Que perdió muchas cosas en un incidente con cazadores, y piensa que esta perdido lo que sentia por ella. Donde la luna guiara su camino, pera intentar reparar sus errores.


Cuento Todo público. © todos reservados

#7 #32819 #261 #393 #217 #229
2
4.6mil VISITAS
Completado
tiempo de lectura
AA Compartir

Capitulo 1: el dolor.

«Los hilos que nos enlazan en los sueños»


En esa época las cosas me parecían un sueño, pero yo no lo sentía así del todo, es por el abandono de mis sentimientos de grandeza, a la inversa mis obstáculos, aún se perciben en las capas de la memoria, que se enlazan con los recuerdos de mi pasado y aparecen escritos en mi futuro. Con mi melancolía que recorría en mis lagrimas lentamente, solo puedo apreciar los manglares del progreso en esa cálida noche de otoño, se puede sacar la compasión, ante el aullar de este lobo solitario.


Viendo como los bosques se movían por la ventisca con las hojas que eran rojas, se soltaban y caían al suelo y posteriormente en el lago, que refleja la luna, donde brotan mis lágrimas que parecen perderse, en tal caso mi corazón desecho. Este lobo había perdido a su amor en un incidente con unos cazadores, pero no sabía si estaba en vida, se escuchaba el aullar del dolor ante la trajedia, cuya luz hace contemplar sus ojos azules, solo quería que respondiera aquella loba.


De ser posible no hubo respuesta alguna, solo podía tocar con mi pata, una sortija que está en mi cuello, entrelazada en una cadena de plata, que protegía nuestros corazones escuchando los grillos tocando su balada cuya canción del corazón cantaban. Este lobo pensaba que quería estar con ella esta su final de fantasía, era un sueño que susurraba en sus oídos, que parecía lejano. Aun así, deseaba ante las estrellas romper los obstáculos a través de la tormenta, recordando cuando nos mojábamos con la fría agua en aquella cascada, que la observo a lo lejos, pero había algo diferente. Por encima habia una sombra que se observaba con mis ojos de color azul oscuro, por el astro en el cielo, que lo tapaban las nubes volviéndolo obtuso.


Se escuchó un aullido proveniente de la catarata, que me llamaba. Cantando nuestra canción de amor. El lobo deseo con esperanza de que fuese aquella loba, mientras corría. Las truchas subían por la cascada. A la par que parecían pintarme un camino hacia mi destino, aún así tal vez no era ella, porque se escucha una voz del pretérito enlazándose a la mía. Se veía pensativo por los errores que cometió en su pasado, pero con la frente en alto, los enfrentara por su doncella.


La podía observar encima de la cascada, al denotar sus ojos. Recordaba cuando nos metíamos en apuros, como unos cachorros que éramos; en esos tiempos. En el lago que posee hojas naranjas y marrones, su cara me hace recordar a mi padre. Él me enseño todo lo que sé, pero igualmente nunca aprendí nada.


La luna se quito el manto de nubes, esa luz hace apreciar su pelaje blanco. La loba no se daba cuenta que él estaba por debajo de la cascada. La misma luz deja relucir su pelo marrón, que cautivo el corazón del lobo, que late con fuerza. Hasta se escuchaba en mi propio andar por la vida. sin enbargo, ella tenía algo en el cuello, era el signo de nuestro amor verdadero, que se lo quitaba, tal vez razonaba, que yo era un cobarde, por haber huido de los problemas que se presenciaron, podia denotar como lanzaba la sortija hacia a la masa de agua. Entonces, esta pobre criatura solo podía intentar recuperarlo, pero temía a su propia muerte, igualmente lo intento sin pensarlo. Tal vez pensaba en tener el perdón de su amada, para limpiar sus inquietudes, y descansar en su lecho de paz, ojala que fuese eterno; al igual la calma del lago.

20 de Marzo de 2019 a las 20:19 0 Reporte Insertar Seguir historia
2
Leer el siguiente capítulo Capitulo 2: La calma de la tormenta

Comenta algo

Publica!
No hay comentarios aún. ¡Conviértete en el primero en decir algo!
~

¿Estás disfrutando la lectura?

¡Hey! Todavía hay 2 otros capítulos en esta historia.
Para seguir leyendo, por favor regístrate o inicia sesión. ¡Gratis!

Ingresa con Facebook Ingresa con Twitter

o usa la forma tradicional de iniciar sesión