De vuelta y media Seguir historia

Había algo que quería decir. Era importante, eso seguro, y aun así soy incapaz de recordarlo. Qué le voy a hacer… En realidad, mi memoria fue siempre por libre. Recuerdo los pedazos que me hacen vibrar, los que despiertan mis sentidos, los que producen en mi interior esa sensación de haber descubierto algo nuevo por mí mismo.

Creo que éste no era uno de esos recuerdos. Era algo frío, calculado, anguloso, algo que infundía respeto por sí mismo. O eso creo. En realidad, no era más que cualquier otra cosa, una más entre toda la amalgama. Algo, por así decirlo, que tenía tanta importancia como ellos quisieron darle.

¿Ellos? Sí: ellos. Muchos, todos, ninguno, la mayoría… No estoy muy seguro de quién, la verdad, pero parece que su opinión es fundamental. Un criterio inmaculado, como quien dice. Y muy a mi pesar, siento el peso de esa ilusión en cada paso que doy.

¿Qué quieren? ¿Qué pretenden? Mejor aún: ¿qué temen? ¿El juicio? ¿El rechazo? Quizá tan solo teman al miedo. Es normal. Yo mismo no escapo a ello; por más que corra, por más que lea, por más que piense. Así que lo escribo.

Sin embargo, no es nada nuevo. No, al parecer alguien lo había pensado ya. Quizás no lo dijo, pero lo pensó, de eso están todos seguros. Y hay que creerles, eso es indiscutible. Si no, estaríamos solos, rechazados, desamparados… ¿no?

¿Y si no es verdad? A lo mejor todo esto que iba a decir no era tan cierto como pensaba, por eso lo olvidé. A veces me pasa. Algo dentro de mí lucha contra esas cosas, eso que dicen ellos, no sé muy bien por qué. Creo que, en el fondo, unas ideas no acaban de encajar con las demás, es como si no tuvieran tanto sentido como ellos pretenden.

El otro día me dijeron que eso era inconcebible. Quise llevarme las manos a la cabeza, algo que no comprendí muy bien; por eso lo reprimí. ¿Por qué iba a poner el grito en el cielo si era yo el único que no lo tenía claro? Es mejor dejar las cosas como están, que luego todo es un lío. Eso me repiten una y otra vez, como si la insistencia fuese a aclarar las cosas. Al fin y al cabo, la gota no horada la piedra por su fuerza… ¡Qué fácil es resumir las cosas para dejarlas bien claras!

Esto que iba a contar también estaba resumido. Unas pocas palabras juntas en cierto orden, sí, palabras muy serias y fundamentadas. Eso es básico: hay que dar tanta base a las ideas como sea posible. Porque lo pensaba este sabio, o aquel otro, cuantos más mejor, y si encima lo han escrito ya se trata de algo irrefutable.

No entiendo muy bien todo esto, la verdad. Pero está ahí, eso es indudable, y si deseo ser uno más debo aceptarlo. Y creo que quiero ser uno más, es lo que todos queremos. Los veo a ellos y todos quieren ser uno más con todas sus fuerzas, quieren ser uno más más que los demás. Más que nadie. Porque si no, no lo eres, o no lo eres lo suficiente.

Empiezo a cansarme. Iba a contar algo pero sigo sin acordarme, y al final me lío y hablo de cosas que seguramente no interesen nadie. Como mis ideas, o mis preguntas, y todo eso carece de importancia. Mi nombre no está en ningún libro, y en la memoria de muy pocos. Así que no quisiera imponerme.