Tiernos y grandes muslos, usa su cuerpo de instrumento, sus dedos flexibles hacen sonar las cuerdas, tan suave melodía. Sus pechos rosados como las flores, y su piel tan cálida como el sol. Me mira, movía la cara y me miraba. Sus ojos emanan tranquilidad al igual que su lenguaje corporal. Y su sonrisa tan grande, insinúa que canta. De su rojo y ondulado cabello parece nacer un árbol con flores en sus ramas, de tronco color piel igual a ella. Posada en la forma más bella, tocas tu canción, bella guitarrera.
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