Mi
mente
esta
rota.
Se por que esta asi.
Se cuando empezó.
Se que me lo merezco.
¿Sabes lo que es ser adicto a la irrealidad?
A mi me lo ofrecieron. El cigarro
La
bote
lla Incluso la inyección.
Pero yo no quería eso. Quizás odiaba a mi colegio. Odiaba a mis compañeros. Odiaba las pruebas. Odiaba que me eligieron siempre como arquero a pesar de que no me gustaba el fútbol. Odie que siempre me pusieran la final de la fila. Odie que siempre que me presentaba al frente de la clase, habia algun tonto que me dejaba en ridículo. A veces una bola de papel. A veces una llamada al teléfono. A veces un insulto.
Pero yo nunca me cai. Yo los mire al frente.
Lo mire a los ojos y les demostré que no caería. Pise firme esa tarde. Hice lo que tenía que hacer. Me mantuve callado y aguante todo.
Pero hasta el pie más firme a veces se cae.
Y
yo
CAI.
Por eso me ofrecieron un escape. Pero yo les mire y le dije que no. Que si caía, no seria por eso.
Pero un dia. Una tarde. Un sol arriba a mitad del cielo, yo miraba por la ventana.
Y por alguna razón, me empecé a imaginar cosas. A ver cosas. A sentir cosas que antes no sentía.
Lo pude tener todo durante esos segundos. Fui un soldado.
Fui un artista.
Un músico.
Un diseñador de vestidos.
Un dinosaurio.
Pero de repente sonó la campana y tuve que abrir los ojos.
Me miré las manos. “¿Qué fue lo que pasó?” No tuve la respuesta. Pero sentí un cosquilleo en los dedos. Una bonita sensación que hacia mucho no sentia.
Felicidad.
Al principio no supe como hacerlo de vuelta. No sabia si queria hacerlo de vuelta.
Pero esa tarde me tocó trotar de vuelta alrededor de la cancha de futbol. Y yo no trotaba tan rápido.
Y a pesar de que todos sabían que estaba por obligación y no por gusto, ellos me miraron con desprecio. Me miraron con asco. Me miraron desde adelante y dieron la vuelta a la cancha solo para golpearme en el hombro y tir
arme
al suelo.
Y entonces, cerré los ojos.
La sensación volvió.
Pude ser de nuevo lo que quería. Lo que más deseaba. Lo que verdaderamente amaba. Lo que sea. Pude tener pareja. Pude tener dinero.
Pude ser feliz, aunque sea por unos minutos.
Despues de ese dia, no hubo vuelta atrás.
Al principio solo funcionaba con un golpe. Un insulto quizás.
Pero luego fue más fácil. En los examenes lo hacía por aburrimiento.
En los recreos por soledad.
En las fiestas por ansiedad.
En mi casa por los gritos.
Y poco a poco, tuve tanto control sobre el, que lo podía hacer, incluso cuando nada pasaba.
Cuando no había problemas.
Mejore en el colegio gracias a eso.
Durante una época mis notas mejoraron.
Los profesores me admiraban. Mi padres me adulaban.
Pero.....eran palabras sueltas. Palabras sin sustancia. Palabras que me hacían cerrar los ojos y olvidar que las escuchaba.
Más de una vez me agarraron haciéndolo en las comidas. Mis padres me hablaban y yo no contestaba.
Me paso en los exámenes orales.
Me paso en citas. Me paso incluso, cuando cerraba los ojos.
Aquel sitio se fue intoxicando. Y se me ocurrió cerrar los ojos dentro.
Y encontre un segundo nivel.
Más bello que el anterior.
Pero cuando abría los ojos allí, tenía que volver a abrirlos si quería volver al mundo real.
Pero poco a poco.
Fui llevando cosas a ese segundo sitio.
Y comencé a bajar más.
Y más.
Y más.
Hasta que toque fondo.
Ya no sabía como volver. Ya no sabia que pensar. Ya no sabia que hacer.
Solo segui bajando. Y seguí bajando hasta poder encontrar un poco más de ese sentimiento. Eso que mantenía vivo.
Pero luego, hasta yo me olvide cuantas veces había que abrir y cerrar los ojos, para ir y volver. Los lugares ya no se diferenciaban.
No supe si había abierto tres
cuatro
nueve
una.
No me enteraba.
Y fue ahí cuando me di cuenta. No podía volver.
y fue ahí cuando me di cuenta que
mi
mente
estaba, estuvo, esta
RoT A
Gracias por leer!
Podemos mantener a Inkspired gratis al mostrar publicidad a nuestras visitas. Por favor, apóyanos poniendo en “lista blanca” o desactivando tu AdBlocker (bloqueador de publicidad).
Después de hacerlo, por favor recarga el sitio web para continuar utilizando Inkspired normalmente.