gaby_rodrz Gabriel Rodriguez

10 años después de ver a Tuleysha en el tren de camino a casa, Arcángel tendrá el reto de conocerla verdaderamente.


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Cambió mi mundo II

Hace 10 años, en la estación Juana Matos del Súper tren urbano en Cataño, vi por primera vez a esta única muchacha que tenía una gorra color verde militar, unas pulseras en forma de estrellas, un mahón corto color azul y una camisa que decía HEART. Cuando nuestras miradas cruzaron, yo olvidé todas las preocupaciones que tenía al momento y me perdí en la belleza de sus grandes ojos marrones. En ese momento, esa chica desconocida que vi en el tren de camino a casa cambió mi mundo. Hoy, por coincidencias de la vida, nos volvimos a reencontrar en el tren. No en la misma ruta, no en el mismo día de aquella vez, pero lo importante es que la volví a ver.  Lo que yo creía perdido ya no lo estaba. Ella seguía "pasmada" (atónita) por este encuentro tan casual entre un pal de extraños que se vieron por primera y única vez hace una década. Yo, para romper el hielo y sacarle palabras, me introduje.


"Muchas miradas, muchas historias, y todavía no sabemos nuestros nombres." Le dije mientras le extendía mi mano. "Mi nombre es Arcángel Claxton Vélez y ¿tú?"


"¿A dónde fueron mis modales?" – dijo mientras sonreía y apretaba mi mano. "Me llamo Tuleysha Lergier Pacheco."


"Mucho gusto, Tuleysha." – le dije con una enorme sonrisa aun mirándola a sus ojos. Ella, riendo tímidamente, me devolvió la sonrisa y me dijo que el gusto era de ella.


Solté su mano y en ese instante saqué mi teléfono, abrí la aplicación de calendario, y la invité a tomar café. Le expliqué que yo conocía este lugar fabuloso en las afueras de la estación Sagrado Corazón (Línea Bayamón- Santurce) que estoy seguro que le encantará. (Yo diciendo eso sin saber si a ella le gusta el café.) Ella sonrió y me dijo que aceptaba ese Coffee date sin embargo, tenía que revisar sus horarios de trabajo para entonces poder cuadrar una fecha. De repente me da con mirar mi teléfono y me di cuenta que faltaban 5 para las 8, lo mismo que faltaba para que llegara el próximo tren hacia la estación urbanización Caná. Mi universidad, la Universidad Intergaláctica, está localizada en la colindancia entre el Barrio Cerro Gordo y la Urbanización Caná. La estación esta localizada en la entrada de la urbanización y tenía que caminar diez minutos. Iba a llegar tarde a mi primera clase y yo tenía que dar una presentación hoy. Yo no quería que se sintiera mal por "distraerme" y tampoco yo quería perder mi cool así que seguí "vacilando" (bromeando) con ella. Ella mira su reloj y se dio cuenta que iba tarde para su trabajo como Asistente legal en la oficina del Licenciado Pabón Olivo. La oficina del abogado quedaba a unos 15 minutos de la estación Buena Vista.


"Antes que te vayas dame tu número de celular. " - le dije. "No quiero que te me vuelvas a desaparecer por 10 años."


"¡Que graciosito el!" me dijo riéndose mientras acercaba su teléfono al mío. Ella, al igual que yo, tenía un Zensumg Universal S7 y estos teléfonos móviles, al tocarse uno al otro con la opción Redtooth encendida, se intercambian de forma automática la información de contacto. Con un solo toque obtuve su número de teléfono, su correo electrónico, y su foto de perfil. ¡Brutal!

Se despidió de mí con un apretón de manos y corrió en vez de modelar por el extenso túnel. Un momento como este solo se da una vez en la vida.

"Tren hacia Naranjito aproximándose a la plataforma. Favor mantenerse alejados de la línea negra." Dijo una voz robótica que se escuchaba a través de toda la estación.


 


Era el momento de abordar mi tren, olvidarme del reencuentro sacado de una película fresa y ponerme a estudiar. ¿Cómo poder estudiar después de lo que sucedió? Mi mundo cambió al conocer esta chica y seguía cambiando. Yo mismo ni me entendía.  Pues, tomé el tren, y a los 10 minutos llegué a la Universidad Intergaláctica para mi primera clase. El curso era de Mercadotecnia Avanzada y tenía que dar una presentación sobre mercadeo interdimensional. ¿El problema? Mi mente seguía en el limbo pensando en Tuleysha. Llegué como diez minutos tarde y ya uno de mis compañeros había comenzado su presentación. El tema que a él le asignaron fue "La Influencia de los Súper Héroes en el Mercadeo Turístico."  Mientras tomaba asiento, la profesora me miraba sin decir nada.   En fin, al rato llegó mi turno, di mi presentación lo mejor posible,  pasaron las horas, y finalmente regresé a la única estación no subterránea de la línea Bayamón Centro- Naranjito del Súper Tren Urbano.


 

Yo tenía esperanzas de volverme a encontrar con ella pero no abordó el tren en la Estación Buena Vista. ¿Quizás está trabajando? ¿Quizás ya está en su casa durmiendo? ¿Para qué me estaba rompiendo la cabeza con tanta pregunta? ¿Por qué estaba actuando como adolescente enamorado? Todo el viaje la pasé pensando en ella y estaba tan distraído que brinqué del asiento cuando una compañera de la clase de Inglés Avanzado III se acercó a saludarme.


"¿Estas bien?" – me preguntó Jeshuara. Jeshuara se sienta detrás de mí en la clase de Inglés Avanzado III cual tomamos con la Profesora Mills Vega los martes y los jueves al medio día. No es una persona con la que converso mucho. Jeshura es una chica bien simpática y físicamente me recuerda mucho a Tuleysha.


"Sí, estoy bien." Le respondí riendo nerviosamente.


"Mala mía (perdón) por asustarte."


"¡No te preocupes!" le respondí con una sonrisa. "Últimamente ando distraído por tanto trabajo de la universidad."


"¡De la universidad te iba a preguntar!" me dijo. "¿Qué tema escogerás para el ensayo final?"


"Encuentros del Destino. ¿Y tú?"


"El mito de los súper héroes"


"¿Mito?"


"La razón por la cual súper héroes se convierten en mitos que perduran por los siglos de los siglos."


"Con ese tema puedes escribir como cinco tesis." – le respondí con un tono un poco sarcástico.


"¿Y a que te refieres con encuentros de la vida?"


"Un ensayo narrativo sobre como un simple encuentro en el tren cambió mi mundo cuando apenas era un adolescente. "


"Eso suena sacado de una película de romance."


"¡Te gustará!"


"¡Seguro que sí!" me dijo Jeshuara sonriendo.


"Próxima parada: Rexville"  - Dijo una voz robótica que se escucha en todos los vagones del tren.

"Ahí está mi parada. ¡Nos vemos!" me dijo mientras me daba un beso en la mejilla. En el tren me seguían sucediendo cosas de otro mundo. Pero mi pregunta volvió: ¿A dónde fue Tuleysha? Me torturaba no verla. Solo pensar en sus "ojotes" marrones me hacia olvidarme de todo. Pero este romance y pensar en "pajaritos preñaos" (fantasías) tiene que parar. Ya yo no tengo 13 años de edad y yo a penas la estoy conociendo. llegué a mi casa, saludé a mi padre, y me fui a estudiar a mi habitación. Tenía que "ponerme las pilas" (motivarme, moverme) y estudiar porque pensando en "la chica que cambió y siguió cambiando mi mundo" me iba a quedar sin futuro. Dos horas después de estar encerrado en mi habitación estudiando, el teléfono suena  ¡ERA TULEYSHA! Enseguida contesté el teléfono con un tono de voz bien seguro de mí mismo. Me dio las buenas tardes y me dijo que tenía que "Ser breve" porque en pal de minutos entraba a estudiar. Me dijo que tenía disponible el próximo viernes.  Ese día podíamos tener nuestro Coffee date.

"¿Qué tal a las nueve y treinta de la mañana?" – me preguntó.


"Me parece perfecto." Le respondí.


"Pues bien. Tenemos un date."


"Cool." – le respondí. "Que tengas muy buenas tardes."


Por dentro yo quería gritar de la emoción pero yo tenía que mantener mi compostura. Tras una semana que me pareció eterna, finalmente llegó el viernes. El día tan esperado por mi desde que yo tenía 13 años de edad.  A las 7 de la mañana  salí desde mi casa para tomar el autobús hacia Cataño, en Cataño tomaría el tren hacia Bayamón y ahí cambiaría trenes para la línea Bayamón- Sagrado Corazón (Santurce).  Llegué a la estación Bayamón y casi corriendo abordé el tren hacia Santurce.

 



 
 


 


Mis nervios comenzaron a molestarme y peor se pusieron cuando al tren le da con detenerse al minuto de salir de la estación. No era nada malo, el tren tiende a detenerse si está muy adelantado o si tiene que esperar a que el otro tren cambie de riel. Me puse a observar la vista de la cuidad de Bayamón desde el Tren y a leer los anuncios que adornaban las paredes del tren.


 


Al minuto, el tren arrancó y siguió su ruta normal hasta Santurce. (Sagrado Corazón) Al desbordar el tren en Santurce le envié un text por WhatsApps a la chica diciéndole que llegué a la cafetería. La esperaría adentro con café en mano. Las mesas exteriores se veían de lo más chilling (bien) pero la alta temperatura mataría el mood.

 
 


"No problem" – me respondió enviándome una foto del interior del tren donde avisaba la parada. "Voy por la estación Hato Rey."


 


Ella estaba a una parada de llegar y yo súper nervioso. Necesitaba un café, cualquier café, para tranquilizar estos nervios que me traicionan. Pedí un capuchino que me costó $2.50 coquí dólares.  10 minutos después ella llegó "modelando" por la puerta. Mis ojos brillaron de esperanza al ver una vez más sus bellos ojos marrones que una vez me cambiaron mi mundo.


"¿Estas bien?" me preguntó con una sonrisa.


"¿Excelente y tú?"- le pregunté devolviéndole la misma enorme sonrisa.


"¡Igual que tú! Un placer volverte a ver." – me dijo con la mirada un poco tímida pero con sus grandes ojos brillando. Si ella fuese blanca estoy seguro que estuviese sonrojada. Yo que no soy ni tan negro ni tan blanco sentía que mi cara estaba color tomate.  Ella ordenó el café negro más grande que servían en la cafetería. El mismo era servido en una taza color crema.


"¿Tú te tomas todo eso?" – le pregunté abriendo mis ojos como si fuese un pescado fuera del agua.


"¡Claro que sí!" me dijo levantando la taza. "y esto es poquito."


Brindamos con café por nuestra nueva amistad y este reencuentro que nos trajo la vida. Una vez más el mundo cambió a mi favor. ¿Y que surgirá después de este encuentro lleno de cafeína, nervios, y cursilería?   Hay que dejar que las cosas fluyan y recordar que lo que se cree perdido no siempre es así.


21 de Noviembre de 2018 a las 20:06 0 Reporte Insertar Seguir historia
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Fin

Conoce al autor

Gabriel Rodriguez Fotógrafo y escritor. Resido en Puerto Rico.

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