0
5.0mil VISITAS
En progreso - Nuevo capítulo Todos los domingos
tiempo de lectura
AA Compartir

RECUERDOS

                                       CAPÍTULO I

                                       RECUERDOS

El invierno se acercaba, y aún puedo recordar aquella tarde lluviosa, las hojas mojadas de los pinos, aquellos que se situaban en la gran avenida de la calle Belmont al oeste de Londres, siempre inundada de pequeños charcos, rodeada de casas hechas de madera, con sus hermosos jardines adornandos, la banqueta lisa casi resbalosa con un peculiar olor a familia. Al menos eso decían.

Observo mis manos congeladas por este frio intenso. Cierro mis ojos, respiro por un instante, y aun logro sentir aquel olor tan peculiar de aquellas paredes, su inquietante historia y sus tan valiosos recuerdos que me estremecían la piel.

Hace algunas décadas que no venía a casa de mis padres, pensándolo bien aún no sé qué hago aquí, en esta casa abandonada por el tiempo, por mis recuerdos y que no sé cuándo los podre dejar atrás.

Esos sórdidos momentos que pasaba horas interminables soñando en ser alguien grande en este mundo, sueños opacados por mi realidad tal vez por mi terquedad o falta de valor para poderlos lograr, pero qué más puedo pedir si mi vida ha sido plena con desbalances y éxitos,

Con un pequeño suspiro mire aquel cuaderno viejo, ese que aún estaba debajo de aquel cajón junto a una repisa a  un costado de la comoda, ni siquiera pensé existiera, hace años no veía, por temor, por miedo, por angustia, por nostalgia. Aún mantenía aquellas hojas amarillentas, que sufrían el pasar del tiempo, y que me había segado a sepultar el resto de mi vida.

4 de octubre de 1990, la chica más guapa del colegio Harlintton, aquella que mis ojos habían visto por primera vez, Keyla Swam, de voz  tímida, mejillas rojas como el atardecer del sol, siempre mirando el reloj, como si el tiempo fuera a terminar, aquella sonrisa tan peculiar, que contrastaba con sus vellos ojos azules y collar de cuentas naranjas, nunca pensé pasaría lo imposible, nunca pensé perderla, nunca pensé enamórame de ella.

 Una tarde mientras el sol brillaba me acerque con cautela, casi temeroso y con las manos sudando de miedo, --¡hola!—mi nombre es Peter Hotman, soy nuevo en este colegio--¿y tú?—el mundo de detuvo por un instante, su mirada tenue y suave me miro, su mano derecha tocando la mía contestando--¡hola!—mucho gusto soy Keyla Swam de Carolina del Norte, ¡oh americana! -Le conteste- así es, aquellos labios,  me hicieron solo pensar en mi pequeña adolescencia que estaba viviendo en dicho momento, mi cabello semi corto se movía como hojas de papel en otoño, a mi padre le ofrecieron  trabajo aquí en Londres, pero aquella mirada tan penetrante, fijada en mí, me hizo preguntar--¿Por qué me miras así?—a lo que ella contesto, se nota eres un chico con estilo, tu cabello suave, tu rostro pulcro como un espejo, tu playera azul se nota el precio, tus pantalones de mezclilla y tenis como un muñeco de aparador, estamos en los 90 y tal parece la rebeldía no llego a tocar  tu puerta. Las risas entre ambos empezaron y con ello una amistad entre ambos aquella tarde.

Días difíciles pasaban Margaret y Richard padres de Keyla, estaban en pleno proceso de divorcio, peleaban el uno contra otro por su custodia y una pequeña hacienda que Joel el abuelo paterno había dejado como herencia a su madre.

Los gritos, y cada momento de reclamo o lamento entre ambos, eran en gran tenor, cosa que hacían a Keyla llorar, sentirse sola, perdida en su dolor.

A la mañana siguiente mientras caminaba por los pasillos note a Keyla sentada en  la mesa del fondo del gran comedor, aquel lugar donde te podías enterar de todo y cuanto fuera, como aquella vez que Mildred Johnson sin querer resbalo con una cascara de plátano en su casa y fue a decir a la escuela que sus cicatrices fueron porque lucho a muerte con Catia Brown chica que robaba todos los días su almuerzo,  a pesar de que no íbamos en el mismo salón, siempre la note triste, con la mirada sujeta a un devenir desconocido, fue una mujer impetuosa con gran misterio en aquel rostro angelical, sin embrago Alex Hamilton, sujeto de abolengo, que se creía superior a todos buscaba la manera de fastidiarla, por su acento, su manera de vestir e inclusive por estar atenta a todas sus clases. Ese día me acerque a ella, donde bajaba una lagrima entre sus mejillas, con voz cortante, casi susurrándome me dijo—esto no es lo que esperaba, esto no es lo que quería, siempre me fastidia Hamilton y sus amigas.

 

Aquella tarde fue una silueta de confesiones, he ahí donde supe lo que pasaba con sus padres y que no era todo, su padre el señor Richard Swam quería dejarlas en la calle, abandonarlas a ella y a su madre. Se había enamorado de su secretaria Frida Cooper, aquella rubia de piernas atractivas, cabello sedoso, rostro muy bien maquillado, con personalidad ejecutiva, mujer de muchos en la compañía, hechicera de amores entre aquellos con posibilidad económica.

Jure ser tu amigo, ¿Cómo?..... Y sin querer con voz redundante pero sin pena dije—“como tu amigo”. Mirándome a los ojos, alejándose un poco de mí, con una mirada recelosa, mirando su reloj, alejando la mirada, se dio la vuelta, rodeándome por la parte de atrás abrazándome por la espalda dijo—sí.

El curso escolar avanzaba, y cada momento a su lado era único, íbamos a un pequeño parque en la calle White Peterson, donde unos viejos columpios eran el juego más entretenido para los dos, aquella rueda casi chirriante donde girábamos hasta vomitar, y terminar en el césped, exhaustos de calor y cansancio, he ahí donde podíamos ser nosotros sin restricciones, sin límites, casi eran las 7:00 pm, teníamos que volver, así que caminamos hasta su casa, subimos unos pequeños escalones ubicados a la entrada, donde le pregunte ¿quieres escapar conmigo? admirándose abrió la puerta de su casa, tomando mi mano, helada por el frío me dijo…………….


20 de Noviembre de 2018 a las 01:05 0 Reporte Insertar Seguir historia
1
Continuará… Nuevo capítulo Todos los domingos.

Conoce al autor

eduardo tinidad NO EXISTE NADA MÁS BELLO QUE QUE UN PENSAMIENTO TENUE Y DELICADO COMO UN PÉTALO, PARA PODER MOSTRAR QUE HASTA LA MÁS SUBLIME COSA "PUEDE LLEGAR A SER GRANDE".

Comenta algo

Publica!
No hay comentarios aún. ¡Conviértete en el primero en decir algo!
~