miguel-bravo1539311018 Miguel mendez

Una noche común de pronto se convierte en la mas terrible agonía ante una presencia desconocida que lo inundara de terror hasta el ultimo de sus días.


Horror Historias de fantasmas Sólo para mayores de 18. © todos los derechos reservados

#agujas- #agujas #pesadilla #tortura #paralisis #paralisis-del-sueño #gente-sombra #fantasma #abduccion #dolor #sufrimiento #noche #oscuridad
Cuento corto
2
5.7mil VISITAS
Completado
tiempo de lectura
AA Compartir

AGUJAS


Me encontraba despierto en la penumbra de la noche, estaba oscuro, pero podía ver como la luz de la luna atravesaba mi ventana permitiendo una luminosidad lo suficientemente aceptable para ver o identificar las cosas que me rodeaban.

 

Hacia calor, y no podía moverme, solo mis ojos podían girar en todos los ángulos de forma desesperada, casi buscando ayuda en el exterior de esa prisión hecha de carne y hueso que era mi cuerpo.

 

No entendía que pasaba, simplemente no podía moverme. El terror se apoderó de mí ante la idea de quedarme así para siempre, pero algo me decía que no sería así, mi instinto me decía que esto era algo momentáneo, una antesala de un terror que me perseguiría hasta el ultimo de mis días, cada vez que caía la noche.

 

Una sensación de peligro se apoderó de mi cuerpo, no entendía que pasaba y de forma inútil trataba de moverme.

 

De pronto, en unos segundos, sentí como un par de manos frías con una piel repugnante tocaban mi mentón, no veía quien era, no podía, mis ojos giraban de forma desorbitada en una desesperada lucha por emitir algún sonido para que mi familia viniera en mi auxilio, pero era solo el principio.

 

El ser que tocaba mi mentón con su mano izquierda hizo un movimiento, como si estuviese preparando o sacando algo de alguna parte que escapaba de mi limitada visión.

 

De pronto, para mi horror y tortura, sentí como una enorme aguja tocaba mi mentón, y empezaba lentamente a atravesar la parte inferior de mi mandíbula, el dolor era insoportable, esa aguja entraba lentamente, sentía como cercenaba mis músculos internos, como lentamente iba atravesando carne y hueso, y seguía subiendo,

 

Mi dolor y desesperación casi me enloquecían, mis ojos se movían de una forma demencial buscando ayuda en el mundo exterior, pero nadie me escuchaba, estaba desesperado y el dolor se incrementaba.

 

Mi mente luchaba por hacer que mi cuerpo se moviera de alguna forma, pero era inútil, y esa maldita aguja seguía subiendo.

 

La aguja ya estaba entrando en la parte interna de mi ojo, me di cuenta de eso porque mi ojo izquierdo dejo de moverse, como si un trozo de metal lo hubiese estacado.


El dolor era insoportable y el sentimiento de agonía y desesperación me hizo rezar al dios que había negado tiempo atrás. Le pedía, le rogaba, que me salvara de esa agonía, que haría lo que quisiese, pero que esa tortura se detuviese.

 

De pronto, para mi horror, en mi mentón sentí una segunda aguja, y el proceso continuó, mi cuerpo no se movía, pero podía sentir como mis nervios y órganos internos convulsionaban de forma demencial, pensé que mi corazón explotaría, y hasta lo deseé, para que aquel sufrimiento finalmente se detuviera, pero no se detenía y esa maldita aguja seguía subiendo destrozando huesos, carne y nervios.

 

El proceso continuó con dos agujas más, no entendía y ya no me importaba que estaba sucediendo, solo quería que parara, que esa agonía se detuviera, o que ese ser me matara. Cualquier cosa seria mejor que continuar con más agujas.

 

De pronto, pude moverme, el dolor había cesado, mi respiración agitada me hacía estremecer en la cama. Toqué mi mentón y garganta de forma desesperada, encendí la luz buscando algún indicio de esa criatura, no había nada.

 

Finalmente me senté en la cama, froté mis ojos, mire a mi alrededor y después de un suspiro de alivio no pude evitar sonreír por haber deseado mi propia muerte o haber rogado a un dios imaginario para salvarme de lo que obviamente había sido una pesadilla, fue entonces, mirando al suelo, que me horroricé, mi expresión seguramente paso de una simple sonrisa a una mueca de pavor que me perseguiría toda la vida, mi vida cambió y me estremecí de terror cada vez que la penumbra de la noche  se acercaba a mi hogar cuando veía que el sol se ocultaba, todo cuanto fui quedo sumergido en el terror más profundo cuando a mis pies, en la pequeña alfombra vi cuatro grandes agujas en perfecto orden bañadas en sangre.

20 de Noviembre de 2018 a las 00:53 1 Reporte Insertar Seguir historia
3
Fin

Conoce al autor

Miguel mendez Profesor de Historia y Cs. Sociales , estudioso de temas poco comunes como la psicopatia , mitologia ,religiones diversas , basicamente todo lo que enloquezca al hombre y lo relaciones con su pasado primordial en la noche de los tiempos. Adicto a la lectura , mientras mas extraño y perturbador mejor sera el libro , creyente absoluto de que cada libro o narración es el reflejo de una mente humana que se eterniza en el tiempo gracias a la escritura.

Comenta algo

Publica!
Yonathan Cortes Yonathan Cortes
Buena historia corta compadre, súper intenso final, ya me imagino temer a la noche todos los días.
November 20, 2018, 01:58
~