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Abraham Norr


Con los sueños eróticos cumplimos un deseo frustrado o interpretaciones más simples, que vienen a decirnos que la sexualidad es una parte importante de nuestro día a día y por eso también aparece en nuestros sueños y a veces aparecen en una época de menor frecuencia sexual, “como una forma de buscar ese desahogo, ya que incluso pueden tenerse orgasmos en sueños, tanto en el caso de los hombres como en el de las mujeres”. Sueños húmedos son sueños eróticos que parecen reales, si aun no los ha tenido lean esto para que se inspiren y los tengan, eso si antes de dormir llévense toallitas si eres hombre y si eres mujer simplemente disfrútalo.


Erótico Sólo para mayores de 18.

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Sueños Humedos . En la Hamaca

Era un lugar extraño, hacía mucho calor, estaba en una hamaca durmiendo en calzoncillos y me costaba dormirme, de repente llego ella, la chica de mis sueños, se sentó al frente mío en la hamaca y abrió sus piernas buscando una posición más cómoda, enseguida sentí el roce de su cuerpo en mi miembro que ya estaba erecto solo de verla y ella sonrío de una forma picara que casi me sonroja.

Yo tenía 19 años, eran tiempos de la universidad y estaba disfrutando del periodo de descanso o vacaciones cortas después del trimestre, estaba con un grupo de compañeros y había una chica que me gustaba mucho, y ya había aparecido varias veces en mis sueños, pero nunca me atreví a mencionarlo a nadie.

La verdad es que la estuve morboseando todo el día, porque andaba en un bikini espectacular, de color blanco, que dejaba muy poco para la imaginación y mi imaginación era mucha, así que prácticamente casi sin disimulo la examinaba de los pies a la cabeza y siempre me ocasionaba una erección, por lo que usaba la toalla para ocultar el símbolo de mi lujuria, porque lo que me provocaba era eso, revolcarme con ella en la arena y besarla ahí mismo delante de todo el mundo para que supieran que era mía, pero no era más que eso, un deseo.

Por eso es que me sorprendí cuando la veo ahí frente a mí, sentada en mi hamaca desnuda completamente y con sus senos redondos, no muy grandes pero muy bien formados casi al frente de mi cara, no sabía qué hacer, ¿los tocaba? ¿los besaba? ¿Si luego se ofende y se va? 

Hasta que ella misma me pregunta, 

-¿te gustan? 

enseguida le respondo;

¡claro que si!

¿Entonces porque no los tocas? 

Me dijo sonriendo, por lo que enseguida me atreví a tocarlos y pude sentir la suavidad de sus senos.

enseguida me dijo: 

-¿tu crees que no sé como me miras? También se cómo te pones cuando tapas tu pene con la toalla, la verdad que me gusta como se ve y me gusta la cara que pones cuando buscas la toalla para taparte.

¡ no puede ser!, le dije ¿se notaba mucho? 

Pregunte con pena

Ella me dijo claro que si y ahora que estoy aquí sentada sobre tu pene me doy verdadera cuenta de tu temor de que yo me diera cuenta.

-se siente muy rico ¿sabes? 

Me dijo la muy coqueta.

No sabía qué hacer, llegue a pensar que estaba soñando ¿Y si alguien nos ve? 

Como si me hubiera leído la mente, me dice: 

- no te preocupes todo el mundo está durmiendo, yo tenía mucho calor y decidí quitarme la ropa y salir a beber agua cuando te vi en la hamaca y me provoco subirme sobre ti,

-¿te molesta? 

Me pregunto como para hacerse la inocente.

- Para nada, le dije, mas bien me encanta que hayas venido, yo tampoco podía dormir,  

Estaba tratando de buscar conversación y distraerme un poco de la tensión que significa tener una mujer tan sensual sentado sobre tu pene, que casi me provoca una eyaculación precoz, por lo que decidí poner en práctica las recomendaciones de los libros de sexualidad que me encantaba leer y comencé a respirar profundamente, pero de forma disimulada y apretaba el musculo detrás de mi ano para detener el semen que estaba a punto de explotar como un volcán.

No habrían pasado más de 5 minutos en nuestra conversación, cuando comienza a balancearse sobre la hamaca y sobre mi pene, agarro sus senos y me los llevo a la boca, nunca había sentido esa sensación, que ricura, enseguida busco besarla, pero a ella le gustaba mirarme y ver como me desesperaba por cogérmela en ese preciso instante, se veía que lo disfrutaba.

En eso, me agarra el pene y comienza a mastubarme yo no sabía que hacer, ¿la detengo? 

La sensación era muy rica, y pasó lo que tenía que pasar tuve una eyaculación, ahí mismo, sin darme tiempo a penetrarla y ella seguía sosteniendo mi pene, el semen le brotaba entre los dedos y cuando se dirigía a limpiarse las manos con su boca, pero ahí me desperté.

Era un sueño, otro más de los tantos que ya había tenido desde que comenzó la pubertad, pero parecía tan real que lo disfrute plenamente, me volví a dormir con una sonrisa complice y no importaba que tenia el interior lleno de semen, mañana lo limpiaré antes de que todos se levanten, pero y  si la veo a ella ¿que hago? 

Nada seguiré en lo de siempre soñando que algún día será mía. 

30 de Septiembre de 2018 a las 16:22 3 Reporte Insertar Seguir historia
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Fin

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Abraham Norr Jubilado, emprendedor, desarrollador de negocios y ahora escritor de relatos

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