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Dragan Velikić, la elegancia y el desarraigo





No se puede calmar la vena que vibra 




Conocí la obra de Dragan Velikić a través de Peter Handke, el escritor austriaco (pero de madre eslovena), en su momento enfant terrible de las letras en lengua alemana y uno de los mejores autores de su generación.


Handke me reveló a Velikić en el libro que le condenó al infierno de los proscritos, "Un viaje de invierno a los rios Danubio, Sava, Morava y Drina o Justicia para Serbia (1995)", un texto que desencadenó una polémica inimaginable y que amenazó la carrera del autor, acusado de pro serbio en el momento en el que las Guerras Balcánicas descendían a una espiral de violencia y horror indescriptibles. 


Handke recogió un puñado de palabras del serbio (al que denomina "poeta al biés),   bellísimas, y me lanzé a descubrirle .



Había un elemento de desafío, de ir a contrarriente a partir de la polémica del "Viaje de Invierno". Por el padrinazgo de Handke, un autor ya de por sí rebelde, y después porque Velikic es serbio (aunque creo que sería más propio llamarle yugoslavo, es decir, alguien que ha perdido su patria, como veremos más tarde). Mediados los  noventa la imagen de Serbia era la del principal instigador y ejecutor de las guerras que asolaban los balcanes occidentales.



Velikic nació en Belgrado , pero pasó buena parte de su infancia en ciudades del litoral de Croacia. Sin conocer abiertamente sus posiciones políticas, salvo su agrio posicionamiento contra Slobodan Milosevic, de lo que escribe se deduce nostalgia por un espacio perdido, por una patria fragmentada, rota. Este rasgo está muy presente en los personajes de su espléndida novela Bonavía (edición en castellano Impedimenta, 2017). Estos personajes van y vienen, se destierran, emigran, pero nunca llegan a ajustarse, a encontrar un espacio propio porque lo quieran o no son descendientes de un contexto que ya no existe, que ha desaparecido.


Velikić vivió años de supervivencia en Viena, Budapest, y de nuevo en Viena como embajador de su país. Como él sus personajes se desplazan por tierras europeas, alguno cruza "el gran agua" para radicarse en Estados Unidos intentando sellar el pasado, partir de cero. Pero una inevitable fuerza de gravitación les arrastra al lugar donde crecieron y forjaron su alma. 


El autor es un escritor muy depurado, con un gran dominio de los recursos del lenguaje. Estilista puro, con frecuencia hurta historia al lector, como en la magnífica "Plaza de Dante", también vertida al castellano. Queda siempre el artesano de las palabras, que de repente emerge con momentos sublimes que le reveindican como el gran escritor que es. 

 Velikić es deudor de una gran tradición literaria centroeuropea. Las huellas del "Hombre sin atributos" de Musil son fáciles de localizar en esta "Bonavía". El "Ulises" de Joyce también está presente en páginas que describen el pensamiento interior de uno de los personajes. Como todo autor, que nunca es original de manera absoluta, también se nota la  influencia de una edad de oro en la que Viena, Berlín, Praga, ciudades más hacia el Este,  la Mitteleuropa en la que autores en lengua alemana, pero también de otros lugares de éste espacio abigarrado y pluricultural legaron un gran corpus literario a los amantes de las letras. 



12 de Septiembre de 2018 a las 12:50 0 Reporte Insertar Seguir historia
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Fin

Conoce al autor

José Antonio Chozas Inquieto, apasionado por las letras, escritor por impulsos, alma libre.

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