A veces no entiendo cómo pudo suceder, un día íbamos bien y de la noche a la mañana empezó a desintegrarse todo lo que habíamos construido juntos.
Llego a la casa y lo veo acostado como siempre, me dice que hay que hacer aseo, no entiende que vengo cansado después de un día difícil en el trabajo.
Le comento la situación a Carlos, mi mejor amigo:
La verdad es que me hizo click, ya lo había pensado hace meses pero no lo quería asumir como una posibilidad.
Es tan tranquilo, tan casero, tan de familia... ¿será posible?
Meses pasaron y una simple pregunta en mi mente se transformó en angustia, una preocupación casi enfermiza. Le conté a mi hermana y me recomendó ir donde una bruja que leía las cartas.
Quedaba muy lejos de donde yo vivía, a si que no le tomé mucha importancia y tontamente seguí dejando pasar el tiempo para ver si cambiaba de actitud.
El tiempo transcurrió lleno de discusiones y peleas. Siempre traté de llegar a una conversación pero era imposible.
Tres meses pasaron y decidí ir donde la bruja.
Cuando entré a su casa, no me dijo nada y me señaló dónde sentarme. Apresuradamente sacó algo de un estante y se sentó frente a mi. Abrió un frasco lleno de huesos y rápidamente les prendió fuego, salió humo y un olor asqueroso, ella miró el humo y comenzó a hablar:
No entiendo nada, ¿será verdad lo que dice?
Ella me quedó mirando con sus ojos negros y me dice:
En ese instante una brisa fría pasó por mi lado y un escalofrío invadió mi cuerpo, el corazón me empezó a latir con fuerza y sabía que era el momento de irme. Pero ya era muy tarde, no tenía alternativa, o destruía todo con el Jose o lo arreglaba.
La bruja entrecerró sus ojos y comenzó a cantar, no entendía lo que decía, creo que no era español. Me preguntó su nombre y apellido, y si tenía una foto de él. De pronto se para y saca unas sonajas de un estante y empieza a bailar como en los antiguos rituales que dan en la televisión.
No sabía qué hacer, si preguntar qué estaba haciendo o quedarme callado.
De pronto paró de bailar y solo se escuchaba el sonajero, se le pusieron los ojos blancos y le tiritaba todo el cuerpo. Nuevamente un escalofrío en todo mi cuerpo y una transpiración fría no dejó que me moviera y sentí una presencia extraña, una sombra que rodeaba mi cuerpo y el de ella, hasta que vi sus ojos rojos observándome con atención. A ella le salían lágrimas de los ojos y de pronto escuché un sonido muy fuerte y agudo que me dejó sordo por unos minutos. A los segundos todo cesó y veo a la bruja tirada en el piso, rápidamente fui a ayudarla y ella me agarró con fuerza del brazo y me dijo con una voz que no era la de ella:
No pude dormir por lo menos por unos tres o cuatro días, tenía miedo, no sabía qué hacer.
El Jose me ha preguntado todos los días qué me pasa, y yo no sé qué responderle.
Ciertamente ha cambiado de actitud, se está pareciendo cada vez mas al Jose que yo conocí hace años, cuando todo funcionaba y éramos felices.
Pero a mí no se qué me pasa, siento que constantemente algo hace presión contra mi pecho, no sé cómo explicarlo, pero no me siento bien, he tenido arranques de ira y ataques de pánico que nunca antes había tenido. Fui al psicólogo para saber qué me pasaba y me dijo que era estrés, que no me preocupara y me tomara vacaciones.
Yo sabía que no era eso, sabía que había algo mas detrás de todo lo que iba sintiendo hasta hoy.
Pasaron 2 meses desde que fui donde la bruja y me armé de valor para ir a verla, porque necesito saber por qué me siento así. Quizás ella tiene algo que ver con esto.
Al llegar a su casa, ella no estaba allí, le pregunté a sus vecinos y me respondieron que no habían visto a nadie entrar o salir de la casa hace semanas.
Llegué a la casa y en un impulso desesperado, golpeé la pared rompiéndola, llegó el Jose corriendo a ver qué estaba pasando y nos pusimos a discutir. Me fui, necesitaba respirar, no era justo para él mi frustración por no haber encontrado a la bruja.
Volví a la casa y el Jose me empezó a decir que ya no era feliz en su propia casa y que ha visto un cambio en mi que lo inquietaba y que lo asusta cada vez mas. Yo ya no sentía nada, cada vez que lo miraba, sentía que estaba mirando a un extraño, él ya no era lo mismo, yo no era el mismo.
Un día, en una discusión, lo eché de la casa, ya no soportaba estar mas cerca de él. Quizás fue lo mejor, quizás nuestra relación nunca iba a funcionar.
Me llamó por teléfono un par de veces para saber cómo estoy, pero nada era lo mismo, yo no estaba ni ahí con él.
No sé cuánto tiempo habrá pasado, quizás años y yo seguía sintiéndome igual, y aún no logro entender qué me sucedió. La gente, mis amigos y mi familia se alejaron de mí, o quizás yo me alejé de ellos.
Otra noche de soledad, y las voces en mi mente no me dejan conciliar el sueño.
Noche tras noche, son todas iguales.
Salí de la casa a eso de las 2 de la mañana, la noche estaba más fría que de costumbre, y no sabía exactamente a dónde me dirigía.
De pronto comienzo a escuchar gritos de locura en mi mente. Me tocan el hombro, era la bruja. Sin compasión la agarré del cuello y la levanté del suelo.
La solté dejándola caer, y me golpeó con su bastón en la pierna.
Apuntó con su bastón directo a la oscuridad y ahí estaban esos ojos rojos mirando desde las sombras. Y en un acto de desesperación, logro agarrar un fierro que estaba tirado en el piso, y se lo entierro en uno de sus ojos.
Escucho un zumbido y siento un dolor penetrante en la cabeza, sentí mi sangre correr por mi cara y al fin escucho el silencio.
Gracias por leer!
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